MDSDCS 106






Mi deseo son dos camas separadas 106

La razón del matrimonio (5)



Traducción Coreano-Español: Asure



—El Maestro de la Torre de Magia ocultó la maldición del rey a la reina. Además, el sumo sacerdote manipuló astutamente el oráculo para que solo mencionara que la reina era la elegida por la divinidad. Por eso, ya no puedo permitir que la reina permanezca en un lugar como este.

—…….


Killian estaba desesperado.


—Quiero liberarla, Su Majestad. Llevarla a un lugar donde no tenga que reprimir su poder, donde no sea perseguida, donde no sea engañada y donde haya personas que compartan sus ideales.


Su plateado cabello ondeó suavemente sobre su hermoso rostro, creando una atmósfera melancólica.


—Ha sido un tormento para mí. Desde pequeño soñé con nuestro futuro. Pero en mi infancia, cuando era impotente, no pude protegerla. Y hasta ahora, he soportado y fingido no darme cuenta porque pensé que usted era feliz.


Ah, esto...

Julia se dio cuenta del significado de su dulce y suave voz. Ninguna mujer podría ignorar lo que un hombre mostraba con esa expresión.


—Aunque sea tarde, ya no puedo dejar pasar esta oportunidad.

—Señor, deténgase.


Julia lo apartó con una voz firme y digna, propia de una reina. Pero Killian, con sus ojos plateados llenos de sentimientos, le susurró:


—Le quitaré ese anillo que la mantiene encadenada. Haré que escape de sus garras, de aquellos que están coludidos entre sí.


Su mirada se posó en su mano izquierda, en el anillo que suprimía su poder mágico. Ahora solo servía como contenedor de magia útil, ya que su efecto original había sido anulado con el tiempo.

Julia parpadeó, desconcertada. Pero Killian parecía convencido de que ella se negaba a aceptar la realidad porque estaba en shock tras haber sido engañada. Su voz se volvió aún más desesperada.


—Si toma mi mano, la ayudaré. Para que todo pueda ser corregido.


Desde la ceremonia de mayoría de edad, cuando se reencontró con él, Julia había sentido algo extraño. Ahora comprendía por qué. Para Killian, el vínculo que ella recordaba como una inocente amistad infantil significaba algo completamente diferente.

Pero...

‘…Esto es obsesión’

Julia estudió cuidadosamente sus ojos plateados, fijos en ella. Lamentablemente, en su mirada no había justicia ni siquiera compasión.

Los ojos de un hombre que susurraba un amor prohibido a la reina de otro país ya no eran puros.

Julia intentó rechazarlo y marcharse. Antes de nada, debía averiguar por qué Endymion y Miladi no recordaban lo ocurrido hace doce años y si la magia que afectaba a Endymion estaba realmente relacionada con una "maldición".


—Señor… Yo…...


Pero entonces, una pregunta le vino a la mente.

¿Cómo lo sabía? ¿Cómo un noble de un reino rural como Ametrine conocía los secretos de una gran potencia como Semele?


—Señor… ¿Cómo sabe todo esto con tanto detalle?


El oráculo había sido un secreto exclusivo del sumo sacerdote durante doce años, y solo Miladi y él lo habían escuchado en persona.

Apenas recientemente se había levantado la restricción, y los altos sacerdotes acababan de comenzar a compartir la información. Incluso la propia Julia, la reina y la protagonista del oráculo, había oído hablar de ello solo el día anterior.

Además, lo único que se conocía públicamente del oráculo era que la princesa de Ametrine había sido bendecida por la divinidad.

Killian se detuvo y guardó silencio. Entre ellos se instaló un tenso silencio.

‘Sabe demasiado. Y además, lo soltó todo de golpe’

Parecía como si intentara... provocar una ruptura.

Cuando se dio cuenta de ello, las pistas encajaron rápidamente en su cabeza.

'Un lugar donde haya personas que compartan sus ideales'

Personas que rechazaban la Torre de Magia, que controlaba el uso de la magia. Personas como Hamas o Essie, que querían usar la magia por ambición personal.

‘Lobos Negros’

Un escalofrío le recorrió la espalda. Solo ellos usarían secretos tan peligrosos como armas para lograr sus propósitos.

