Domingo, 14 de Febrero del 2021

Princesa de dos caras 30

Pero era un territorio inútil. El orden público era terrible, y la tierra era estéril. La provincia había sido abandonada a su suerte. Sin una forma de comunicarse con la capital, se había convertido en un refugio para ladrones y bandidos.

"Es como los rumores. Es una zona llena de forajidos, y los desastres naturales ocurren a menudo. Es un lugar muy peligroso". Sid acababa de regresar de una visita a la provincia.

"Pero el abuelo me lo regaló".

"¿O tal vez todavía lo tienes sólo porque nadie más lo quiere?"

"Es posible".

Pero Apollonia realmente quería ir allí, y verlo con sus propios ojos. No se lo había contado a nadie, ni siquiera a Sid, pero su abuelo le había contado un secreto sobre Lishan. Sus palabras resonaban con fuerza en sus oídos.

"El lugar más peligroso. El lugar infranqueable. Un lugar que nadie puede predecir. En ese lugar, escondí un trozo del corazón del imperio".

Pascal III decía a menudo esas cosas delante de Apollonia cuando estaba vivo. A veces tarareaba las palabras como una canción, y otras las murmuraba en voz baja como si hablara consigo mismo. Pero nunca había dicho esas palabras delante de nadie más que de Apollonia. Como si fueran un enigma sólo para ella.

La última vez que ella había escuchado esas palabras... había sido el momento antes de que él muriera. Gaius había matado a su madre Elenia delante de ella hacía sólo unas horas, y ella se había escondido en la habitación de su abuelo. Él la había consolado, y ella le recitó las palabras entre sus lágrimas. Ese fue su último recuerdo de Pascal III. Por eso era importante ver la tierra, aunque fuera peligrosa, o el enigma resultara infructuoso.

Y si era posible, había una persona que quería que la acompañara.

"¿Está listo el mago?", le preguntó a Sid.

"Por supuesto. Se hará pasar por uno de mis familiares".

Apollonia y Sid sonrieron.

Después de la ceremonia de mayoría de edad, cuando fuera libre de hacer lo que quisiera, tenía que encontrar la manera de enfrentarse al emperador. Si lograba atrapar a Uriel Biche, sería el comienzo perfecto para su plan.

****

La ceremonia de mayoría de edad de la princesa iba a ser una magnífica fiesta. Aunque no sería tan grandiosa como podría haber sido, ya que no contaba con el favor del emperador, seguiría siendo bastante fastuosa. Después de todo, ella era la única princesa del imperio.

No había pasado mucho tiempo desde la fiesta de bienvenida de la reina, pero los nobles que habían sido invitados no querían perder la oportunidad de impresionar a personas influyentes. Así que no era de extrañar que innumerables carruajes galoparan frenéticamente por las puertas de palacio el día de su mayoría de edad. Sin embargo, el caos fue algo bueno para Apollonia, ya que tuvo que pasar de contrabando a un mago.

"Qué lástima... ¡Quería empezar el día viendo a Su Alteza con su vestido de llegada a la edad adulta!"

Sid había sido designado para escoltarla hasta el palacio para la ceremonia, y le refunfuñó mientras caminaban.

"Es sólo un vestido blanco con algo de encaje. Es aburrido".

"¡No, el vestido en sí no importa! Lo que importa es cómo te queda. Por cierto, ¿por qué me interesa tanto el vestido de una mujer?", se rió.

"Sin embargo, ahora llevo un vestido. ¿En qué se diferencia?"

"Seguro que no hay otra mujer en todo el imperio tan indiferente a su llegada a la edad adulta como vos, Alteza".

Apollonia replicó que llevaba meses esperando su ceremonia de mayoría de edad. Pero Sid la contradijo.

"Es diferente estar interesado en convertirse en adulto que estar interesado en la ceremonia en sí".

Parecía que tenía más cosas que quería decir, pero guardó silencio después de eso. Salió del Palacio de las Estrellas antes de tiempo. No creyó que Apollonia le siguiera escuchando. Por supuesto, no se olvidó de recordarle que tuviera cuidado con los hombres antes de irse.

No era realmente un recordatorio necesario para alguien que había pasado toda su vida tratando de no morir a manos de su traicionero padre, pero Apollonia se lo agradeció de todos modos y lo despidió.

Los preparativos se completaron esa noche, y Apollonia entró en la sala del banquete justo a tiempo.

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