LESVAC 271

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La Emperatriz se volvió a casar 271

SS2: Pasado de Duque Elgy (3)



Tenía muchas más cosas en la cabeza tras mi conversación con Imona. El futuro mismo de nuestro comercio estaba en riesgo. No necesitaba preocuparme por esto cuando sólo trabajaba con el Gran Duque Kapmen, pero ahora era inevitable.

El Gran Duque había recorrido todo el Continente Wol en busca de un país con el que comerciar. No se había opuesto a darme derechos comerciales exclusivos, por la ayuda que le di a cambio. Pero Imona no tenía motivos para priorizar el comercio con mi país.

Además, ella era más que un miembro de la realeza; era una gobernante. No era de extrañar que no quisiera dar el monopolio al primer país que comerciara con el suyo. Nuestras posiciones eran directamente opuestas.

Practicidad frente a lealtad. ¿Cuál debería anteponer un líder? Era un dilema sorprendentemente común.

De repente, me di cuenta de que el Gran Duque Kapmen estaba cerca. Estaba sentado en un banco, mirando las estrellas.

'¿Qué está haciendo?'

Cuando me acerqué, me miró.

"Estaba recordando viejos tiempos."

"¿De cuando eras un niño?"

'Es difícil imaginarlo así.'

Los labios del Gran Duque se curvaron en una sonrisa,

"Yo también fui un niño. Pero no. No eran mis recuerdos."

"¿Estabas pensando en la infancia de otra persona? ¿De quién?"

Él asintió,

"Mantendré su identidad en secreto. Por respeto."

"Lo entiendo."

Me acerqué y Kapmen se puso de pie, haciéndome un gesto.

"Por favor, siéntese."

Sacudí la cabeza,

"Me iré pronto."

Me miró por un momento antes de volver a mirar al cielo. Por último, miró al suelo,

"Le propuse matrimonio a la Princesa Charlotte."

Mis labios se abrieron en shock,

"¿En serio?"

Sin mirarme a los ojos, asintió,

"Sí."

Me quedé sin palabras.

'La Princesa Charlotte y el Gran Duque Kapmen.'

Ni una sola vez me pasó por la cabeza tal pareja. Era inimaginable...

"¿Gran Duque? ¿Está seguro?"

Pregunté, intentando disimular mi amargura.

Durante todo el camino hasta aquí— en el buque, en la isla y desde que llegamos a Luipt— parecía preocupado cada vez que hablaba de su matrimonio. A veces incluso parecía infeliz. Pensé que no quería casarse. Pero si él lo había propuesto...

'¿Tiene otra razón para casarse con la Princesa Charlotte?'

No había oído hablar de un matrimonio arreglado entre Luipt y Whitemond.

Kapmen movió los labios como si estuviera debatiendo qué decir. Finalmente, se armó de valor,

"Deseo este matrimonio. Su Majestad no necesita preocuparse por ello."

'¿Me vio como una entrometida?'

"... Tiene razón."

Sintiéndome avergonzada, me di la vuelta.

***

Mientras veía alejarse a la emperatriz, Kapmen se reprochó no haber sido más amable. Una vez que desapareció el dobladillo de las faldas de Navier, se levantó y se dirigió hacia Imona.

"¿Está dormida?"

Preguntó al guardia que estaba delante de su puerta.

"Todavía no, pero... por favor, vuelva mañana."

"Hazle saber que estoy aquí."

Ante la orden de Kapmen, el guardia asintió y entró. Un minuto después, regresó y mantuvo la puerta abierta.

"Dice que entre."

Al entrar, lo primero que vio Kapmen fue una pared abierta. La arquitectura de los palacios del Continente Hwa era muy diferente a la del Continente Wol. Los pisos estaban hechos de piedras costosas, y las paredes se dejaban abiertas, por lo que todo el suelo brillaba bajo la luz de la luna.

Imona estaba sentada en el suelo, sosteniendo un instrumento tradicional parecido a un arpa.

"Imona."

"Llevas mucho tiempo fuera. Tu comportamiento es descuidado."

Imona levantó una ceja. Como él no respondió, ella suspiró,

"Es una broma. Adelante."

"Tengo noticias que compartir."

Imona dejó el instrumento en el suelo y se volvió hacia Kapmen.

"Dime."

"Me he enamorado de una mujer."

