Domingo 17 de Marzo del 2024 |
La heroÃna tuvo una aventura con mi prometido 194
"Esta vez, me aseguraré de vigilar de cerca que no haya ningún efecto secundario. Date prisa y contacta con el Duque para que venga".
"No".
Reynos se negó sin dudarlo un instante, pues si me mostraba ante el hechicero, habÃa muchas posibilidades de que me reconociera como dragón.
"Si hay un tercero, es posible que el demonio no ejerza todo su poder y que el dispositivo mágico no funcione correctamente".
"Aun asÃ, por si acaso..."
"Lo probaré, y si no funciona, te llamaré. Has recorrido un largo camino, asà que deberÃas tomarte un descanso".
El mago 627, que habÃa esperado echar otro vistazo a Knox con el pretexto del dispositivo mágico, se retiró de mala gana.
Una vez que se hubo ido del todo, Reynos me sacó de debajo del escritorio.
La mera idea de utilizar este maldito dispositivo mágico para volver a la normalidad me hizo tensarme involuntariamente.
Tragué saliva nerviosamente.
"¿Lo probamos ahora?"
Reynos, que parecÃa no estar tan nervioso como yo, habló despreocupadamente.
Bien, probémoslo ahora.
Si no funciona, tendremos que pedir ayuda.
Asentà enérgicamente y metà la pata delantera, seguro de que Godori estaba durmiendo.
'¿Me estás diciendo que esto sólo funciona cuando estoy en forma humana?'
Reynos, bien sentado para evitar cualquier percance si perdÃa el conocimiento, puso la mano sobre la herramienta mágica.
"Allá vamos".
- ¡Piit!
Activé la herramienta.
Cerré los ojos con fuerza.
Tras un breve destello, la herramienta se apagó. ParecÃa funcionar exactamente igual que antes.
Miré la herramienta con expectación.
Cambie, rápido. Necesito volver a mi cuerpo.
Rápido.
...
...?
Discúlpeme.
¿Por qué no hay ningún cambio?
Justo cuando el pensamiento cruzó mi mente, "¿Está roto?"
¡-......!
Mi corazón latÃa con fuerza como si fuera a explotar. Era el mismo dolor intenso que habÃa experimentado justo antes de cambiar de cuerpo en la Torre Mágica.
La cabeza me daba vueltas y mi respiración se aceleró.
A través de mi visión borrosa, vi a Reynos ya desplomado sobre su escritorio. No parecÃa haberse desmayado, y su cuerpo parecÃa estar braceando por si yo suponÃa alguna amenaza.
'Yo también... Necesito tumbarme...'
Me sobresalté, soltando el pensamiento que se habÃa estrellado contra algo por última vez, y pronto recuperé el sentido.
Me sentÃa como flotando en una nube.
Parpadeando lentamente, me di cuenta de que mi cuerpo estaba despatarrado sobre el escritorio. HabÃa vuelto a mi forma original.
"Ah, ah, ah".
La voz también era mÃa. Oh, ¡ya no soy piiking!
Si hubiera sido unos dÃas más tarde, podrÃa haber desarrollado un trauma piik, por asà decirlo, y las lágrimas brotaron de forma un poco exagerada.
Me levanté lentamente, todavÃa agarrándome la cabeza mareada. Observé una bola -Reynos- que se levantaba, con toda la cabeza todavÃa envuelta alrededor.
DebÃa de haberme golpeado fuerte la barbilla; debÃa de estar bastante dolorida.
"Lo siento".
Me disculpé rápidamente.
"Tengo los brazos cortos, asà que no pude tumbarme bien".
- Piik.
No podÃa entenderlo, pero parecÃa significar algo asà como "no pasa nada". Intenté acariciarle suavemente la barbilla helada, pero con un sonido "clunk", los dos nos sobresaltamos.
El aparato parecÃa haber sufrido daños debido a un uso excesivo.
Aceptar el poder del dragón dos veces evidentemente le habÃa pasado factura.
'Bueno, ser tomado dos veces es todo un logro'.
El mago 627, una figura de alto rango.
- ¿Piik, piik, piik?
ParecÃa preguntar aproximadamente por nuestro bienestar.
"SÃ, sÃ, estoy bien. ¿Y tú, Reynos?"
- Piik.
Aparte de su barbilla, parecÃa ileso.
Revisó torpemente su cuerpo aquà y allá, como si se diera cuenta de que habÃa vuelto a su forma original después de dos semanas.
Sólo entonces examiné mi propio cuerpo. En efecto, estar en el cuerpo de Reynos hacÃa que el mÃo pareciera frágil.
Siento que podrÃa romperse si lo golpeo'.
Empezaba a comprender por qué Reynos se sorprendÃa de la fragilidad de mi cuerpo.
Llamaron a la puerta.
'¿Mago 627?'
A diferencia de Reynos, que identificó al visitante por el sonido de los pasos, yo contuve instintivamente la respiración.
