Mi deseo son dos camas separadas 60
El rey disfrazado ..... ¿Eh? (13)
Traducción Coreano-Español: Asure
Entonces, parecía que Endymión se había puesto inquieto.
Lanzando una mirada cautelosa, volvió a preguntar:
—…Te dije que no fueras tan despiadado con los demás. ¿Pero ahora dices que lo hice bien?
—¿Eh? Eso lo dije refiriéndome a las personas. Pero él no era una persona, ¿verdad?
Julia corrigió su comentario con una brillante sonrisa.
—Además, lo golpeaste con flores. Seguro le pareció fragante y agradable.
Al cerrar la conversación con elegancia, Endymión sonrió con picardía y levantó la comisura de sus labios. Era evidente que la halagadora respuesta de Julia lo había puesto de buen humor. Julia, contagiada por su expresión, también sonrió radiante.
La carreta se dirigía a su alojamiento para tomar un breve descanso. Y en cuanto amaneciera, partirían de inmediato hacia la puerta de teletransportación.
—¡Mago!
—¿Eh? ¡Sí!
Boris, que aún sollozaba abrazando con fuerza la piedra mágica, levantó la cabeza. Endymión, tras echarle un vistazo a Julia, habló con la expresión de alguien que estaba haciendo una gran concesión.
—Me. pre. ocu. pa. ba.
—¿Perdón?
—Me. al. e. gra. que. es. tés. bien.
Julia bajó la cabeza, intentando contener una carcajada.
Para ella, esas palabras sonaban naturales y amables, pero dirigidas a otra persona parecían completamente rígidas, como si las estuviera leyendo de un libro. ¡Y ese tono tan torpe!
—¡Uwaaah, alteza!
Pero, para el novato en interacciones sociales, el gesto fue bastante conmovedor. Con la tensión finalmente disipada, Boris se emocionó hasta las lágrimas.
'De todas formas, es un avance. Seguramente, a su manera, Mion estaba preocupado'
Sin sospechar de la astuta intención de Endymión de ganarse más puntos, Julia apoyó la barbilla en su mano y se sintió satisfecha.
—…….
Endymión, por su parte, hizo una mueca de disgusto al ver a Boris llorando y moqueando. Pero al notar la sonrisa radiante de Julia mientras los miraba a ambos, rápidamente forzó una sonrisa también.
Gracias a ello, la carreta fue bastante ruidosa hasta que llegaron a su alojamiento.
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Después de lavarse y dormir un poco, el sol ya había salido. Julia, Endymión y Boris simplemente se cambiaron de ropa y se dirigieron nuevamente al lago donde estaba la puerta de teletransportación.
—¿Solo falta colocar la piedra mágica?
Julia preguntó al detenerse frente al pequeño bote. Boris, con el rostro aún hinchado pero visiblemente emocionado, asintió con entusiasmo.
—¡Sí! Ahora solo hay que colocarla en su sitio y activarla, llegaremos directamente a la Torre de Magia.
Asintiendo con la cabeza, Julia aceptó la escolta de Endymión y se acomodó dentro del bote.
Boris, sosteniendo cuidadosamente la piedra mágica, comenzó a lanzar su hechizo. El bote se hundió levemente en el agua y comenzó a deslizarse con suavidad por el lago.
—Sir Boris, sobre lo de anoche…...
El hecho de que realmente estuvieran a punto de ir a la Torre de Magia la ponía algo nerviosa. Así que decidió aclarar la duda que había estado reflexionando durante su descanso.
—¿Por qué fue tan fácil sellar mi poder ayer?
—¿Te sientes mal?
Endymión preguntó con el ceño fruncido. Anoche ya había estado inusualmente preocupado por esto, y parecía que casi no había dormido, revisando constantemente su estado.
Julia se apresuró a negar con la cabeza.
—No, no es eso.
Pero la situación le resultaba demasiado extraña como para atribuirlo solo a la suerte.
Endymión reflexionó un momento antes de sugerir que, tal vez, su poder finalmente se había adaptado a ella por completo.
—No lo sé… Sería un alivio si fuera así, pero la forma en que ocurrió fue demasiado diferente a la vez que perdí el control.
Boris también lo meditó seriamente, pero no pudo encontrar una respuesta clara.
—¿Hubo algo especial? ¿Alguna diferencia con la vez anterior?
Propuso anotar lo que pudieran y analizarlo en la Torre de Magos. Julia, sentada en el bote que avanzaba suavemente, parpadeó antes de responder.
