La Emperatriz se volvió a casar 178
Certificado de esclavitud
Incapaz de manejar la creciente ira, Sovieshu caminó de un lado a otro de la habitación, hasta que finalmente tocó intensamente la campana de la mesa y ordenó al caballero que entró.
"¡Llama al Barón Lant!"
Una vez que entró el Barón Lant, Sovieshu rugió con frialdad.
"¡¿Cómo puedes ser tan inútil?!"
"¿Qué ocurre, Su Majestad?"
Desconcertado, el Barón Lant se arrodilló apresuradamente.
La expresión de Sovieshu era tan fría y feroz que parecía que iba a congelar toda la habitación. Era diferente de su habitual expresión indiferente. Evidentemente, estaba muy enfadado por algo.
"Su Majestad, ¿qué puedo hacer por usted...?"
"¿Creías que la orden de cuidar de Rashta sólo implicaba asegurarse de que estuviera viva?"
"Su-Su Majestad."
"¿Qué demonios haces que incluso cuando ocurre un problema relacionado con Rashta nunca sabes nada?"
El Barón Lant palideció e inclinó la cabeza ante la reprimenda de Sovieshu.
La mirada de Sovieshu se volvió espantosa. Su ira acumulada explotó, pero realmente consideraba que el Barón Lant había sido completamente inútil.
Entre los secretarios de Sovieshu, el Barón Lant era el encargado de ayudar a Rashta. Sin embargo, el Barón Lant no estuvo involucrado en ninguno de los problemas de Rashta.
En primera instancia, parecía que el Barón Lant era inocente, pero en otras palabras, también significaba que el Barón Lant no había cuidado bien de Rashta.
En cambio Arian, a quien Rashta tenía como sirvienta, le había proporcionado mucha información.
"Es mi culpa, Su Majestad."
El Barón Lant se disculpó con voz hosca. Supuso que Rashta había causado otro problema.
A pesar de que el Barón Lant comprendía la ira de Sovieshu, le parecía un poco injusto.
Tras llegar al palacio imperial, Rashta buscó inicialmente los consejos y la ayuda del Barón Lant.
Sin embargo, a medida que pasaba más tiempo como concubina y se acercaba más al Duque Elgy, Rashta dejó de buscar el apoyo del Barón Lant.
Después de que el Barón Lant se hiciera cargo de la gestión de sus bienes, apenas le dirigió la palabra.
El Barón Lant deseaba sinceramente ayudar a Rashta, pero no podía hacer nada porque no confiaba en él.
El Barón Lant no se lo dijo a Sovieshu porque sabía que lo consideraría una excusa, así que mantuvo la boca cerrada y miró cabizbajo al suelo.
Sovieshu dejó escapar un fuerte suspiro y agitó la mano.
"Levántate."
El Barón Lant se levantó impotente, juntó las manos y esperó la orden del Emperador.
Sovieshu preguntó, presionando sus sienes palpitantes.
"El certificado de esclavitud. ¿Aún no ha sido encontrado?"
La situación se volvió complicada, así que debía prepararse para lo peor. Ahora que se había ocupado del verdadero padre de Rashta y de los Vizcondes Isqua, faltaba averiguar si la princesa era su verdadera hija. Sería problemático si el certificado de esclavitud apareciera de repente.
"Eso..."
"Responde claramente."
"No."
Sovieshu se culpó a sí mismo por elevar precipitadamente a Rashta a la posición de Emperatriz a pesar del riesgo potencial, ansioso por hacer del bebé en su vientre un hijo legítimo.
Eso no significaba que se hubiera olvidado del certificado de esclavitud. Al contrario, sabía que Koshar había sido el último en tener el certificado, y justo después lo había confinado sin posibilidad de esconderlo, por lo que Sovieshu pensó que sería fácil de encontrar.
Sin embargo, ni el Duque Troby ni el Marqués Farang tenían el certificado. Tampoco estaba en ninguna de las casas de los caballeros que vigilaban que Koshar no escapara, ni siquiera en el Palacio Imperial.
Así que por último, se comenzó a buscar en las habitaciones de los invitados distinguidos en el Palacio del Sur.
Registrar las habitaciones de los invitados distinguidos era peligroso. Hasta el más mínimo descuido podría causar inconvenientes.
