LESVAC 149

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La Emperatriz se volvió a casar 149

Persona Fría



"¿Pagarés falsos? Los pagarés de mi equipo de comercio no pueden ser falsificados."

"Los avances tecnológicos no se limitan a los equipos de comercio. Los ladrones también son capaces. ¿No se ha vuelto el mundo un lugar realmente feo y retorcido?"

Después de que Danju se retirara, el Presidente de la Corporación Oso se rió amargamente, enojado y escéptico.

¿Qué, pagarés falsos? ¿Los ladrones están haciendo avances tecnológicos?

"¿De dónde sacó esos casos de pagarés falsos?"

Los pagarés eran la credibilidad de un equipo de comercio. Cuanto menos se pudieran falsificar los pagarés que hicieran, más fiable sería el equipo de comercio.

Los pagarés de la Corporación Oso eran famosos, tanto que eran utilizados oficialmente por la Familia Imperial del Imperio Oriental.

Recientemente, la reputación de la Corporación se elevó aún más debido a la utilización por parte de la Emperatriz Rashta de pagarés emitidos por la Corporación Oso para distribuir una enorme donación de apoyo social.

Sin embargo, ¿falsificaciones? Eso era totalmente inaceptable.

Pero era un hombre muy cauteloso. La anterior emperatriz, con la que se había reunido en varias ocasiones por este tema, había admirado que estuviera dispuesto a llegar tan lejos para estar en la posición del mejor equipo de comercio. Comprobaba a fondo todo lo que le inquietaba. Hasta el más mínimo detalle.

El Presidente de la Corporación Oso no pudo disipar su ansiedad y terminó ordenando a su secretario a altas horas de la noche,

"Trae todos los libros de cuentas y pagarés del último año."

"Aquí tiene."

"Tráeme una taza de café fuerte."

Después de iluminar su escritorio con una lámpara de aceite y ponerse unas gafas, el presidente comenzó a examinar cuidadosamente la fecha de emisión de los pagarés, la autenticidad de los pagarés retornados, los usuarios de los pagarés, etc.

No había nada malo. Desde los pagarés utilizados por la Condesa Reygess hasta el uso reciente por parte de Lord Vallois. No había nada malo en absoluto.

Incluso los de mayor monto de la Emperatriz Rashta...

'¿Hmm?'

El presidente frunció el ceño y se acercó un poco más al libro de cuentas. Rebuscó a fondo en todos los libros de cuentas, registros y en sus recuerdos. Era extraño. Era muy extraño. No había emitido ni un sólo pagaré a la Emperatriz Rashta en este último año.

No había ninguna posibilidad de que hubiera emitido uno hace más de un año. En ese entonces, ni siquiera había aparecido en la alta sociedad y vivía como una pobre plebeya.

Era absurdo incluso si hubiera estado agitando las aguas en la alta sociedad ocultando su verdadera identidad. Porque la Emperatriz Rashta utilizó esta vez pagarés de la Familia Imperial.

'Qué extraño...'

El presidente golpeó con impaciencia los reposabrazos de su silla. Aunque esos pagarés no habían sido emitidos, sí había constancia de su uso.

En ese momento, la persona encargada parecía haberse limitado a comprobar la autenticidad de los pagarés. Pero dejando de lado ese punto, resultaba evidente que algo no encajaba.

El presidente volvió a llamar al secretario y le ordenó,

"Trae todos los informes detallados de los pagarés emitidos así como los pagarés retornados de este último año."

"¿Todos?"

"Sí."

"Tendré que ir al último piso... así que me llevará un poco de tiempo, presidente. Es tarde, ¿no sería mejor chequearlo mañana? Lo traeré a su oficina mañana temprano."

"No, necesito comprobarlo ahora. No creo que pueda dormir si no lo hago."

Debido a la voz sombría del presidente, la cara del secretario se oscureció mientras se preguntaba si había ocurrido algo grave.

Tras aproximadamente una hora de espera, el secretario apareció con una gran caja.

El presidente sacó inmediatamente los informes de los pagarés emitidos y confirmó sus sospechas. Aquí tampoco había constancia de la emisión de esos pagarés. Por si acaso, revisó los registros del año anterior, pero fue lo mismo.

A continuación, sacó los pagarés retornados después de haber sido emitidos, y se cambió las gafas de lectura por unas especiales.

