Martes, 23 de Febrero del 2021

Princesa de dos caras 34

"Mi señor, por favor... ¡por favor déjeme ir!"

El grito que resonó en el jardín fue lo suficientemente fuerte como para casi romper el tímpano de alguien. Pero fue rápidamente cortado por la voz de un hombre.

"¡Cállate, perra! Cada vez que te enfrentes a mí, te golpearé de nuevo".

¡CLAP!

"¡Ah!"

Cuando los guardias y los invitados oyeron la bofetada, fruncieron el ceño. París también lo hizo.

Había permitido que Gareth, su amigo y primo, trajera a una mujer al jardín. Pero nunca había permitido el abuso verbal o la agresión. Gah, odiaba lidiar con situaciones como esta...

"Su Alteza, estamos esperando sus órdenes"

Paris dudó, y maldijo en voz baja. No tuvo más remedio que dar la orden.

"Tráiganmelos"

Un momento después, los guardias arrastraron hacia delante a Gareth, que se debatía y gritaba furiosamente, y a Adrian Reese. Su rostro estaba cubierto de moretones y las lágrimas corrían por sus mejillas. Sus ropas estaban rasgadas y desgarradas. El rostro de Nisha se puso blanco al ver a los dos.

"¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡¿No sabes quién soy?!"

Era evidente que estaba borracho. Pero una vez que vio la fría cara de Paris, dejó de forcejear.

"Usted-Su Alteza el Príncipe-"

El puño de Paris golpeó la cara de Gareth antes de que la última palabra saliera de su boca.

¡Crack!

"¡Ughh!"

"¡Qué demonios es esto!"

Paris agarró a Gareth por el cuello de la camisa y lo empujó hacia delante. Gareth le miró nervioso. El significado de la mirada que vio en los ojos de Paris era claro.

Todo es culpa tuya. No te atrevas a intentar culparme de esto.

Paris sacudió violentamente a su primo, y la cabeza de Gareth se movió de un lado a otro por la fuerza de la furia de Paris. Tiró a Gareth al suelo.

"¿En serio estabas intentando violar a una mujer en mi jardín?"

Gareth parpadeó, y luego sacudió frenéticamente la cabeza cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando.

"Todo es culpa mía, Su Alteza. Esto no volverá a ocurrir".

Más gente empezó a entrar en el jardín. Algunos de los invitados trataron de calmar a Paris.

"Su Alteza, fue un error del joven duque. Volvamos antes de que Su Majestad el Emperador o la Duquesa vean lo ocurrido".

"Ella es su doncella de todos modos, Su Alteza. No la ayudará si hace un gran problema de este pequeño incidente".

Apollonia sabía que Paris escucharía su consejo, y fingiría que no tenía otra opción que hacerlo. No era particularmente más moral que Gareth. Sin embargo, Gareth lo hacía todo según sus instintos. Paris estaba más interesado en salvar la cara.

En otras palabras, no le importaba lo que le ocurriera a esa mujer, siempre y cuando pudiera demostrar a todo el mundo que era un príncipe recto que no toleraría ese comportamiento. En ese sentido, se parecía mucho al emperador. El resultado sería el mismo hiciera lo que hiciera, así que tenía que aprovechar la situación.

"Hermano, enviemos primero a Gareth".

Los espectadores asintieron mientras ella hablaba. Paris pareció relajarse un poco. Nadie le culparía si su inocente hermana, y la principal atracción del banquete de la mayoría de edad, era la que lo pedía.

"Sin embargo, voy a llevarme a esta niña y a tratarla. No puedo devolvérsela a nuestra tía con este aspecto"

Se quitó el abrigo y lo colocó alrededor de Adrian, que yacía temblando en el suelo. Paris asintió y miró a Gareth.

"No vuelvas a acercarte a mi jardín. Me encargaré de ti más tarde por tu crimen de empañar la llegada de Nia a la edad adulta"

Y ahí se acabó todo. Los invitados volvieron a la sala de banquetes, alabando tanto la amabilidad de Apollonia como el aplomo y la dignidad de Paris. Paris había dado una lección a Gareth Liefer, que había perturbado el banquete y casi había cometido el pecado de violación dentro del palacio imperial.

"Su Alteza, esta mujer..."

La doncella que permanecía en el jardín miró nerviosa a Apollonia después de que ésta hablara. Apollonia miró a Adrian, que parecía estar al borde de la conciencia. Había podido salvarla sólo porque había estado en el lugar adecuado en el momento adecuado. No estaba segura de poder evitar que esto volviera a suceder.

"Llévenla al Palacio de las Estrellas y llamen al médico", suspiró Apollonia. No podía dejar que esta pobre víctima de Petra sufriera.

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