LESVAC 207

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La Emperatriz se volvió a casar 207

El hombre que se casó con mi esposa



El funcionario nos miró a Heinley y a mí con la boca levemente abierta mientras sostenía el libro de registros contra su pecho.

Cuando señalé con la cabeza hacia atrás, los ojos de Heinley se entrecerraron. También apareció una sonrisa en su boca y se inclinó hacia mí.

"¿Qué quieres comprobar, Reina?"

"Del lado izquierdo al lado derecho de tu cabeza."

"¿Qué?"

"Sólo sígueme."

En cuanto llevé a Heinley a una habitación vacía del palacio, cerré la puerta y me le acerqué.

Después de empujar su pecho para que se sentara en el sillón con una mirada firme, examiné su rostro de izquierda a derecha.

Heinley me sonrió mientras apretaba los reposabrazos del sillón,

"¿Eh? No parece que quieras examinar mi cabeza."

Heinley hizo la pregunta con sus hermosos ojos púrpura entrecerrados, luego volvió a abrirlos lentamente mientras respiraba hondo.

Esa acción trivial me hizo enloquecer.

En vez de responder, levanté suavemente su barbilla con el dedo índice y acerqué despacio su cara a la mía.

Heinley no se resistió. Nuestras caras se acercaron lo suficiente como para sentir el aliento del otro.

En el momento en que pensé que lo sucedido ayer podría haber sido producto de mi imaginación, Heinley exclamó de repente como si se hubiera acordado de algo.

"Ah."

"¿Qué pasa?"

Cuando le pregunté desconcertada, Heinley se levantó apresuradamente del sillón y miró a su alrededor.

"Ahora que lo pienso, tengo un asunto urgente que atender. Lo olvidé por un momento."

En un instante, la atmósfera que había sido tensa pero erótica desapareció por completo.

'Ciertamente parece que evita besarme.'

Ese comportamiento me convenció de que Heinley me estaba evitando.

Disgustada, lo empujé de vuelta al sillón.

"¿Reina?"

"¿Por qué me evitas?"

"¿Qué?"

"¿Por qué evitas besarme?"

Los ojos de Heinley se crisparon, pero no lo solté y presioné sus muslos con mis rodillas. Empujé sus hombros contra el respaldo del sillón para que no pudiera moverse mientras me acercaba.

Mientras lo miraba en ese estado, Heinley abrió lentamente la boca.

"Reina... es demasiado difícil para mí. No hagas esto."

Fruncí el ceño. ¿Es demasiado difícil? ¿Es tan difícil para él soportarme? Me sentí triste y enojada a la vez.

Además, Heinley respiraba pesadamente, como si tratara de mostrar lo complicado que era para su cuerpo.

'Espera... ¿Por qué tiene esa cara? ¿Sus mejillas están ruborizadas?'

Ahora que lo miro atentamente, parece que está excitado...

Mientras lo observaba, Heinley se levantó lentamente del sillón. Cuando se puso de pie, pude ver claramente a qué se refería con 'difícil'.

Levanté la vista con incomodidad al darme cuenta de que lo había malinterpretado.

Pensándolo bien, siempre dormíamos tomados de la mano desde que surgió la posibilidad de que estuviera embarazada. En estos días, ni siquiera me tomaba de la mano.

¿Entonces por qué? ¿Por qué me evita a pesar de estar tan excitado por estar cerca de mí?

"Reina. A decir verdad, escuché demasiadas cosas malas en el proceso de lidiar con la Familia Zemensia."

Heinley, que afortunadamente había cambiado de opinión, no tuvo otra opción que confesármelo.

Lo miré con asombro.

"¿Por esa razón me evitas?"

"No te evito."

"No quieres tocarme."

"Me preocupa mucho tocar a Reina en este estado."

"Castigaste a quienes lo merecían. No tienes que sentirte mal."

"Aun así, prefiero no hacerlo."

Pensé que Heinley estaba bromeando, pero parecía hablar en serio. No pude evitar suspirar.

"Entonces, ¿cuánto tiempo piensas estar así?"

"Una semana."

"¿Por qué una semana?"

"Porque estoy purificando mi cuerpo con baños de agua fría. Lo haré sólo una semana más."

Entiendo cómo se siente Heinley, pero... lo que necesitaba ahora era su calor y su piel.