Imona se echó a reír,

"Qué buena noticia. ¿Quién es?"

"La Princesa Charlotte de Whitemond. Del Continente Wol."

"Whitemond..."

"Sí. El país cuyo puerto tomamos prestado para el comercio."

"¿Cómo te enamoraste? ¿Cómo es ella? Tengo curiosidad."

Imona se inclinó hacia delante, pero Kapmen desvió la mirada.

"Debido a nuestro enamoramiento, la Princesa Charlotte rompió su compromiso."

"Oh, no. ¿Tenías un competidor?"

Imona pareció aún más intrigada. Kapmen era recto y directo. La idea de que formara parte de un triángulo amoroso le resultaba divertido.

"En un principio, la Princesa Charlotte se comprometió a casarse con el hermano de la Emperatriz Navier."

Al oír eso, la sonrisa de Imona se borró. No frunció el ceño, pero apoyó la barbilla en su mano, preocupada.

"Por discreción, aún no hemos anunciado nuestro compromiso. Sin embargo, estaré en una posición difícil una vez que lo anunciemos. Aunque nadie tiene la culpa, algunas personas se sentirán agraviadas."

"Rompiste un compromiso, así que debes estar preparado para eso."

"Así es. Sin embargo, si Luipt comercia con la alianza en vez de con el Imperio Occidental, mi reputación en el Continente Wol se verá arruinada. Por otro lado, una vez que me case con la Princesa Charlotte, podremos usar la posición de Whitemond para mantener a raya al Imperio Occidental. Todo lo que le pido es que tenga esto en cuenta."

Dicho eso, Kapmen se despidió de Imona. Imona le vio darse la vuelta y luego bajó lentamente la mano de su barbilla.

"Siempre has sido así. Terrible para ocultar tus verdaderos sentimientos."

Al ver que no reaccionaba, ella sonrió.

"Hijo mío, ¿de verdad estás enamorado de la Princesa Charlotte?"

'Supongo que no tengo otra opción.'

Sentía los párpados pesados tras una larga noche de contemplación. Sin embargo, me encontraba mucho más tranquila.

'No puedo amenazar a Imona, así que tendré que amenazar a Ángel.'

Ángel disfrutaba los juegos. Usaré eso para echarlo.

Pero antes de que me pusiera el atuendo adecuado, un caballero llamó a la puerta.

"Su Majestad, el Comandante de la 4ª División está aquí."

'¿Ángel? ¿A esta hora?'

Eché un vistazo al reloj. Aún no había amanecido. Fuera de la ventana, el mundo aún parecía oscuro. ¿Por qué vino a verme tan temprano?

"Hazle pasar."

Estaba nerviosa, pero no podía rechazarlo. Me puse rápidamente una prenda exterior y abrí la puerta. De todos modos, necesitaba enfrentar este problema para solucionarlo.

Ángel entró, sonriendo más alegremente que de costumbre.

'¿A qué viene esa sonrisa?'

"Acabo de reunirme con Imona."

Lo sabía. ¿Acabó accediendo a sus demandas? Volví a mirar el reloj.

'Espera, ¿acaba de reunirse con ella?'

Todavía faltaba un poco para que el sol saliera. Tal vez en Luipt, el día comenzaba antes.

"Usted vuelve a ganar, Lady Navier."

'¿Ganar? ¿Está siendo sarcástico?'

Fruncí el ceño. Se puso una mano de manera dramática en el pecho.

"Otra derrota total. Me ha atrapado de nuevo, Lady Navier. Verá, no estoy acostumbrado a perder. Cada vez que lo hago, sufro durante días. Veo a quien me derrotó en mis sueños."

"¿Ahora me culpas de tus sueños?"

En vez de responder, Ángel ladeó la cabeza.

"Por cierto, Lady Navier, no me di cuenta antes, pero... a veces habla de forma casual y otras veces habla formalmente. ¿Por qué?"

***

Ángel se fue, pero sus palabras se repitieron en mi mente. Había dicho que le había derrotado, pero sentía curiosidad por esa supuesta victoria.

'¿Hizo algo Kapmen? Será mejor que lo averigüe.'

Le pedí al guardia que me acompañara a la residencia del Gran Duque Kapmen.

"¿Desea ir a esta hora?"

"Sí. Veo que en Luipt se empieza a trabajar desde antes del amanecer."

