Princesa de dos caras 58
Apolonia se quitó el tocado con una mano temblorosa. Era un hermoso rubí de color rojo sangre que su madre le regaló cuando era una niña, diciendo que combinaba bien con sus ojos. Su pelo medio recogido caía en cascada sobre sus hombros y su cintura, pero sus ojos y su mente estaban fijos únicamente en la mano de Uriel.
Sin palabras, Apollonia tomó el trozo de cristal de la mano de Uriel. Luego raspó la parte más afilada de la piedra con la superficie del rubí sin dudarlo.
"¡Qué....!"
"Era verdad"
Una antiestética marca quedó en el centro del recuerdo de su madre, que brillaba sin mancha.
"No pensé que fuera un objeto que pudiera destruirse por la fuerza"
"Uriel, ¿sabes qué significa esto?"
Apollonia, que sostenía el rubí en su mano como si hubiera perdido su valor en un instante, no sentía ningún pesar. Ya no era importante.
"Sólo hay una cosa en el mundo que puede rayar un rubí aparte de la magia"
"...No me digas"
"Cuando dijo que el Monte Calt guarda las piezas del imperio, no se refería a las piedras de maná"
Todo tenía sentido ahora.
"Calt era una mina enorme. La mayor mina de diamantes del continente"
El anterior emperador no la dejó sola en manos de su padre y Petra. En la superficie, Gaius parecía haber tomado toda su herencia, pero no era cierto. El verdadero legado estaba en la devastada y dura Lishan. Una riqueza que podía hacer temblar la economía del continente. Lo mantuvo en secreto y finalmente lo entregó a su sucesor.
"¿La desaparición de la piedra de maná fue sólo una distracción?"
Uriel miró la pieza de diamante como si no pudiera creerlo.
"No, más bien, era correcto suponer que la piedra de maná estaba aquí"
La voz de Apolonia tembló
Su querido abuelo, el gran y valiente emperador. ¿Cuánto sabía ella de sus pensamientos internos? ¿Desde cuándo su abuelo había empezado a dudar de la gente que le rodeaba? ¿Había confiado alguna vez en alguien?
"No existía ninguna maldición en el monte Calt. Era una mina de joyas inaccesible porque estaba llena de monstruos. Resulta que mi abuelo lo sabía y utilizó una gran cantidad de magia dentro de las piedras de maná y los conjuros para ocultarla", dijo, sin poder controlar su temblor.
"Para ahuyentar a los intrusos, hizo arder las montañas, plantó un árbol de aspecto extraño como cobertura y dejó que la ya devastada Lishan se volviera más desolada y corrupta, aislándola del resto del imperio..."
Es posible que supiera que dejar la tierra a los vasallos en nombre del señor destruiría y perjudicaría a los residentes. Que la gente moriría en el proceso.
'Un verdadero emperador sabe sacrificar el ganado por un bien mayor'
La voz del emperador resonó en su mente. Un gobernante sabio que se preocupaba por su pueblo con un sentimiento cálido y una racionalidad fría. Al final, demostró ser un emperador con una voluntad de hierro.
"No entiendo una cosa"
Uriel la miró con dulzura.
"¿El mecanismo para asegurar el acceso también sirve para probar al heredero legítimo?"
Miró a través de la profunda herida en el hombro de Apollonia que le hizo el monstruo. El trozo de tela atado a su hombro estaba manchado de sangre. Sus palabras penetraron aún más en el pecho de Apollonia.
"Lo sé". Tragó una vez y continuó. "Estaba escrito en la piedra antes".
Parecía que su temblor había empeorado.
"No es sólo cuestión de probar la elegibilidad que es tan simple como poner la palma de la mano en la piedra. El abuelo probablemente predijo lo que sucedería. En otras palabras: ...."
"Puedes dejar de hablar"
La cortó Uriel, que se imaginaba algo.
Pero Apollonia no le hizo caso.
"El heredero que fue asesinado por un monstruo o por el fuego inevitablemente no puede heredar la mina"
Se rió amargamente. Por fin encontró la respuesta a las preguntas que tenía desde joven, aunque no fuera una que quisiera escuchar.
¿Por qué el emperador, que durante toda su vida sólo había bebido el té que otros le servían, de repente mandaba a la gente a coger la tetera él mismo? ¿Por qué el agua del té del emperador estaba hirviendo ese día? A diferencia de otros ancianos, él estaba sano y nunca temblaba, pero ese día derramó el té caliente sobre el brazo de su nieta.
Para probar si se quemaba.
Siempre ponía a prueba a Apolonia. Sus cualidades, sus conocimientos, sus habilidades, su capacidad física.
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