Reina de las Sombras 133
Caza (10)
Leabrick incluso pensó en Elena con la reciente pista. Al mismo tiempo, la presionó insinuando que era sospechosa.
'Ella me está llevando al exterior de mi cabeza'
El oponente era Leabrick de la conspiración. Una mentira torpe no funcionará. Tan pronto como le dijo que nunca lo habÃa conocido, la duda hacia Elena será segura.
'¿Tengo que admitirlo?'
ParecÃa mejor admitirlo sin problemas que quedarse parado ahora, cuando no habÃa ningún punto en particular. Sin embargo, ella también tenÃa algo dudoso.
'¡Por qué te presentas disfrazada!'
Cualquiera no puede evitar sospechar. ¿Por qué Ren, que vive sin ley, se acercó a Elena disfrazado y ocultando su identidad? Lo primero que se le ocurrió fue sospechar. Sólo se vio que habÃa alguna intención. Al final, tanto si lo negaba como si lo admitÃa, Elena se encontraba en una situación de desventaja.
"¿Te he hecho una pregunta difÃcil de responder?"
Leabrick estableció contacto visual y preguntó el fondo. La duda se profundizó en la voz tranquila que no se podÃa sentir ni en lo alto ni en lo bajo. Ahora sà que tenÃa que tomar una decisión en cualquier caso.
"Admitámoslo"
Elena mató su emoción e hizo un juicio completamente racional. Por ahora, ella pensó que serÃa mejor.
'No puedo ser jalada, y no puedo perder mi cara'
De seguir asÃ, Leabrick preguntarÃa por el disfraz de Ren, y Elena se verÃa obligada a insistir o a poner excusas.
Era una imagen que Leabrick querÃa. Hay errores y errores lógicos en la respuesta rápida. Sólo habÃa una manera de dar vuelta el tablero. Lanzar un gran tema y reorganizar la cuestión.
Elena bajó ligeramente la cabeza y derramó fuertes lágrimas de sus ojos. Lloró sin aliento y sin emitir ningún sonido.
"Lo siento, Liv. Estaba tan triste sin darme cuenta"
Elena se apresuró a sacar su pañuelo y se robó los ojos. Los ojos de Leabrick se entrecerraron al ver a Elena con una pena silenciosa pero triste. No se dejó deslumbrar por las lágrimas de Elena.
"¿Pasa algo?"
"Por favor, prométeme una cosa. No me abandonarás"
Elena miró a Leabrick con los ojos húmedos y mojados. La tristeza se le habÃa corrido en la cara.
"¿Qué quieres decir con abandonar a la Princesa? ¿Cómo puedes pensar en eso? Te lo prometo. Nunca ocurrirá"
¿Qué le pasa a ella?
Leabrick no podÃa leer la mente de Elena a pesar de que mantenÃa el ritmo. ParecÃa haber algo, pero no habÃa forma de saber qué era.
Elena, que dudaba en confesar a pesar de la promesa de Leabrick, apenas abrió la boca.
"... Hay una cosa que no pude decirle a Liv"
"No te sientas presionada. ¿Con quién más puedes hablar?"
Leabrick fingió ser un adulto y esperó las siguientes palabras de Elena. A tiempo, las palabras como un rayo de azul fluyeron entre los labios de Elena.
"Sabe que soy un suplente, Sir Ren"
"¡...!"
La expresión de Leabrick se distorsionó. Fue una historia impactante que no pudo ocultar sus sentimientos del momento.
"¿Desde cuándo? Dime la hora exacta"
"En cuanto fui al instituto... me preguntó si era falso"
"¡Eso es hace mucho tiempo! Entonces. ¿Qué le dijiste?"
"InsistÃ. Pero él me amenazó siempre. Pensaba que yo era una falsa, y estaba seguro de poder demostrarlo... Me intimidaba y me amenazaba..."
"Ja"
Leabrick suspiró con fastidio. Su mirada sobre Elena, que habÃa mantenido la boca cerrada hasta ese momento, era frÃa.
