La Villana Vive Dos Veces 14
Tomados De La Mano (4)
Las chicas que estaban alrededor de Artizea se sorprendieron y comenzaron a susurrar.
Incluso Lady Atiyah, que se había enfadado hace un momento, se sonrojó de vergüenza.
[¿A quién vino a ver?]
[He escuchado que al Gran Duque Evron no le gustan las mujeres.]
[¿Hay un conocido cercano de su Gracia en este lugar?]
Las chicas miraron a su alrededor, pero ninguna de ellas pensaba que era Artizea a quien Cedric había venido a ver.
Artizea contuvo la respiración.
Desde el momento en que se dio cuenta de que Cedric estaba aquí, naturalmente pensó que había venido por ella.
Al mismo tiempo, le parecía poco realista verlo acercarse directamente hacia ella.
Su mirada estaba enfocada en Cedric.
Ella nunca había imaginado que su campo de visión pudiera ser tan estrecho, pero lo estaba mirando tan fijamente que ni siquiera había notado el asombro de la gente a su alrededor, incluyendo a Lady Atiyah.
Y cuando Cedric le extendió su mano derecha, ella ni siquiera escuchó los murmullos que se produjeron a su alrededor.
Las chicas estaban tan asombradas que incluso la miraron a ella y a Cedric con la boca abierta, olvidándose de cuidar sus expresiones faciales.
Todos los presentes tanto jóvenes como adultos, inconscientemente estaban prestando la máxima atención a esto.
"¿Cómo estás Lady Artizea? "
"¿Qué… le trae por aquí, Su Gracia?"
Artizea, incapaz de ocultar su vergüenza y llena de dudas, puso su mano sobre la de Cedric.
En ese instante, varios gritos cortos surgieron a su alrededor.
Cedric frunció el ceño, sin importarle la atmósfera que le rodeaba.
Extendió su mano izquierda y le agarró el mentón, con su mano derecha aún sosteniendo la de Artizea.
"¿Qué te pasó en la cara?"
"¿Eh?"
"Tu mejilla está hinchada. Además, tienes rasguños causados por uñas, y el costado de tus labios también está desgarrado."
Cedric escudriñó su cara hasta el punto de parecer irrespetuoso.
A simple vista resultaba difícil darse cuenta, porque ella estaba bien cubierta de maquillaje, pero definitivamente tenía rastros de que había sido abofeteada.
Probablemente con el tiempo, se formarían moretones azules en su rostro.
'¿Qué demonios le ocurrió? Además, con su cara en este estado, ¿Cómo pudo Miraila dejarla salir?'
Lo mismo aplicaba para los empleados del Marquesado Rosan. Esta era una reunión extremadamente privada, un baile al que no era necesario que asistiera.
Artizea en realidad no quería salir. En una reunión de este tipo, no se podía obtener ninguna información útil.
Pero no tuvo más remedio que asistir porque Miraila se pondría furiosa si no asistía a la reunión como había pedido.
"Su Gracia."
Artizea le agarró la muñeca con una cara de vergüenza.
Cedric la miró fijamente y le susurró en voz baja.
"¿La Condesa Eunice le hizo esto?"
***
Antes de dejar el Palacio Imperial, la Condesa Eunice lo detuvo.
Cedric la miró con recelo. Aunque eran primos, nunca habían sido cercanos.
「¿Vas a reunirte con Lady Artizea?」
「¿Acaso ese asunto, es de su incumbencia?」
「No, pero hay una cosa que me gustaría pedirte.」
「No puedo garantizarte nada, pero adelante, te escucho.」
「Por favor, dígale a Lady Artizea que lamentó lo que sucedió ayer.」
Dijo la Condesa Eunice agarrándose la falda de su vestido.
「Si tienes algo por lo que disculparte, ¿por qué no lo haces personalmente?」
「Por supuesto que la visitaré en persona y me disculparé por ello en el momento oportuno. Pero ahora mismo creo que es necesario un mediador. Es suficiente con que le digas las siguientes palabras. 'Lo siento, y aprecio su consejo'.」
Cedric no sabía el motivo, pero asintió con la cabeza y se fue.
***
Nunca se imaginó que había sido por esto.
"La Condesa Eunice..."
"Por favor, no digas nada más. Si continuas, me pondrás en una situación difícil."
Artizea puso fuerza en su agarre.
Cedric, impotente, soltó su mentón. Luego habló bruscamente, conteniendo su ira.
"Volvamos."
Artizea se sintió extraña.
Alice fue la única persona en su vida pasada que se había preocupado y cuidado de ella, hasta el punto de enfadarse.
Después de la muerte de Alice, nadie notó sus heridas.
En su juventud fue aún peor.
Cuando Miraila estaba de mal humor, solía descargar su enojo contra ella.
A nadie en el Marquesado Rosan le importaba que fuera abofeteada en la mejilla.
Sin embargo, ahora Cedric estaba enfadado. De todas las personas, Cedric.
De alguna manera, con lágrimas en los ojos, Artizea bajó la cabeza y dijo rígidamente.
"Está bien."
No sería bueno que ella se marchara del salón de baile en estas circunstancias.
Sin embargo, Artizea no estaba aquí para encontrar un buen compañero de matrimonio de todos modos.
