HELB 73

Jueves, 02 de Septiembre del 2021

Historia en la Biblioteca 73

"¿Dónde colocas ese nombre de perro?"

Willy no era un nombre de perro, sino una expresión de gratitud y amor hacia algo que le había dado placer....... Después de idear un nombre y darle un significado, a Vivian le pareció de repente molesto, así que empezó a responder con obstinación.

Nota Asure: Willy, en inglés es una forma cariñosa de decirle al 'amiguito', en el capítulo anterior lo llame pito porque eso significa

"En cualquier caso, es mejor llamarlo 'willy' que utilizar una palabra tan explícitamente sexual. Ves, ¿no es una expresión sublime? Willy"

"Ja"

"¿Por qué está tu willy furioso?"

"...... ¿De quién crees que es la culpa?"

Al final, Aidan no pudo evitar que ella llamara a su polla 'willy'

Estaba pensando por dónde debía empezar a educarla y acabó respondiendo con la expresión de una persona que ya se había rendido a medias. Ya empezaba a cansarse de corregir cada uno de los peculiares comentarios de Vivian.

"Bajará si lo dejas estar"

"Si es por mí, ¿quieres que lo haga con la boca?"

Y se quedó sin fuerzas un poco antes. Sus ojos empezaron a brillar de repente con curiosidad. Para ser sincera, le parecía un poco lamentable retirarse con tanta facilidad, pero quería que consumiera la menor cantidad de energía posible y mover su cuerpo lo menos posible. Después de todo, pensó que sería una buena referencia para la novela.

"¿Sabes cómo?"

"Eso es algo que el profesor debe enseñarme bien"

"......."

Se apoyó lánguidamente en el sofá con la cabeza ligeramente inclinada. Junto a él estaba su singular atmósfera que hacía que el entorno fuera tenue y oscuro a pesar de ser mediodía. Su figura displicente le hacía parecer el emperador del infierno, y esta apariencia hizo que Vivian respirara lenta y decididamente.

Las comisuras de su boca se dibujaron lentamente en una curva, como si esto le resultara agradable.

"Ven aquí"

Aidan movió el dedo y Vivian dejó de alisarse la ropa y se acercó a él obedientemente. Cuando se hubo acercado, le agarró suavemente la barbilla y le introdujo un dedo en la boca.

Vivian lo miró con una expresión ligeramente confusa y los ojos muy abiertos, y él movió el dedo de un lado a otro como si estuviera midiendo algo. Pronto, Aidan sacó el dedo y dijo.

"Es bastante pequeño"

"¿Es malo que sea pequeño?"

Vivian se dio cuenta de repente de que el tamaño de su boca era pequeño y se agarró las mejillas. Le recordó cómo sus mejillas se hinchaban como las de una ardilla cada vez que comía porque la comida siempre se le iba hacia un lado. De repente, se sintió apenada. Que no pudiera hacer una felación porque su boca era pequeña... ¡siempre había querido hacerla al menos una vez cuando hubiera encontrado un amante!

"Entonces, por favor, tened paciencia en consecuencia"

Sin embargo, en lugar de poner una expresión de descontento, Aidan levantó a Vivian y se levantó de su asiento como si no hubiera pasado nada.

Al ser levantada tan repentinamente, ella le rodeó el cuello con los brazos por reflejo y encontró su centro de equilibrio. Se sorprendió un poco de que su vista se hubiera elevado, pero no tenía fuerzas para agitarse, así que no pudo evitar hacer obedientemente lo que él quería.

Ella cómo el estudio, que ahora estaba lleno de olor a sexo, debía ser limpiado, cuando él llamó a un sirviente sin siquiera un momento de vacilación.

Tenía sentido. No había forma de que el Gran Duque, que era de sangre real, se moviera personalmente para limpiarlo. Pero para Vivian, cuya apariencia era sólo la de una aristócrata, fue incapaz de levantar la cabeza avergonzada. Sólo ahora comprendía por qué Kardel se sonrojaba excesivamente ante la tranquila y sosegada Vivian.

¡Pero esto era una referencia más para su novela!

Extendió un brazo hacia su cuaderno y su bolígrafo que estaban colocados cerca, pero su intento terminó siendo infructuoso. Porque Aidan ya había comenzado a alejarse a paso rápido con sus largas piernas.

Vivian miró el cuaderno que se alejaba cada vez más con una mirada de recuerdo. Sólo esperaba poder recordar todas esas sensaciones hasta que tuviera la oportunidad de escribirlas en su cuaderno.

Los sirvientes, muy profesionales, empezaron a ordenar el estudio y los condujeron al cuarto de baño sin un solo cambio en su expresión.

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