LESVAC 136

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La Emperatriz se volvió a casar 136

Otra personalidad de Heinley



La silla era liviana y sin respaldo, pero la sirvienta balanceó la silla con todas sus fuerzas, así que podría resultar gravemente herida si la golpeaba.

Rashta se protegió instintivamente el vientre, y la Vizcondesa Verdi empujó apresuradamente a la sirvienta desde un lado.

La silla rozó la frente de Rashta antes de desviarse. Luego, cayó al suelo con un fuerte ruido sordo, y la sirvienta, que balanceó la silla con todo su cuerpo, perdió el equilibrio y también se cayó.

"¡Ahhh!"

Rashta se cubrió el vientre, se acurrucó y gritó. Cuando las sirvientas que presenciaron esta escena armaron un gran alboroto por el miedo, los guardias que estaban fuera de la puerta entraron rápidamente en el dormitorio.

"¡Su Majestad!"

Cuando vieron a la emperatriz sufriendo, la silla tumbada en el suelo y a la sirvienta furiosa, se apresuraron a levantar a Rashta alarmados.

La sirvienta, que balanceó la silla, intentó arremeter de nuevo contra Rashta, pero los guardias la sujetaron apresuradamente por los hombros y la presionaron contra el suelo.

Los ojos de la sirvienta brillaban e intentaba resistirse. Su ira era mayor que su miedo. Llegado a este punto, quería acabar con Rashta a como diera lugar.

Sin embargo, no fue rival para los rudos y corpulentos guardias profesionales.

Rashta miró fijamente a la sirvienta y luego se toco la frente. Le dolía la cabeza, y su vientre le palpitaba con fuerza. Especialmente, le dolía mucho la frente.

La Vizcondesa Verdi puso su pañuelo sobre la herida de Rashta y ordenó a uno de los guardias.

"¡Trae al médico del palacio!"

Cuando el guardia salió rápidamente, Rashta preguntó, "¿El médico del palacio?" Parecía no saber que estaba sangrando por la frente.

"Parece que sufriste un corte en la frente."

Rashta no se dio cuenta de que tenía la mano manchada hasta que escuchó las palabras de la Vizcondesa Verdi.

Al ver su mano roja, Rashta palideció.

Unos quince minutos después, apareció el médico del palacio, y otros quince minutos después apareció Sovieshu.

"Su Majestad..."

Rashta, que estaba siendo atendida por el médico del palacio, se levantó súbitamente al ver a Sovieshu y habló al borde las lágrimas,

"A Rashta le duele mucho..."

Se sintió aliviada al ver su cara, pero al mismo tiempo, estaba asustada. La sirvienta debería ser castigada severamente por intentar asesinar a un miembro de la familia real, pero le preocupaba que hablara sobre la ejecución de su padre. 

En el incidente de Delise, Rashta ordenó que se le cortara la lengua apenas ocurrió, para evitar que hablara.

Esta vez, los guardias entraron en el dormitorio y la sangre fluía de su frente, por lo que olvidó cerrar la boca de la sirvienta.

"¿Qué ocurrió?"

Al ver la frente de Rashta, Sovieshu preguntó sorprendido, 

"Una sirvienta atacó a Su Majestad."

"¿Está gravemente herida?"

"Afortunadamente no, pero..."

Cuando el final de las palabras del médico del palacio se desdibujó, Sovieshu se acercó a la cama y apartó el cabello de la frente de Rashta. La herida no se podía ver debido al vendaje.

"Tiene un corte alrededor de su frente y el área de las cejas."

"¿El corte es profundo?"

"Haré mi mejor esfuerzo, pero... me temo que le quedará una cicatriz."

Rashta miró sorprendida al médico del palacio. No le había mencionado esto a Rashta, así que también acababa de enterarse.

"¿Una cicatriz?"

Sovieshu palmeó los hombros temblorosos de la sorprendida Rashta.

"Una cicatriz puede desaparecer con el tiempo. Me alegro que estés bien y sea sólo una pequeña cicatriz."

Rashta estaba a punto de gritarle que no había nada bueno en tener una cicatriz en la cara, pero Sovieshu ya estaba haciendo otra pregunta al médico del palacio.

"¿Y el bebé?"

"Está bien ahora, pero creo que es mejor tener cuidado."

