La Emperatriz se volvió a casar 208
Debo irme
'Pero, ¿por qué? ¿Por qué sospechó de inmediato del Emperador Heinley?'
Afortunadamente, eso también estaba registrado.
La razón número uno es que el decano de la academia mágica afirmó que el patrocinador que dio el collar a Evely era del Imperio Occidental.
'¿Quién es Evely?'
No importa... la razón número dos es que el collar de Evely era clave en la investigación del fenómeno de la disminución del maná, pero un pájaro lo robó antes de obtener los resultados.
'¿No hay otros países más famosos por sus pájaros?'
No obstante, de acuerdo con el informe, su futuro yo sospechó del Imperio Occidental en cuanto apareció ese pájaro.
La última razón es que el decano le confesó que el Emperador Heinley era un mago excepcional. Esto no era de conocimiento público.
"Es una locura..."
Sovieshu dejó el informe sobre el escritorio y se sumió en la ansiedad. La situación en el futuro era realmente desalentadora.
Eso no es todo, Sovieshu se rió porque le pareció absurdo no que el Emperador Heinley fuera un mago, sino que la investigación se detuviera sin pruebas concluyentes.
"¿Me convertí en un tonto en el futuro?"
Los magos eran la fuerza y el motivo de que el Imperio Oriental se mantuviera como el país más poderoso. No importaba lo difícil que fuera, esta investigación debía continuar. ¿Cómo pudo detener la investigación aquí?
Una vez que Sovieshu volvió a meter en la bolsa el informe sobre el fenómeno de la disminución del maná, examinó sus otros libros de registros personales, y confirmó que aquí sólo había constancia de sus días después de ascender al trono.
Había perdido sus recuerdos a partir de los 19 años, pero los libros de registro de aquí sólo correspondían a los tres últimos años, por lo que los tres años del medio estaban en blanco.
'Esos libros de registro también deben estar en alguna parte...'
De momento, Sovieshu anotó resumidamente en el libro de este año lo que había descubierto hasta ahora.
"También tengo que reunirme con Navier. Definitivamente."
Mientras estaba ocupado escribiendo, de repente empezó a quedarse dormido.
Se frotó los ojos en un intento de mantenerse despierto, pero el sueño que le invadió era difícil de resistir.
Incapaz de soportarlo, Sovieshu se levantó tambaleante de su escritorio.
Pero antes de que pudiera levantarse del todo, se sentó de nuevo en la silla y se quedó dormido sobre el escritorio.
***
Mientras tanto, el Marqués Karl se reunió con los demás secretarios para informarles de la condición de Sovieshu.
Todos los demás secretarios sabían que la memoria de Sovieshu había vuelto a sus días de príncipe heredero porque ayer había sido presenciado por muchas personas.
No obstante, sólo el Marqués Karl y el caballero que estuvo de guardia en el dormitorio de Sovieshu sabían que su memoria había vuelto a la normalidad por la noche.
De eso es de lo que hablaría.
"... No sé si su memoria sólo volvió esa vez. No sé si Su Majestad recuerda los sucesos del día después de que recupera la memoria o si su personalidad original volverá siempre por la noche."
A continuación, el Marqués Karl transmitió adecuadamente a los secretarios las órdenes dadas por el Príncipe Heredero Sovieshu.
"Ah. Su Majestad pidió ver a todos mañana por la mañana. También quiere saber sobre los últimos seis años, así que cada uno de nosotros debe proporcionar un registro de los últimos seis años."
Una vez terminadas sus palabras, el Marqués Karl volvió a mirar a los secretarios y preguntó,
"¿Alguien tiene preguntas?"
Todos tenían muchas preguntas que querían hacer, pero como aún no habían visto a Sovieshu en persona, no tenían claro qué decir.
Aun así, el Conde Pirnu, que escuchó en silencio al Marqués Karl, preguntó.
"¿Qué pasará si Su Majestad tiene dos personalidades durante mucho tiempo?"
"Primero hay que confirmar que su personalidad original vuelve por la noche, en caso de ser así, hay que ser honesto con él para encontrar una salida."
"Estoy de acuerdo."
Al final de la conversación, el Marqués Karl añadió impotente,
"Por si acaso, le pediré a la Señorita Evely una vez que vuelva que use su magia curativa sobre Su Majestad. Aunque el médico del palacio dijo que no sufrió ninguna lesión importante en la cabeza..."