Me molestaba que no quisiera tocarme. Sin embargo, no podía oponerme porque lo hacía por mí.

Murmuré que lo entendía con una expresión tranquila, luego me di la vuelta y me fui primero.

***

En la oficina de Heinley. McKenna, que se enteró de lo que había ocurrido hace cuarenta minutos, chasqueó la lengua y murmuró,

"Me temo que Su Majestad estará muy disgustada si esto continúa."

Heinley presionó la punta de la pluma contra el frasco de tinta y preguntó,

"¿Te preocupa o te emociona?"

"Por supuesto que lo primero."

"Entonces, ¿por qué tienes un tono de voz tan animado?"

"... ¿Es evidente? ¿Debería ser más apagado?"

Cuando McKenna preguntó en un susurro, Heinley miró hoscamente a su primo por un momento. McKenna sonrió. Heinley negó con la cabeza y volvió a mirar los documentos para aprobación sobre el escritorio.

Mientras Navier estaba inconsciente, se retrasó un poco en la aprobación de documentos por tratar con la Familia Zemensia de todas las maneras posibles.

Tenía la intención de resolver en su totalidad el retraso acumulado durante este tiempo en el que no podía tocar a Navier.

Heinley no se dio cuenta de la expresión de preocupación de McKenna en cuanto volvió a bajar la mirada.

McKenna se lamentó en su interior.

'La Familia Zemensia lanzó todo tipo de maldiciones e insultos a Navier y a su bebé.'

En ese momento, Heinley trató todas esas palabras como tonterías y no mostró piedad. Pero por lo visto, sí le afectó.

'Heinley no suele tener miedo a esas cosas.'

Entonces, unos golpes en la puerta sacaron a McKenna de sus pensamientos.

"Adelante."

Cuando Heinley lo autorizó, un sirviente entró e informó,

"Su Majestad. Crow ha vuelto del Imperio Oriental."

{Nota: Crow = Cuervo.}

Una vez que Heinley asintió, el sirviente salió y esta vez entró un hombre de aspecto inteligente con cabello y ojos oscuros.

El hombre que entró intercambió saludos con McKenna antes de acercarse al escritorio de Heinley.

"¿Estás de vuelta?"

Heinley levantó brevemente la vista para saludar con amabilidad al hombre, luego volvió a centrarse en los documentos.

Aun así, siguió hablando con el hombre.

"¿Cómo estuvo?"

"El Imperio Oriental es muy caótico en estos momentos. Esa 'mujer' murió después de ser depuesta, encerrada en una torre, y el Emperador Sovieshu incluso resultó herido después de ver alucinaciones."

"¿Qué alucinaciones?"

"No pude averiguarlo."

McKenna murmuró,

"Pensé que eso había sido una mentira para que Evely volviera lo antes posible. Ya veo que no es el caso."

Heinley también murmuró con una voz carente de sentimientos,

"Sí. Parece que realmente ha resultado herido."

No le importaba si estaba herido. De hecho, todos tenían pensamientos similares, así que Heinley preguntó inmediatamente después.

"¿Qué hay del Duque Elgy?"

"Se marchó al puerto, pero no conozco los detalles porque tenía la atención puesta en el Palacio Imperial."

"Buen trabajo, eso es suficiente. De seguro irá a ver a su madre después de pasear un poco por el mar."

El Emperador del Imperio Occidental luchaba por deshacerse de las maldiciones y recuerdos indeseables que permanecían en su mente, mientras que el Emperador del Imperio Oriental luchaba por recuperar los recuerdos perdidos.

Un día se despertó y se encontró con que su madre, su padre y su esposa habían desaparecido. Para Sovieshu, esa era la situación actual. Incluso le parecía absurdo e increíble que su yo del futuro fuera el causante de todo esto.

Sin embargo, Sovieshu no se desesperó.

"¿Esta es mi oficina?"

"Sí, Su Majestad."

"Está bien. Gracias por ayudarme."

Sovieshu decidió recuperar tranquilamente lo que había perdido.

Afortunadamente, cada una de sus acciones quedaba registrada porque era el emperador.

Además, Sovieshu tenía el hábito de registrar por su cuenta la información necesaria, sus pensamientos del momento y los asuntos importantes.