Aunque si se descubriera que una habitación había sido registrada, nadie se atrevería a hacer un problema serio por esto ante el Imperio Oriental. Aún así, ya no habría necesidad de actuar como países amigos.
Sovieshu miró detenidamente al Barón Lant, preguntándose si debía mantener a ese inútil como su secretario.
Fue entonces.
"¡Su Majestad! ¡Su Majestad!"
Al otro lado de la puerta se escuchó la voz apremiante del Marqués Karl.
"Entre."
Tan pronto como el Marqués Karl entró en la habitación, gritó,
"¡Su Majestad! ¡El certificado de esclavitud! ¡El certificado de esclavitud!"
La expresión de Sovieshu se volvió fría.
"¿Alguien lo hizo público?"
"¡No! ¡Encontré el certificado de esclavitud!"
Sovieshu se levantó de un salto, la frialdad desapareció de su expresión.
"¿En serio?"
"Sí."
"¿Dónde?"
"Estaba en la habitación del Duque Elgy."
Ante las palabras del Marqués Karl, Sovieshu se sorprendió.
Conmocionado, los ojos del Barón Lant también se abrieron mucho. Pensaba que podría hallarse en el Palacio del Sur, pero no en la habitación del Duque Elgy. Incluso si hubiera salido de la propia habitación de Rashta no habría sido tan sorprendente.
"El Duque Elgy solía mantener su habitación totalmente custodiada, por lo que resultaba difícil registrarla, pero tras reunirse en esta última ocasión con Rashta, se marchó rápidamente a algún lugar sin dejar guardias. Gracias a eso, se pudo registrar cada rincón."
El Marqués Karl continuó con voz temblorosa para contener su ira.
"El certificado estaba completamente oculto en el interior de la alfombra."
Al Marqués Karl no le agradaba Rashta, pero este asunto estaba relacionado con la reputación del Imperio Oriental.
Se enfadó mucho al descubrir que un invitado distinguido, concretamente, el escandaloso Duque Elgy, había estado ocultando vilmente el secreto de Rashta.
"Es más basura de lo que se rumoreaba."
Ante las palabras del Marqués Karl, el Barón Lant asintió rápidamente por reflejo.
No podía haber buenas intenciones por parte del Duque Elgy al mantener oculto el certificado de esclavitud. Si lo hubiera hecho por su amante, habría destruido el certificado, no lo habría ocultado de esa manera.
"Aun así, me alegra saber que el certificado ha sido encontrado."
El Barón Lant murmuró cuidadosamente.
Sovieshu volvió a sentarse en el sillón con la mandíbula tensa.
Así es. Excepto porque estaba enojado con el Duque Elgy, había sido afortunado. Ahora no habría problemas siempre y cuando la princesa tuviera su sangre.
El rumor de que Rashta ocultó su pasado para ascender a la posición de emperatriz nunca desaparecerá, pero de todos modos planeaba deponerla después de sólo un año. Incluso podría hacerlo un poco antes usando esto como excusa.
"Aquí tiene, Su Majestad."
El Marqués Karl le entregó a Sovieshu el certificado de esclavitud.
Sovieshu confirmó su autenticidad tras examinar detenidamente el certificado, luego lo hizo pedazos y lo quemó en el acto.
"¿No habría sido mejor guardarlo?"
"Hay muchas formas de presionar a Rashta. El hecho de que haya ocultado su pasado es suficiente, ni siquiera es necesario sacar a relucir nada más. Este certificado podría perjudicar a la princesa, así que prefiero no tenerlo."
Los certificados de esclavitud se trataban con mucho rigor porque se ponía en juego la posición de una persona.
Para evitar que fueran falsificados, se les estampaba un sello que no podía ser reproducido, y no había copias.
Ahora que lo había quemado, nadie menospreciaría a la princesa por ser hija de una esclava.
El Barón Lant suspiro profundamente.
Sovieshu miró las cenizas negras que quedaron, y frunció el ceño mientras se echaba el cabello hacia atrás.
"Ahora el problema es el Duque Elgy."
"Sí, Su Majestad. Es muy sospechoso que haya ocultado el certificado. No es algo que haría una persona escandalosa."
El Barón Lant se apresuró a dar un paso adelante y se puso del lado de Rashta.
