La Emperatriz se volvió a casar 182
¿Es feliz?
"¡¿Qué?! ¡¿Por qué me importaría eso?! ¡¿Qué tengo que ver con él?!"
Mastas refutó inmediatamente, pero se mostró muy alterada. Sus gritos me sorprendieron mientras trataba de controlar mis emociones. Mirando a un lado, la cara de Mastas estaba sonrojada.
"¿Señorita Mastas? ¿Está bien?"
"Yo, yo realmente no pensé en eso."
Cuando le pregunté preocupada, Mastas respondió extrañamente.
"Sólo me interesan las personas fuertes. Sir Koshar es débil e ingenuo, ¡no me importa si Sir Koshar se casa o no!"
Viendo lo nerviosa que estaba ahora me pareció un poco sospechoso. ¿Podría ser que a Mastas le gustaba mi hermano?
Normalmente, Mastas habría sido clara en su posición, '¡Es inevitable que me guste el hermano de la Emperatriz!', '¡Es inevitable que me guste porque es un hombre fuerte!', O '¡Absolutamente no!'
Pero antes de que pudiera indagar, Mastas ya se había alejado. Mirando su espalda, Rose murmuró con los brazos cruzados.
"Es sospechoso."
"Emperatriz, ¿Qué hará si Mastas está enamorada de Sir Koshar?"
Preguntó la Condesa Jubel, aunque a diferencia de la seriedad de Rose, pareció encontrarlo divertido. Sabiendo que mi hermano tenía una mala reputación en el Imperio Oriental, la situación le resultó graciosa.
Por la misma razón, Laura dijo con una sonrisa,
"En cuanto a la personalidad, creo que harían buena pareja."
Pero Rose se resistía, murmurando con firmeza y preocupación.
"Mastas es una buena chica, pero es un poco torpe. Además, no creo que Mastas sea de una familia digna de casarse con Sir Koshar..."
Las damas de compañía dejaron de hablar y todas me miraron.
"La opinión de mi hermano es lo más importante."
A decir verdad, ambas tenían sus puntos fuertes y débiles.
La Princesa Charlotte era inteligente y decidida, por lo que sería capaz de controlar bien a mi temperamental hermano, y tenía el estatus de princesa, por lo que sería un honor casarse con ella.
Al mismo tiempo, debido a que mi hermano se enojaba fácilmente, sería tanto una ventaja como una desventaja que se convirtiera en el yerno del Rey de Whitemond.
Por otro lado, a Mastas le gustaban las espadas y se entendía bien con mi hermano, pero ambos se enojaban con facilidad, por lo que nadie podría detenerlos si causaban un problema...
En cualquier caso, mis padres estaban aquí. No había necesidad de intervenir. Aun así, esa noche le pregunté directamente a mi hermano.
"¿Te enteraste que la Princesa Charlotte quiere casarse contigo?"
"Sí..."
"¿Qué quieres hacer? ¿Quieres casarte con la princesa, o quieres casarte con otra joven noble?"
Mi hermano se mostró un poco tímido, ni siquiera me miró a los ojos, por lo que tardó en responder.
"No me interesa el matrimonio, pero si quiero apoyar a la familia, tendré que hacerlo. En ese caso... creo que la Princesa Charlotte es la mejor opción."
"¿Conoces a la Princesa Charlotte?"
"No, pero ayudará a la familia."
Eso es cierto.
"Aunque podría ser muy aburrido."
Me preocupaba porque mi hermano vivía muy libremente. Mi hermano era mucho más libre que la mayoría de los jóvenes nobles, temía que no pudiera soportar una vida tradicional.
"Odiaba tanto quedarme quieto que causé muchos problemas por vivir a mi manera. Nunca ayudé a nuestros padres ni a la familia. Ahora también quiero ser útil."
"..."
"Pero una vez que me case con la princesa, tendré que vivir en Whitemond. Será una pena no poder ver a mi sobrino tan a menudo. Sin duda será un bebé encantador."
Me sentí inexplicablemente conmovida. Este sentimiento no desapareció incluso después de que mi hermano se marchara. Me senté frente al tocador durante mucho tiempo, mirándome en el espejo. Hasta que oí que llamaron a la puerta.
"Adelante."
Por mucho que esperé, nadie entró. Sin embargo, estaba segura de que alguien había llamado a la puerta hace un momento.
Era extraño. Normalmente, mis damas de compañía y guardias se anunciaban primero antes de llamar a la puerta.
¿Será Heinley? Desconcertada, me levanté y abrí personalmente la puerta. Lo sabía, Heinley estaba ahí de pie sosteniendo un plato de mi comida favorita.
"¿Heinley?"
Cuando lo llamé confundida porque no esperaba verlo aquí, Heinley me extendió el plato diciendo, "Aquí tienes."
"¿Por qué me traes de repente esta comida?"
"Recibí la señal. Trae esto."
"Yo no lo hice."
"...... El bebé lo hizo."
