LESVAC 213

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La Emperatriz se volvió a casar 213

¿Se ha vuelto loco?



¿Por qué está completamente hipnotizado?

No entendía su expresión petrificada. Lo miré con el ceño fruncido, pero la expresión de Sovieshu no cambió. Era como si la única manera de sacarlo de su aturdimiento fuera aplaudir frente a su cara.

"Su Majestad Sovieshu."

No podía soportarlo, así que lo llamé con voz firme. Sovieshu finalmente levantó las cejas y dijo, "Ah", como si se hubiera dado cuenta de algo.

¿De qué podría haberse dado cuenta?

"Ya veo."

¿Qué? En cuanto me lo pregunté, las comisuras de sus ojos se curvaron.

"Has crecido. Realmente te has convertido en una mujer maravillosa."

"¿Su Majestad?"

¿Me está hablando a mí? Si bien su mirada estaba puesta en mí, ¿cómo podría hablarme de esa manera?

"Incluso tu mirada se ha vuelto más determinada. Tus hermosos ojos irradian confianza. Te ves maravillosa."

... ¿Se ha vuelto loco?



Claramente me estaba hablando a mí.

No había pasado tanto tiempo desde la última vez que nos vimos como para que utilizara la expresión 'has crecido'.

¿Es una broma? No, no parece que esté bromeando.

Heinley, que estaba frente a Sovieshu, lo miraba con la boca abierta como si no entendiera lo que estaba pasando.

Todos miraban a Sovieshu con expresiones similares en sus rostros, así que la pregunta sería si había alguien en este salón que no estuviera mirando a Sovieshu de esa manera.

Poco después, Heinley me examinó de reojo.

Cuando Sovieshu me dijo seriamente, 'Has crecido', me pareció una 'tontería', pero lentamente la duda surgió en mí, '¿Realmente he crecido?'

En cualquier caso, no debo dejar que influya en mí desde el principio.

"Sentémonos."

En cuanto hablé con voz fría, Sovieshu se sentó y me sonrió.

La última vez que nos vimos lo estaba pasando muy mal. ¿Alcanzó la iluminación durante ese tiempo? ¿Cómo que la vida es vacía, o cómo que sólo se vive una vez, por lo que se debe vivir con optimismo?

De cualquier manera, me senté al lado de Heinley y cuidé mi expresión.

La expresión de Sovieshu se torció por un momento cuando me senté al lado de Heinley, pero no perdió la sonrisa.

"Retomemos la reunión."

McKenna, que había estado observando en silencio, exclamó. La reunión se reanudó finalmente en una atmósfera incómoda esta vez.

¿En qué punto se encuentra la discusión? El préstamo de los magos había sido acordado de antemano, por lo que no debería haber problemas en ese sentido.

"Como se acordó de antemano, el Imperio Oriental sin duda les prestará los magos. Pero eso es sólo desde la posición del Imperio Oriental. Los magos merecen recibir una remuneración por su labor, naturalmente es el prestatario quien debe asumir el pago. Si no quieres hacerlo, sería muy mezquino por tu parte."

Por lo visto, sí había un problema con el préstamo de los magos. Parecía que Sovieshu le había dicho a Heinley que le prestaría los magos, pero que tenía que pagarles.

"¿No crees que el monto de la remuneración es demasiado alto?"

Esto debía tenerse en cuenta.

"¿El Reino Occidental... oh, lo siento. Todavía no me acostumbro.  ¿El Imperio Oriental, que presume de su riqueza, no tiene la capacidad de pagarlo?"

"Por supuesto que sí. Pero no pensé que el Imperio Oriental estuviera escaso de dinero. Oh, lo había olvidado. No tienen dinero para pagar a sus hombres porque la anterior emperatriz dejó una enorme deuda, e hizo muchas cosas que costarán más dinero en el futuro."

"Es estupendo que conozca bien nuestra situación. Entonces puedo subir el precio un poco más, ya que entiende al detalle la situación en la que nos encontramos."

"..."

Es extraño. Sovieshu actúa de forma diferente.

¿No es su razonamiento actual un poco... sarcástico?

Cuando escucho lo que dice, me parece irracional y pienso, 'no es así', pero cada vez que intento refutarlo, no encuentro las palabras para hacerlo, lo que lo hace más irritante.

Este no era el estilo habitual de Sovieshu.

