LESVAC 193

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La Emperatriz se volvió a casar 193

Voluntad



Una vez que acepté la propuesta de Heinley, nos preparamos para partir hacia el Imperio Oriental.

Mis padres también querían acompañarme porque habían pasado mucho tiempo fuera de casa. Ellos no asistirán al juicio, sino que aprovecharán la ocasión para ir a su territorio.

De hecho, mis padres podrían testificar contra Rashta en la corte. Rashta había contratado a un asesino para acabar con sus vidas. Un crimen grave.

Sin embargo, lo que dificultaba hacer esto público en la corte es que fue un informante secreto de Heinley quien lo descubrió. 

Heinley les dijo a mis padres que podía hacer de su informante secreto un testigo si así lo deseaban, pero mis padres sacudieron las manos.

"No es necesario. Una vez que Rashta sea depuesta, no podrá intentar nada parecido de todos modos."

"Sólo el caso de la princesa falsa es suficiente para que sea depuesta, sería en vano mencionar este caso sin motivo. No nos beneficia en nada."

"No sería bueno revelar que hay informantes secretos del Imperio Occidental ocultos en el Imperio Oriental. Así que es mejor dejarlo pasar, Su Majestad."

A pesar de eso, mis padres parecían muy felices de que Heinley fuera tan considerado.

Yo también...

Poco después, partimos hacia el Imperio Oriental. En el camino, Heinley se acercó a caballo al carruaje en el que iba con mis damas de compañía, y me preguntó a través de la ventana.

"Reina. ¿Cuántos puntos crees que tengo ahora con mis padres?"

Habría preferido que no me preguntara esto en presencia de otras personas.

"¿Por qué no les preguntas tú mismo?"

"Cierto, no puedo confiar en ti."

"¿No puedes confiar en mí?"

"Desde que Reina palmeó mi trasero sin mi consentimiento, he perdido la confianza."

"Heinley, tu voz."

"Sé que te gusta mi voz."

Quise decir que bajara la voz. Antes de que pudiera volver a hablar, Heinley susurró con voz dulce,

"Te amo."

Es un... zorro. No, es una mezcla entre un perro zorro y un pájaro zorro. Así es, es un perro pájaro zorro. ¿Es esto último demasiado ofensivo?

Heinley no sabía qué pasaba por mi mente. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sonreí inocentemente.

Heinley deslizó su cabeza por la pequeña ventana del carruaje para darme un beso. Luego fingió no haber hecho nada y enderezó su postura sobre el caballo.

Era tan lindo como travieso, así que extendí mi mano para pellizcar su muslo. Heinley se rió ante el leve dolor y agarró mi mano.

"Reina, ¿recuerdas este camino?"

"¿Cómo no voy a recordarlo?"

"Aquella vez, atravesamos este camino a caballo para llegar al Imperio Occidental. A veces recuerdo ese día. Sin duda, nunca lo olvidaré."

Yo tampoco lo olvidaré...

Pero si estuviera de acuerdo con sus palabras, Heinley podría preguntar si era porque me había abrazado fuertemente mientras montábamos juntos a caballo.

Por supuesto, ese momento fue inolvidable, pero cambié deliberadamente el enfoque de la conversación.

"En mi caso, lo que recordaré por siempre es cómo tuve que escapar incómoda en el espacio secreto dentro del asiento de un carruaje."

Eso era cierto.

Heinley dijo entre risas, "Por supuesto que también recordaré eso por el resto de mi vida."

Él se reía fácilmente.

Después de mirar un rato por la ventana, la cerré y dirigí mi atención al interior del carruaje.

Si continuaba abriendo la ventana, Heinley sólo se enfocaría en mí en vez de en el camino por delante.

Las palabras de Heinley me hicieron recordar vívidamente ese día.

Aunque no me sentía bien y temía que nos atraparan, nuestra huida estuvo llena de esperanza.

Heinley me envolvió cariñosamente entre sus brazos y avanzamos en una sola dirección, con nuestros cuerpos presionados el uno contra el otro.

Aunque no quería volver a pasar por lo mismo, Heinley definitivamente había dado color a mi pasado. Ahora podía recordar los momentos difíciles que pasé con una sonrisa.

"Reina. Reina. Se me ocurrió una buena idea."

Incapaz de resistirse, Heinley volvió a llamar a la ventana del carruaje.

En cuanto abrí la ventana, Heinley propuso emocionado mientras igualaba el paso de su caballo con el del carruaje.

"Reina, cuando nuestro hijo crezca un poco, ¿qué te parece si montamos a caballo juntos?"

"Suena divertido."

"McKenna cuidaría a nuestro hijo, que montaría un potro, mientras nosotros dos montaríamos a caballo juntos por la pradera. ¿No crees que lo disfrutaríamos?"

"Sí."