Tampoco había nadie en este lugar que quisiera ser su amigo. Su reputación ya había tocado fondo y por ahora no parecía que fuera a mejorar.
Cedric dio un paso atrás y extendió su brazo para escoltarla.
Justo entonces, Lady Atiyah casualmente hizo contacto visual con él.
Lady Atiyah que los había estado mirando fijamente a los dos, se dio cuenta de que esta era su oportunidad.
Rápidamente se agarró la falda, se inclinó y sonrió lo más hermosamente posible.
"Me disculpo por mi saludo repentino, Su Gracia, Gran Duque Evron. Mi nombre es Laila, soy hija del Conde Atiyah. No sabía que usted conocía a Lady Artizea."
"Encantado de conocerle. ¿Es Lady Atiyah amiga de Lady Artizea?"
"¿Perdón? Ah, ¡Sí!"
Lady Atiyah dijo eso, pensando que podría causar una buena impresión en Cedric.
Entonces, con una sonrisa en sus ojos, dijo.
"No es propio de un caballero venir a un baile e irse sin haber bailado. Más aún si hay damas presentes que no han bailado ni una sola canción.”
Toda la calidez en los ojos de Cedric se desvaneció.
"El verdadero deber de un caballero es cuidar de una mujer en una situación incómoda. ¿Lady Atiyah, es usted realmente amiga de Lady Artizea?"
"¿Qué?"
"Si eres su amiga deberías estar preocupada por ella, pero sólo me estás mirando a mí."
Cedric dijo fríamente.
La cara de Lady Atiyah se puso roja de vergüenza.
Artizea tiró ligeramente de su manga.
Desde su punto de vista, no había razón para que Cedric estuviera enfadado con Lady Atiyah. Por esa razón, ella pensaba que su disgusto se debía a que Lady Atiyah había mentido, diciendo que era su amiga.
Cedric estaba verdaderamente indignado.
Desde su primer encuentro, no había dejado de pensar en Artizea.
Había decidido aceptar la propuesta de Artizea porque ella había mencionado una buena causa.
Pero sobre todo, quería proteger a esta chica.
'Es demasiado delgada'.
Él sabía que Miraila tenía una hija, pero nunca pensó que sería una chica tan delgada y pálida.
Artizea era una joven hermosa con un físico elegante y una piel blanca como la nieve, contrariamente a lo que había imaginado.
Pero su cara, que nunca había sido cuidada, estaba demacrada, su cuerpo demasiado delgado, y sus mejillas hundidas.
Los huesos sobresalían de sus muñecas.
Por otra parte, llevaba puesto el mismo vestido de rayas verdes que había usado ayer.
Era un vestido normal, adecuado para un paseo, pero no se podía considerar un vestido de fiesta en absoluto.
Incluso Cedric, que no estaba familiarizado con el ambiente de los salones de baile, podía notar que Artizea estaba siendo excluida.
Aunque fuera la heredera del Marqués Rosan y la hermana de un potencial candidato a próximo emperador, debido al mal trato que recibía de su familia, no era bienvenida en ninguna parte.
La propia Artizea parecía aceptarlo como algo natural.
Incluso eso, incomodaba a Cedric, porque parecía que ella estaba renunciando a los derechos que se suponía que debería disfrutar como hija y como ser humano.
"Entonces, Lady Artizea."
Cedric se acercó aún más a Artizea.
"¿Qué?"
"¿Me concedes este baile?"
El rostro de Lady Atiyah se distorsionó debido a la humillación que sentía.
Estaba lejos de la personalidad habitual de Cedric hacer algo que llamara la atención en un salón de baile como éste. Pero ahora quería hacerlo.
"Yo realmente no quiero llamar demasiado la atención."
Artizea susurró en voz baja. Cedric respondió.
"Lo sé. Está bien, Lady Artizea. El Gran Duque Evron es un complemento ideal."
"..."
Artizea no respondió.
Porque Cedric había notado que su vestimenta era inadecuada para este baile y que estaba siendo ignorada.
Parecía que ella era indiferente a tales cosas. Sin embargo, esta vez se sintió avergonzada.
"Vamos."
Cedric instó.
El hecho de que un hombre le pidiera su mano para bailar le resultaba extraño a Artizea. Y más aún porque en esta ocasión, ese hombre era Cedric.
Ella tuvo que reunir algo de coraje para tomar su mano por razones distintas a un saludo formal.
Artizea no sabía por qué estaba tan nerviosa.
"Puede que te pise. No soy muy buena bailando."
"Entonces, incluso si nos pisamos, seamos comprensivos y finjamos no darnos cuenta.Tampoco sé bailar bien."
Cedric dijo y tiró de la mano de ella.
Cuando él envolvió su brazo alrededor de su cintura, Artizea se puso extremadamente tensa.
Aunque dijo que no sabía bailar bien, Cedric guió el baile al ritmo de la música como pez en el agua y se dirigió hacia el centro del salón de baile.
Susurros estallaron por todas partes.
Algunas parejas se hicieron a un lado, y otras dejaron de bailar por completo para mirarlos.
Mientras bailaban, Artizea sentía que el salón estaba vacío.
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