AFDEAM 82



Aflicción de Amor 82




TRADUCCION: ASURE


Apenas dijo esa frase, Jiang Ling quiso golpearse la cabeza contra la pared.

Inmediatamente se le vino a la mente la imagen de una mujer loca, aferrada a las piernas de un hombre y diciendo:


—¡¡¡Tienes que hacerte responsable de mí!!!


Tuvo un escalofrío, el cuerpo le tembló, y agitó la mano:


—Dije tonterías, era broma. Es que como me salvaste la otra vez, pensé en invitarte a cenar.


Tan pronto como terminó de hablar, se adelantó para pasar junto a Xu Zhilin. En la parte que él no podía ver, se sonrojó al instante hasta la raíz del cuello.

Y se perdió la expresión de Xu Zhilin en ese momento. La sonrisa que siempre tenía escondida en sus ojos se desvaneció por un instante, también conmocionado y sin reacción ante su frase sin sentido.

El hombre, despojado de su sonrisa, parecía serio. Sus ojos, oscuros y profundos, miraron la espalda de la mujer, y la porción de pantorrilla blanca y delgada que se dejaba ver.

Cerró los ojos y, al abrirlos de nuevo, ya había reprimido sus emociones, luciendo nuevamente su sonrisa indolente, siguió a Jiang Ling fuera del local.

Al final, el restaurante fue elegido por Xu Zhilin, la comida fue ordenada por él, con destreza pidió dos bebidas.

En realidad, Xu Zhilin no solía beber refrescos. Le gustaba el alcohol, pero bebía de forma controlada, solo la cantidad justa. Sin embargo, considerando que estaba con Jiang Ling, optó por tomar bebidas sin alcohol.


—El pescado de este lugar es muy bueno, pruébalo.


Jiang Ling asintió.

El ambiente del restaurante era tranquilo, con música de piano de fondo. Había muchas parejas y matrimonios cenando allí.

Ella no habló, se concentró en comer con la cabeza baja. Al rato, escuchó a Xu Zhilin preguntar:


—¿Qué estudiaste en la universidad?

—........


Preguntando justo por lo que menos quiere hablar. Jiang Ling levantó la vista:


—Chino.


Xu Zhilin se sorprendió un poco, pero sin hacer una mueca exagerada, preguntó con una ceja alzada:


—¿Chino como lengua extranjera?

—Mhm.


Xu Zhilin cortó un trozo de carne y preguntó despreocupadamente:


—Pero no estudiaste eso en la licenciatura, ¿verdad?


Jiang Ling había estudiado ciencias en la secundaria, así que naturalmente su pregrado no era en ese campo. Hizo un —mhm— de nuevo y dijo:


—Estudié Finanzas.


Xu Zhilin levantó las cejas con genuina sorpresa:


—¡¿Finanzas?! Eso no me lo esperaba.

—Lo elegí al azar, ¿quién iba a pensar que entraría de verdad?


Jiang Ling se encogió de hombros.

Xu Zhilin sonrió:


—Claro, me acuerdo que en la secundaria te dormías hasta en clase de Matemáticas, no me imaginé que estudiarías algo relacionado con números.


Jiang Ling apoyó la barbilla y revolvió la ensalada, murmurando desanimada:


—Mis notas de Matemáticas en el examen de ingreso a la universidad fueron bastante buenas, de hecho.

—¿Cuánto sacaste?


Jiang Ling abrió la boca, la cerró de nuevo y chasqueó la lengua:


—Decir mis notas de Matemáticas delante de usted es humillarme a mí misma.


Xu Zhilin sonrió.

Después de comer un rato, Jiang Ling puso la excusa de ir al baño. Después de lavarse las manos, se retocó el labial frente al espejo y se quedó mirando su reflejo por un momento.

Al salir, fue directamente a pagar, y le respondieron que —el señor que la acompaña ya pagó la cuenta—.

Jiang Ling regresó a la mesa:


—¿No se suponía que yo te invitaba?