No creía que ese hábito hubiera desaparecido de repente con los años, así que primero revisaría los registros.

"Marqués Karl, ¿quiénes son mis secretarios?"

"El Conde Pirnu, el Conde Noreille y yo. Somos tres en total."

"¿Tres? ¿Sólo tres? ¿Fui tan ahorrativo? ¿Yo?"

Ante el comentario sorprendido de Sovieshu, el Marqués Karl disimuló su expresión de incomodidad,

"Había uno más, pero renunció por orden de Su Majestad."

Cuando terminó de hablar, el Marqués Karl examinó rápidamente sus palabras para asegurarse de que no había dicho nada inapropiado.

Ahora hablaba con más cuidado que nunca.

Temía decir algo inapropiado que pudiera duplicar la conmoción de Sovieshu y empeorar aún más su estado.

Entre los recuerdos perdidos de Sovieshu, había muchos que realmente quería olvidar, por lo que tenía que ser muy, muy cuidadoso al momento de hablar.

Además, Sovieshu todavía sufría con todos esos malos recuerdos que reaparecían en su mente después de la puesta de sol.

"Ya veo."

Por suerte, Sovieshu no pareció interesado en el secretario que renunció a su trabajo por ahora.

Sovieshu pasó la mano por encima del escritorio, tiró de la silla hacia atrás y se sentó en la misma.

"Este escritorio es diferente al de mi padre. ¿Lo escogió Navier?"

"¿Cómo lo supiste?"

"Es exactamente del estilo de Navier. A ella le encanta el oro."

Sovieshu pasó los dedos por el escritorio cubierto de oro con una sonrisa de satisfacción y preguntó al Marqués Karl,

"Bueno. ¿Así que han pasado seis años desde los últimos días que recuerdo?"

De camino a la oficina, Sovieshu repasó con Karl fechas importantes del pasado, por lo que el Marqués Karl estaba convencido de que la memoria de Sovieshu había vuelto a seis años atrás.

"Sí."

"Seis años no es un problema. Puedo ponerme al día pronto."

"Sí, por supuesto."

"Veamos... primero reúne aquí a todos los secretarios mañana por la mañana. También trae todos los periódicos, registros, todo lo que puedas conseguir de los últimos seis años."

"Sí."

"Qué más necesito... ah. Marqués Karl, pide a las personas que han estado cerca de mí que escriban sobre los acontecimientos importantes de los últimos seis años y tráemelos."

"¿Se refiere a todo lo que recuerdan de los últimos seis años?"

"Sí. No tiene que ser formal, no tiene que ser detallado ni tampoco tiene que ser objetivo. Quiero saber qué ha pasado desde los diferentes puntos de vista de las personas."

"¡!"

"Si se escucha a una sola parte, se puede obtener información sesgada."

Una vez que el Marqués Karl se marchó, Sovieshu miró a su alrededor mientras se frotaba las manos.

La mano de Navier estaba por toda la oficina, no sólo en el escritorio.

Cortinas de color marfil combinadas con estampados de oro, sillas cubiertas de oro, alfombras rojas combinadas con estampados de oro, esculturas de oro talladas en pilares...

'Nuestra relación no pareció deteriorarse justo después de ascender al trono. Es extraño.'

Sovieshu, que hablaba para sí mismo, abrió el cajón de su escritorio.

Sovieshu no sólo anotaba y recopilaba información que podría utilizar un día, sino también lo que pensaba, lo que necesitaba recordar, entre otras cosas.

Sabía que si el emperador perdía la memoria, podían ocurrir cosas terribles.

Era un hábito que su madre le había inculcado desde la infancia, así que si no lo abandonó en cuanto ascendió al trono, los registros personales debían estar en alguna parte de la oficina.

"Aquí está."

Después de sacar un montón de archivos del cajón, metió la mano y sintió una madera hueca mientras tanteaba minuciosamente.

Al presionar los extremos del interior del cajón, la madera que bloqueaba el fondo se abrió y lo que había dentro quedó al descubierto. Sovieshu lo sacó todo y lo puso sobre el escritorio.

Una bolsa llena de papeles, sobres y libros de registros personales...

Tras echar un rápido vistazo al contenido de los sobres, Sovieshu abrió un libro de registro en la parte superior.

