Llora Hermosamente 50
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Al volver a casa, Damia estaba nerviosa por si se encontraba con Cesare. Pero no lo encontró por ninguna parte, no estaba en la mansión. En su lugar, Owen, con los ojos nublados, la saludó y le preguntó.
"Cariño. ¿Has conocido bien al prometido? ¿Cómo te fue?"
"SÃ, padre. Fue un buen momento"
Damia sonrió desesperadamente, reprimiendo sus emociones. Al recordar la conspiración cuando casi habÃa sido atacada por Klaus, su columna vertebral se sintió repentinamente frÃa.
Pero no podÃa culpar a Owen de estar asÃ. Sabiendo que él también era una victima de Cesare, Damia calmó sus emociones. Y naturalmente, invitó a Owen un té
"Asà que eso es, papá. Tengo algo que contarte sobre la boda, ¿quieres una taza de té?"
Sin Cesare, no fue tan difÃcil suministrar a Owen el antÃdoto. Confuso, ni siquiera se dio cuenta de que habÃa algo en el té.
"...... Me siento un poco raro, cariño. Me duele la cabeza por alguna razón y me siento muy somnoliento. Necesito descansar"
Owen, tras vaciar el té hasta el último sorbo, se levantó frotándose la sien.
Damia, que vio esto, no se asustó, sino que ayudó a su padre y lo llevó a su habitación.
"Descansa un poco, papá. Te pondrás bien pronto"
Owen se tumbó en la cama y empezó a sudar profusamente. Efectivamente, se debÃa a la reacción de desintoxicación que Lesid le habÃa informado de antemano.
Damia no se preocupó demasiado porque el sudor se mezclarÃa con la droga que habÃa acumulado hasta entonces.
'Después de dos dÃas de enfermedad, volverás a la normalidad'
Una vez que Owen se desintoxicara de la droga y recuperara la cordura, iba a exponer todo lo relacionado con Cesare. Entonces Cesare serÃa despedido, pero no le importaba. Porque fue él quien trató de expulsar al dueño original como el cuco que entró en el nido.
Nota Asure: el cuco que entra en el nido, modismo que significa encontrare donde no pertenece
Aparte de eso, no podÃa perdonarle que drogara a su padre. Damia miró la habitación de Cesare con ojos frÃos y luego volvió a su dormitorio.
TodavÃa habÃa un frasco de antÃdoto de Lesid en la estanterÃa de su habitación. Al fin y al cabo, todo el contenido está vacÃo, asà que sólo es una botella de cristal, pero Damia la tiró a la chimenea.
Estaba preocupada porque si se sabÃa que Lesid le habÃa ayudado, serÃa penalizada en la Gran Guerra.
"No debes causar problemas al benefactor"
Al cabo de un rato, la botella de cristal se aplastó en pequeños grumos negros. Al ver esto, Damia dejó escapar un largo suspiro.
Ahora sólo quedaba esperar que su padre se recuperara. Hasta entonces, no habÃa podido desalojar la mansión. De todos modos, Cesare podrÃa aprovechar esa oportunidad para hacer algo más.
'¿Quieres pensar en un regalo a cambio mientras esperas?'
De todos modos, tenÃa que quedarse en casa durante dos dÃas. Para aprovechar ese tiempo de la forma más práctica posible, Damia hizo varios planes.
Damia llamó a la criada y le pidió que trajera telas de alta calidad, encajes e hilo de bordar. Esta era la esencia de la elaboración de un pañuelo bordado.
Recibir tan valiosa ayuda de Lesid, pero no pudo soltar ni una sola palabra de agradecimiento.
'Después de todo, lo mejor serÃa dar un regalo a cambio. Lo bueno que todavÃa es verano'
Damia cortó un trozo de tela y empezó a hacer diseños para pañuelos. Entonces, un pensamiento repentino vino a su mente y las yemas de sus dedos se detuvieron por un momento
'Para Sir Akkard...... ¿Debo hacer uno?'
Era un pensamiento dado por hecho, pero un sentimiento de rechazo surgió en su mente. La tristeza que recibÃa de él era demasiada como para dar algo parecido como un agradecimiento a cambio.
'Como lo que pasó en la taquilla'
Cuando pensó en Akkard, que en ese momento la trataba como una cortesana, la idea de querer dar algo desapareció por completo. Pero también era cierto que siguió ayudándole.
Si no hubiera sido por Akkard, no habrÃa sabido lo que le habÃa pasado a su padre y cómo afrontarlo. Odiaba admitirlo, pero todo fue gracias a Akkard que salvó a su padre.
'Hasta vino a verme donde el Conde Hwary para ayudarme'
Gracias a esto, salió de la crisis en la que casi se compromete con Klaus.
Al recordar la ayuda que habÃa recibido, Damia se quedó perpleja. Después de pensarlo mucho, decidió bordar sólo su apellido.
'...... A cambio, no puedo dejar de lado el nombre de Akkard'
En este momento, no le gustó su personalidad innecesariamente sincera. Damia suspiró y empezó a hacer otro bordado. Aunque el pañuelo que le dará acabará en un rincón del cajón, estaba a punto de darle importancia lo que le iba a dar
Contrario lo que pensaba, el bordado cayó inútilmente. El de Akkard salió mucho más bonito que el de Lesid, que era lo que se pretendÃa en un principio y fue vergonzoso
'Quedará muy bien cuando esté hecho'
Alrededor de este momento, Damia también comenzó a ganar entusiasmo. Con el pelo bien atado para que no se le cayera, se lanzó a bordar en serio.
*********
Dos dÃas y medio después, cuando Owen se despertó, los dos pañuelos ya estaban terminados.
"¿Qué? ¿Acaso Cesare hacÃa esas cosas?"