***
Después de esa discusión, el Marqués Karl volvió deliberadamente al Palacio del Este por la noche para confirmar si Sovieshu cambiaría a su personalidad original de emperador.
Sin embargo, Sovieshu no estaba en el Palacio del Este.
"¿Su Majestad aún no ha vuelto?"
"No, desde que salió con usted antes."
'¿Todavía está en la oficina?'
El Marqués Karl se dio la vuelta y se dirigió a la oficina del palacio principal.
Como esperaba, dos caballeros estaban delante de la puerta de la oficina. Cuando Karl llamó, escuchó una voz decir desde el interior,
"Adelante."
Cuando entró, la atmósfera alrededor de Sovieshu era diferente a la de antes. El Marqués Karl se sobresaltó. Se dio cuenta en cuanto lo vio.
Sovieshu, que ahora estaba sentado en su escritorio, tenía una mirada mucho más profunda y hundida que el príncipe heredero Sovieshu, a quien vio durante el día.
Aunque el Marqués Karl había entrado, Sovieshu sólo miraba con esa cara los papeles extendidos sobre el escritorio.
"¿Qué ocurre, Su Majestad?"
'Ha recuperado la memoria. Parece que realmente tiene dos personalidades.'
Convencido en su interior, el Marqués Karl habló como si no lo supiera. Sin embargo, la respuesta que recibió fue completamente inesperada.
"Karl."
"Sí, Su Majestad."
"El sol no sale."
"Su Majestad..."
"Mi mundo se ha vuelto oscuro."
"¿Eh?"
"¿Me he vuelto loco?"
Mientras el Marqués Karl tenía dificultades para responder, Sovieshu murmuró.
"Cuando me desperté la última vez, era de noche. ¿He dormido todo el día? Aunque haya dormido todo el día, ¿por qué llevo esta ropa y dónde me encuentro? Esta no es la oficina del Palacio del Este, sino la del Palacio Principal."
Mientras continuaba hablando, Sovieshu señaló con el dedo el escritorio.
Había todo tipo de papeles sobre el escritorio. Aunque no era visible desde la distancia del Marqués Karl, en uno de los papeles había una frase escrita hace unas horas por la personalidad del Príncipe Heredero Sovieshu,
— ¿Me he vuelto loco en el futuro?
"Oh, eso es..."
El Marqués Karl entró en pánico, pero Sovieshu le instó a hablar,
"No importa, dime la verdad."
Al final, Karl confesó todo lo que sabía sobre la diferencia de su personalidad entre el día y la noche.
"¡Maldita sea!"
Sovieshu, que soltó una breve maldición, no pudo responder fácilmente. En cambio, pensó un poco antes de preguntar,
"¿Qué ocurrió con Navier? ¿Hay noticias de ella?"
"Sí, se despertó sana y salva. También se dice que la Señorita Evely fue de gran ayuda."
"... Gracias a Dios."
Sovieshu murmuró aliviado.
Desde que vio la ilusión de Rashta mirando a Navier desde arriba había estado preocupado. Por un momento pensó que Navier había muerto. Afortunadamente, ahora estaba bien.
"Um, Su Majestad. Hay una cosa más que necesito decirle."
"¿Qué es?"
"Como le mencioné anteriormente, la memoria de Su Majestad vuelve a sus años de príncipe heredero en el día. Y recientemente ha ordenado realizar ciertas tareas..."
Cuando el Marqués Karl le informó de las acciones del Príncipe Heredero Sovieshu, el Emperador Sovieshu ordenó después de pensarlo un poco más,
"Obedécelo a menos que sea una locura."
"Su Majestad."
"Ahora no quiero hacer ni pensar en nada. Mis ojos se cierran, así que obedécelo y apóyalo."
Al terminar de hablar, Sovieshu entrecerró los ojos como si realmente fuera a quedarse dormido de inmediato.
No obstante, consiguió resistir y dio una nueva orden.
"Tráeme sólo los documentos que deben ser evaluados con urgencia."
Después de eso, Sovieshu trabajó como una máquina y se quedó dormido como si hubiera colapsado al terminar.
Como si él mismo no quisiera estar despierto, el tiempo que el Emperador Sovieshu estuvo despierto era mucho menor que el del Príncipe Heredero Sovieshu.
