PDDC 102

Martes, 19 de Octubre del 2021

Princesa de dos caras 102

"¿Quién eres tú?"

Apollonia entrecerró los ojos y examinó el aspecto del chico. Era la primera vez que se encontraba con este chico.

La ropa de alta calidad con bordados dorados en el cuello mostraba su distinguida condición. Eso era aún más extraño. Si fuera un noble, ella habría reconocido su rostro antes.

"Déjame ir"

Pero en cuanto el chico levantó la cabeza, Apolonia se acordó de alguien.

Era un chico guapo, con un rostro pequeño y encantador y un pelo ondulado que le cubría las orejas y le llegaba al cuello. Parecía dócil, unos años menor que ella, probablemente.

Sus ojos redondos eran rojos con un brillo dorado. Sólo ella y el anterior emperador tenían esos ojos.

"...Pequeño Gran Duque de Evinhart"

El chico pareció ligeramente sorprendido cuando su título salió de la boca de Apolonia, pero pronto sonrió. "Es un honor conocerle. Su Alteza, soy Caelion".

Apollonia le hizo una seña a Uriel para que le quitara la espada del cuello al muchacho. 

"¿Qué estabas haciendo aquí? He oído que estás enfermo"

"Era muy sofocante estar en mi habitación todo el día, así que salí. Luego me perdí. Así que cuando vi que venía alguien, me escondí, pero no esperaba que fueras tú..."

Inclinó la cabeza y miró atentamente el rostro de Caelion. No parecía haber ningún problema con su voz, su complexión o sus movimientos. No era diferente de otros chicos de su edad.

"Así que tu enfermedad es sólo una mentira"

Apollonia era consciente de por qué el gran duque se esforzaba tanto en evitar los ojos del emperador. Pero no esperaba confirmar sus mentiras con sus propios ojos.

Las pupilas del muchacho se estremecieron al escuchar a Apollonia. Ella pudo ver cómo tragaba nerviosamente, claramente asustado. Por un momento sintió lástima. Él, que parecía estar acostumbrado a inclinarse ante los demás, le recordaba a ella misma.

¿Debo decirle que tenga cuidado y enviarlo de vuelta? No estoy segura de que nuestra conversación fuera audible. Por supuesto, lo negaría si le preguntara. Pero por mucho que escuchara, cualquier persona con sentido común no lo denunciaría a nadie, sobre todo si tenía que jugar a fingir delante del emperador.

No debería ser un problema si se limitaba a hacer la vista gorda. Pero cuando ella pensó eso, una respuesta inesperada salió de su boca.

"...Es casi como si el rumor de que Su Alteza es tonta e ingenua fuera completamente falso"

Antes de ser preguntado, confesó que había escuchado su conversación. Era una afirmación tan provocativa que no encajaba con esa apariencia mansa y dócil.

Shiing-

Uriel volvió a sacar la espada antes de que pudiera volver a abrir la boca.

"Alto"

Apollonia levantó la mano para detener a Uriel.

"Tienes buen oído, pequeño gran duque. ¿Cuánto has oído?"

preguntó suavemente mientras se esforzaba por reprimir su desconcierto.

Por supuesto, para Caelion, sonó como si ella amenazara con acabar con su vida dependiendo de su respuesta. Así que sus pupilas se dilataron una vez más.

"...¿Que Su Alteza es quien compró el té Dharmayu, que empujó a otra mujer a su propio prometido, y que tenía un plan de negocios...?"

Tembló ligeramente, contando los dedos inocentemente hasta el punto de parecer descarado.

Apolonia se mordió los labios. 

"Lo has oído todo y has descubierto la situación"

Le hizo un gesto a Caelion para que se levantara.

"¿Me estás amenazando?" Su voz perdió cualquier rastro de ternura

"..."

"Pequeño Gran Duque, ¿sabes cuántas personas tienen accidentes en este gran palacio?"

Caelion se estremeció ante sus ominosas palabras. Luego inclinó la cabeza y recitó en voz baja: 

"...Si pudieras ayudarme, ¿no podría vivir?"

"...¿Qué acabas de decir?"

Su expresión era seria. 

"Su Alteza, no, Hermana, por favor ayúdeme. Entonces no le diré a nadie este secreto"

Logró terminar lo que tenía que decir a pesar de su voz temblorosa. Luego fijó su postura y se quedó quieto.

"Has venido a mí a propósito"

Apollonia decidió quitarse la máscara de inmediato. Igual que el chico que tenía delante. 

"Oíste la conversación e hiciste ruido a propósito. Para llamar mi atención y hacer un trato conmigo"

Por lo que ella sabía, el pequeño gran duque sólo tenía quince años este año. Pero este chico de aspecto inocente resultó ser astuto y audaz.

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