Afortunadamente, May fue quien abrió la puerta. En una mano, llevaba un libro bastante grande sin cubierta. Arrodillándose de forma regia, May formuló cortésmente una pregunta.
"Perdóneme, Alteza, pero ¿me permite un momento para acompañar al duque?".
La mirada de May estaba fija en Reynos, y parecÃa ajena a nuestro regreso.
Desde que se dio cuenta de que habÃamos cambiado, May me habÃa llevado a menudo en situaciones similares. Estos momentos solÃan ser anodinos, y consistÃan en discusiones sobre temas mundanos como sus disputas maritales con Cuero, la paternidad o los últimos designios de la capital.
ExcluÃa a Reynos de estas conversaciones, probablemente debido a su incomodidad con él.
Un atisbo de picardÃa me recorrió y asentà con solemnidad.
"SÃ".
- ¡¿Piik?!
"Gracias".
May, inclinándose una vez más, levantó a Reynos.
Un desconcertado Reynos se volvió hacia mà con ojos inseguros: "¿Eh, El?". Le hice un gesto de despedida.
No estaba segura de lo que May tenÃa hoy en mente, pero como no habÃa nada que ocultar, supuse que se tratarÃa de sus habituales bromas y quejas con Cuero.
O tal vez estaba presumiendo de cómo el bebé habÃa pronunciado por fin "mamá" correctamente. En cualquier caso, ya lo habÃa oÃdo todo antes.
Pero la curiosidad me pudo y decidà seguirla.
Seguà de cerca a May, esforzándome por no hacer ruido.
May colocó suavemente a Reynos en la habitación vacÃa adyacente a la suya.
Arrodillándose, estableció contacto visual y empezó a reÃrse.
"Hoo-hoo-hoo, Duke. Hoo-hoo-hoo-hoo".
¿Qué le pasa? Intuà algo siniestro en aquella risa inusual, pero May habló antes de que yo pudiera.
"Mira esto. Mira lo que tengo!"
exclamó May con orgullo, abriendo el libro que sostenÃa.
"¡¡¡Es un top nuevo del mismo diseñador que el que descartaste la última vez!!!".
¡Resultó ser un pictórico de ropa interior aún más revelador que los que ella habÃa traÃdo antes!
Reynos se quedó helado en su sitio.
"Dijeron que sólo aceptaban pedidos hasta hoy, asà que me apresuré a traerlo para el duque. Si va a seducir a Su Alteza, necesitará algo como esto. ¡¿Tienes algún favorito?!"
¡¡¡No!!!
Entré corriendo en la habitación antes de que May pudiera decir nada más.
"¡¡¡May!!! Soy Ciella!!!"
"¿Qué?"
"¡Soy Ciella! ¡He vuelto a la normalidad! Es el prÃncipe heredero!"
May se quedó congelada en su sitio con una sonrisa en la cara.
Lo que ocurrió a continuación fue-.
"¡Aaahhhhhhhhh! Lo siento!!!"
No quiero decir más.
Historia secundaria Parte 2
"Es extraño; mi estómago no se siente bien últimamente".
HabÃan pasado siete meses de los preparativos de la boda con Reynos.
Dejé mis utensilios delante de un plato de pato con la salsa especial del chef, algo a lo que normalmente no podÃa resistirme.
"No tengo apetito y me siento excesivamente cansada".
¿PodrÃa ser un efecto secundario del hechizo de cambio de cuerpo de la torre mágica de hace unos meses?
HabÃa estado bien durante los últimos meses, aparte de un efecto secundario concreto.
Gerald, sentado a mi izquierda, inició la conversación.
"¿No estás estresada por los preparativos de la boda?".
HabÃa invitado a Gerald y a Alice a la mansión Lavirins para fomentar la amistad.
Alice, sentada a su lado, se limpió elegantemente la boca y añadió con tono burlón.
"Gasta algo de dinero".
"Alice".
"Gasta algo de dinero, por favor~"
A pesar de la reprimenda de Gerald por incluir un honorÃfico, Alice mantuvo su tono juguetón, enfatizando la cortesÃa.
Aunque muriera, la palabra "hermano" no parecÃa salir de mi boca. No importaba si hablaba informalmente, pero permanecà en silencio porque mi expresión era divertida.
Gerald interpretó las palabras de Alice.
"¿Por qué no utilizas a la gente, como dijo Alice?".
"Los estoy utilizando. No estoy haciendo nada".
"Entonces quizá sea la propia presión del matrimonio... Para empezar, no querÃas casarte, ¿verdad?".
"No me importa casarme".
Extrañamente, no sentÃa ninguna presión cuando las circunstancias de mi vida están cambiando tan drásticamente.
No sé si es por eso, pero llevo semanas con retraso.
Siempre he tenido periodos irregulares cuando estoy cansada, pero éste fue inusualmente largo.
"No tienes buen aspecto".
Gerald me miró con preocupación y empujó su plato de comida hacia mÃ.
Era el Gerald's Special, la carne especiada que me encantaba de niña.
"¿No puedes comer esto?"
"Ugh".
Tuve arcadas por un momento.
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