Xu Zhilin estaba completamente tranquilo:


—No tiene sentido que una estudiante le pague la cena a su profesor. Tendrás otra oportunidad de invitarme la próxima vez.


La segunda parte de su frase era pura mentira, Jiang Ling lo sabía sin pensarlo. Puso los ojos en blanco disimuladamente:


—La otra vez dijiste que no te tratara como profesor, y ahora otra vez somos profesor y estudiante.


Hizo una pausa después de decir eso y añadió:


—Maestro irrespetuoso.


Xu Zhilin no pudo evitar reírse. Levantó la mano y acarició el cabello de Jiang Ling:


—Estaba demasiado borracho ese día. Ahora ni me atrevo a tocar el alcohol de esa manera.


El —toque en la cabeza— seguido inmediatamente por esa frase hizo que el rostro de Jiang Ling se enrojeciera por completo, desde el cuello hasta las puntas de las orejas.

Xu Zhilin abrió el coche. Al voltear a verla, notó que el rostro de la chica estaba rojo, con mechones de cabello dispersos por el viento que se le pegaban a la barbilla. No sabía si era por la vergüenza, pero tenía gotas de sudor en la punta de su pequeña nariz.

Qué piel tan sensible.

Xu Zhilin pensó en la chica de la secundaria que tuvo el valor de irrumpir en el vestuario de hombres, y en la mujer de buena figura de aquella noche. Ninguna parecía tener la piel tan delgada.

Cuando iban a mitad de camino, Xu Zhilin contestó una llamada.

Al colgar, levantó la mano, miró su reloj y preguntó:


—¿Tienes algo urgente que hacer ahora?

—No, no.


dijo Jiang Ling con consideración.


—Si tienes algo urgente, déjame en la calle y yo tomo un taxi para volver.

—Si no tienes prisa, ven conmigo un momento a mi casa.

—?


Xu Zhilin continuó:


—Necesito recoger algo para entregárselo a alguien. Es bastante urgente. ¿Luego te llevo a tu casa?


Jiang Ling asintió y dijo obedientemente:


—Está bien.


El lugar donde vivía Xu Zhilin estaba en la dirección opuesta al apartamento de Jiang Ling, cruzando la ciudad universitaria. Sin embargo, los edificios de apartamentos de esa zona eran muy parecidos y, a primera vista, Jiang Ling pensó que había llegado a su propia casa.

Siguió a Xu Zhilin escaleras arriba. Él estaba muy tranquilo, le dio un par de pantuflas y le indicó que se sentara donde quisiera, y luego se dirigió directamente a su estudio.

Su habitación era similar a él: limpia y ordenada. En una mesa, en la esquina, había un ramo de flores secas, probablemente para no tener que preocuparse por mantenerlas vivas. En la estantería detrás del sofá había una pila de certificados de honor, pero a diferencia de algunas personas que los exhibían, Xu Zhilin los tenía apilados, cerrados, en el estante.

Xu Zhilin terminó de ordenar sus cosas y salió del estudio. Vio a la muchacha apoyada en la ventana, presionando con fuerza la cara contra el vidrio, tanto que de perfil se veía la punta de la nariz deformada.


—........


Xu Zhilin se acercó y golpeó el cristal de la ventana con los nudillos:


—¿Qué haces?

—Ah.


Jiang Ling se enderezó.

Xu Zhilin echó un vistazo por la ventana y vio el huevo que antes había tirado en el vaso, puesto en el alféizar. Levantó la mano, abrió la ventana:


—¿Mirando esto?


Jiang Ling volvió a asomarse, tomó el vaso, y ladeó la cabeza:


—¿Este es el que te di hace tiempo?

—Mhm.


Sus finas cejas se fruncieron:


—¿No se suponía que saldría un patito?

Xu Zhilin: —Tal vez no hubo tiempo suficiente.

—¿Cuándo lo pusiste?

—Hace unos días.


dijo el hombre apoyado en la ventana, con un aire despreocupado,


—Lo olvidé.


