LFEDAM 42

Miércoles, 23 de Junio del 2021

La Falsa Esposa del Archiduque Monstruoso 42

Aunque mi cuerpo se haya acostumbrado a él, no debo dejar que mi corazón también sea víctima de él. A pesar de ser plenamente consciente de ello, Vivian seguía sintiendo cómo su mente se iba quedando poco a poco en blanco, completamente blanca. Su cintura temblaba, siguiendo el ritmo de sus dedos, antes de que empezara a soltar sus gemidos mientras gemía hasta la saciedad.

En cuanto se acercó el clímax, se desprendió inmediatamente de todo antes de dejar que su cuerpo se deleitara con el resplandor. Su dedo rígido acabó empujando la sábana mientras sus paredes seguían apretándose con fuerza contra los dedos de él que estaban enterrados en su interior.

Por mucho que intentara negarlo, Vivian seguía sintiendo el clímax con intensidad hasta el momento en que los dedos de él, que habían estado penetrando sus entrañas, se calmaron por fin. El agitado movimiento de sus muslos y cintura mostraba claramente la sensación que acababa de experimentar.

Knox acabó sacando los dedos de sus pliegues. Una vez que sus dedos se retiraron, sus jugos de amor comenzaron a salir de su entrada al mismo tiempo.

Mientras se deleitaba con su lugar empapado y brillante, se desabrochó inmediatamente el cinturón. Simultáneamente, Vivian tragó saliva al ver su miembro rígido que parecía haber aguantado hasta ahora.

"Querida"

Knox la llamó cariñosamente. Cuando la mirada llena de lágrimas de Vivian se entrelazó con la suya, el beso de Knox siguió inmediatamente.

Sin embargo, sólo duró un instante. Los ojos de Vivian se abrieron de par en par, sorprendida, cuando las manos de él se volcaron repentinamente sobre su cuerpo.

"¿Kno, Knox? ¿Qué estás haciendo?"

Estaba apoyada a cuatro patas, como un perro, lo que hizo que la vergüenza olvidada de Vivian se disparara hacia arriba.

Incluso cuando trató de levantar la cabeza, ésta quedó naturalmente clavada en la almohada. La cintura de Vivian se arqueó inmediatamente hacia atrás cuando su miembro le atravesó las entrañas de golpe, sin previo aviso.

"¡Aahh!"

Vivian no tardó en aferrarse con fuerza a la almohada. No le dio tiempo a adaptarse a su fuerte agarre que la aferraba a sus caderas levantadas mientras tiraba aún más de ella, que acabó golpeándose contra su propio estómago.

Knox, que había estado aguantando todo este tiempo, finalmente reveló la profundidad de su verdadero deseo.

No había absolutamente nada que Vivian pudiera hacer contra ese intenso empuje suyo, salvo llorar a mares. Más que avergonzarse de la postura actual de su propio cuerpo, lloraba por la sensación que le producía todo aquel roce con un lugar desconocido, lo que la hacía sentirse perdida.

"¡Hic, uhhh, Ah... haaa, Knox.....!"

¿Había llegado un momento en que se había vuelto tan difícil sólo decirle que se lo tomara con más calma? Vivian era actualmente incapaz de hacer siquiera una cosa sencilla, que era mover los labios sólo unas pocas veces.

Siempre que sus cuerpos habían chocado apasionadamente entre sí, los labios de Vivian sólo podían emitir respuestas tan crudas.

Como si no fuera consciente de los gemidos de Vivian, que se iban truncando por momentos, Knox se había mantenido ocupado con sus continuos empujones.

Ya no pudo retenerse cuando vio cómo su miembro entraba y salía del lugar que parecía aferrarse a él con firmeza... igual que cuando se había aferrado a sus dedos antes. Apenas se aferraba a su hilo de raciocinio que estaba a punto de romperse como aquel día.

"Realmente me haces enloquecer. No importa ahora o incluso entonces, sigues estando muy apretada"

Un gruñido grave de una bestia se escuchó resonando en todo el dormitorio. A pesar de que estaba recubierto por los sonidos de aplastamiento de la piel superpuesta, Vivian todavía podía oírlo tan vívidamente que la hizo enterrar su cabeza aún más en la almohada.

"Ja... ¿no puedes relajarte un poco?"

Vivian sacudió la cabeza con furia ante la petición de Knox. Simplemente no sabía cómo aflojarse cuando ya era tan difícil en ese momento.

En primer lugar, su cosa era demasiado grande: ése era el problema. La longitud y el tamaño de su miembro, que la había llenado por completo, era más que el de un ser humano medio.

"No puedo, no puedo..."

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