—Mmm… Lo primero fue el propósito. La vez pasada ataqué a alguien, pero esta vez estaba protegiendo la piedra mágica.
Ataque y defensa.
—Lo segundo fueron las personas. En aquella ocasión solo estaba con el enemigo, pero esta vez estaban tanto Mion como usted, Sir Boris.
Al ver que Julia seguía sin considerar a Billie como una persona, la comisura de los labios de Endymión tembló sutilmente, mientras Boris soltaba una carcajada.
—¡Ja! Muy bien, nos centraremos en eso para investigar. Haré todo lo posible para descubrirlo, así que no se preocupe.
—Muchas gracias.
Julia sonrió con gratitud, y Boris, algo avergonzado, se rascó la cabeza.
—Debería ser yo quien agradezca. Anoche me conmovieron mucho. ¡Ambos arriesgaron su vida por mí!
Boris cerró los puños con emoción. Hasta hacía dos días, su relación con Endymión había sido tensa, pero ahora lo miraba con admiración.
—De ahora en adelante, los ayudaré con todo mi corazón. Especialmente a Su Majestad la Reina. ¡Juro protegerla con mi honor!
Julia sonrió, algo incómoda por su entusiasmo. Pero Boris, con expresión resuelta, continuó con firmeza:
—El Maestro de la Torre seguramente la codiciará si es, al menos, un mago de nivel medio. Cuando eso ocurra, ¡yo, Boris, la protegeré con mi propia vida! Usaré todos los medios a mi alcance.
—Se lo agradezco, pero… ¿eh?
Julia, que estaba a punto de responder con cortesía, se detuvo sorprendida al escuchar "mago de nivel medio". Endymión también frunció el ceño.
Viendo sus expresiones tensas, Boris se rascó la nuca con nerviosismo.
—Bueno, no estaba completamente seguro, pero anoche lo confirmé. Pudo manejar su poder con habilidad sin necesidad de palabras clave ni cálculos de fórmulas mágicas. Al verlo, pensé que al menos debía ser de nivel medio.
—No es para tanto…...
Julia intentó refutarlo con cautela, pero Boris agitó las manos para tranquilizarla.
—Por favor, créame. ¡Nunca revelaré esto en la Torre de Magia! ¡Juro que la protegeré!
Boris prometió con ojos brillantes.
Parecía que este ingenuo mago, al experimentar por primera vez la bondad de los demás, había decidido entregar su lealtad por completo. Aunque torpemente, estaba haciendo su mejor esfuerzo por corresponder.
—Gracias. Me tranquiliza mucho escuchar eso de usted.
Julia le sonrió con amabilidad, y Boris, emocionado, comenzó a hablar sin parar. Les explicó qué debían tener en cuenta en la Torre de Magia y qué cosas recordar.
Mientras tanto, el bote llegó a la puerta y comenzó a rodearla lentamente. Boris sacó la piedra mágica con reverencia y la insertó en el orificio vacío, canalizando su poder en ella.
Ziiiiing-
Una luz verde se disparó con un fuerte temblor, activando la puerta. Al igual que la última vez, la energía mágica comenzó a acumularse suavemente bajo el arco de los árboles.
—Bien, ahora lanzaremos el hechizo.
Era el hechizo protector contra los efectos secundarios de la puerta, que provocaba ilusiones de los recuerdos más tristes o dolorosos.
Boris movió la mano con ligereza y la energía mágica verde envolvió a Julia y a Endymión.
Tras realizar la última revisión, puso en marcha el bote. Julia, sujetando suavemente la ropa de Endymión, miró fijamente la puerta que se acercaba cada vez más.
—Con el hechizo en su lugar, las ilusiones deberían desaparecer rápidamente si aparecen. ¡Así que no se muevan!
Con su advertencia, el bote avanzó lentamente. Finalmente, la puerta ondulante estaba justo frente a ellos.
Sintiendo una leve opresión en el pecho, Julia se preguntó:
'Los recuerdos más tristes y dolorosos… Si caigo en una ilusión, ¿qué aparecerá?'
Tal vez la primera vez que perdió el control de su poder. No podía recordar la muerte de su madre, ya que era un bebé en ese entonces.
Se le vino a la mente el día en que, con solo 5 años, hizo que el manzano dorado se abrieran de golpe. Con un aire nostálgico, Julia sonrió y giró la cabeza.
—¿Mion?
Endymión, quien parecía no preocuparse por nada, tenía una mirada pensativa. Julia le tocó la mano con suavidad.
