MDSDCS 49




Mi deseo son dos camas separadas 49

El rey disfrazado .... ¿Eh? (2)



Traducción Coreano-Español: Asure


……Entendido.


Pero la respuesta que recibió fue inesperadamente dócil. Todos, excepto Endymion, quedaron perplejos.

Sin prestar atención a sus reacciones, Endymion, tras quedarse pensativo por un momento, volvió a su expresión indiferente y le indicó al gerente que se retirara.


—Gracias. Que tengan un buen viaje.


El gerente, con una expresión de alivio, inclinó la cabeza y desapareció.  


Vaya, qué extraño. Pensé que se opondría.


Julia recordó cómo Endimión se había negado rotundamente a dormir en habitaciones separadas en la mansión de Duque Hyde. Pero entonces, de repente…  


Espera.


Recordó algo. No solo aquella vez, sino también la noche antes de la ceremonia de la mayoría de edad, siempre que habían compartido habitación, había surgido alguna situación incómoda. Con tanto ajetreo, había olvidado momentáneamente lo problemático que era compartir una habitación, incluso una cama.

Esa tensión, esa sensación sofocante, esa inquietante incomodidad.

Julia abrió la boca en shock y, apresuradamente, tomó una de las llaves antes de dirigirse a las escaleras.


—Mion, deshagamos el equipaje rápido y salgamos a recorrer el mercado. ¿Qué le parece cenar afuera, señor Boris?

—¡Oh! ¡Me parece una idea excelente!


Boris, emocionado, la siguió rápidamente. Julia le sonrió con dulzura y subió las escaleras antes de que Endymion pudiera cambiar de opinión. Para su alivio, no escuchó su voz llamándola.


Phew… Por poco y no puedo ni respirar…...


Julia suspiró en secreto y se presionó el pecho con la mano.

Ella y Endymion solían ser el tipo de personas que podían estar en silencio juntos sin sentirse incómodos. Pero ahora, solo pensar en estar a solas con él la ponía tensa. No sabía qué decir ni qué hacer para que las cosas no se sintieran raras.


Por eso le pedí a Sir Boris que compartiera el carruaje con nosotros.


Dentro del carruaje cerrado, Julia se dio cuenta de algo. Se percató de que estaba prestando atención a cada respiración, cada mirada y cada mínimo movimiento de los dedos de Endymión.


Será mejor dormir separados esta noche. 


Si continuaban compartiendo habitación, sentía que su corazón no lo soportaría. Convenciéndose de que era lo mejor, Julia entró rápidamente en una de las habitaciones alineadas a lo largo del pasillo del segundo piso.  

Desde abajo de las escaleras, unos ojos azules siguieron su figura hasta que desapareció.


…No está actuando como siempre.


Durante las horas de viaje a Chavel, Endimión había estado prestando atención a Julia como de costumbre. Y con su aguda percepción, no tardó en notar que su actitud había cambiado.

Parecía que su humor fluctuaba y que estaba más sensible de lo normal.


…….

—Señor… No, digo, barón. ¿No va a subir?


Boris lo instó antes de desaparecer en el segundo piso.

Sin más opción, Endymión tomó la llave que quedaba y subió las escaleras. Unos botones se apresuraron a llevar su equipaje a la habitación.




















⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅





























—¡Aquí, coronas de edición limitada! ¡Hechas con flores estelares raras! ¡Las señoritas que asistan al festival de Duque Mofatt mañana deben conseguir una!


El mercado estaba muy concurrido.

Duque Mofatt era el Señor de Lumare. Aunque Lumare era rural y no tenía mucha influencia externa, era bastante próspero. Además, mañana Duque Mofatt celebraría un baile al que había invitado a invitados de varias regiones para fomentar la camaradería.

Coincidiendo con el festival anual de los habitantes del feudo, Duque Mofatt había cedido una parte de los extensos jardines de su castillo. Así que los habitantes del feudo, con permiso para entrar, estaban ocupados creando un festival inolvidable.


—¡Ah! ¿Qué es eso? ¿Por qué venden animales?


Boris señaló sorprendido a un cachorro. El cachorro de pelo esponjoso movió la cola y luego ladró emocionado hacia Boris.


—Ugh.

—Eso es una mascota.


Julia contuvo una risa y se lo explicó. En la Torre de Magia, donde todas las relaciones estaban controladas, no existía el concepto de mascotas, por lo que Boris estaba fascinado.