"¡DeberÃas habérmelo dicho! Si lo hubieras hecho, no habrÃas lidiado con ello de ninguna manera"
"No podÃa decÃrtelo porque tenÃa miedo de que me echaran"
"Eso es lo que es"
"Eso es lo que dijo Liv. Si se enteran de que soy suplente, lo perderé todo. Asà que no tuve más remedio que aguantar y aguantar"
Elena, que culpaba a Leabrick de su inteligente discurso, sacudió la cabeza cubriéndose la cara con las palmas de las manos.
Las comisuras de la boca de Elena se levantaron al ver la expresión de Leabrick entre sus dedos.
'Funcionó'
Fue lo que pensó Elena. HabÃa creado un tema mayor que compensaba con creces las sospechas de Leabrick, haciendo que no pudiera permitirse prestar atención. En otras palabras, el tablero se reordenó como Elena querÃa.
Aunque hizo lo que querÃa sin pedir el consentimiento de Ren, no se arrepintió mucho. La Leabrick que ella conoce tomarÃa un camino más fácil que meterse con Ren.
'Tratarán de deshacerse de mÃ'
Los ojos de Elena se hundieron en frÃo. La Casa de Bastache era una rama del Gran Duque. No habÃa necesidad de fingir, ya que era útil como un tratado de 100 años.
Pero no Elena. El valor de utilidad de Elena se habÃa agotado desde que Verónica despertó. Con la ayuda de Sian, ganó tiempo celebrando una ceremonia para elegir a la princesa heredera, pero también fue un perÃodo corto de tiempo. No tenÃa que pensar de forma complicada, pero podÃan eliminar a Elena. Y si Verónica vuelve a ocupar su lugar, el argumento de Ren será impotente.
Leabrick no era tan malo como para dejar un camino fácil y reclamar un camino engorroso. Ahà estaba el cálculo, asà que Elena no dudó en saltar sobre Ren.
Elena, que bajó la mano que le cubrÃa la cara, sollozó por lo bajo.
'¡Me amenazó con ser la Princesa de la Corona en el tema falso!'
"Princesa, déjeme preguntarle esto. Por favor, responde con sinceridad"
Leabrick le pidió a Elena, que habÃa permanecido en silencio hasta el momento, presionó pacientemente su irritación y le preguntó secamente.
"Aparte de Ren, ¿alguien más conoce la identidad de la Princesa?"
"Nadie"
"¿Lo juras?"
"SÃ, puedo jurar por la Diosa Gaia"
Elena asintió con la cabeza con sinceridad. Sólo entonces la expresión de Leabrick se suavizó un poco. Sin embargo, sus sentimientos internos más allá de la expresión eran aterradores.
'No puedo dejarla viva nunca más. En cuanto termine la ceremonia de elección de los PrÃncipes Herederos, debo eliminarla'
Dos meses más tarde, el dÃa en que la tercera ronda termina. Ella matarÃa a Elena como estaba previsto. Entonces todo se harÃa limpiamente. Aunque Ren sabÃa que ella era una sustituta, no habÃa nada que pudiera hacer. Incluso si afirmaba que ella era una sustituta, habÃa un largo camino para comprobarlo.
En el mejor de los casos, se trataba de molestar a Elena. Era suficiente hasta que volviera Verónica. Entonces Ren tiene que lidiar con una tremenda secuela. Puede que tenga que estar preparada para la extinción de su familia, ya que sospechaba de la sangre de la Gran Casa.
'Si muestra los dientes primero, no hay nada que esperar...'
SerÃa una buena causa para utilizar la crisis como una oportunidad para poner una correa en el cuello de la familia Bastache.
"Ya está bien, princesa. Has pasado por muchas cosas, ¿verdad? No te preocupes ahora. Yo me encargaré del resto"
Elena fingió sentirse aliviada por el mismo consuelo de Leabrick. Estaba ansiosa por perder su posición.