"Puede que el Duque Elgy haya seducido a la ingenua Rashta. ¿No sabe todo el mundo que el Duque Elgy es un playboy?"
Al señalar la ingenuidad de Rashta, la expresión del Marqués Karl y de Sovieshu se oscureció al mismo tiempo.
El Marqués Karl y Sovieshu no podían estar de acuerdo con que Rashta fuera ingenua después de haber invitado sólo a hombres nobles a una fiesta de té, de haber ocultado su relación con Alan, entre otras cosas.
Sin embargo, estaban seguros de que el Duque Elgy era un playboy perverso un paso por encima de Rashta.
El Duque Elgy protagonizó más escándalos de los que se podían contar. Rashta no llegó a tanto.
"¿A dónde fue el Duque Elgy?"
"No lo sé. Dijo que volvería, pero no adónde iba."
"Cuando el Duque Elgy regrese, debe ser enviado de vuelta a su país inmediatamente por haber ocultado el certificado."
Los países poderosos se enorgullecían tanto de su capacidad, que trataban muy bien a los invitados distinguidos de alto estatus, especialmente a la realeza de otros países. Sin importar lo difícil y exigente que fuera el invitado.
En contraste, cuanto más pequeño era el país, más difícil resultaba ocuparse de los invitados distinguidos.
A pesar de ello, no podía permitir que el Duque Elgy siguiera en el Palacio del Sur.
"El Duque Elgy podría negarse, así que envía a un hombre a Bohean Azul para que le informe al rey. El Duque Elgy protagonizó un escándalo con la Emperatriz, así que es mejor que abandone el Imperio Oriental para que no resulte vergonzoso para ambas partes."
"Como ordene, Su Majestad."
"La prueba de paternidad se hará tan pronto como regrese la delegación que asistió a la fiesta de cumpleaños del Emperador Heinley."
"Sí, Su Majestad."
"Envía a alguien al templo para fijar la fecha."
Una vez que los dos secretarios se retiraron, Sovieshu se quedó sentado con los ojos cerrados antes de visitar la habitación de la bebé.
Ahora que el asunto del certificado de esclavitud estaba resuelto, sólo faltaba la prueba de paternidad.
Mientras tuviera su sangre, Sovieshu podría hacer de su encantadora hija la noble de más alto estatus del mundo. La sangre de la madre no tenía importancia.
"Glorym. Mi hija."
La bebé, que dormía plácidamente, se despertó repentinamente y miró a su padre con ojos brillantes. Sovieshu sacó a la bebé de la cuna y la meció en sus brazos.
"Eres mi hija, ¿verdad? Mi hija."
***
A diferencia de la Familia Imperial del Imperio Oriental, que estaba en calma como en vísperas de una tormenta, la Familia Zemensia del Imperio Occidental estaba en medio de una.
Todo comenzó con la discusión entre el Duque Zemensia y el Viejo Duque.
"Padre, el Emperador Heinley vengó a Midelen tan pronto como el Gran Duque Lilteang lo lastimó. Por el bien de tu nieto, lo encerró en una torre, dispuesto a enfrentarse al Emperador del Imperio Oriental."
"¿Qué estás tratando de decir?"
"Christa ya está muerta, y murió por su propia culpa. Si Christa se hubiera ido tranquilamente a Compshire desde un principio, tú, mi esposa, mis hijos y yo estaríamos tan bien como siempre."
Un fuego apareció en los ojos del Viejo Duque cuando su hijo habló mal de su hermana muerta.
El Duque Zemensia dijo todo lo que sentía a sabiendas de que a su padre no le gustaba.
"Es una pena que haya muerto, pero lo más importante son los que están vivos. Hay que dejar a un lado el rencor por Christa y subirse al nuevo barco, padre."
"..."
"La Emperatriz Navier ya está embarazada. Finalmente la Familia Imperial tiene un sucesor directo. Incluso los nobles que no veían con buenos ojos a la Emperatriz Navier ahora se inclinan ante ella."
La Duquesa, que estaba sentada tranquilamente a su lado, también añadió,
"Eso es cierto. Todos los que se acercan a la Emperatriz Navier acaban elogiándola. Incluso trata con amabilidad a aquellos con los que antes no tenía una buena relación. Nosotros también tenemos que olvidar los rencores. Hay que pensar en los niños."