Con estas, sería fácil distinguir los pagarés de la Emperatriz Rashta. Los pagarés exclusivos de la Familia Imperial sólo se emitían para el Emperador y la Emperatriz, además la Corporación Oso hacía arreglos especiales para esos pagarés.

Sólo con observar el flujo de los pagarés que salían de la Familia Imperial, se podía calcular de antemano dónde invertir, qué prosperaría, qué colapsaría, etc., por lo que era un método conveniente que utilizaban en secreto.

"Hmm."

Un pesado suspiro salió de la boca del presidente.

Como esperaba, la Corporación Oso no había emitido ni un sólo pagaré a la Familia Imperial en el último año.

Entonces, había dos opciones.

La enorme donación que hizo que la gente elogiara a la Emperatriz Rashta, en realidad, fue dinero dado por el Emperador o había utilizado pagarés de la anterior Emperatriz.

'En cualquier caso, es decepcionante.'

Si fuera lo primero, era irrisorio que actuara como una persona bondadosa valiéndose del emperador, y si fuera lo segundo, era un acto realmente perverso que utilizara el dinero de la anterior emperatriz.

El presidente, que esperaba en secreto, incluso ciegamente, que Rashta fuera realmente la luz de los plebeyos, se sintió muy decepcionado.

Sin embargo, su decepción no era el verdadero problema.

El presidente bajó al salón y tomó el periódico arrugado que estaba frente a la chimenea. Recordó que este periódico, que ahora estaba rasgado en una esquina por su nieta, fue leído esta mañana por su nuera y le había dicho chasqueando la lengua,

"Padre, ¿has leído esto? El periodista Joanson debe haber tenido una gran pelea con la Emperatriz Rashta. La está atacando otra vez. Este hombre, ¿no solía escribir sólo artículos alabando a la Emperatriz?"

En ese momento, no le prestó mucha atención porque estaba jugando con sus nietos. Pero resultaba evidente el contenido...

'Aquí está.'

El presidente, que encontró el artículo escrito por Joanson, volvió a su habitación con el periódico en la mano y lo abrió bajo la luz de la lámpara.

Después de ponerse sus gafas normales y leer el artículo detenidamente, su preocupación tomó una forma clara.

El Periodista Joanson, que no esperaba escribir un artículo sobre la reuniones sociales de la nobleza, relató que la Emperatriz Rashta sólo se reunía con hombres nobles para pasar el rato, y terminó así.

— ¿Da vértigo mirar desde la cima a donde perteneces? Quienes han subido la escalera del estatus parecen no tener intención de mirar hacia abajo.

'Anteriormente, escribió que la Emperatriz Rashta culpaba y reemplazaba a sus sirvientas constantemente...'

Rashta, que se había convertirdo en emperatriz entre las aclamaciones de los plebeyos, en menos de un año como emperatriz ya había protagonizado todo tipo de escándalos.

Parece que el periodista aún no sabe nada de los pagarés... ¿Y si los pagarés utilizados por la Emperatriz Rashta no eran del Emperador, sino realmente de la anterior Emperatriz? ¿Y si la anterior Emperatriz pide de vuelta los pagaré que dejó, o si una dama de compañía, asistente, etc. de la anterior emperatriz se da cuenta de esto?

Incluso si mantuviera la boca cerrada, no sabía de qué manera estallaría el asunto de los pagarés.

'Es preocupante.'

La Emperatriz Rashta había distribuido una enorme donación a través de la Corporación Oso, y ambos recibieron grandes elogios.

Ahora era útil para la imagen de la Corporación Oso, pero si la Emperatriz Rashta cayera en el fango, la imagen de la Corporación Oso seguiría el mismo camino por permanecer en silencio.

'Debería tomar medidas de antemano para desvincularnos...'

La cabeza del presidente comenzó a girar de forma totalmente calculadora.

***

Al día siguiente.

Se dirigió temprano por la mañana a la Corporación Oso para barrer él mismo el suelo mientras organizaba sus complicados pensamientos. Tenía la costumbre de hacerlo cuando llegaba al punto en que le dolía la cabeza de tanto pensar.

Un empleado que conocía el hábito del presidente le preguntó sorprendido al verlo así de camino a su puesto de trabajo.

"Presidente, ¿hay algo que le preocupa?"

"Hmm. Se trata de un asunto acerca de la Emperatriz Rashta."

"¿La Emperatriz?"

¿Hay algo relacionado con la Emperatriz que deba preocuparnos? El empleado ladeó la cabeza y de repente le vino algo a la mente, "Ah".