Sovieshu era el tipo de persona que hablaba lo menos posible en las reuniones y hacía oídos sordos a las provocaciones de los demás.

Sólo en sus días de príncipe heredero solía hablar sarcásticamente para molestar a la otra parte.

Mientras analizaba con los ojos entrecerrados qué ocurría hoy con Sovieshu, éste desvió su mirada hacia mí.

En ese momento, nuestros ojos se encontraron antes de que tuviera tiempo de apartar la mirada. 

Con sus ojos puestos en mí, Sovieshu cambió sus palabras sin pestañear.

"... Pero entre nuestros dos países no hay necesidad de ser inflexibles con los cálculos."

Era evidente que había cambiado de opinión por mí. Tal vez debido al mismo pensamiento, las miradas de los presentes en el salón se posaron naturalmente sobre mí.

***

Tan pronto como terminó la reunión, rodeé deliberadamente con mis brazos la cintura de Heinley y le pregunté con voz dulce.

"Hace un rato te sentías mal del estómago. ¿Ya estás mejor?"

"¿Qué? Ah, sí. Me sentía mal del estómago."

Heinley comprendió rápidamente mis intenciones, frunció un poco el ceño e inclinó su cabeza sobre mi hombro.

"Pero en los brazos de Reina, me sentiré mejor pronto."

Me parecía un poco infantil actuar como dos tortolitos delante de otras personas. Sólo lo hacía porque estaba Sovieshu.

Me tragué la vergüenza y traté de hablar con más cariño que de costumbre mientras acariciaba los hombros de Heinley.

"Si volvemos a nuestro dormitorio, te acariciaré el estómago para que te mejores rápido."

"Podemos ir ahora. De todos modos, no tengo nada más que hacer."

"Está bien. También podemos aprovechar para hablar de la pintura."

"Ahora que lo pienso, hay un asunto que debo atender con urgencia..."

¿Por qué dejó de seguirme la corriente? Cuando clavé mis uñas en su brazo sin mucha fuerza, Heinley rectificó con poca confianza, "En realidad, puede esperar..."

Le agarré la mano rápidamente y caminé en dirección a nuestro dormitorio.

Sé que como emperatriz, este no es el comportamiento que debía tener frente a mis subordinados, pero sí frente a mi ex-esposo. Especialmente para marcar distancia.

En el momento en que estaba a punto de subir las escaleras tomada de la mano de Heinley, una voz suave me detuvo desde atrás.

"Emperatriz Navier."

Era la voz de Sovieshu.

Cuando me di la vuelta, noté que se había acercado. Parecía más hipnotizado que antes, su comportamiento todavía era inusual.

"Su Majestad Sovieshu."

Una vez que asentí con calma para indicar que lo había oído, Sovieshu propuso casualmente.

"Hay un mensaje que necesito transmitir a la Emperatriz del Imperio Occidental, ¿podría darme unos minutos de su tiempo?"

Sovieshu pidió deliberadamente tiempo para hablar a solas con la 'Emperatriz del Imperio Occidental'.

Lo pensó bien. Sería difícil rechazar personalmente una petición pública como esa.

Con tantas personas presentes, si rechazo ahora su petición, se rumoreará que puse mis asuntos personales por delante del país. No tardarán en extenderse rumores extraños sobre mi relación con Sovieshu.

Mientras fruncía el ceño, Sovieshu levantó la mano y se presionó el entrecejo.

¿Qué quiere decir? Cuando fruncí más el ceño, volvió a presionarse el entrecejo con una cara que parecía estar reprimiendo una risa.

Lo entendí cuando estaba a punto de levantar la mano y tocarme el entrecejo.

'¿Es por mi ceño fruncido?'

En sus días de príncipe heredero, Sovieshu solía levantar la mano y presionar mi entrecejo cada vez que fruncía el ceño. 

En ese entonces me daba la vuelta más enojada, o se me pasaba el enojo porque me hacía cosquillas.

No puede ser... ¿por qué se comporta como en esos días? ¿Qué pretende conseguir?

Mientras estaba sin palabras, Heinley intervino con firmeza.

"Habla aquí."

Sovieshu se rió descaradamente.

"Lo siento, pero no lo puede escuchar el Emperador del Imperio Occidental."

Heinley se estremeció.

"Es extraño que no pueda escuchar lo que le dirás a mi esposa."