¿Pero McKenna también lo disfrutaría?

McKenna, que montaba a caballo al lado de Heinley, no parecía feliz en absoluto.

Cuando los ojos de McKenna se posaron en mí, metí la cabeza y cerré la ventana. Unos cinco segundos después, oí a McKenna quejarse ante Heinley.

Una sonrisa apareció naturalmente en mi rostro.

¿Cómo podía ser esto tan divertido?

Laura, que estaba sentada en silencio frente a mí, murmuró con las manos entrelazadas,

"Nunca me interesaron los hombres, Su Majestad. Pero cuando la veo junto a Su Majestad Heinley, siento que me gustaría casarme también."

"¿En serio?"

"Sí."

"¿Entonces la Señorita Laura piensa comprometerse pronto?"

La familia de Laura no quería que tuviera un matrimonio político demasiado pronto. Incluso la propia Laura no estaba interesada en las relaciones amorosas.

Pero si Laura lo deseaba, había muchos jóvenes nobles de familias respetables preparados para casarse con ella.

Cuando salió el tema del compromiso, Laura pensó seriamente, 'Hmm...'. Luego sacudió la cabeza.

"No es así."

"¿No dijiste hace un momento que te gustaría casarte?"

"Está bien si es un hombre como Su Majestad Heinley, pero si por mala suerte me toca un hombre como el esposo de la Condesa Jubel o Su Majestad Sovieshu— ¡Ay! ¿Por qué me pellizca, Condesa?"

Como Evely vivía en el Palacio del Sur, pudo enterarse en pocas horas del escandaloso juicio contra los Vizcondes Isqua.

Se enteró de que los Vizcondes Isqua, que tanto protegían a la Emperatriz Rashta, revelaron por su propia cuenta que Rashta era una hija falsa.

Evely chasqueó la lengua tan pronto como el mago de la corte le contó lo sucedido,

"Tienen personalidades tan parecidas que no puedo creer que sean una familia falsa. Es bastante sospechoso. ¿Son realmente padres falsos? ¿No será parte de un plan de los tres?"

El mago de la corte también chasqueó la lengua,

"No lo creo, ¿cómo puedes ser tan negativa?"

"Maestro, eso es porque no vivió lo mismo que yo. Si viera el mundo desde mis ojos, se daría cuenta de que es un lugar retorcido."

"¿Qué hay de mí? ¿También parezco una persona retorcida a tus ojos?"

"Te lo diré cuando me dejes tu posición como mago de la corte."

Cuando los ojos del mago de la corte comenzaron a entrecerrarse, Evely dejó de hablar y salió rápidamente del laboratorio con un frasco.

Una vez afuera, asomó la cabeza hacia el laboratorio a través de la puerta abierta. Dentro, el mago de la corte murmuró, "Mañana estarás en problemas."

Aunque el mago de la corte la amenazó, Evely lo encontró divertido. Luego, se alejó con una sonrisa.

El mago de la corte había sido la persona que más la cuidaba últimamente, a pesar de que a menudo la reprendía.

No podía decir que la cuidaba como un padre, pero sí como un amigo cercano de sus padres. A veces incluso como un pariente.

Ese nivel de atención era lo suficientemente bueno para Evely.

La Emperatriz Navier había sido su benefactora y todavía la consideraba como tal, pero había una inevitable sensación de distancia debido a su posición como emperatriz.

En cambio, el mago de la corte no era un benefactor, sino alguien cercano. Aunque no eran miembros de su familia, ambos eran muy importantes para ella.

En este momento, su estado de ánimo era realmente bueno porque la Emperatriz Rashta y los Vizcondes Isqua, a quienes tanto odiaba, iban en picada.

Ella bajó felizmente las escaleras y recorrió el pasillo hasta su habitación, sólo para encontrar a una mujer con traje delante de la puerta.

Era la primera vez que la veía, así que preguntó con cautela. 

"¿Quién es usted?"

La mujer no respondió, en cambio se acomodó los lentes y preguntó,

"¿Es usted la Señorita Evely, la asistente del mago de la corte?"

"... Sí, soy yo."

Evely miró con atención la puerta cerrada. La mujer no parecía una ladrona, pero todavía levantaba sospechas. ¿No habrá robado algo mientras estuve en el laboratorio? 

La mujer habló con calma a pesar de que sabía que Evely estaba en guardia,

"Soy la administradora de los bienes de los padres de la Señorita Evely."

"¿Qué? ¿Mis... padres?"

Evely preguntó desconcertada mientras daba un paso atrás con más cautela.

"¿Eres una estafadora?"

Después de pasar toda su vida como huérfana, ahora aparece de repente una mujer que afirma ser la administradora de los bienes de sus padres. Era una estafadora a todas luces.