El Viejo Duque escuchó en silencio a su hijo y a su nuera, pero al poco tiempo exclamó porque no podía soportarlo más,
"¡Idiotas! ¡Son un par de idiotas!"
"¡Padre!"
"¿Ahora quieres estar del lado de la Familia Imperial porque Heinley supuestamente vengó a mi nieto? ¡No sé qué he hecho para merecer a un hijo tan ingenuo como tú!"
"¡Padre, es verdad! El Gran Duque Lilteang ha sido llevado a la torre. Lo vi con mis propios ojos."
"¡Idiota! ¡Idiota!"
El Viejo Duque rechinó los dientes, reprimiendo el impulso de maldecir.
"Aunque el Gran Duque Lilteang es famoso por sus tonterías, no está tan loco como para causar un problema grave en un lugar así."
"El Gran Duque Lilteang ha causado varios problemas graves. También te guarda rencor. Además, no lo hizo abiertamente, casi no había nadie alrededor del estanque donde Midelen se encontraba."
Si otros nobles hubieran sido los testigos, probablemente se habría llevado a cabo una investigación de manera formal. Pero siendo el Emperador junto con el Duque Zemensia la sentencia en este caso fue inmediata.
Por supuesto, aunque el Emperador Heinley haya sido testigo, encerrar al Gran Duque Lilteang directamente en una torre era una medida que podía enojar al Emperador del Imperio Oriental.
Duque Zemensia creía que el Emperador Heinley estaba dispuesto a correr tal riesgo por el bien de los suyos.
Sin embargo, el Viejo Duque consideraba ese punto sospechoso.
"Padre, siempre piensas que tiene una intención oculta. ¿Tanto odias al Emperador Heinley?"
"Eres un idiota, idiota. El Emperador Heinley, que acabó con tu hermana, ahora te tiene como objetivo, pero tú apoyas a esa persona."
Al no poder entenderse, padre e hijo guardaron silencio y giraron la cabeza en direcciones diferentes.
Sin importar lo que dijera su hijo, el Duque Zemensia no creería en el Emperador Heinley.
Estaba convencido de que el Emperador Heinley había puesto deliberadamente a su nieto en peligro para ocuparse del Gran Duque Lilteang.
No sabía cómo lo había hecho exactamente, pero no era normal que se dieran tantas coincidencias a la vez.
El Viejo Duque apretó el puño, incapaz de soportar su enojo.
Un hijo tonto, una nuera tonta y unos nietos egoístas, esta era la familia que tenía.
Estaba realmente enojado porque el Emperador Heinley estaba jugando con su mente y la de su familia.
Sovieshu creía que todo estaba resuelto, y que sólo faltaba esperar por la prueba de paternidad. El templo fijó la fecha para la prueba, por lo que los nobles en el Imperio Oriental realmente ansiaban la llegada de ese día.
Independientemente del resultado de la prueba, habría mucho alboroto en el Imperio Oriental en el futuro.
El resultado de la prueba sólo determinará el futuro de la princesa, no borrará el pasado de la Emperatriz Rashta.
Un plebeyo que afirmaba ser el verdadero padre de la Emperatriz, se jactó repetidamente de conseguir mucho dinero antes de desaparecer, pero los nobles no le dieron mucha importancia.
Después de todo, se trataba de un hombre que apareció un día de la nada. No resultó extraño que volviera a desaparecer en busca de más dinero, y no hubo dificultad en determinar quiénes eran los verdaderos padres de la Emperatriz, ya que los Vizcondes Isqua se quedaron aquí mientras que ese hombre desapareció.
Pero en medio del silencio, se produjeron otros dos revuelos inesperados. Uno en el Palacio del Este y otro en el Palacio del Oeste.
Fue Alan quien causó el revuelo en el Palacio del Oeste.
Alan le enviaba cartas a Rashta diciendo que Ahn había desaparecido, pero Rashta lo ignoró todo el tiempo, así que fue a verla personalmente y armó un escándalo.
"¿Cómo te atreves a armar un escándalo en el Palacio Imperial? Encarcélenlo ahora mismo."
Rashta llegó al límite de su enojo, y los guardias enviados por Sovieshu encarcelaron a Alan como ella ordenó.
Más tarde, Rashta quiso sacar a Alan para deshacerse de él, pero los guardias no permitieron que saliera.
