Reina de las Sombras 67
Crisis (6)
"No voy a terminar con un solo golpe. No podrás mantener la cara en alto durante mucho tiempo. Estoy pensando en dejar una cicatriz"
Avella, que estaba decidida a hacerlo, le golpeó la mano con fuerza para ver si creÃa que no era necesario tomarse más tiempo. Elena no cerró los ojos. La empujaron a la peor situación, pero se quedó mirando a Avella con los ojos muy abiertos, como si se hubiera vuelto más rencorosa.
'Ja, ni siquiera querÃa usar mi cuerpo'
Aunque pequeña, Elena era dura en comparación con otros jóvenes. A diferencia de las damas, que crecÃan maravillosamente, Elena, que crecÃa como una plebeya, tenÃa mucho trabajo que hacer. Fue cuando Elena estuvo a punto de sacudirse los brazos apretados.
"¿Qué demonios estás haciendo?"
La voz no era fuerte, pero la palma de Avella se detuvo justo antes de tocar la mejilla de Elena ante la fuerza abrumadora.
"¿Quién demonios...?"
Avella giró la cabeza en la dirección en la que se escuchaba el sonido, molesta por el fracaso de la bofetada dos veces. Elena, que era incapaz de mirar hacia atrás, levantó la barbilla y miró la cara de Avella. ParecÃa un pez de colores con los ojos muy abiertos y los labios muy abiertos.
"S-Su Alteza"
"¡...!"
La expresión de Elena se endureció ante las palabras de Avella. No habÃa ninguna situación, asà que no podÃa saber quién era el hombre que intervenÃa sólo por la voz. Por cierto.
'¿Su Alteza está aqu� ¿Aqu�'
Si fuera Ren, lo habrÃa dejado pasar. Como está un poco descontrolado, podrÃa haber estado siguiendo a Elena. Pero Sian fue inesperado. Era difÃcil decidir cómo aceptar a Sian que aparecÃa en ese momento.
Avella no fue la única que se avergonzó, pero las chicas agacharon la cabeza. El ambiente tranquilo contrastaba con la situación en la que Elena se habÃa impacientado.
Oyó pasos. ¿Era por su sentimiento que sus pies sonaban especialmente fuertes a pesar de no tener un gran fÃsico?
"Saludos a Su Alteza"
Avella se levantó ligeramente el dobladillo de la falda y dio un ejemplo. Elena no podÃa ver a Sian porque no podÃa girar la cabeza. En cambio, pudo ver de cerca el rostro blanco de Avella. Estaba claramente atrapada y avergonzada por el hombre que amaba.
"Lady Avella, ¿qué está haciendo?"
"Su Alteza, es..."
"Te lo preguntaré de nuevo. Explique lo que está haciendo"
"Ah"
La frÃa voz de Sian tocó el corazón de Elena. Aun asÃ, pudo adivinar que ahora estaba enfadado porque una vez vivieron como marido y mujer. Avella ni siquiera pudo levantar la cabeza avergonzada y se excusó.
"... Estaba castigando a los de primer año por abandonar el respeto entre mayores y menores y cometer el motÃn. Le ruego que renuncie, pues se trata de un asunto de mujeres jóvenes"
Avella se burló hábilmente de las tres lenguas. Al mismo tiempo, criticó a Elena por ser una junior maleducada, y al mismo tiempo la echó de la academia al trabajo de las jóvenes que llevan al mundo social, diciendo que no es un asunto de Sian.
"..."
Sian alternaba entre Avella y Elena. A diferencia de Elena, que no podÃa ver a Sian porque estaba cubierta por el antebrazo de la chica grande, podÃa ver a Elena con gran visibilidad.
"Hablas muy bien incluso en esta situación"
"Sólo te he dicho la verdad, asà que espero que no me malinterpretes"
"¿Malinterpretar?"
Sian transfirió brevemente sus palabras y pronto reveló sus pensamientos.
"¿Quieres que me crea eso?"
"Alteza"
La voz de Avella se alzó consternada. Incluso las chicas que reprimÃan a Elena se avergonzaron de la reacción de Sian.
"La Lady LucÃa que conozco no es esa clase de mujer. Es lo suficientemente aristocrática como para entender las reglas de etiqueta y a veces utilizarlas como ejemplo de la aristocracia. Además, es una mujer honesta que habla directamente y sin rodeos, si lo considera correcto"
'Ah'
En el momento en que escuchó eso de Sian, Elena casi se emocionó. Ella tenÃa una vaga expectativa de que podrÃa ser asÃ. Sin embargo, cada vez que eso ocurrÃa, ella se apartaba con fuerza. La cicatriz de su vida pasada era tan profunda que fingÃa no conocerlo. Sin embargo, Sian trataba y respetaba a Elena con sinceridad.
"¿Su Alteza está diciendo que no me cree?"
"Lady Reinhardt"
Sian la llamó por su apellido, no por su nombre. La distancia le resultó más dolorosa a Avella.
"¿De verdad está pensando eso, Alteza?"
Avella esperaba con nostalgia la negación de Sian. Ante la facción que la seguÃa, las palabras de Sian podÃan cambiar la cara y el orgullo. También habÃa un leve deseo de que se apreciara más que a Elena.
"Pensé que ya habÃa dicho lo que querÃa decir. ¿Debo repetir lo mismo?"
"De verdad..."
"Vuelve. Y no vuelvas a tocar a Lady LucÃa"
Los labios de Avella temblaron ante la advertencia de Sian, que no dio lugar a cavilaciones. La expresión de su rostro no se controlaba porque era difÃcil controlar sus emociones por los insultos y la desgracia que experimentaba por primera vez en su vida.