'Por la fecha que aparece en este libro, están registrados los eventos del año pasado. En ese momento todavía no estábamos divorciados.'

Sovieshu cerró el libro de registro del año pasado y abrió el de este año.

Al abrirlo por la mitad, apareció el nombre que los cortesanos susurraban.

Rashta.

Entonces Sovieshu pasó a la primera página, ese nombre también apareció aquí.

Rashta.

Sovieshu volvió a abrir el libro de registro del año pasado que había dejado a un lado y revisó las últimas páginas.

El nombre 'Rashta' apareció en el invierno de ese año, semanas antes de las celebraciones de Año Nuevo.

Todo comenzó así.

— Rescaté a una mujer que cayó en una trampa en mi coto de caza.

"¿Una trampa?"

— Tenía el aspecto más lamentable que había visto en mi vida.

— Una mujer completamente indefensa.

— Nunca había visto a nadie llorar como si todo su mundo se hubiera derrumbado.

— Parecía un ángel abandonado.

Sovieshu levantó las cejas. Cuando se enteró de que se había enamorado de una mujer llamada Rashta y que se había divorciado de Navier, no podía creerlo, aunque sabía que el Marqués Karl no mentiría.

Por el libro de registro, era evidente que esa mujer llamada Rashta le había causado una fuerte impresión. En cualquier caso, el final de esa página del libro de registro trataba de lo sorprendido que estaba cuando la encontró.

Sovieshu pasó a la siguiente página.

— Navier preguntó sobre la identidad de la mujer. Pensé que había hecho algo bueno, pero de repente me sentí incómodo, como si hubiera hecho algo malo.

— Cuando fui al jardín central del palacio para averiguar a qué se debía el alboroto, vi a una dama de compañía de Navier empujar a Rashta en silla de ruedas y gritarle 'sucia'.

— Rashta estaba tan asustada que ni siquiera pudo responder adecuadamente.

— Me sorprendió que Navier no hiciera nada.

Sovieshu volvió a pasar a la página siguiente.

— Rashta se maravilla con los pequeños detalles. Se conmovió mucho con un pastel que le di. No importa cuán dura sea la esclavitud, ¿qué clase de vida ha llevado?

— Haré que el Conde Pirnu redacte un informe sobre la condición de los esclavos.

— Le dije cosas a Navier que no debí decir. Por más enojado que estuviera, no debí compararla con nadie más.

— Las personas que menos tienen se conmueven por las pequeñas cosas. Aunque Navier lo tiene todo, también debería dar importancia a las pequeñas cosas. Creo que realmente vivimos en una burbuja.

— ¿Debemos esperar el mismo nivel de modales que el nuestro de personas que no tienen el mismo nivel de instrucción? ¿No se puede ser comprensivo y dejar pasar sus acciones?

— ¿Qué considera Navier que es Rashta? ¿Una porquería? ¿Insultó a Rashta sólo porque se sentó en una silla en la que podía sentarse cualquiera?

— Muchas personas murmuran sobre si Rashta es una esclava, a pesar de que castigaría a cualquiera que lo hiciera. Fui deliberadamente amable con ella en público para acallar las voces de todos.

— ¿No es que no le gustaba bailar? Navier bailaba muy feliz con el príncipe playboy del Reino Occidental.

"¿Quién es el príncipe playboy?"

Sovieshu murmuró con el ceño fruncido antes de cerrar este libro de registro.

"El Sovieshu del futuro... es un idiota."

Murmuró mientras se presionaba las sienes.

Incluso revisando estos libros de registro, que fueron escritos desde su perspectiva, quedaba claro que Navier y él se estaban distanciando emocionalmente.

'Fue un idiota que ni siquiera trató de comprenderla.'

Sovieshu no podía soportar seguir revisando los libros de registro, así que chequeó el contenido de la bolsa.

"¿Hmm?"

Lo que contenía eran documentos bastante recientes.

La expresión de Sovieshu se volvió rígida mientras hojeaba los documentos, incluso antes de haber pasado el primero.

"¿Qué es esto?"

Se trataba de un informe sobre el extraño fenómeno de la disminución del maná, que se había agravado en los últimos años, y de una investigación al respecto.

'De acuerdo con este escrito, la persona de la que mi yo del futuro sospecha como culpable es...'

"Heinley, el hombre que se casó con mi esposa."

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