Sábado, 22 de Mayo del 2021

Princesa de dos caras 57

"Lishan... ¿Cuál es la verdadera razón por la que viniste al Monte Calt? Estoy seguro de que no querías quemarte"

Uriel hizo la pregunta que Apollonia intentaba evitar. Ella exhaló profundamente. Sería inútil seguir ocultándolo.

"El lugar más peligroso. Donde nadie puede acceder. Donde nadie puede predecir. Escondí las piezas del imperio en ese corazón"

Murmuró la voluntad del Emperador. Era como un hechizo interminable, pero Uriel tenía una corazonada.

"...¿De quién es esa palabra?"

"De mi abuelo. Fui a verlo justo antes de que muriera después de beber el té que mi padre había preparado"

Apolonia se mordió los labios. Era una historia que nunca había contado a nadie.

"Supe de la traición de mi padre y tuve un momento para visitar a mi abuelo antes de que muriera"

Uriel escuchó en silencio. No parecía sorprendido en absoluto, pero un poco de compasión rozó su rostro.

"En esos breves momentos, sólo dijo esas palabras. Quizá no tuvieran sentido porque ya estaba a las puertas de la muerte... pero no puedo evitar querer entender lo que quería decir"

Se sentaron en el cráter, precisamente entre la montaña en llamas y el centro del corazón. Las llamas estallaban por todas partes, pero el lugar estaba lo suficientemente tranquilo como para ser considerado pacífico.

"Estoy seguro de que mi abuelo tenía un montón de piedras de maná, pero no pude encontrarlas en ningún sitio después de su muerte, así que supuse que las escondió aquí...."

Uriel se levantó en silencio mientras la escuchaba.

¿Había dicho algo ridículo?

Era una historia importante, pero en lugar de escuchar, le dio la espalda a Apollonia y se dirigió al centro del corazón.

"¿Uriel?" 

Apollonia le siguió. Al acercarse al centro del cráter, se detuvo y le dio la espalda.

"Creo que lo he encontrado"

"¿Qué?"

Apollonia se acercó al lugar donde se detuvo la mirada de Uriel. En el centro del corazón de Calt, una piedra gigante se alzaba sola como si estuviera guardando algo. Cuando miró de cerca, había una palabra grabada en la piedra como una lápida.

Sólo el toque del Emperador que haya demostrado estar capacitado revelará las piezas del Imperio

La piedra emitía un extraño brillo bajo la luz. Tenía una gravedad que la hacía parecer demasiado preciosa para tocarla sin cuidado, pero al mismo tiempo, un aire de tentación que la atraía. Como si estuviera poseída, Apolonia colocó su mano derecha en el centro de la piedra.

¡Rumble!

Una luz dorada brotó del lugar donde Apolonia tocó, y al mismo tiempo toda la montaña retumbó de forma ensordecedora.

Antes de que pudiera retirar la mano, la luz se extendió desde la piedra.

"¿Qué? ...."

Antes de que terminara de hablar, la luz llenó por completo el corazón de Calt.

¡Rumble!

Mientras la luz dorada se extendía por toda la montaña, las llamas que la quemaban fueron absorbidas por la inmensa luz. Entonces la montaña tembló hasta el punto de que a Apolonia y a Uriel les resultaba difícil mantenerse en pie.

Cuando la luz intermitente se volvió cegadora, todo se detuvo. No había llamas, ni vibraciones, ni ruidos. La luz deslumbrante comenzó a desvanecerse.

"Su Alteza"

Para cuando sus sentidos regresaron, la clara voz de Uriel sonó en sus oídos. Sus largos brazos la rodeaban con fuerza.

¿Se tambaleaba porque la luz era demasiado fuerte?

Cuando Uriel se dio cuenta de que ella estaba bien, movió lentamente su mirada hacia otra cosa. 

"Por favor, mira"

Estaba observando algo lentamente. Apollonia también miró hacia donde él miraba.

El fondo del cráter era de tierra y piedra como antes, pero algunos lugares brillaban de alguna manera. Sin embargo, era diferente del color dorado que cubría la montaña. A primera vista, era como un grano de arena de la playa, sólo que mucho más radiante.

Como la pequeña corona de laurel que llevaba en la cabeza durante la ceremonia de su mayoría de edad.

"De ninguna manera..."

En cuanto Uriel se agachó y recogió un brillante trozo de piedra, Apolonia habló involuntariamente.

"De ninguna manera... eso es ridículo"

Uriel recogió algo que parecía un cubo de cristal transparente. La piedra era muy bonita y pulcra, quizás había estado enterrada en un volcán durante mucho tiempo. Sin embargo, lo que llamó la atención fue el misterioso brillo que reflejaba fuertemente la luz de todos los lados.

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