Princesa de dos caras 70

Princesa de dos caras 70

Miércoles, 07 de Julio del 2021



Princesa de dos caras 70



¿Una mujer así vivía como una muerta en la familia imperial? ¿Era eso posible?

"No sé qué clase de pecados voy a descubrir si terminamos de registrar esta mansión". Apollonia suspiró.

El vizconde Diaman incluso utilizó todas sus fuerzas para girar la cabeza. Su rostro estaba distorsionado mientras se concentraba en sus pensamientos. Sintió que la medicina que recibió de Amoreta había remitido.

El mayordomo, que estaba muerto de miedo, no sería capaz de ocultar todos los secretos de esta mansión.

De repente, recordó a los residentes que habían sido encarcelados en sus prisiones subterráneas secretas. Algunos fueron golpeados y abandonados por no pagar los impuestos, además de las mujeres...

Sacudió la cabeza enérgicamente. Después del registro, estaría muerto. Tal vez ni siquiera pudiera morir cómodamente.


"¿Cuál es el problema?" preguntó Apollonia al vizconde, que se mordía los labios y las uñas. Sobresaltado, volvió a mirarla a la cara y una idea tomó forma."

"¡Los guardias de la Princesa están fuera ahora!"


Los únicos que quedaban en la sala de recepción de su lado eran la propia princesa, la niña Tanya y el guardia con una túnica que le cubría la cara, pero que aún parecía joven. Por otra parte, había 10 de sus soldados en esta sala con él.

'¿Y si la tomo como rehén?'

Estaría aterrorizada, ya que no esperaba que el vizconde usara la fuerza. Si la atrapaba, el comandante de los caballeros imperiales lo consideraría un valiente caballero que los ayudó. Entonces, podría huir al siguiente país con el dinero acumulado. Si le pillaban, le castigarían por intento de asesinato a la familia real, pero si actuaba con rapidez, podría salirse con la suya.

No pudo cerrar la boca ante la brillante idea. Como era de esperar, había un agujero al que escapar aunque el cielo se derrumbara.


"Su Alteza"


Dio un paso más cerca de Apollonia, fingiendo estar tranquilo. Estaba incluso más cerca de ella que su joven guardia, que tenía una mueca que parecía ser su expresión habitual.


"¿Qué ocurre?"

"¡Toma esto!" 


Se lanzó hacia ella. El vizconde era un antiguo caballero, pero se le daba mejor la lucha que la esgrima.



¡Swoosh-!



"¿Eh?"


Pero era raro. Tenía los brazos entumecidos y le dolía la garganta.


"¡Keugh!"


Cuando apenas pudo respirar bajo la presión de la asfixia, vio que un largo brazo cubierto por una túnica le rodeaba el cuello,

Era el guardia de la princesa. Vino desde atrás y le agarró el cuello. El vizconde estaba obviamente más cerca de ella, ¿cuándo se acercó tanto?


"¡Kheughh!"


Mientras la presión sobre su cuello aumentaba, el vizconde agitaba sus brazos y piernas. El guardia seguía apretando sus brazos, y no fue hasta que Apollonia asintió que finalmente aflojó su agarre.


"¡Cof cof!"


El vizconde cayó al suelo. Sólo le atacó el cuello, pero todo su cuerpo estaba entumecido. Por un momento, sólo pudo ver el techo de la sala de recepción, pero pronto el rostro de Apollonia entró en su visión.

Tch... Vizconde, ¿creías que Sid Bian me dejaría indefenso? ¿Creías que confiaba en ti?


"¡Uf... cof cof!"

"Mientras este hombre esté a mi lado, sólo hay dos personas en el mundo que pueden atacarme. Una es Sid Bian, que ahora está registrando el sótano de tu casa, y la otra es mi padre en la capital"


Apollonia sacudió lentamente la cabeza y chasqueó la lengua.


"Aunque será impactante si consigues tener éxito con esa habilidad tuya"

"Uf..."

"Un intento de poner en peligro a la princesa. Tu cuarto pecado es la traición"


El vizconde se derrumbó patéticamente. No mucho después llegaron los sonidos de Sid regresando con los aldeanos.


"Sólo por ese sonido puedo adivinar tus otros crímenes. Explotación, abuso sexual, secuestro, detención ilegal..." 


Suspiró, y luego continuó con amargura.


"Vizconde, lo siento, pero deberíamos terminar la conversación aquí. Tal vez no vuelvas a verme el resto de tu vida"


El vizconde Mason Diamann. No pudo responder nada, y se tumbó en el suelo con los miembros temblorosos.

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