Jiang Ling bajó la mirada hacia el huevo empapado en agua, dijo —oh—, sus dedos se curvaron inconscientemente. Volvió a colocar suavemente el vaso en el alféizar de la ventana.

De vuelta en el coche.

Xu Zhilin condujo hasta el aeropuerto, soltó un —Será rápido, espérame en el coche— y se bajó.

La mirada de Jiang Ling siguió su espalda y se detuvo cuando él se paró frente a una mujer.

La mujer era muy hermosa. Aunque desde el ángulo de Jiang Ling solo podía verle media cara, era innegable que era una belleza. Su largo cabello negro caía como una cascada, sus labios eran de un rojo intenso, y su cuello era blanco y delgado, luciendo distante pero seductora.

Ella y Xu Zhilin se veían increíblemente bien juntos.

Una pareja que, con solo verlos, se sentía que encajaban, a diferencia de ella y Xu Zhilin, que a primera vista todos veían como una relación de profesor y estudiante.

Entonces, la mujer abrió los brazos, abrazó a Xu Zhilin, le dio dos palmaditas en la espalda y luego giró un poco la cabeza para darle un beso en la mejilla, se despidió con la mano y se dirigió a la puerta de embarque con su maleta.

Jiang Ling retiró la mirada con calma, sintiéndose frustrada, y exhaló lentamente.

Xu Zhilin se quedó de pie un rato, observándola hasta que desapareció por el control de seguridad, y luego regresó al coche.


—¿Te llevo directamente a casa o a algún otro sitio?


preguntó Xu Zhilin mientras se ponía el cinturón de seguridad.

Al no obtener respuesta, hizo sonar los dedos frente a Jiang Ling.

Jiang Ling volvió en sí, lo miró en silencio durante unos segundos, luego le sonrió dulcemente:


—Llévame a casa, gracias, Profesor Xu.


He Nan estaba muy angustiada últimamente.

Después de irse al extranjero, se dio cuenta de que la vida en el extranjero era bastante aburrida. Uno de sus mayores placeres en la vida era tomarle el pelo a Jiang Ling.

Hacía poco se había dado cuenta de que Jiang Ling se había enamorado del legendario Profesor Xu, y solía bromear para provocarla, logrando fácilmente que la muchacha se pusiera roja como un tomate.

A He Nan le parecía adorable y muy divertido, pero por desgracia, esa diversión se había reducido a la mitad últimamente.

Jiang Ling ya no reaccionaba al escuchar el nombre de Xu Zhilin.


—Cariño, cuéntame qué diablos está pasando.


Jiang Ling abrió la boca. He Nan le dio una cereza para que comiera. Ella levantó los párpados con un tono indiferente:


—Ya no me gusta.


Sonaba genial, como una mujer cruel que se acuesta con alguien y se va sin más. Si no hubiese pasado un tiempo con ella, He Nan habría pensado que había encontrado a otra persona como ella.

Pero ahora sabía cómo era Jiang Ling, así que se rio entre dientes, la rodeó con el brazo por el cuello y la atrajo hacia sí.


—Con lo chiquita que es tu panza, ¿será que nuestro gran Profesor Xu hizo algo para molestarte?


Jiang Ling hizo un puchero, se inclinó hacia adelante y golpeó su barbilla contra el borde de la mesa:


—Nan Nan.

—Mhm.

—Una vez le regalé un huevo a Xu Zhilin.

—?

—Son de esos que se riegan y sale un patito.

—??

—¡¡Xu Zhilin no lo cuidó bien en absoluto, tiró el huevo en un vaso y el vaso lo dejó en el alféizar de la ventana, ni siquiera sabe qué día empezó a 'incubarlo'!!

—???


He Nan estaba conmocionada. Organizó sus pensamientos:


—No, a ver, ¿tú crees que un profesor de Matemáticas, con un alto nivel educativo y un gran intelecto, debería estar interesado en esa cosa inútil?


Lo que realmente sorprendió a He Nan fue que Xu Zhilin se hubiera puesto a —incubar— el huevo.

Jiang Ling la fulminó con la mirada para corregirla:


—No es una cosa inútil.