Karl miró con el corazón destrozado al dormido Sovieshu.
Aunque tenía que irse, le preocupaba dejarlo solo en ese estado, así que al final se quedó a su lado toda la noche.
A la mañana siguiente, Sovieshu levantó su cuerpo recostado sobre el escritorio, se frotó los ojos y preguntó al Marqués Karl con voz desconcertada,
"Marqués Karl, ¿por qué está aquí y no en casa?"
"Su Majestad recobró su memoria anoche. ¿Lo recuerda?"
"¿Yo?"
"Sí."
"No. No lo recuerdo en absoluto."
"Fue durante unas horas por la noche."
"No conservo ningún recuerdo."
Sovieshu murmuró y frunció el ceño. Sovieshu se sintió extraño al pensar que no había conexión entre las dos personalidades, y que esta situación podría permanecer así para siempre.
Pero en vez de expresar estos sentimientos, Sovieshu le habló al Marqués Karl de lo que había estado reflexionando hasta que se quedó dormido.
"Marqués Karl."
"Sí, Su Majestad."
"Hay una cosa en la que estuve pensando mucho ayer."
"Está bien, dígame."
"Necesito ir personalmente al Imperio Occidental."
"¡¿Qué?!"
***
No sé si realmente será una semana entera, pero lo que es cierto es que Heinley ha evitado todo contacto físico durante varios días.
Honestamente, no tenía miedo de la aparición del fantasma del Duque Zemensia, a diferencia de Heinley.
Sin embargo, he tenido pesadillas.
No había tenido pesadillas como estas desde que me divorcié. Después del incidente en el que estuve cerca de morir, empecé a tener pesadillas.
Además, en las pesadillas siempre miraba hacia arriba con temor.
Me habría hecho feliz que Heinley hubiera estado a mi lado en estos momentos para cuidarme. Sin embargo, Heinley todavía me evitaba como si tuviera una enfermedad contagiosa.
"Su Majestad, ¿se ha enterado? Se ha difundido la noticia de que esa mujer llamada Rashta ha muerto."
"Rashta..."
"Sí, se suicidó después de ser depuesta."
Cuando me enteré de la noticia de la muerte de Rashta, mi estado de ánimo se volvió más extraño.
Laura, que me lo contó, también odiaba mucho a Rashta, pero tenía una expresión incómoda.
Era difícil hablar mal de una persona muerta.
"Oh, eso es maravilloso."
La Condesa Jubel no sentía nada de eso.
"Es un alivio no tener que inclinarme ante ella cuando vuelva al Imperio Oriental."
Laura asintió con una expresión seria y preguntó,
"¿Y qué pasará ahora con Su Majestad Sovieshu? ¿Se volverá a casar?"
Si el emperador permanece soltero, recibirá presiones de todas partes para que se case. Cada día será más extenuante y difícil. Sovieshu tenía un fuerte deseo de tener sus propios hijos, así que creo que se volverá a casar pronto.
Después de hablar de Rashta unas tres horas, cené una comida ligera, me acosté en la cama y junté mis manos.
'Me siento un poco intranquila.'
Cuando estaba en el Imperio Oriental, me dedicaba a mi trabajo cuando pasaba por momentos difíciles. Me gustaba dar un paso atrás para poder ver con claridad mis asuntos personales mientras me ocupaba de mi trabajo con la mayor objetividad posible.
Pero ahora que a mi embarazo se le han sumado mis lesiones, no podía trabajar toda la noche para relajarme.
Heinley... tampoco me da fuerzas en estos momentos.
Mientras intentaba conciliar el sueño, sentí una mano grande acariciando mi cabello.
"¿Reina?"
Parece que mis pensamientos finalmente alcanzaron a Heinley. Cuando abrí los ojos, vi a Heinley.
Intenté llamarlo por su nombre, pero me sorprendió ver que me tocaba después de mucho tiempo.
No me había tocado por miedo a las supersticiones. ¿Ahora tiene un poco de valor?
En cuanto lo pensé, se me quitó el sueño y hablé con voz fría.
"Dijiste que no querías tocarme."
Heinley se rió y lo negó.
"Nunca dije que no quisiera, Reina."
"¿No te preocupa tocarme?"
"Reina parecía estar sufriendo."
"No sufrí ni un poco."