"Déjame seguir siendo una Princesa. Realmente quiero ser la Princesa de la Corona y hacer felices a Liv y a mi padre"
"Por supuesto que sÃ. Sólo hay una Princesa en el mundo"
"Liv"
Elena miró con los ojos llenos de emoción y abrazó a Leabrick. Leabrick le acarició el hombro, que temblaba suavemente ante el pequeño sollozo.
"Concéntrate en la elección de la princesa heredera. Yo me ocuparé de Sir Ren"
"Gracias, Liv. No te defraudaré"
Las cálidas palabras recorrieron las mejillas del otro en una lÃnea diagonal. Incluso habÃa una suavidad que cualquiera no podÃa dejar de entender que era para el otro sinceramente. Sin embargo, los ojos de Elena y Leabrick, que eran mixtos, eran lo suficientemente frÃos como para resultar extraños cuando se pedÃan mutuamente el cuello.
***
Lorentz, por orden de Leabrick, visitó a Verónica en el piso franco.
"Su Alteza la Princesa, es Lorentz"
Mirando a Verónica sentada en el marco de la ventana, Lorentz fue cortés. A diferencia de la pretenciosa lealtad mostrada a Elena en su vida anterior, se reveló un respeto y una lealtad sinceros.
"Señor, ¿qué está haciendo aqu�"
Verónica miró fijamente al pájaro azul de la jaula y preguntó de forma aburrida.
"Estoy aquà para informar de algo. La muñeca ha entrado en la segunda ronda de la elección de la princesa heredera"
"¿De verdad?"
"También en la parte superior. Para no afectar la reputación de Su Alteza, Leabrick está trabajando duro"
A pesar del informe de Lorentz, Verónica no dio una mirada. Con una actitud tan frÃa, Lorentz continuó con los ojos puestos en ella.
"Pronto habrá una segunda ronda de competición. Igualmente, no habrá nada de qué preocuparse para Su Alteza la Princesa"
"Ya veo"
Como era de esperar, la reacción de Verónica fue aburrida. A primera vista, no parece interesada, pero en realidad, no le gustaba la situación de recibir tal informe.
"El dÃa de la ceremonia de la 3ª competición, ella dijo que tomarÃa medidas para que usted pudiera volver. Ella también dijo que Su Alteza el PrÃncipe Heredero debe ir a la ceremonia de nombramiento de la Princesa Heredera"
"¿Y qué?"
"¿Qué?"
"Claro que lo digo porque me molesta que sigas hablando de ello"
"Lo siento"
Lorentz inclinó la cabeza y se disculpó. Como estuvo al lado de Verónica incluso antes de que se volviera adicta al veneno, ella conocÃa su sinceridad mejor que nadie.
"Dile a Leabrick lo que estoy diciendo"
"SÃ"
"Dile que mantenga la muñeca viva"
"... ¿Quieres que la salve?"
Cuando Lorentz miró como si no lo supiera, un escalofrÃo cayó de los ojos de Verónica.
"La zorra de poca monta se hizo pasar por mà y disfrutó del inmerecido interés por el tema, asà que ¿por qué no pagamos el precio?"
"¿Cuál es el precio?"
"La desesperación"
Verónica abrió la puerta de la jaula y agarró con la mano un pájaro azul macho que aleteaba.
"Mira esto. Está de luto desde que murió su pareja, la hembra... Le añadà una nueva hembra y lleva cantando desde el amanecer"
"¿Es as�"
"Cuando lo pienso, sólo el pájaro hembra muerto daba pena"
Verónica apretó al pájaro azul macho, que se resistÃa a su agarre.
Entonces la nueva hembra de pájaro azul, que se quedó sola, voló frenéticamente dentro de la jaula y lloró.
"Esto es lo que es la desesperación. Arrebatar, pisotear y aplastar las cosas más valiosas. Bastante justo para disfrutar"
"..."
"Se lo voy a dar a ella. A la humilde chica que se parece a mÃ"
Verónica lanzó el cuerpo de un pájaro azul macho a la jaula.
El pájaro hembra observó al pájaro azul macho sin ningún movimiento, y comenzó a piar tristemente.
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