La Princesa Monstruosa 34
La presa de la Princesa Monstruosa (4)
"Princesa, algo bueno debe haber ocurrido en el Salón de la Noche Blanca"
"Tal vez"
En el camino de regreso al Primer Palacio Imperial, escuché la pregunta de Marina y respondà torpemente.
Pero ciertamente no estaba de mal humor. Últimamente, Levantheon estaba especialmente fascinado por el "otro lado del mundo" entre sus muchos campos de estudio, pero no me habÃan dicho nada sobre el otro lado del mundo que habÃa mencionado el otro dÃa. Para empezar, los que lo han experimentado son extremadamente raros, e incluso entonces, el contenido de la literatura restante era extremadamente cÃnico.
Pero ahora que le decÃa que habÃa visto el otro lado del mundo de primera mano, Levantheon tendrÃa que abrir los ojos.
Y el hecho de que estuviera dispuesto a compartir mis recuerdos sólo podÃa hacerlo más interesante.
'Tendré que mostrárselo, menos el contenido del libro que vi, por supuesto'
AsÃ, Levantheon se verÃa obligado a enviarme al muchacho hereje lo antes posible.
Sin embargo, tampoco esperaba poder obtenerlo ahora mismo. Porque por mucho que Levantheon fuera un mago que incluso la Sala de la Noche Blanca reconocerÃa, habÃa un procedimiento básico.
'Pero al menos puedo reducirlo a la mitad de los cinco años, ¿no?'
Por supuesto, era mejor si era más rápido que eso.
"¡Hermana Bella!"
Mientras caminaba con ese pensamiento, una chica conocida corrió hacia mà agitando su ropa frente a mÃ.
"¡Hermana! Lo sé...!"
Por supuesto, Cloe era la única que podÃa correr hacia mà con tanto placer.
Pero, ¿qué estaba diciendo de repente?
"Chloe. ¿Qué demonios sabes?"
"Sobre... Hyuk, Judith"
Momentos después, Chloe entró corriendo, sin aliento, y me susurró al oÃdo, levantando suavemente las cejas.
"Seguro que lo haces a propósito, por la emperatriz, ¿no?"
"¿Qué significa eso?"
"¿He oÃdo que Su Majestad le habló a la hermana de esa chica Judith en el coto de caza?"
Los ojos de Chloe brillaban al mirarme.
ParecÃa eufórica y renovada, ya que por fin habÃa encontrado la respuesta al problema que la preocupaba.
"Parece que Su Majestad sabÃa que la hermana habÃa sacado antes el tema del Palacio FrÃo en la mesa del desayuno. He oÃdo que las criadas han limpiado una tetera y un jarrón rotos en el Palacio de la Emperatriz hace un rato"
Aha...
Asà que Cloe debió de pensar que me estaba peleando con mi madre. Asà que parecÃa haber aceptado que yo fingÃa estar interesado en Judith para hacerla enfadar deliberadamente.
ParecÃa algo que a Cloe, con su sÃmbolo de la rana de árbol, se le ocurrÃa. HabÃa oÃdo que no habÃa sido más que una vez que su madre, la Segunda Reina, habÃa perturbado la mente de mi madre de esa manera.
Esta vez, sin embargo, no habÃa ninguna razón particular para ello, pero mi orgullo estaba un poco herido.
No podÃa creer que a este yo se le ocurriera algo parecido a Cloe...
"No es algo que se pueda decir en un lugar como este. Y Chloe. Es una mala costumbre señalarlo asÃ"
Mis buenas sensaciones por haber visto antes a Levantheon se redujeron de repente.
Asà que dejé a Cloe allà y empecé a volver al camino que estaba recorriendo.
"Lo siento, este no es lugar para decirlo"
Cloe me siguió asÃ.
"Pero sabÃa que era eso. ¿Cómo podrÃa la hermana preocuparse por Judith?"
Ella no parecÃa querer seguir su propio camino. Y ya estaba convencida de que la razón que se le habÃa ocurrido era la correcta.
"Pero ahora la Emperatriz es terrible. ¿Cómo ha podido malinterpretar a la hermana, pensando que tú y Judith quedarÃan bien juntas? Esa chica no conoce el tema, y se apegó a la hermana para darte un pañuelo"
Cloe habló como si me entendiera. Es más, incluso se mostró enfadada como si fuera mi portavoz.
"Y luego está Miriam. No importa lo tarde que tenga el bebé, ¿acaso la emperatriz no es tacaña con Miriam?"
Las palabras de Cloe, que cotilleaba a mi lado, acabaron por convertirse en un tema complicado.
"Especialmente cuando ni siquiera fue culpa de la hermana que Miriam casi se lesionara en el coto de caza"
Como era de esperar, Cloe parecÃa haberse enterado de lo ocurrido entre mi madre y yo por culpa del trabajo de Miriam en el coto de caza.