La atmósfera entre los dos se volvió fría en un instante. Apreté la mano de Heinley para que retrocediera sin causar problemas. Sin embargo, en el momento en que Sovieshu murmuró con una sonrisa burlona, 'esposa', Heinley cayó por completo en su provocación.

Los músculos de sus brazos se tensaron. Pero antes de que Heinley pudiera hablar, Sovieshu continuó.

"De lo que quiero hablar es sólo entre emperatrices."

"... ¿Qué dijiste?"

"Si tuviera una esposa, por supuesto que le habría dejado esta tarea a mi emperatriz, pero como sabes, ahora estoy soltero."

"¡!"

"Dado que actualmente desempeño el papel de emperador y emperatriz, pido hablar de emperatriz a emperatriz, así que espero que el Emperador del Imperio Occidental se retire."

Sovieshu volvió a recurrir a ese razonamiento descabellado, que utilizó en la sala de reuniones.

Heinley estaba tan disgustado que se pasó la otra mano por la nuca. Entonces Sovieshu me miró con calma y preguntó con descaro.

"Por esa razón, Emperatriz del Imperio Occidental. ¿Podría darme unos minutos para hablar con usted?"

¿Hablar a solas? ¿Intenta hablar conmigo porque desempeña el papel de emperatriz? Es gracioso.

"Por supuesto, Su Majestad Sovieshu."

Ante mi respuesta cortés, Heinley se volteó hacia mí y me miró con los ojos bien abiertos. Por su expresión, pareció creer que yo había decidido tener una conversación con Sovieshu.

Bueno, necesitaba hablar con la emperatriz a solas. ¿Cómo podría ignorar la petición del Emperador del Imperio Oriental?

"Pero no me siento bien, así que delegaré el papel de emperatriz a mi esposo por un tiempo."

Sin embargo, no era necesario que fuera yo. Cuando hablé con mi mano puesta suavemente en el hombro de Heinley, las reacciones de Sovieshu y Heinley se intercambiaron. 

"Heinley. Por tres horas, serás la emperatriz."

"¡Seré una excelente emperatriz, Reina!"

No me compliqué con más palabras, simplemente apreté el hombro de Heinley, me di la vuelta y subí las escaleras.

Pude oír la voz triunfal de Heinley detrás.

"Entonces, Emperatriz Sovieshu. ¿Qué necesita hablar de emperatriz a emperatriz?"

***

"¿Hablaron bien de emperatriz a emperatriz?"

Después de que Sovieshu y Heinley pasaran 15 minutos a solas. De camino a su habitación, el Marqués Karl preguntó con voz hosca.

Sovieshu miró al Marqués Karl con una cara que decía, '¿Qué clase de pregunta es ésa? No se puede hablar con él.'

Por supuesto, el Marqués Karl lo suponía, así que sonrió comprensivamente.

"La Emperatriz Temporal del Imperio Occidental no tiene una buena personalidad."

"Ha crecido como indicaban los rumores de que se la pasaba huyendo de sus padres. Me molesta cómo habla."

Ante el murmullo de Sovieshu, el Marqués Karl volvió a sonreír.

'Son dos puntos de vista diferentes.'

El Sovieshu, que tenía una edad mental mayor a la de Heinley, consideraba que éste no era más que 'un príncipe con mala reputación del que se rumoreaba era un playboy'.

El Sovieshu, que tenía una edad mental similar a la de Heinley, lo describía como 'provocador y molestoso'.

No sabía a qué se debía esta diferencia, pero era curioso observarla.

"Ahora que lo pienso, la edad mental de Su Majestad y la del Emperador Heinley son casi la misma."

"..."

"Parece que tienen cosas en común porque tienen la misma edad, Su Majestad."

"¿La misma edad?"

"Me refiero a la edad mental..."

"Marqués Karl, ¿no crees que lo estás elogiando?"

"No, no es eso."

"Entonces, ¿por qué llegaste a esa conclusión?"

"Porque normalmente lo ignoraba más."

El actual Sovieshu veía al Imperio Occidental como un país advenedizo, y al Emperador Heinley como si fuera un alborotador.

Sin embargo, el auténtico Sovieshu menospreciaba al Emperador Heinley más que eso. Si ahora parecía una lucha entre iguales, para el auténtico Sovieshu no era más que un insecto ante el que no valía la pena rebajarse.

El Marqués Karl pudo notar la diferencia entre el auténtico y el actual...