Mentira. Cuando entrecerré los ojos, Heinley me dio un beso rápidamente en la mejilla derecha.
"Dale al bebé este beso de parte de papá."
"Deja de bromear."
Hablé con firmeza porque me sentía avergonzada, pero esta vez Heinley me besó ligeramente en los labios.
"Este es para ti."
Al verme sonrojada, Heinley se rió espontáneamente.
"Parece que ha salido bien."
Heinley habló astutamente, me atrajo a sus brazos y me abrazó con fuerza. Me preocupaba que nuestra relación se volviera incómoda después de mi confesión. Pero al contrario, me sentí más a gusto.
Inclinada sobre su pecho, le pregunté impulsivamente.
"¿Te gustaría caminar juntos un rato?"
***
Era una noche oscura. Incluso la luz de la luna apenas se veía a causa de las densas nubes, pero no resultaba muy difícil ver el camino, debido a la lámpara que Heinley llevaba en una mano. Además, Heinley sujetaba mi mano con fuerza, lo que me tranquilizaba mucho.
¿Cuánto tiempo estuvimos caminando en silencio?
"Reina, ¿desde cuándo comenzaste a enamorarte de mí?"
Heinley preguntó repentinamente de forma juguetona.
"¿Es importante?"
"Quiero escribirlo en mi diario."
"Entonces no te lo diré."
"No lo escribiré."
"Si no lo vas a escribir, ¿por qué debería decirlo?"
"¿Debería hacerlo?"
"Ya ves. No te lo diré."
"¿Por qué?"
"En el diario del emperador queda todo registrado."
Un caballero que nos seguía dejó escapar una pequeña risa. Era una conversación intrascendente, pero al tratarse del emperador y la emperatriz, debió parecerle divertida.
Heinley preguntó con voz persuasiva mientras pensaba en no responder ahora porque me sentía avergonzada.
"Reina. Sé sincera."
"¿Eh?"
"¿Evitas deliberadamente responder porque es difícil hacerlo?"
No le importó en absoluto que el caballero se riera de nuestra conversación.
En cualquier caso, Heinley tenía razón.
"Así es. No sé desde cuándo empecé a enamorarme de ti."
Fue sólo cuando malinterpreté las intenciones de la Princesa Charlotte que me di cuenta de mis sentimientos hacia él. Hice un acuerdo con Sir Yunim y mis damas de compañía para mantener esto en secreto.
Heinley sacudió la cabeza con desilusión.
"Eso no puede ser."
"¿Tú sí lo sabes?"
"De hecho, sí lo sé."
"Entonces dímelo."
"Siempre he estado enamorado de ti, y sigo enamorándome de ti."
¿Por qué es tan bueno con sus palabras?
"Reina. Hay muchos momentos en los que me enamoré de ti, si tuviera que decirte cada uno, podría hacerlo."
"Dime al menos tres."
"Fuiste la primera mujer en mentirme con ser un hombre."
Heinley bajó la voz para que sólo yo pudiera escucharlo.
"Fuiste la primera mujer que me palmeó el trasero."
"Detente."
Extendí la mano para cubrir su boca, pero Heinley continuó hablando con la boca tapada.
"Fuiste la primera mujer que me dio insectos."
"¿Elegiste esas tres a propósito?"
Me estaba haciendo parecer una persona rara. Cuando lo miré molesta, Heinley respondió alegremente, "Sí". Luego me dio un beso y preguntó,
"Para Reina, ¿no hay algo en lo que sea el primero? No importa si dices cosas como estas a propósito."
¿En serio?
"Fuiste el primer hombre al que le mentí con ser un hombre. Fuiste el primer hombre al que le palmeé el trasero. También fuiste el primer hombre al que intenté alimentar con insectos."
No me gustó que me hiciera parecer una persona rara, así que le devolví sus palabras a propósito. Sin embargo, Heinley me preguntó inmediatamente con una sonrisa.
"¿Entonces estamos destinados a estar juntos?"
Se veía tan encantador que no pude contener la risa. Mientras reía, tropecé con una piedra al no poder ver bien el suelo debido a la oscuridad.
Heinley se apresuró a sujetarme. Aunque conseguí recuperar el equilibrio, me apoyé sobre el cuerpo de Heinley.
Al estar tan cerca de su pecho, podía oír los latidos de su corazón. El olor a hierba fresca mezclado con el viento de la noche me hizo sentir verdaderamente feliz.
También sentí curiosidad.
Me preguntaba si el hombre que me había abandonado vivía feliz ahora.
***
Sovieshu estaba abatido.
"No puedo tener como princesa a una niña que no tiene mi sangre. La niña no es ni siquiera una hija ilegítima, así que retira a Glorym de la posición de princesa."
Aunque Rashta ocultó su pasado, se había casado con ella de todos modos, por lo que era necesario realizar un procedimiento para expulsarla de la posición de Emperatriz.
Sin embargo, Glorym sólo se convirtió en princesa por el simple hecho de ser hija del emperador. Pero al final resultó no ser su hija, por lo que con una sola palabra de Sovieshu, Glorym dejaría su posición de princesa.