—Vaya, eso es interesante. En la Torre de Magia, los animales solo son sujetos de experimentos. Criarlos y cuidarlos...


—¡Ah, también venden pañuelos! ¿Quieres ir a ver?


Era la primera vez que Julia visitaba un mercado, pero no era muy diferente de lo que había leído en los libros. Habiendo nacido y crecido en la humilde Ametrine, le resultó fácil adaptarse al ambiente acogedor.

Julia paseó por el mercado, explicándole alegremente a Boris, que sabía aún menos que ella sobre estas cosas.


—¡Oh, bienvenidos! Parece que van al baile de Duque Mofatt mañana. Entonces definitivamente necesitarán este pañuelo.


Una señora con un delantal blanco recibió a Julia y Boris. Boris observó con interés los pañuelos decorados con bonitos bordados y adornos.


—Hmm, ¿por qué necesitaría un pañuelo para ir al baile de Duque Mofatt? ¿Es que el lugar es sucio?

—¿Eh? ¡Jajaja, este señor tiene sentido del humor! ¿Por qué? ¡Por el código de vestimenta, claro!


La señora se rió a carcajadas, Boris se rascó la cabeza. Julia también tosió disimuladamente, sonriendo ampliamente mientras miraba los pañuelos.

'Ah, este le quedaría bien a Mion'

La mirada de Julia se detuvo en un pañuelo. Era lo suficientemente grueso pero suave, con un diseño elegante de una espada bordada en el extremo.


—Oh, ¿es para su amante?


La señora preguntó con simpatía.

'Amante'

Solo escuchar la palabra la hizo estremecer. Estaba bien con 'esposo', pero no entendía por qué la palabra 'amante' la hacía temblar tanto.

Julia, con el rostro enrojecido, asintió rápidamente, como si alguien pudiera escucharla.


—¡Tiene muy buen ojo! Señorita, este pañuelo está hecho de la tela más fina que obtuve de un pariente que comercia. ¡El diseño fue creado por un diseñador que trabajaba en un famoso atelier en la capital y recientemente se mudó aquí! ¡El hilo bordado incluso se suministra a la familia real!


Ciertamente, el pañuelo de color oscuro era de muy buena calidad. El diseño, diferente al de Semelé, era exótico pero elegante.

Finalmente, Julia señaló el pañuelo con una sonrisa.


—Me llevaré este. Por favor, envuélvalo.

—¡Oh, claro!


Mientras envolvían el pañuelo, Julia charló con Boris y tarareó una canción. Al ver el bordado del pañuelo, también se le ocurrió una idea para un regalo tardío de la ceremonia de mayoría de edad de Endymion, lo que la puso de buen humor.

'Primero le daré el pañuelo, luego como regalo real le compraré una buena espada'

Al imaginar la imponente figura de Endymion con la espada que ella le regalaría, su corazón latió con alegría.

Julia giró la cabeza con una sonrisa radiante. Hace unos minutos, Endymion le había pedido a Boris que la cuidara bien y se había ido a una tienda cercana.

A unos pasos de distancia, bajo una carpa, vio su cabello negro.

'Ah, ahí está...'

Pero la dueña de la carpa, que parecía vender artesanías, era una mujer joven. La mujer sonreía ampliamente mientras le entregaba algo en un sobre.

La expresión de Julia se endureció.

'¿Por qué?'

Endymion estaba sonriendo. Mientras pagaba y recibía el artículo de la mujer, las esquinas de sus ojos y su boca se curvaban suavemente.

Su corazón, que había estado latiendo con emoción, se hundió de repente. Sus ojos morados, impactados, se abrieron de par en par, sus labios se separaron ligeramente.

'Él sonrió. Delante de otra mujer que no soy yo...'

Endymion nunca antes había sonreído así delante de otros, especialmente de mujeres. Siempre había sido la única excepción...

Julia miró alternativamente a la mujer desconocida y a Endymion. Pero él pronto se dio la vuelta.

Julia se quedó paralizada, sin escuchar una palabra de lo que Boris decía a su lado, hasta que sus ojos se encontraron con los de Endymion, que se acercaba. Sus ojos azules, aún llenos de una sonrisa, se acercaron y preguntaron:


—¿Nos vamos?

—Ah... sí.


Aturdida, Julia fue a cenar. Pero incluso sentada en el restaurante, solo un pensamiento llenaba su mente.

'¿Por qué estaba sonriendo?!'




















⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅





























—¡El mercado es realmente divertido! Espero que podamos volver la próxima vez.