La mujer le mostró su pase de acceso al palacio imperial y su licencia de administradora de bienes acreditada por el Estado.

Evely le echó un vistazo, pero no tenía forma de saber si era falsa o real porque no conocía ese campo.

Aun así, fingió reconocerla y preguntó con los ojos bien abiertos,

"¿A qué has venido?"

La mujer le explicó,

"Señorita Evely, sus padres la estuvieron buscando todo este tiempo. Por fortuna, ahora ha sido encontrada."

"¿Pero por qué en vez de venir mis padres... vino una administradora de bienes? ¿Acaso mis padres quieren que asuma sus deudas? Todavía me pareces una estafadora."

"No son deudas, es su patrimonio."

"¿Su patrimonio?"

Evely frunció el ceño. Si la administradora de bienes hubiera venido a decir que debía asumir sus deudas, sin duda sería una estafa, pero esto también resultaba sospechoso.

"¿Por qué mis padres me dejarían su patrimonio?"

"Porque han fallecido."

"... Han.. fallecido... ¿ambos?"

"Así es. En su testamento pidieron encontrar a su hija y darle su patrimonio."

Evely se quedó aturdida por las noticias inesperadas. Una administradora de bienes le habló de repente de sus padres, del patrimonio que le habían dejado y de que habían muerto...

"Es una suma enorme. Si no me cree, puede llevar a otra persona con usted para los trámites de la herencia."

"¿De verdad estás hablando de mis padres?"

Evely preguntó tardíamente con los bordes de los ojos enrojecidos. Los padres que nunca tuvo. Los padres que odió toda su vida porque pensaba que la habían abandonado. Los padres que no creía necesitar.

Sus padres habían muerto mientras la buscaban, e incluso después de su muerte pidieron que la búsqueda continuara. Evely sintió un vacío y una tristeza en un rincón de su corazón.

Ni siquiera podía pensar en la herencia. Sus ojos naturalmente se llenaron de lágrimas.

La mujer miró a Evely con una expresión complicada y asintió en silencio.

Evely preguntó mientras se limpiaba los ojos.

"¿Cómo se llaman mis padres? ¿Cuándo murieron? ¿Son del Imperio Oriental? ¿Qué hay de sus familiares? ¿Fueron enterrados cuando murieron? ¿Puedo visitar sus tumbas?"

Aunque nunca sintió la necesidad de saber sobre sus padres, estas preguntas surgieron espontáneamente.

Pero la mujer sacudió la cabeza y no respondió una sola pregunta,

"Lo siento, Señorita Evely. Sus padres me pidieron que no revelara sus nombres."

"Por qué..."

"No fueron buenas personas. Se sentían tan avergonzados que me pidieron que no revelara sus nombres a la Señorita Evely."

Evely parpadeó incrédula y exclamó con voz llorosa,

"¡Es absurdo! ¡No me importa si fueron malas personas! Me dijiste que mis padres pasaron toda su vida buscándome, ¡pero ni siquiera puedes decirme sus nombres!"

Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Cuando recobró el sentido, el frasco que sostenía con fuerza ya estaba inclinado, y el líquido de su interior caía al suelo.

"Está escrito en el testamento."

"¡Tonterías!"

"... Aunque no fueron buenas personas, siempre amaron a la Señorita Evely. Nunca perdieron la esperanza de encontrarla."

Evely sacudió la cabeza, sus ojos le ardían,

No puede ser. Ahora que lo pienso, ¿qué clase de padres dicen que aman a su hija, le dejan su patrimonio, pero no revelan sus nombres?

"No están muertos, ¿verdad? Sólo me dejaron una parte de su patrimonio porque temen que me convierta en una molestia. ¿Acaso soy la hija ilegítima de algún noble?"

Cuando Evely preguntó entre lágrimas, la administradora de bienes respondió con una sonrisa amarga,

"No, no lo eres."

De hecho, a excepción de que le dejaron su patrimonio y de que nunca dejaron de buscarla, todo era mentira.

Los padres de Evely seguían vivos. Sus padres fueron los protagonistas del juicio que hoy causó un revuelo en todo el país.

Sin embargo, no querían que sus nombres se asociaran con el de Evely. Sólo querían que su hija recibiera un caudal de riquezas, en vez de convertirse en la heredera de una familia llena de deshonra. Además de las palabras que deseaban decirle.

"También te dejaron estas últimas palabras."

Evely aceptó el papel y lo leyó con un nudo en la garganta. 

— Realmente te amamos, te amaremos por siempre. Nunca te abandonamos, por lo que si pensaste eso, te pedimos que lo olvides. No pudimos cuidarte mientras estuvimos vivos, pero prometemos cuidarte desde el cielo.

Evely levantó la mirada mientras derramaba lágrimas en silencio. La administradora de bienes le extendió un pañuelo con una sonrisa de dolor.

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