Esto debido a la orden de Sovieshu de retener a Alan en preparación para la prueba de paternidad.
"Iba a capturarlo de todos modos. Afortunadamente vino por su propia cuenta."
Sovieshu habló con frialdad y prohibió cualquier visita a Alan. Sin embargo, pronto hubo también un revuelo en el Palacio del Este. Fue silencioso en el exterior, pero sacudió el corazón de Sovieshu.
El Conde Pirnu, que asistió a la fiesta de cumpleaños de Heinley, regresó antes que el resto de la delegación para informar.
"Su Majestad. El Emperador Heinley estaba usando su preciada 'Lágrima de Hada' como collar."
"Qué demonios estás diciendo. ¿Estás seguro de lo que viste?"
"Sí, lo comprobé varias veces. Definitivamente era la lágrima de hada."
"Ese bastardo..."
"Navier debe habérsela dado. No tendría sentido de otra manera."
Sovieshu realmente quería aplastar a Heinley. No le agradaba en lo más mínimo.
Pensó que Navier podría devolver el regalo, pero nunca que daría a su actual esposo el regalo enviado por su ex-esposo.
"Navier..."
Sovieshu estaba tan sorprendido que susurró inútilmente el nombre de su ex-esposa. No podía creer que la honorable Navier hiciera algo así.
Pero las noticias desagradables no terminaron ahí.
"Um... Y Su Majestad."
El Conde Pirnu informó con voz cuidadosa al ver a Sovieshu sonreír con la mirada perdida.
"El Gran Duque Lilteang causó otro problema."
"¿Un problema? ¿Qué tontería ha hecho esta vez?"
"No. Esta vez es más grave."
El rostro del Conde Pirnu se oscureció.
"Empujó al nieto del Viejo Duque Zemensia al estanque."
Sovieshu frunció el ceño.
"¿Qué?"
El Conde Pirnu contó los detalles de lo ocurrido con la mayor objetividad posible, sin mezclarlo con su opinión.
La expresión de Sovieshu se volvió rígida al escuchar el relato. Apoyó los codos en los reposabrazos del sillón y se frotó la barbilla.
El relato del Conde Pirnu le pareció un poco extraño. Sabía que el Gran Duque Lilteang hacía tonterías cuando se enfadaba. Incluso en el Reino Occidental, fue avergonzado por cometer tal error varias veces.
Aunque hubo ocasiones en las que golpeó con el hombro a personas que no le agradaban o las empujó al suelo, nunca empujó a un niño a un estanque durante una fiesta...
"¿Cómo está el niño?"
"Lo rescataron enseguida sin un rasguño. Ni siquiera tuvo un resfriado por lo que pude averiguar antes de volver."
Las sospechas de Sovieshu se acrecentaron.
La insensatez del Gran Duque Lilteang fue peor que de costumbre. El niño contra el que descargó su rencor no resultó herido en ninguna parte. Además, ¿fue el Emperador Heinley quien presenció la escena...?
"El Emperador Heinley encerró al Gran Duque Lilteang en una torre. Dijo que lo mantendría encerrado en su país durante cinco años. La delegación traerá la carta correspondiente del Emperador Heinley."
Si fuera el habitual Sovieshu habría traído de vuelta al Gran Duque Lilteang por el orgullo del Imperio Oriental, sin importar lo que hubiera hecho.
Pero después de mucho pensarlo, Sovieshu esta vez decidió aceptar la sentencia del Emperador Heinley.
Tenía muchas dudas, pero le convenía hacerlo.
Si la princesa no fuera su hija, sería mucho mejor que el Gran Duque Lilteang no estuviera en el Imperio Oriental.
"¿Qué piensa hacer, Su Majestad?"
"Es una deshonra para el Imperio Oriental que haya cometido semejante barbaridad en otro país. No es mala idea aprovechar esta oportunidad para acabar con esa personalidad explosiva. Dejemos las cosas como están."
"Sí."
El Conde Pirnu también estuvo de acuerdo porque no le agradaba el Gran Duque Lilteang.
Pero después de tomar esa decisión, Sovieshu reflexionó sobre algo con una expresión seria. Luego escribió una carta y se la entregó al Conde Pirnu.
"Envíasela al Emperador Heinley."
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