—¿De verdad? Entonces, vayamos también a Semele de regreso. El ambiente probablemente será diferente al de Chavel, así que será aún más divertido.


Ante la amable sugerencia de Julia, Boris se sintió conmovido. Estaba fascinado con el mercado, había comprado y comido ocho algodones de azúcar y estaba eufórico.


—¡Ja, ¿de verdad podemos?! Ustedes apenas lograron tomarse un descanso por la ceremonia de mayoría de edad debido a su visita a la Torre de Magia. ¿Seguirán teniendo tiempo después de regresar al palacio...?

—Por supuesto. Siempre hay tiempo para un amigo.


Ante esas cálidas palabras, los ojos de Boris se llenaron de lágrimas.


—¡Qué generosa es Su Majestad! Cuando lleguemos a la Torre de Magia, me aseguraré de hablar bien de usted con el Maestro de la Torre. ¡Dado que es una sugerencia de alguien tan cálida, compasiva y elegante como usted, sin duda debe aceptarla!


Ante su entusiasta respuesta, Julia abrió los ojos con sorpresa y sonrió con timidez.


—Ahaha. No era exactamente esa mi intención.

—¡No, no! Me compró algodón de azúcar y me llevará a ver el mercado de Semele. Es natural que yo le devuelva el favor. Por cierto, ¿dónde está exactamente el mercado de Semele? La calle Mystérion no parece tan animada como este lugar...


Mientras Boris hablaba emocionado, Endymion, quien estaba sentado frente a ellos, silenciosamente cambió el plato frente a Julia por uno nuevo que el camarero acababa de traer. Julia se sobresaltó y lo miró.


—Se enfrió.

—Oh. Gracias.


Endymion señaló el plato con una mirada amable, como si le dijera que comiera antes de seguir hablando. Julia asintió y estaba a punto de dar un bocado.


—Espera.


Endymion intervino nuevamente y giró el plato. Julia se detuvo y lo miró con duda. Él habló en voz baja.


—Tendrás pesadillas cuando comes picante por la noche.

—...  

—Come el lado más suave.


Julia miró su plato aún con el tenedor en la mano.

El plato, preparado con salsas picantes y dulces, era una especialidad de la región de Lumare. Lo había pedido por curiosidad.  

Pero siempre tenía problemas para dormir si comía picante en la noche. Había planeado comer la parte más suave y evitar la picante, pero casi lo había olvidado.


—¿De verdad Su Majestad conoce todos los gustos de Su Majestad la Reina? ¿Cómo recuerda todo eso?


Boris, quien los había estado observando atentamente durante días, preguntó con asombro. Endymion tomó sus cubiertos y respondió con firmeza.


—Comamos. No interrumpas la comida de mi reina.

—Ah, sí.


Con una expresión de 'Solo a mí me trata mal', Boris tomó sus cubiertos con el ceño fruncido. Julia, por su parte, miraba de reojo a Endymion mientras picaba su comida con el tenedor.

‘Sigue igual que siempre’

Sabiendo más sobre ella que ella misma, prestándole atención a cada detalle.

Endymion comía con postura impecable, su expresión tranquila e imperturbable. La sonrisa que había mostrado en el mercado antes ya no estaba. Julia, de repente, se sintió un poco molesta.

‘¿Por qué le sonrió a una extraña? Nunca me hace caso cuando le digo que cuide sus expresiones’

Si algo en él hubiera cambiado, todavía debería estar sonriendo. Pero Endymion seguía siendo el mismo de siempre, con su habitual semblante impasible.

¿Cuál era la razón? Masticando su comida distraídamente, Julia comenzó a especular.

‘...¿Le gustó esa persona?’

Su primer pensamiento instintivo fue sospecha. Pero inmediatamente sacudió la cabeza con vehemencia.

‘¡No, seguro que solo fue amable con ella en agradecimiento! Pero Mi-on no es de ese tipo... Ah, ¡quizás realmente le gustó algo que compró!’

¡Sí, eso debía ser! Julia tragó rápido su comida y preguntó con expectación:  


—Oye, Mi-on. ¿Qué compraste cuando fuiste solo antes?

—Hmm.


La mano de Endymion, que movía sus cubiertos, se detuvo. Julia aguzó los oídos, completamente concentrada en su respuesta.


—Nada especial. Te lo diré después.

—…¿Eh? O-oh.


Respondió sin pensar, pero bajo la mesa, apretó con fuerza el dobladillo de su vestido.

‘¿Por qué está esquivando la pregunta?'

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