Tanto el Emperador como la Emperatriz podían tener amantes, pero Glorym fue concebida cuando Rashta no era Emperatriz, y lo que es peor, no tenía la sangre del Emperador.
Incluso si creciera como noble, no podía ser reconocida como miembro de la familia imperial, por lo que naturalmente Glorym no podía seguir siendo una princesa.
Puede que Sovieshu cambie de opinión más adelante, pero ahora mismo no quería ver la cara de la bebé. Sobre todo porque se parecía mucho a Rashta.
Aun así, Sovieshu no echó del todo a la princesa. Pidió a la Vizcondesa Verdi que se quedara con ella en una habitación apartada.
Aunque se demostró que Glorym no era su hija, el amor y el tiempo que Sovieshu dedicó a la bebé no desaparecerían de repente.
Debido a eso, Sovieshu se afligió más después de sacarla de la posición de princesa.
Recordaba a la princesa sonriendo felizmente, así como las veces que lloró en la cuna junto al escritorio de su oficina, o emitiendo extraños sonidos como 'abu-abu'. Sintió un profundo dolor en su corazón tras expulsar personalmente a la bebé.
Pero no tenía a nadie en quien confiar su dolor, ni nadie que le consolara. Como ocupaba la posición más alta, no tenía a nadie con quien compartir sus penas.
Al final, después de haber estado sufriendo todo el día, encontró un retrato de Navier, apoyó su frente sobre el mismo y suspiró pesadamente.
"Navier... no sé en qué me equivoqué."
El frío marco del retrato le refrescó un poco su cabeza caliente.
Sovieshu recordó la vez que cenó con Navier después de traer repentinamente a Rashta.
En ese entonces, Navier había querido decirle algo, pero él evitó repetidamente el tema porque se trataba de Rashta.
Antes del divorcio ocurrieron muchas otras peleas, así que no fue una gran pelea en comparación con las que siguieron. Curiosamente, se le quedó grabada en su memoria. Todavía recordaba claramente la expresión de Navier ese día.
"Debí escucharte en ese entonces."
Sovieshu cerró lentamente los ojos y exhaló con dolor.
Sin embargo, ahora Rashta estaba sufriendo más que Sovieshu.
Un día después de visitar el templo, Rashta estaba llena de resentimiento hacia el Duque Elgy. Ayer estaba tan sorprendida que ni siquiera podía expresarlo adecuadamente. Ahora que recordaba lo sucedido, todo le parecía tan injusto que se sentía abrumada por las emociones.
Todavía no podía aceptarlo.
Se preguntaba cómo la princesa se había convertido de repente en la hija de Alan, y por qué el Duque Elgy había aparecido con Ahn en sus brazos...
En menos de un día, Glorym dejó de ser la princesa y se convirtió en un hazmerreír. Todo esto era tan doloroso que incluso le resultaba difícil respirar.
"¿Dónde está la princesa?"
Después de enterarse que Sovieshu ordenó quitar a Glorym el titulo de princesa. Rashta trató de averiguar más a través de una de sus sirvientas, pero sólo le informó que la Vizcondesa Verdi había abandonado la habitación de la princesa con ella.
Intentó encontrar a la princesa, pero nadie le dijo dónde estaba.
Unas horas más tarde volvió a preguntar a la sirvienta, pero esta vez ella se mostró fría. La miró como diciendo, '¿Por qué llamas a tu hija princesa? Ya no lo es.'
"No lo sé. ¿No sería más rápido si lo averiguas por ti misma?"
La mirada burlona de la sirvienta hirió el orgullo de Rashta. Le disgustó que la sirvienta, a la que ella misma había elegido, actuara de esta manera.
Aunque fuera a ser expulsada en el futuro, ahora seguía siendo la emperatriz. Incluso los caballeros no tuvieron más remedio que contener su enojo mientras Rashta los golpeaba.
Además, sin que nadie lo supiera, Rashta contrató deliberadamente a chicas necesitadas para que fueran obedientes. No entendía por qué actuaba de esta manera.
"¿Por qué te diriges así a la emperatriz?"
De hecho, al principio fueron genuinamente buenas con Rashta, pero se volvieron más temerosas que respetuosas cuando una de sus compañeras fue encarcelada por un desliz y su padre estuvo a punto de morir.
En medio de esto, empezaron a surgir malos rumores sobre Rashta, por lo que los demás empleados del palacio decidieron mantenerse alejados de todas las nuevas sirvientas de la emperatriz.
A partir de entonces, las sirvientas se limitaron a hacer su trabajo y dejaron de seguir a Rashta. Sin embargo, cuando la princesa, que era el último pilar de Rashta, fue removida, comenzaron a pensar, '¿Por qué ser cortés con alguien que va a caer de todos modos?'
Calcularon que para poder quedarse aquí si una nueva emperatriz llegara al palacio del oeste en el futuro, debían distanciarse de Rashta ahora.
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