"Yo sí sufrí."
"..."
"¿Por qué te ves tan deprimida?"
'¿Yo? No, no estoy deprimida...'
"No estoy deprimida. Es sólo que me siento intranquila porque han pasado muchas cosas a la vez."
Incluso para mí fue difícil entender mis palabras porque mi voz se puso ronca.
"Cof, cof..."
Tras toser levemente, Heinley subió un poco las sábanas para cubrirme.
Mi tos no se debía a un resfriado, pero me hacía feliz tener a Heinley cerca de mí por primera vez en mucho tiempo. Cuando volví a toser, Heinley me puso la mano en la frente con una expresión de preocupación.
"¿Te has resfriado?"
"No."
Después de eso, Heinley continuó haciéndome preguntas sobre mi salud y yo respondí una a una con una sensación de somnolencia mientras tenía la cabeza recostada en su muslo.
"Reina."
Heinley me hizo una sugerencia con una voz bastante seria.
"Haz lo que desees."
'¿Encontró un problema en mis respuestas?'
"¿Por qué dices eso?"
"Creo que estás deprimida."
"¿Yo?"
"Bueno, por lo que he investigado hay ocasiones en las que una mujer embarazada se deprime..."
'¿En serio?'
Heinley examinó mi expresión y preguntó,
"¿Quieres ir de picnic? ¿O quieres que te enseñe el salón principal de joyas? ¿O prefieres ver mi colección de joyas, Reina? Eso te hará sentir mucho mejor."
"Emm, no lo sé."
"¿Qué te parece un paseo en barco? ¿O invitamos al reparto de una obra de teatro al palacio para verla?"
Al principio no lo pensé mucho. Pero a medida que escuchaba a Heinley, poco a poco estuve de acuerdo.
Sí, ahora necesito algo en qué centrar mi mente.
"Entonces Heinley..."
"Dime, Reina."
"Me gustaría trabajar."
"... ¿Lo que quieres hacer es trabajar?"
"Sí, no me presionaré demasiado."
La expresión de Heinley se volvió confusa. Una expresión teñida de tristeza y dolor.
"¿Heinley?"
Acaricié las comisuras de sus ojos con mi mano, él presionó mi mano en su mejilla, entrecerró los ojos y murmuró,
"Estaría muy feliz si McKenna dice que quiere trabajar más en vez de holgazanear. No sé por qué me duele tanto oírlo de Reina."
Eso es un poco gracioso... pero al menos Heinley me entendió.
Pareció darse cuenta de que forzarme a descansar no me ayudaría a recuperar.
Al día siguiente, Heinley llamó al médico del palacio y a McKenna. Los cuatro pasamos dos horas determinando la cantidad de trabajo que podía hacer sin demasiado esfuerzo.
Esa tarde, pude participar en una reunión después de mucho tiempo.
Fue sin duda una medicina eficaz. Al contrario de dar un paseo o sentarme en una silla sin razón.
Mientras los asistentes expresaban sus opiniones, discutían con las venas de sus cuellos marcadas y movían papeles afanosamente de un lado a otro, yo tachaba en un papel los puntos del orden del día que habían sido tratados y anotaba las conclusiones.
Pero, de repente, el canciller encargado de dirigir la reunión frunció el ceño cuando estaba a punto de decir el último punto del orden del día.
"¿Qué ocurre?"
Ante la pregunta de Heinley, el canciller levantó las cejas y rápidamente me miró.
'¿Por qué me mira a mí?'
"¿Canciller?"
Heinley lo volvió a llamar, como si la actitud del canciller le pareciera cuestionable.
"Oh, lo siento."
El canciller se disculpó después de toser un par de veces.
"Hemos recibido una petición del pueblo minero de Yorne. Cada año se produce una inundación en esta época..."
'¿Una inundación? ¿Por qué el canciller se detuvo?'
El canciller volvió a mirarme.
'¿Por qué a mí? ¿Acaso pretende culparme de la inundación?'
Mientras lo miraba más desconcertada, Heinley tosió brevemente y golpeó los reposabrazos del trono.
El canciller se sobresaltó y se apresuró a continuar,
"Han oído que Su Majestad es una gran maga de hielo, así que han pedido que Su Majestad los ayude con su magia."
¿Una Gran... Maga de Hielo? ¿Yo?
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