Mo Yan en un Libro 189-190

Domingo, 28 de Marzo del 2021

Mo Yan en un Libro 189

No más

“Aléjate de mí. No quiero meterme en un lío por la mañana”

Dijo Mo Yan apartando a Zeyuan avergonzada. Le quitó el albornoz y se lo puso. Se secó el pelo con una toalla y se puso la ropa interior sin vergüenza.

“Pero, Yan'er no paraba de gritar mi nombre anoche. Ahora, me abandonas”

“Por favor, deja de hablar”

Sus suaves manos le cubrieron la boca, pero sintió que su cálida lengua lamía la palma de su mano enviando una sensación eléctrica a través de ella, haciendo que se hundiera sin fuerzas contra él.

Zeyuan se lamió la oreja antes de decir: “Es una nueva forma de abrazar; nunca pensé que Yan'er no quisiera dejarme tanto”

“¡Mu Zeyuan!” 

Rugió, él la sujetó con fuerza y ella no pudo moverse. En su molestia, sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillaban, pero para él, ella era cautivadora.

“Ese soy yo”

Dijo con descaro antes de picotear sus labios. Sus ojos esmeralda la miraron suavemente.

"Eres deliciosa, pero dejaré de molestarte"  Dijo antes de besarla una vez más.

"Tengo que secarme el pelo, ¿quieres bajar primero?"

Ella miró su pelo aún húmedo y suspiró. Le dio una palmadita en la cama y le pidió que se sentara. Una vez sentado, cogió el secador y la toalla y le ayudó a secarse el pelo. Al ver cómo se ocupaba de él, Zeyuan no pudo evitar reírse, con una expresión llena de alegría.

"¿Qué hago?" 

Tenía muchas ganas de metérsela en el bolsillo y llevársela a todas partes. Esperaba que cuando tuvieran un bebé, fuera una niña y que pudiera darles el mundo a los dos.

"¿En qué piensas?" Preguntó con una ceja alzada ante su expresión de felicidad.

"En nada"  Si él se lo dijera, ella correría.

"Vamos a comer. Debes tener hambre”

Mo Yan en un Libro 190

Comercio

La risa de los hombres hizo que el corazón del oyente picara.

En el tranquilo jardín del oeste, se sentaron. Hubo un crujido de papeles. Mo Yan se tumbó en la tumbona mullida como si no tuviera huesos. Observó a los hombres con el rabillo del ojo; siempre había pensado que los hombres eran más guapos cuando trabajaban, seguros y dominantes.

"Estás babeando" Una voz le dijo al oído.

Se limpió el labio y no encontró nada. Se sonrojó y se volvió hacia Muchen con unos ojos brillantes y atractivos que le robaron el corazón.

La miraron juguetonamente, con ojos llenos de indulgencia. Al darse cuenta de que los miraba fijamente, pensaron que era un poco graciosa y linda, querían divertirla.

"Hmm..."

Su voz magnética la hizo sentir un poco entumecida, mientras acariciaba suavemente la comisura de sus labios con el pulgar. Le cogió la mano y le besó las puntas de los dedos.

"Vuelve a trabajar o tu contrato no se cumplirá" dijo Mo Yan en tono de reproche para ocultar su timidez.

“No tienes que preocuparte, Yan'er” dijo Muchen suavemente.

“Siempre puedo criarte” Acarició su suave cabello. Tenía muchas ganas de estrecharla entre sus brazos.

"Puedo criarme a mí misma"  Dijo ella con una orgullosa inclinación de la barbilla. Parecía una gata altiva.

"Entonces, ¿estás dispuesta a apoyarme?" 

Qiye dijo deslizando su teléfono móvil, abriendo su cuenta bancaria para que ella la viera. “La mayor parte de mi salario está ligado a los bienes raíces.”

"Tramposo. ¿Cómo podía un digno general no tener dinero?"

Mo Yan lo miró con desconfianza, no parecía que estuviera mintiendo, pero ella sintió que le estaba tomando el pelo. Aunque no estaba dispuesta, pensó que parecía un poco patético. 

“Es mejor que te den un adelanto de tu sueldo”

“Desgraciadamente, sólo recibimos nuestros sueldos una vez al año, así que no podemos recibir un adelanto. Yo recibí el mío hace unos días y lo he invertido"

Dando a entender que quería que ella lo mantuviera durante un año.

Qiye no respiraba rápido ni tenía la cara roja, no parecía importarle que los demás pudieran ver a través de sus mentiras.

Mo Yan frunció el ceño y miró a los otros hombres, pensando que uno de ellos expondría a Qiye, pero todos asintieron con entusiasmo.

“Bien”  Dijo.

Mo Yan se vendió tontamente.

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