Julia se estremeció y retrocedió un paso, pero luego se detuvo en seco.

Si lo enfrentaba directamente ahora, no podría descubrir las verdaderas raíces de los Lobos Negros: su base, sus intenciones, sus planes.

‘Por ahora…’

Julia tragó saliva disimuladamente. Killian intentaba manipularla. En ese caso…


—Dígame. ¿Cómo supo todo esto?


Tenía que fingir confusión y averiguar su verdadera intención.

Killian la miró fijamente antes de responder.


—…¿No vendría conmigo sin preguntar?

—Estoy demasiado confundida. Todo lo que sabía hasta ahora… No sé qué creer. Por favor, ayúdeme a entenderlo.


Julia fingió dudar mientras calculaba el flujo de su magia. La energía dorada que llenaba su cuerpo vibró en respuesta, esperando su orden.


—Entiendo. Es posible que aún tenga dudas porque ha sido traicionada.


Los ojos plateados de Killian la analizaron con agudeza antes de transformarse en una expresión amarga y esbozar una sonrisa.


—…Pero pronto lo comprenderá.


Con una voz gentil, chasqueó los dedos.

El aire se rasgó y una oscura y ondulante grieta apareció ante ellos.


—Pronto se dará cuenta de que yo tenía razón.




¡Crack!




El anillo plateado que suprimía la magia en su mano se rompió en pedazos.

‘Era mentira’

En la ceremonia de mayoría de edad, le había dicho que su magia se había atrofiado.

Pero ahora, frente a ella, una poderosa energía plateada fluctuaba intensamente.

Con esta fuerza, Killian podría estar entre los magos más poderosos del reino. Quizás no en el nivel más alto, pero sí en la élite.

‘Pero sigue siendo inferior a mí’

Killian extendió su mano hacia ella.


—Ahora le revelaré toda la verdad. Para que pueda tomar una decisión.


En el instante en que él sujetó su muñeca, Julia dirigió hábilmente una porción de su magia a otro lugar.

Casi al mismo tiempo, unas manos frías como el hielo la atraparon y la arrastraron al interior de la oscuridad.




Ssshhh...




En un abrir y cerrar de ojos, el jardín nocturno quedó en absoluto silencio. El espacio que había devorado a los dos se estremeció y, poco a poco, desapareció sin dejar rastro.




¡Paft!




Sin embargo, justo después, algo rasgó el vacío y salió disparado. Rodando con un sonido suave, un pequeño objeto cayó sobre la hierba mullida.




¡Tuc!




Era un anillo de diamantes de delicada artesanía. Un objeto inseparable de Julia, que lo había recibido como regalo en su ceremonia de mayoría de edad y siempre lo llevaba en el anular derecho.
















⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅
















¡Flash!




De repente, un resplandor dorado se acumuló en el diamante central. Luego, el fulgor recorrió el anillo como una ola y, como si se absorbiera por completo, se hundió en la gema.


—¡Su Majestad! ¡Su Majestad!

—¿Dónde está!


Poco después, las damas de compañía y los caballeros de la guardia, alarmados por la extraña situación, corrieron al lugar. Al ver que la reina había desaparecido y que solo quedaba su anillo, se quedaron pálidos de terror.


—¡La reina ha desaparecido!




¡Flash!




Tras un cegador destello de luz, Julia aterrizó en algún lugar. Sus ojos captaron una habitación de arquitectura familiar, pero desconocida al mismo tiempo.


—Es mi residencia. Pero nadie sabe que está aquí.


Killian le sonrió con dulzura mientras la soltaba.

Julia retiró rápidamente su muñeca de su agarre. Aunque su piel blanca y delicada no mostraba ninguna marca, una sensación gélida persistía en el lugar donde él la había tocado.

Nerviosa, frotó su piel como si intentara borrar aquel escalofrío.


—Perdóneme la falta de cortesía. Pero consideré que su rescate era lo más urgente.


Killian, creyendo que su incomodidad era producto de la confusión, se acercó con una sonrisa amable.


—Se lo explicaré todo. Pero primero, siéntese.


Bajo una gentil pero firme insistencia, Julia terminó sentada en un mullido sillón.




Zzz…




Sintió una leve vibración en el anillo de su mano izquierda, aquel que antes suprimía su magia y ahora almacenaba su poder. Pero sin dudarlo, reprimió la activación de su hechizo protector.