El guardia ladeó la cabeza, confundido, pero me acompañó obedientemente.

***

"Mis disculpas. No esperaba que viniera a esta hora."



Resultó que me había equivocado. El Gran Duque parecía somnoliento, su cabello, normalmente arreglado, estaba alborotado como un nido de pájaros. Cuando le miré, se sonrojó.

"Espere un momento."

Kapmen entonces volvió a entrar.

El guardia me dirigió una mirada que decía, 

'Te lo dije.'

"Es mi primera vez en Luipt."

Murmuré, avergonzada, mientras seguía al caballero al salón. Tras una breve espera, Kapmen volvió vestido con una bata ligera y el cabello bien alisado.

"Lo siento. Creí que aquí las personas comenzaban su día desde antes del amanecer."

"Imona es la única."

Respondió el Gran Duque. Lo que significaba que él probablemente sabía por qué había venido a verle tan temprano. Cuando sonreí torpemente, él hizo lo mismo.

"Debes saber por qué estoy aquí."

"Eso creo."

En un parpadeo, la sonrisa de Kapmen se volvió rígida. Le miré directamente,

"A Imona definitivamente le había convencido la oferta de Ángel. Sin embargo, de repente cambió de opinión. ¿Tuviste algo que ver con eso?"

Vaciló antes de responder tensamente,

"Por favor, no lo malinterprete. Sólo hice lo que más me convenía."

"No estoy aquí para expresar mi gratitud. Yo también tenía un plan para luchar contra Ángel. Si interviniste para ayudarme, sólo déjame decirte que no era necesario."

***

Después de que la Emperatriz Navier se marchó, Kapmen sonrió amargamente. La Emperatriz Navier había controlado sus pensamientos más de lo habitual, pero justo antes de salir, pensó,

'Si le hablo así, será más fácil que se eche atrás, independientemente de lo que le haya dicho a Imona... ¡Cielos, él oirá esto!'

Eso, unido al hecho de que su expresión facial no cambió ni una sola vez, la hacía tan increíblemente hermosa que le dolía el corazón.

"Si tan sólo no hubiera tomado la poción de amor..."

Kapmen murmuró impotente. Conoció a la Emperatriz Navier casi al mismo tiempo que el Emperador Heinley. Sin embargo, el Emperador Heinley reconoció sus sentimientos y se acercó a ella lentamente.

En cambio, Kapmen atribuyó sus sentimientos a la poción de amor y la evitó. Ahora las consecuencias de esa evasión le estaban pasando factura. Oyó su suave voz interior afuera y se apoyó contra un pilar cercano, cerrando los ojos.

'Me pregunto qué estará haciendo Heinley ahora. ¿Se habrá enterado de que estoy a salvo? Le extraño. Espero que no esté demasiado preocupado...'

Para él, sus pensamientos eran los más dolorosos y, a la vez, los más agradables de escuchar.

***

En un día claro y soleado, todo el pueblo salió de picnic llevando canastas. Incluso los que trabajaban en las tiendas abrieron las puertas para tomar el sol.

En un campo amplio y verde, una niña sostenía la mano de su madre mientras ésta recogía flores. De repente, la niña señaló al cielo.

"¡Mamá, mira eso!"

La mujer estaba ocupada tejiendo una corona de flores para la niña, por lo que no pudo levantar la vista,

"¿Hay algo ahí arriba?"

"¡Un águila! Una enorme águila dorada."

"Qué majestuosa."

La mujer siguió tejiendo la corona. Luego, la niña saltó y señaló con el dedo,

"¡Le persigue un gorrión!"

La mujer se rió entre dientes,

"¿Un águila perseguida por un gorrión?"

"¡Mhm! El pajarito lo está alcanzando. ¡Huye, águila!"

"Los niños tienen una increíble imaginación."

La mujer levantó la corona de flores terminada y miró finalmente en la dirección que señalaba su hija. Entonces dejó caer la corona de flores conmocionada.

Una inmensa águila dorada revoloteaba por el cielo, perseguida por un diminuto pájaro azul que chirriaba.

"¿Los gorriones son los pájaros más fuertes?"

Preguntó la niña con una sonrisa.

La mujer se frotó los ojos. Por supuesto, ¿cómo iban a saber madre e hija que la enorme águila dorada y el diminuto pájaro azul eran en realidad el Emperador del Imperio Occidental y su hombre más cercano?

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