Avella se daba la vuelta y se marchaba, haciendo una reverencia en silencio. Entonces las chicas que quedaban parecÃan avergonzadas, salieron corriendo.
"Alto"
"¿Yo?"
Entre ellos, el rostro de la estudiante señalada por Sian se ensombreció. A ella, una aristócrata de clase baja que querÃa conseguir algo de Avella, le pesaba que el prÃncipe Sian le hablara.
"Esa cosa que tienes en la mano. No creo que sea tuyo".
Las gafas con montura de cuerno estaban en manos de una chica que tenÃa los ojos puestos en Sian.
"Aquà está"
La chica que le dio las gafas a Sian hizo una reverencia y salió corriendo sin mirar atrás. No fue hasta que toda la situación se completó que los ojos de Sian se fijaron en Elena. Sian dijo para entonces que estaba avergonzada por la mirada demasiado obvia.
"¿Estás bien?"
Como de costumbre, Sian estaba sin inexpresión. Pero Elena fue capaz de leer las preocupaciones e inquietudes contenidas en él.
"Gracias a ti. Gracias a ti"
"Afortunadamente. Es tuyo"
"¡...!"
Sian puso las gafas en la cara de Elena. Con un toque amable que ella nunca habÃa sentido antes. La extraña apariencia la hizo sentir una emoción que nunca antes habÃa sentido. Elena hizo oÃdos sordos al sentimiento extraño, sin saber cómo aceptarlo.
"... Gracias por salvarme"
Elena inclinó educadamente la cabeza y le dio las gracias. Si Sian no hubiera ayudado, Elena se habrÃa sentido bastante avergonzada y perpleja.
"Tengo una pregunta para ti".
"¿S�"
"¿OÃste todas las conversaciones en el estudio ese dÃa?"
Elena no tuvo tiempo de ocuparse de ello, y Sian entró con lo que habÃa pasado.
'¿Qué, qué debo decir?'
Elena, que dudaba, decidió ser sincera. Elena confesó que habÃa escuchado todo desde el principio. QuerÃa ser sincera con él, que salvó a Elena y se preocupó por su corazón.
"Ya veo. ¿Pero por qué no me preguntaste nada?"
"¿Cómo que preguntar qué?"
Cuestionó Elena, que no entendÃa el sentido de la conversación.
"... Nada"
Sea cual sea la reacción, Sian se ablandó rápidamente.
'¿Qué le pasa?'
Era una reacción muy desconocida para Elena, que nunca la habÃa visto calmarse. Sian tenÃa una mirada extraña en su rostro, como si algo no le saliera bien, y dudó en llevarlo.
"QuerÃa ir al estudio, pero no pude. Por tu culpa"
"¿Por mi culpa?"
Elena no entendÃa lo que Sian estaba diciendo. Elena fue la que fue grosera al escuchar la conversación sin permiso. Aunque se diera cuenta, Elena tenÃa que verlo, y si se equivocaba, era correcto que Elena se equivocara. En consecuencia, este comportamiento y las palabras de Sian fueron muy embarazosas para Elena.
"Ha estado en mi mente todo el tiempo"
"No sé qué es lo que está diciendo, por qué está haciendo esto ahora"
"..."
En lugar de responder, Sian emparejó sus ojos con los de Elena. Su mirada cercana parecÃa complicada.
"Me siento triste y aliviado de que no lo sepas"
"Su Alteza"
"He estado pensando mucho, pero ahora no se me ocurre nada"
¿Fue un error de Elena? Lo que sintió fue que las comisuras de la boca de Sian se levantaron muy ligeramente.
"Me gusta poder verte la cara. Tranquila"
"¡...!"
El corazón de Elena se hundió.
***
HabÃa silencio en el estudio.
A menudo se escuchaba el sonido de la respiración, excepto el de la pintura sobre el lienzo, que estaba enterrado en un pincel. En principio, era una escena tan natural en el estudio.
Elena tenÃa cuidado de no dejar que su postura se derrumbara como la de una modelo. Rafael trató de plasmar cada pequeño detalle en el lienzo. Era tan idealista que se deseaba que el tiempo se detuviera. Hasta que el no invitado Ren visitó el estudio y armó una trifulca.
"Hola, amigo pintor. ¿Dónde estás mirando? No se parece en nada a ella. No es muy hermosa"
'Hijo de puta'
Elena exhaló con la nariz, enfadándose. Si realmente miras a Ren, es tan creativo que podrÃa estar estudiando cómo revolver el estómago de una persona.
"La base del retrato es el reflejo de la realidad, ¿no es por eso que quieres ganarte la vida como artista?"
"..."
"¿Ves su propia cara? Parece que vas a suspirar"
Ren estimuló a Elena cortando el agua. DiscutÃa como si supiera algo, y eso hizo que a Elena le hirviera la sangre al revés.
"Creo que es bonita tal y como es"
"¿Mi amigo pintor no tiene buena vista?"
"Digamos que sÃ"
Lo sorprendente es la concentración de Rafael. A medida que más y más Ren interrumpÃa el estudio, aprendió a concentrarse en la pintura ignorándolo por completo. Recientemente, fue capaz de mantener una alta concentración y responder a la disputa de Ren.
"El potencial humano da mucho miedo. Amigo pintor, deberÃas darme las gracias. Te he permitido hacer dibujos mientras hablabas. ¿No te parece?"
Si te gusta mi trabajo, puedes apoyarme comprándome un café o una donación. Realmente me motiva. O puedes dejar tus comentarios o una votación 😂😉.
0 Comentarios