La Emperatriz Regresa 48

La Emperatriz Regresa 48

Sábado, 17 de Abril del 2021



La Emperatriz Regresa 48

No es lo que parece (2)



Vio a Edward como lo había soñado. Estaba en la vanguardia de una guerra, bajo las órdenes del Rey. Edward estaba prácticamente resplandeciente de alegría, la hizo girar y la abrazó. Sonrió con fuerza. 


"Por fin me han reconocido, Viola. Mira", dijo, mostrándole el pergamino con el sello del Rey, "estoy en la vanguardia".

"¿De verdad?"  dijo Viola, sonriendo. 


Por fin tenía la oportunidad de mostrar su habilidad y valentía que había perfeccionado con cuidado y ardor durante años. Sin embargo, a Viola le pesaba el corazón. No quería que fuera a la batalla. Nadie regresaba vivo después de una guerra con el Ejército de Sangre.


"Si gano esta batalla"  dijo Edward  "Padre prometió que restauraría nuestro estatus como Reales. Me convertiré en el Príncipe Heredero"

"¿No es demasiado peligroso?" preguntó Viola con un mal presentimiento, "El Ejército de Sangre es brutal".

"Soy un Maestro en mi habilidad, Viola. Ten fe"  dijo él asegurándola  "Sólo hay unos pocos que puedan igualarme en todo el continente"

Viola tuvo una sensación de fatalidad inevitable. ¿Podía realmente confiar en la palabra del Rey? Lo dudaba. Extendió la mano para recibir algo que Edward le entregaba...




* * *



Viola se despertó con un sobresalto. Se sorprendió al ver que sus mejillas estaban húmedas. El sueño había sido diferente a la realidad que ella recordaba. El Rey nunca le había dado a Edward ningún pergamino con el sello real. Viola se secó las lágrimas y miró a Lune, que estaba profundamente dormida a su lado. ¿Puedo confiar realmente en él? pensó.

La había salvado del Príncipe Heredero. ¿Lo hizo sólo porque deseaba su cuerpo? Lo miraba ahora durmiendo y estaba confundida más allá de las palabras. Él abrió los ojos y ladeó los suyos para mirarla. Extendió una mano y le acarició la mejilla.


"¿Tan doloroso es dormir a mi lado?" preguntó con una sonrisa forzada, acariciando sus mejillas manchadas de lágrimas.

"Imagínate en mi lugar"  dijo ella con amargura  "entonces quizás tengas tu respuesta".

"Los matrimonios no deseados forman parte del estilo de vida de la realeza"  dijo él, "incluso los nobles tienen que vivir con ello"

"Tal vez" dijo ella  "Pero yo había decidido vivir en mis propios términos"

"Lo sé" dijo él con cariño  "tú pusiste las condiciones para un divorcio después de dos años de este matrimonio por contrato. Tal vez llegues a amarme"

"¿Amor?"  se burló ella  "Eso no ocurrirá mientras yo viva"


Estaba decidida a no amar a ningún engendro enemigo.


'Ahhhh'


"Bueno, me lo merecía, supongo" dijo con impotencia  "Pero soy yo quien se ha enamorado de ti"


Odiaba una confesión tan apasionada. Ella no tenía intención de darle nunca afecto. Él podría tener su cuerpo, pero ella nunca le daría la satisfacción de su corazón. Sólo le pertenecía a ella. Pero entonces, ¿por qué su corazón latía tan rápido?

Se apoyó en la almohada, le sujetó la barbilla y la giró hacia él, mirándola a los ojos.


"Por favor, no"  dijo ella con resentimiento.

"Sólo un beso, Viola"  dijo él con ternura.


Viola tenía millones de preguntas dando vueltas en su mente. ¿Le dolería un beso? No lo apartó cuando se acercó. Era consciente de que los dos llevaban un fino traje de noche, que dejaba al descubierto gran parte de su piel. Él la besó con ternura. El corazón de Viola latía incesantemente. Pero lo agarró por la muñeca para detenerlo cuando sus manos trataron de arrancarle el turno de noche. Se detuvo. La rodeó con sus brazos y la besó por última vez y la soltó antes de que saliera el sol.




* * *



Iván se despertó en la cámara de la concubina como cualquier otro día. Pero hoy no se sentía como siempre. Estaba lleno de dudas, preguntándose por el reciente cambio de comportamiento de Lustian. Se negaba a ir a cazar que tanto le gustaba. Dedicaba el tiempo libre que tenía a buscar a Viola en la Villa Real. Era extraño. Lustian siempre había aborrecido pasar la noche con cualquier nuevo candidato, incluso cuando era tradición hacerlo. Iván tenía curiosidad por saber cómo había cambiado tanto Lustian.

Viola... Se preguntó por ella. ¿Cómo había conseguido atrapar a Lustian de esa manera? Sólo había visto sus ojos azul océano a través del velo cuando actuaba como príncipe heredero a petición de Lustian. No entendía por qué Lustian se disfrazaba de Lune cada vez que quería reunirse con ella. Si la amaba tanto, ¿por qué no declararla princesa heredera? Debo ir a ver a esa Viola, resolvió.

Se levantó y se vistió. Se dirigió a las caballerizas a por un caballo y salió al galope hacia la Villa Real. La visita de Iván sorprendió a la doncella encargada de la casa. Estaba colocando dos juegos de platos y utensilios en la mesa cuando se sobresaltó al verlo.


"Durmió aquí ayer, ¿verdad?"  preguntó a la criada  "¿todavía está aquí?"

"Su Alteza"  dijo la criada con dificultad  "Por favor, perdóneme pero aquí no se permite a nadie"

"Está bien"  le aseguró él y se dirigió a la escalera hacia el dormitorio donde debían estar los dos.

La jefa de la limpieza estaba fuera de sí. No sabía qué podía decir para detenerlo. No sabía si debía hacerlo ya que él era la máxima autoridad del reino. Se escondió detrás de una columna cuando vio la silueta de otra doncella en el pasillo. La siguió hasta una habitación, pensando que debía ser el gran dormitorio. Por desgracia, se equivocó; la habitación estaba vacía. Saltó por la ventana a la terraza y se dirigió al exterior de la gran habitación. Se arriesgó a mirar por la ventana. Vio a una hermosa mujer sentada frente a un espejo. Así que esta es Viola, pensó mientras sus ojos se abrían de par en par. Qué demonios... ¡no es ni mucho menos fea!

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