"Por casualidad, ¿está relacionado con lo que sucedió antes?"

"¿Qué quieres decir con eso?"

"¿Olvidé decírselo en ese momento? Cuando el presidente estaba fuera, los caballeros de Su Majestad el Emperador vinieron y trataron de encontrar algo relacionado en esa mujer."

"¿Esa mujer?"

"Sí. En ese entonces, no era la emperatriz, ¿verdad?"

Las palabras del empleado condujeron al presidente a una clara conclusión.

Trazar una línea.

El presidente consideró que era lo más conveniente.

Incluso si lo que buscaban los caballeros del emperador no estuviera relacionado con la Emperatriz Rashta, habían estallado escándalos una tras otro sobre la actual emperatriz que tenía menos de un año. Eso sin duda no era una buena señal.

Cuando el rostro del presidente se volvió frio, el empleado lo miró con curiosidad, preguntándose si había dicho algo que no debía.

"¿Presidente...?"

"Debo enviar a alguien al palacio imperial."

"¿Qué?"

"Necesito averiguar algo."

Tras asentir, el presidente le entregó la escoba al empleado. Por su parte, el joven se quedó perplejo al recibirla de repente.

El presidente fue inmediatamente a su oficina y llamó a su secretario.

El secretario, que no había dormido bien, entró con una expresión demacrada y, al ver los ojos brillantes del presidente, se palmeó la cara rápidamente y preguntó,

"Qué desea, Presidente."

"Envía a alguien al palacio imperial para informar que nuestros viejos pagarés han sido falsificados."

"¿Qué?" El secretario se sobresaltó, "¿No es mentira? Además, ¿qué importancia tiene decir que los viejos pagarés de nosotros han sido falsificados?"

"Los viejos pagarés no están en uso, ¿no es así?"

"Es cierto, pero..."

"Está bien porque los pagarés emitidos a Su Majestad el Emperador no son de los viejos, pero por si acaso, dile que le pida todos los pagarés para cambiarlos por unos nuevos que hemos elaborado recientemente. Sólo lleva un día, así que no debe preocuparse."

La expresión del secretario se volvió perpleja. Parecía no tener ni idea de por qué el presidente actuaba de forma tan extraña.

Dado que aún no se había recibido una respuesta por parte de Whitemond, el incidente fue etiquetado como 'urgente' y se apartó un poco de la lista de prioridades.

A la espera de una respuesta, Heinley comenzó a ocuparse de lo que debía hacerse ahora mismo.

Para averiguar si otros países también se sentían amenazados por el Imperio Occidental, envió una delegación con una carta escrita a mano personalmente a cada país, y discutió la posibilidad de aumentar el presupuesto de defensa en preparación para futuros eventos.

Estos eran asuntos delicados que debían tratarse con cuidado.

Tal vez sea por eso. Heinley, que solía acercarse a mí por la noche con energía renovada, hoy se quedó dormido en cuanto se acostó en la cama.

Observándolo atentamente mientras dormía, extendí suavemente mi mano. Cuando comencé a acariciar su piel impecable y suave, Heinley refunfuño con el ceño fruncido.

Incluso agotado se veía hermoso.

Después de dudar, me acerqué sigilosamente a su rostro. Con una mano apoyaba mi cabeza, y con la otra jugueteaba con su rostro.

Encantador. Es encantador. Tan encantador que es peligroso.

Acercándome un poco más, soplé ligeramente sus pestañas. Los párpados de Heinley temblaron. Volvió a fruncir el ceño probablemente porque le hacía cosquillas y enterró la cara en la almohada.

¡Qué adorable!

Puse mi mano en su cabello y lo acaricié. Me gustaba la suave sensación de tocarlo con mis dedos. Besé su frente repetidamente y contuve la respiración sorprendida, pensando que podría haber despertado a Heinley.

Sin siquiera respirar, comprobé su respiración. Afortunadamente, seguía durmiendo plácidamente. Me sentí aliviada, pero de nuevo, apartando un poco mi rostro de él, jugueteé con sus mejillas y sus ojos.

Ahora, al mirarlo, me sentí confundida.

¿Lo amo? ¿Estoy al borde de amarlo? ¿Lo amo, pero no quiero amarlo?

Aunque sentía algo por Sovieshu, sólo me di cuenta justo antes del divorcio, era demasiado lenta en ese sentido.