—Está bien, está bien, ya entendí.


He Nan agitó la mano, sintiéndose agotada.


—Bueno, aparte de este crimen, ¿hay algo más?


Jiang Ling guardó silencio por un momento y luego dijo:


—Besó a una mujer.


He Nan se dio una palmada en la mano y levantó el pulgar:


—¡Hermana! ¡Esa es la clave! El estúpido proceso de incubar ese maldito huevo no vale nada.


Apenas terminó de hablar, miró la expresión de Jiang Ling y se dio una suave bofetada: 


—Psch, no es un huevo inútil, no es un huevo inútil.

—.......


He Nan era puro impulso, y a los pocos días, ya estaba arrastrando a Jiang Ling fuera de casa. La excusa era que hacer amigos le hacía bien a la salud física y mental.

Jiang Ling estaba asustada por el incidente del primer día en que se conocieron, y al principio se negaba a ir. Solo después de que He Nan le garantizó una y otra vez que no era un lugar inapropiado, la siguió.

Aunque, una vez que llegaron, Jiang Ling sintió que era peor que esos lugares inapropiados.


—Permítame preguntar, señorita Jiang, ¿de qué parte de China es usted?


Jiang Ling miró a los dos chicos sentados frente a ella. He Nan, por supuesto, había elegido bien, pero la forma en que hablaban era extraña.

Jiang Ling jamás había conocido a un estudiante extranjero joven que comenzara una pregunta con —Permítame preguntar—.

¿Permítame preguntar dónde está el camino?


—Pekín.


Ella respondió con una sonrisa, y luego miró inexpresivamente a He Nan, que estaba sentada a su lado.

Los ojos de zorro de He Nan se entrecerraron de gusto y le devolvió la mirada sonriendo.

Jiang Ling se inclinó hacia adelante y le susurró al oído:


—Explícame, ¿qué está pasando aquí?


He Nan también bajó la voz, enfatizando cada palabra:


—Nuevos amigos.


Jiang Ling arrugó la nariz:


—¿Vinieron de otra época? Hablan muy raro.


He Nan se apartó el cabello con cuatro dedos. Jiang Ling se acercó un poco más. He Nan dijo misteriosamente y con un toque de presunción:


—Hermana, sé que te gusta este tipo, así que busqué especialmente a un cerebrito del departamento de Matemáticas.


Ella le guiñó un ojo:


—¿A que este chico es más interesante que el Profesor Xu?

—.......


Él de verdad no veía dónde estaba lo interesante, ¡y el propio Xu Zhilin ni siquiera era así!

Las dos terminaron su intercambio secreto, se separaron de nuevo, actuaron como si el cuchicheo nunca hubiera existido y tomaron un sorbo de café con calma.

El chico sentado frente a Jiang Ling preguntó de nuevo:


—¿Usted también es hija única en su familia?


Jiang Ling suspiró:


—Sí.

—¡Qué casualidad, yo también soy hijo único!


Jiang Ling se apoyó en la mano y levantó los párpados:


—Ah, en mi clase de antes, el 80% eran hijos únicos.


Para nada casualidad.

He Nan se tapó la boca y soltó una risita. El chico de enfrente todavía no captó el doble sentido y siguió hablando sin parar. Al final, el tema giró y dijo:


—Ha sido una conversación muy agradable. Además, creo que usted también es de mi tipo. Si está dispuesta, podríamos salir y ver si funciona.


Con esa declaración tan formal, Jiang Ling ya podía prever que si alguna vez peleaban, él probablemente le escribiría un largo informe analítico para resolver el problema.

Mientras pensaba en cómo rechazarlo, la puerta de la cafetería se abrió, y el tintineo de la campanilla sonó dulcemente.

El chico de enfrente se levantó de repente, con los ojos brillando de admiración. Jiang Ling sintió que su respuesta ya no era importante en ese momento.

El chico estiró el cuello y agitó ambas manos con fuerza hacia la entrada, alzando la voz con energía:


—......¡Profesor Xu!

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