—¿En qué piensas?
—…Nada, solo estoy dándole vueltas a algo.
'Mmm… No parece eso'
Julia parpadeó, tratando de leer su expresión.
'¿Será que recordó algo triste o doloroso, como yo?'
Inclinó la cabeza con duda. En los más de 12 años que llevaban juntos, nunca había visto a Endymión triste. Ni una sola vez.
'¿De verdad? Siempre ha sido fuerte'
Curiosa, intentó observarlo mejor. Pero en un instante, aquella expresión extraña desapareció como un espejismo. Sus ojos azul claro volvieron a ser serenos.
—Nos vemos en un rato.
—¡Ah, sí!
Su mirada era la de siempre: un poco fría, pero con un matiz de ternura.
Finalmente, Julia se relajó y asintió con una brillante sonrisa. Después de todo, ¿quién no tiene recuerdos desagradables en la vida?
'Seguramente solo recordó algo incómodo'
Sin darle demasiada importancia, Julia se acomodó en su asiento.
Por ello, no notó que, por un breve instante, los ojos de Endymión se oscurecieron.
Con entusiasmo, Boris exclamó:
—¡Bien, nos vemos en la Torre de Magos!
¡Fwoosh!
Con un destello de luz, Julia y Endymión cruzaron la puerta rumbo a la Torre de Magia.
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Suavemente.
Al atravesar la puerta, sintió cómo su cuerpo era envuelto por una cálida energía mágica. Su corazón, que hasta entonces había estado tranquilo, comenzó a latir más rápido.
Y entonces.
¡Swoosh!
En un instante, todo a su alrededor se oscureció por completo. La oscuridad se abalanzó sobre él como una ola.
‘…….’
Su respiración se detuvo.
Al mismo tiempo, el peso del sueño lo envolvió y Endymión perdió el conocimiento.
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¡Guau guau!
—¡Deténgase!
Endymión frunció el ceño.
Cuando retrocedió lentamente, el doctor, que hasta hace un momento sostenía al cachorro, lo apartó apresuradamente y se justificó con retraso.
—S-Su Alteza el Príncipe Heredero, creo que por hoy es suficiente. Demos por terminada la sesión.
—Aún no ha terminado el tiempo.
Endymión lo observó con ojos fríos. Al escuchar sus palabras, el anciano de cabellos blancos tembló levemente mientras metía al cachorro, que seguía tembloroso, en su transportadora e intentaba fingir calma.
—C-creo que la conexión ha sido suficiente. Por eso, lo mejor será que descansemos por hoy...
—¿También es porque la conexión es suficiente que el tiempo de entrenamiento se ha ido reduciendo?
La aguda pregunta del niño de siete años dejó sin palabras al viejo académico.
El doctor abrió la boca para responder, pero al encontrarse con los ojos azules, desprovistos de cualquier emoción, acabó balbuceando una respuesta evasiva y salió de la habitación.
Endymión se acercó a la ventana, apartó la pesada y gruesa cortina y miró hacia afuera. En su fría retina se reflejó la imagen del doctor, quien, a pesar de su actitud anterior, ahora corría desesperado para salvar al cachorro.
—….... Qué absurdo.
Al principio, el entrenamiento duraba 24 horas. Y el objetivo también era una persona.
Pero lo que empezó con el rey y la reina fue reduciendo su duración, mientras los sujetos de prueba cambiaban a seres cada vez menos importantes.
Sus padres.
El mayordomo.
Los sirvientes.
Un caballo.
Una paloma mensajera.
Un perro de caza.
Una mascota…
Todos seres cuya muerte no importaba.
‘20 minutos’
Endymión, desplomándose sobre el sofá, reflexionó.
El año pasado aún podía soportar una hora. Ahora, ni siquiera 30 minutos. Ya habían pasado más de cinco años desde la última vez que tuvo contacto directo con una persona.
Los sirvientes, que cambiaban cada dos días, venían al amanecer y se marchaban al anochecer. Los caballeros que lo protegían lo hacían desde fuera del palacio del príncipe heredero. Incluso el doctor que venía una vez al mes para su "entrenamiento de conexión" evitaba tocarlo.
Desde la habitación contigua, separada solo por una pared ligeramente abierta, daba instrucciones. Usaba guantes y una máscara para evitar cualquier contacto accidental.
Incluso estas conversaciones superficiales, como la que acababan de tener, rara vez duraban más de tres minutos.
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