—Entiendo que aún no confíe en mí. Debe estar completamente confundida.


Killian no pareció notar que un conjuro acababa de ser suprimido. Julia, aliviada, decidió seguir actuando según sus expectativas.


—Mi cabeza da vueltas… ¿Cómo pudo mi esposo engañarme así?


Como si estuviera desgarrada por la duda, su voz tembló con suavidad y sus ojos amatista se llenaron de lágrimas. Killian, con una expresión apenada, le tendió un pañuelo.


—Cuando descubrí la verdad por primera vez, me sentí igual que usted. Pero es en estos momentos cuando debemos ser más sabios.


Killian tomó con delicadeza la mano con la que ella recibió el pañuelo. Julia, ocultando su tensión, lo miró con ojos temblorosos.


—Pude descubrir estos terribles secretos gracias a mis compañeros.




¡Fshhh!




Al extender su mano, el aire se rasgó y una grieta plateada apareció ante ellos. A diferencia del teletransporte anterior, esta vez se formó una fina fisura luminosa.


—Hace 12 años, caí en un coma inexplicable del que no desperté. Ni siquiera cuando usted dejó Ametrine para su matrimonio arreglado. En ese momento, ellos me encontraron, me salvaron y me revelaron la verdad: mi estado era causado por la supresión de mi magia.


Mientras hablaba con firmeza, la energía plateada de Killian comenzó a ondular a su alrededor. La grieta se expandió hasta transformarse en un portal de luz plateada.


—Gracias a su ayuda, aprendí a ocultar mi poder y viví en las sombras. Pero en ese tiempo, también descubrí la verdad sobre la magia y los secretos que han sido injustamente ocultados. Su oráculo fue uno de ellos.

—E-entonces… ¿por eso podía usar magia? Pero antes me dijo que su poder se había atrofiado…


Julia fingió sorpresa y miró con recelo la brecha plateada.


—Sí. Oculté mi magia para sobrevivir. Pero al hacerlo, comprendí la contradicción de la Torre de Magia.

—Los hermosos usan su belleza como ventaja. Los nobles utilizan su linaje como arma. ¿Por qué los magos son los únicos a quienes se les prohíbe aprovechar su talento?


Con un destello de amargura en sus ojos plateados, Killian dibujó un símbolo en el aire. A través de la grieta, emergieron imágenes como una visión mágica.


—Nos dimos cuenta de que esto no era justo. Por eso, decidimos desafiar a la Torre y recuperar nuestra libertad.


Algunos magos habían prosperado vendiendo artefactos mágicos. Otros se convirtieron en nobles tras hazañas en la guerra. Algunos usaban su magia para ayudar a los desfavorecidos.

Todos eran personas que habían logrado una vida plena fuera de la Torre. Y, a simple vista, sus sueños parecían naturales, sin atisbo de error.


—¿Puede adivinar quiénes son?


Parecía que Killian estaba midiendo cuánto sabía Julia. En este punto, fingir ignorancia solo la haría sospechosa. Así que, con astucia, respondió:


—¿Acaso… hablas de los Lobos Negros?


Su suposición fue correcta. Al oír las palabras 'Lobos Negros', un destello pasó fugazmente por los ojos de Killian.


—Así es.

—No puede ser…....


Julia cubrió su boca con incredulidad. Killian, en un tono dulce, intentó calmarla.


—Seguramente, lo que ha escuchado hasta ahora es una versión muy distinta. Que son terroristas que desestabilizan la paz, que siembran el caos. Pero todo eso es mentira. Así como el rey de Semele le ha mentido a usted.

—Entonces… ¿qué debo hacer ahora?


Las largas y delicadas pestañas de Julia temblaron con fragilidad. Su expresión mostraba una angustia cuidadosamente calculada.

Killian ocultó su satisfacción y continuó con ternura:


—Escúcheme bien. A partir de ahora, crearemos un mundo donde los magos puedan vivir en libertad.

—¿Libertad…?

—No queremos provocar división como dice la Torre. Solo queremos cambiar la ley que nos obliga a someternos a su control. Queremos diálogo.


Sonrió, como si tratara de disipar cualquier inquietud.

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