Preguntó sorprendido Owen, que se levantaba de su asiento al servir su comida. TodavÃa no se sentÃa bien, asà que llevaba una bata que le llegaba al cuello incluso en verano.
"SÃ, es cierto"
Hacia su padre, que no podÃa creerlo en absoluto, Damia asintió con la cabeza con una expresión amarga. Luego Owen frunció el ceño y se quedó pensativo.
"Cierto. No me extraña...... Siempre pensé que estaba raro. No parecÃa yo"
Ciertamente, en su mente quedaban algunos recuerdos extraños. Una noche en la que no habÃa nadie, Cesare decÃa algo en la lÃnea de mando. Y frente a él, agachó la cabeza sin poder evitarlo y escuchó.
Estaba borroso, como si estuviera borracho, pero sin duda hubo momentos asÃ. Cuando Owen entendió su explicación, Damia suspiró aliviada y murmuró
"También sabÃa que era por la droga. De lo contrario, no habÃa forma que mi padre haga a Cesare su sucesor aparte de mÃ"
Dijo Damia, pero no hubo respuesta por parte de Owen. Cuando levantó la cabeza en señal de duda, Owen, con una expresión desconocida y complicada en su rostro, la estaba mirando.
"¿Padre?"
"...... No es nada, cariño. Sólo son cosas desafortunadas para ti"
Owen, con los hombros caÃdos, murmuró impotente. Damia pensó que la actitud de su padre era extraña, pero no podÃa preguntar por qué. Porque Owen golpeó primero al jugador
"Antes de dejar ir a Cesare, deberÃamos hablarlo con Noella. Estoy molesto, pero no puedo evitarlo. Fue Cesare quien tuvo la culpa"
Significaba que debÃa tener el llamado 'tiempo de conversación de los padres'. Una pareja a solas en un lugar donde ni Cesare ni Damia existan.
"SÃ, padre. Tengan una buena conversación"
Damia entendió el significado de Owen y se levantó. Luego llamó a las criadas y empezó a arreglarse. Estaba a punto de salir y vaciar su asiento.
'Tendré que darle un pañuelo ahora mismo'
Damia empaquetó cuidadosamente los regalos y pañuelos bellamente envueltos. Primeramente fue a ver a Lesid.
En realidad, lo más fácil y sencillo era visitar al conde Perira. Sin embargo, si lo hacÃa, podrÃa sospechar de la Gran Guerra. La última vez que recibió el antÃdoto, fue por esta razón que se encontró con Lesid en las llanuras donde no habÃa nadie.
Entonces Damia se dirigió a una fiesta de té a la que iba a asistir el hermano Lesid. Y como era de esperar, se encontró con Lesid, que paseaba por el patronato del lugar.
"¿Lady Damia...... ?"
Lesid, que la encontró, tenÃa una expresión de sorpresa en su rostro. Damia sonrió , parecÃa un hada en la vegetación. Y siendo consciente del entorno, asintió suavemente.
"¿Te importarÃa darme un momento, Sacerdote Lesid?"
Como era de esperar, Lesid, que recibió el regalo a cambio, parecÃa bastante contento. El precioso perfume que el padre de Damia habÃa traÃdo de un paÃs extranjero le resultaba muy agradable. Y que la medicina que habÃa hecho, salvara a su padre, no habÃa mejor noticia que ésta.
"Estoy muy contenta que el antÃdoto haya funcionado bien. Necesitaba hacer esto..... Como sea, te lo daré, gracias"
Después de hablarle, llegó el momento de que Lesid guardó el regalo en sus brazos. Mientras bajaba los ojos, Damia le tendió algo más.
"Uh, y esto......"
"¿Hay más?"
Lesid, que tenÃa los ojos desconcertados, cogió el suave paño y lo abrió. Entonces, apareció un pañuelo delicadamente bordado con un tenue aroma a perfume.
Los ojos de Lesid se abrieron de par en par al ver los lirios, los dibujos del conde Perira y el pañuelo meticulosamente grabado con su nombre.
"Esto, tal vez......."
"SÃ. Me falta algo de habilidad, pero lo hice yo misma. ¿PodrÃa aceptarlo, por favor?"
Ante las palabras de Damia, Lesid se endureció. Lesid, que tenÃa el pañuelo abierto con las dos manos y mantenÃa la boca cerrada, parecÃa enfadado a primera vista.
Damia, que le observaba, ladeó la cabeza con expresión de preocupación.
'¿No estás feliz?'
Afortunadamente, Lesid no tardó en recuperar la conciencia y comenzó a doblar el pañuelo. También alineó las dos esquinas con precisión, sin un centÃmetro de error.
Era tan serio como un niño que aprende a doblar una toalla por primera vez. Con el rostro serio y sin una sola sonrisa, Lesid abrazó el pañuelo e inclinó la cabeza. Y dio un sincero agradecimiento.
"Muchas gracias por el regalo. Lo apreciaré mucho"
"... ¿Uh? SÃ, sÃ. Gracias por aceptar......."
Antes que Damia pudiera terminar de hablar, Lesid se dio la vuelta. Fue para ocultar las comisuras de sus labios que seguÃan subiendo de alegrÃa.
Lesid pensó seriamente, disfrutando del suave pañuelo que sentÃa en sus brazos.
'Fue bueno nacer de nuevo'
Damia, que no sabÃa nada, le miraba con ojos redondos como los de un conejo. Los pasos de Lesid, largos como de costumbre, no eran muy elegantes, pero habÃa una sensación extrañamente chirriante.
Je, ¿es por mi estado de ánimo?
De todos modos, fue una suerte que Lesid no se negara. Damia sonrió un poco mientras se acariciaba la mejilla y se dio la vuelta.
Ahora era el momento de ir a darle un regalo a Akkard.
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