Esperaba que ella ya se hubiera enterado de lo sucedido, ya que habÃa pasado entre tanta gente. Esto se debÃa a que habÃa bastantes escenas de aquella época que fueron tomadas por las piedras mágicas de los nobles y se impidió que se filtraran.
Sin embargo, sentà un poco de amargura al escucharlo directamente de la boca de otra persona de esta manera.
Cloe no sabÃa que yo tenÃa fiebre de mago. Asà que parecÃa pensar que la única razón por la que mi madre era tacaña con Miriam era que aún era joven. Por supuesto, desde el punto de vista de Cloe, probablemente estaba hablando por mÃ, pero era mucho más difÃcil de escuchar para mÃ.
Además, llevaba arrastrando la situación con Judith y conmigo desde ayer, y pensé que esta vez sà debÃa decir lo que pensaba. Sentà la necesidad de regañarla y reprenderla en un momento dado y, sobre todo, no me sentÃa cómodo con que otras personas tocaran lo que era mÃo.
Aunque jugara con ello y lo rompiera, aunque lo intimidara, y aunque lo hiciera sufrir. Una vez que algo se convertÃa en mÃo, era inaceptable que otros lo hurgaran sin cuidado.
"Chloe"
Entonces agarré el hombro de Chloe mientras caminaba y establecà contacto visual.
"Ya que mencionaste a Judith, quiero que seamos princesas dignas"
Chloe husmeó con la cabeza.
"¿Dignidad? Ya está desbordada. ¡No hay otras princesas tan dignas como nosotras! Liliana y Vivian no pueden compararse con la hermana y conmigo"
¿Hablaba en serio?
Decir que Cloe era digna y no cualquier otra, parecÃa un insulto a otras personas dignas...
De todos modos, no pude escuchar lo que decÃa porque hablaba en tonos distantes.
"Cloe. Para decirlo simplemente..."
Pensé en lo que Cloe le habÃa hecho a Judith en El mundo brillante de la princesa Judith y le di una explicación sencilla.
"A partir de ahora no intentarás meter una aguja en el zapato de Judith el dÃa del baile del Primero de Mayo, ni invitarás a Judith a quemarse con el pretexto de probar el nuevo té de flores en tu fiesta del té"
"¡Hyuk! ¿Por qué iba a hacer algo tan horrible? Y... ¿los ejemplos son muy especÃficos?"
Oh, pero inesperadamente, Chloe se asustó con lo que dije.
Tartamudeó mientras me miraba con ojos temblorosos y confundidos. Todo estaba escrito que lo hiciera en el futuro, pero tal vez porque todavÃa era joven, nunca habÃa pensado en tal nivel de comportamiento malvado.
'De hecho, lo supe desde el momento en que cambió el té caliente por una bebida frÃa y lo vertió sobre su ropa'
Pensé que era bueno.
"SÃ, da miedo, ¿verdad? Yo también lo creo. Por eso no debes hacer nada parecido en el futuro. Tampoco voy a regalarle a Judith algo con magia de fuego para su cumpleaños y quemar el palacio o hacer explotar un candelabro sobre su cabeza en el baile. ¿Entiendes?"
"¡Hyuk! H-hermana, ¿cuándo se te ocurrieron esas terribles... no, esas formas tan armoniosas? ¿Se te ocurrió hacerlo tú mismo?"
"De ninguna manera. Somos princesas dignas y agraciadas, mi hermanita"
Fingiendo estar más cerca que nunca, acaricié la mejilla de Cloe con ambas manos mientras hablaba, y ella se tambaleó.
"¡La hermana tiene razón! Somos las más bellas y dignas de la familia real"
Algo fácil de manejar.
Por eso no podÃa odiar a Chloe.
***
Empecé a caminar de nuevo con una sonriente Chloe en la espalda.
"¿Eh? ¡Es el pequeño duque Bernhardt!"
En un momento dado, Cloe señaló a algún lugar y gritó exageradamente.
Por reflejo, movà mi mirada para seguirla.
Como se esperaba de Cloe, vi a Killian Bernhardt caminando por el pasillo.
No fue un encuentro muy agradable.
Desgraciadamente, parecÃa que la fuerte voz de Chloe habÃa llamado la atención de Killian.
"Killian Bernhardt saluda a las princesas"
Killian llegó poco después y nos saludó a mà y a Chloe.
Hoy estaba tan perfectamente guapo como siempre. Como le habÃa visto el primer dÃa del torneo de caza, hoy llevaba su uniforme, pero quizás por ser un chico tan brillante y guapo, le hacÃa ver mucho mejor que su ropa de exterior.
"Ha pasado mucho tiempo. Pequeño duque Bernhardt"
"Ejem, hola, pequeño duque"
Tal vez por eso Cloe no podÃa mirarle bien, como mucho perder la cara de que habÃa fingido conocer a Killian antes.
Giró la cabeza hacia un lado en un intento deliberado de timidez, pero las mejillas de Cloe se enrojecieron un poco.
Observaba a la tal Chloe con una sensación de disgusto.
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