Sovieshu, que volvió a su habitación con cara de incredulidad, exclamó una vez que el Marqués Karl se marchó, 

"Tiene mi edad. ¡Mi misma edad!" 

Enojado, sacó de entre sus ropas un libro de registro que había traído con él.

Era el libro en el que registró los acontecimientos del último año. Lo había traído deliberadamente para analizarlo en sus ratos libres.

Sovieshu se recostó en la cama con el libro en la mano.

Dobló el libro por la mitad y lo sujetó con una mano mientras que la otra la dejó sobre su pecho. Repasó lo que había sucedido tras la aparición de 'Rashta'.

Sovieshu creía en los hermosos momentos vividos con Navier, en el cariño compartido. Creía en esto y tenía la intención de pedirle perdón.

Pero antes necesitaba comprender el pasado y curar sus heridas una por una. Sólo entonces llegará el día en que sus heridas sanen y se permita perdonarlo.

Al menos eso es lo que pensaba Sovieshu. Se centró en las palabras escritas con tinta negra sobre el papel blanco.

— Fui bastante frío con Navier y castigué a una de sus damas de compañía con demasiada dureza por insultar a Rashta... tuvimos una discusión por ese asunto y le dije que si no podía ser obediente por una vez.......

***

"Lamento decir esto, Condesa Jubel. ¿Los sirvientes del Imperio Oriental son todos iguales?"

Era un día soleado. Los rayos del sol penetraban en mi habitación y el viento acariciaba mis mejillas. El clima era perfecto, así que me senté a leer un libro cerca de las ventanas completamente abiertas.

Laura estaba recostada en un sofá cercano, bostezando y dormitando.

En medio de este ambiente tan cálido, la voz aguda de Rose captó mi atención de inmediato. Cuando aparté la vista del libro y la miré, la Condesa Jubel también parecía desconcertada.

"¿A qué te refieres?"

Rose resopló molesta con los brazos cruzados.

"Los sirvientes traídos por el Emperador Sovieshu son arrogantes y no hacen bien su trabajo. Sólo ha pasado un día desde que llegaron aquí y ya están causando problemas."

"¿En serio?"

"Sí."

"Qué extraño. ¿A qué podría deberse?"

La Condesa Jubel no respondió más después de eso, probablemente porque prefería no hablar mal del Imperio Oriental, y continuó con lo que estaba haciendo.

Rose expresó su descontento un par de veces más, pero como la Condesa Jubel no parecía prestarle mucha atención, eventualmente cerró la boca y se fue.

Sin embargo, al cabo de un rato volvió con cara de asombro.

"Su Majestad, Su Majestad. El Emperador Sovieshu viene a visitarla."

"Sovieshu..."

"Sí, lo vi venir en esta dirección mientras caminaba hacia allá, ahora—"

En el momento en que iba a decir, 'ahora debe estar cerca'. Una campana sonó y una voz vino del otro lado de la puerta.

"Su Majestad. El Emperador del Imperio Oriental desea reunirse con usted."

Rose, que se había despertado, se levantó rápidamente. Mastas también se levantó con su lanza afilada.

La Condesa Jubel me miró con ansiedad.

Yo también estaba... un poco desconcertada. No esperaba que viniera hasta aquí.

Pero no podía evitarlo, así que le permití entrar.

Instantes después, la puerta se abrió y entró Sovieshu.

A diferencia de ayer, que vestía completamente formal, hoy vestía casualmente con una camisa color melocotón y unos pantalones negros.

Nada más entrar, me sonrió sutilmente mientras lo miraba con una expresión seria. Una vez que mis damas de compañía salieron, le pregunté bruscamente.

"¿Qué estás tramando ahora? Si estás aquí para recuperarte, ¿cómo explicas tus acciones de ayer y de hoy?"

"Me siento mejor cuando te veo."

"Yo no. Te he dicho en otras ocasiones que no me hables de manera informal, Sovieshu."

"A mí no me molesta que me hables de manera informal."

¿Qué?

"¿Qué estás diciendo? ¿Te has vuelto loco?"

"Sí, me he vuelto loco."

"..."

¿No ha venido por un asunto importante? ¿Está bromeando en este momento? ¿Qué intenciones tienes al venir aquí?

Mientras lo miraba confundida, Sovieshu sonrió torpemente.

"Realmente me he vuelto loco, Navier."

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