PDDC 84

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Martes, 17 de Agosto del 2021



Princesa de dos caras 84



"¿Qué puede ser eso?"

"Sólo quiero que vigiles de cerca a la princesa y me informes de todos sus movimientos"


El conde se sintió momentáneamente repelido. Informar del comportamiento del maestro a los demás se sentía como una traición.


"Sólo me preocupa que la princesa cause problemas antes de su boda. No le obligaré a hacer más que eso, así que no se preocupe"


Sólo entonces el conde comprendió las intenciones de Petra.

Tenía varias medidas de vigilancia plantadas en el palacio. En su mayoría eran sirvientes que estaban en deuda con ella o tenían alguna debilidad, pero entre ellos también estaban los hijos de los nobles que estaban cerca de ella.

Las intenciones impuras de Petra serían demasiado descaradas si escogía a su propia gente y los traía como sirvientes de la princesa. No podía arriesgarse a defraudar al preciado príncipe de Bjern si veía que su futura esposa era maltratada.

Por eso Petra quería que una dama noble de una familia prestigiosa atendiera a la princesa y que esa persona fuera su mano derecha.

Cuando no pudo responder, Petra le tendió una pequeña caja que parecía estar preparada de antemano. Cuando abrió la caja, había un brillante brazalete de ópalo en su interior.


"¿Cómo de feliz sería si le dieras esto a tu hija como regalo de bodas?"


Era un objeto de valor incalculable. En otras palabras, Petra estaba demostrando su sinceridad.

Agonizó por un momento, pero asintió después de un rato. Después de todo, el palacio imperial está en manos del emperador y su familia. No sería vergonzoso seguir la corriente mientras la princesa no sufriera daños.

Sobre todo, quería desesperadamente que su preciosa hija se casara con una familia noble y, a ser posible, con un yerno que supiera artes marciales. Quería hacer todo lo posible por ella.


"Muy bien, señora. Informaré a mi hija, así que por favor llévala contigo cuando te convenga"

"Es una buena idea. Bianca conocerá a un novio que el conde admirará y se convertirá en una dama noble"


Petra no estaba realmente interesada en el futuro de Bianca. Después de conseguir lo que necesitaba, se limitaría a presentar a cualquier noble que se ajustara medianamente a los requisitos, y el conde no tendría más remedio que aceptar. Por supuesto, si Bianca era inútil, o si prometía lealtad a otros, podría tener un accidente incluso antes de eso.

No tenía ni idea de que su promesa de encontrarle a Bianca un marido precioso se cumpliría perfectamente en un futuro próximo. El novio perfecto atraería los ojos de Bianca, sorprendiendo incluso al conde.





* * *




Lishan estaba ahora libre de la espina que tenía clavada. Gunther Berton se quedó atrás, incapaz de rechazar la orden del emperador de permanecer en Lishan como señor en funciones.


"Lo siento por el pueblo que sufrió bajo el gobierno del vizconde. Entonces, ¿por qué no se queda aquí alguien tan capaz como Lord Berton para ayudarles?"


le había preguntado Apollonia a Gunther con lágrimas en los ojos. Confiar Lishan a ese hombre competente y recto era algo que siempre tuvo en mente desde que prometió una vida mejor para las Bellas.

Le dio a Gunther el estatus y el rango que antes tenía el vizconde Diamann como agradecimiento por el trabajo que había hecho hasta entonces. Por supuesto, también era un símbolo de su confianza en él...

Gunther, que era neutral y se mantenía alejado de los poderosos, nunca había recibido tal confianza. La decisión de Apollonia dio a Gunther una nueva satisfacción, y aunque en un principio iba a retirarse, aceptó la oferta sin dudarlo.

La decisión fue tomada porque no le preocupaba que el emperador o el ducado de Leifer lo aborrecieran, ya que se encontraba en una provincia lejana. Su amada esposa, Verónica, decidió hacer las maletas y venir con su marido.

Apolonia pudo regresar al palacio imperial con facilidad y estaba planeando su próximo movimiento.


"He vuelto sana y salva. Padre"


Apollonia se detuvo en el palacio del emperador para entregar un saludo formal.


"Estuviste a punto de desaparecer en Lishan. ¿Estás bien?"


Preguntó el emperador. Aunque las palabras parecían afectuosas, el tono era rígido como de costumbre.


"Fue un error mío. Afortunadamente, pude reunirme de nuevo con los honorables caballeros"

"Es patético que ni siquiera puedas seguir bien a tu escolta"


Tal vez porque no había nadie más en los alrededores, salvo las reinas, finalmente había renunciado a cualquier pretensión. Apolonia se mordió los labios y escuchó en silencio. Era algo que había ensayado miles de veces, pero se sentía cansada y quería volver rápidamente.

Afortunadamente, conocía la salida.

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