Nunca antes pensé que fuera lenta, pero sólo con mirar a Heinley me doy cuenta de lo lenta que soy.

¿Cómo podía Heinley confesar y jurarme amor sin temor ni dudas?

¿No temía que lo dejara? ¿Cómo podía estar tan seguro de que me amaba?

Mientras jugueteaba con su cabello como de costumbre, sentí una extraña comezón en las puntas de mis dedos.

Le acaricié el cabello un poco más rápido para disipar la comezón, pero aun así la sensación no desapareció.

¿Qué ocurre? No era una simple comezón, sino que realmente me picaba. Se sentía peor que una picadura de insecto.

En el momento en que finalmente traté de quitar mi mano de su cabello, Heinley abrió los ojos de repente y giró su cuerpo hacia un lado en pánico.

*Thud*

Se escucho el sonido al caerse de la cama.

"¿Heinley?"

¿Por qué actuó así? Estaba sorprendida. Cuando puse mis manos sobre la cama para levantarme, perdí la fuerza en los brazos y caí boca abajo.

¿Qué demonios...?

Endeble en la cama, abrí y cerré la boca. Estaba tan desconcertada que ni siquiera podía hablar.

Entonces, pude ver por qué Heinley se alejó repentinamente. Hielo azul, casi blanco, apareció donde Heinley estaba acostado.

"¿Heinley?"

En pánico, volví a llamarlo mientras me levantaba lentamente de la cama. ¿Qué demonios está pasando? Naturalmente estaba nerviosa porque no podía entender la situación.

¿Alguien irrumpió en nuestro dormitorio? ¿Algún enemigo invisible congeló sólo el lado de Heinley?

"Aquí estoy, Reina."

Heinley respondió mientras se levantaba frente a mí.

Me sorprendí aún más al verlo. Su cabello estaba cubierto de hielo blanco como si hubiera rodado por un campo de nieve.



*Tap, tap* Heinley, que se sacudió el hielo del cabello, miró el lado donde estuvo acostado y a mí alternativamente, no podía saber lo que pensaba por su expresión.

"Parece que tu cuerpo está comenzando a cambiar lentamente."

''¿Mi cuerpo?"

"Como te dije, entre esta cama y... yo se podría hacer circular el maná por tu cuerpo."

Heinley se acercó a mí, agarró mi mano, la que había acariciado su cabello, y la levantó con cuidado.

"¿Quieres decir que ese hielo lo hice yo?"

"Probablemente."

Mientras Heinley tocaba mi mano con mucho cuidado, yo también examinaba mi mano.

La comezón de hace un momento había desaparecido y, en su lugar, las puntas de mis dedos estaban bastante frescas. Sin embargo, a parte de eso no había nada extraño. No tenía hielo en mi mano, ni estaba especialmente fría.

"¿Puedes volver a usarla?"

Heinley preguntó, mirando mi mano incómodamente.

Sacudí la cabeza. Sólo estaba jugueteando con Heinley mientras dormía. No estaba pensando en hacer nada, no quería atacarlo. Incluso ahora, no sabía qué sucedió, así que volver a usarla...

"¿Estás seguro de que lo hice yo?"

Cuando volví a preguntar, Heinley respondió inmediatamente, "Sí."

"¿No lo hiciste tú?"

"No. Absolutamente no."

Heinley habló con firmeza y soltó lentamente mi mano. Luego sonrió con satisfacción y murmuró,

"Ahora se convirtió realmente en tu apodo."

"¿Mi apodo?"

"De hielo."

"...."

"También podría haber sido de hierro. Me alegro de que no sea así."

Heinley habló en tono de broma, riendo mientras se sacudía el cabello, que aún tenía restos de hielo.

"La idea de tener el cabello cubierto de hierro da un poco de miedo..."

***

Estaba tan emocionada que no pude dormir ni un poco.

¿Usé magia? ¿De verdad? ¿De verdad?

Era tan sorprendente e increíble que me sentía extraña.

Nunca pensé en querer ser maga. Ahora que podría convertirme en maga, estaba demasiado emocionada.

Incluso con el desayuno delante de mí, no me provocaba comer.

"Si no puedes usarla normalmente, es que aún no se ha manifestado del todo. Así que ahora mismo el maná debe estar buscando la habilidad más adecuada para tu cuerpo."

"La habilidad más adecuada... ¿Eso significa que la habilidad más adecuada para mí es el hielo? ¿Soy una persona fría?"

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