Sovieshu asintió aliviado y salió del dormitorio para entrar en una pequeña habitación donde estaba encerrada la sirvienta.

La sirvienta estaba de rodillas, con ambas manos atadas fuertemente a la espalda por los guardias.

La sirvienta fue lista. En cuanto Sovieshu entró, gritó rápidamente en lugar de pedir perdón o quejarse.

"¡Su Majestad, Su Majestad la Emperatriz ejecutó a mi padre!"

Al escuchar sus palabras, Sovieshu levantó inmediatamente las cejas.

"¿De qué estás hablando?"

"¡La Emperatriz ejecutó a mi padre como castigo! Cometí un error, pero absolutamente no fue tan grave como para que matara a mi padre, Su Majestad."

Sovieshu frunció el ceño.

"¿De qué estás hablando? Ningún prisionero ha sido ejecutado recientemente."

Para ejecutar a una persona, se necesitaba la confirmación final de Sovieshu. Si alguien había sido ejecutado, era imposible que Sovieshu no lo supiera. Más aún si la ejecución se llevaría a cabo por orden de la Emperatriz.

"Pero Su Majestad la Emperatriz aseguro—"

En este momento, Rashta, que había perseguido a Sovieshu, intervino apresuradamente.

"Esa sirvienta me asustó al difundir un extraño rumor sobre Rashta, Su Majestad. Rashta no mató a nadie. No haría una cosa tan horrible."

El rostro de la sirvienta palideció ante esas palabras.

Sovieshu suspiró después de enviar una mirada a uno de los guardias para que investigara y prepara un informe.

Aunque quería un informe preciso de la situación, creía saber en líneas generales lo que estaba pasando.

Si bien entendía la posición de la sirvienta que se enfureció al enterarse de la muerte de su padre, no justificaba que atacara con una silla a la emperatriz, que estaba embarazada del próximo emperador. Incluso le hizo un corte en la frente. 

Este era un crimen lo suficientemente grande como para ser castigado con la muerte, incluso si fuera cometido por un noble con un alto grado de inmunidad.

"Es una pena, pero un crimen es un crimen. Primero encarcelen a esa sirvienta."

Después de dar esa orden, Sovieshu llevó a Rashta de vuelta a su dormitorio y le aconsejó.

"Rashta. No se puede ejecutar a una persona precipitadamente a menos que esté relacionada con el asesinato de un miembro de la familia real."

"¿Aunque sea la Emperatriz?"

"Aunque sea la Emperatriz."

"Pero, Su Majestad, la sirvienta inició el rumor de que Rashta era una persona extraña. Arruinaría la imagen de la emperatriz ..."

"Aun así, no se puede ejecutar precipitadamente."

"Aunque Rashta no era la Emperatriz antes cuando el Vizconde Langdel—"

"Te apuñalo con un cuchillo y fue atrapado en el acto."

Rashta derramó lágrimas y puso sus manos sobre su cabeza dolorida.

"Su Majestad es demasiado frío. A Rashta le duele mucho, pero lo primero que hace es regañarla."

Sovieshu suspiró y acarició la cabeza ilesa de Rashta.

"Esa sirvienta no puede ser ejecutada precipitadamente, pero además le dijiste que ejecutaste a su padre."

"¡Yo no ordené ejecutarlo!"

"Palabras vacías o no lo dijiste. Para aquellos que consideran que tienes el poder de llevarlo a cabo, nunca sonaría como palabras vacías."

"¡!"

"Eso pensaba... parece que hay mucho que desconoces para encargarte de esta posición."

Rashta se sorprendió ante el duro comentario de Sovieshu.

"¿Su Majestad?"

Sovieshu sacudió la cabeza y salió para traer a la Vizcondesa Verdi y a sus guardias, dándole instrucciones.

"De ahora en adelante, si Rashta decide perjudicar a alguien apoyándose en su posición de 'Emperatriz', deberán informarme antes de cumplir sus órdenes. Quien lo incumpla, tendrá que asumir toda la responsabilidad."

Rashta se sintió profundamente insultada. No podía creer que los hubiera traído aquí para decir esto. ¡Al decir esto, los cortesanos del Palacio de la Emperatriz asumirían que la Emperatriz no tenía ningún poder!

'Su Majestad debe haber antepuesto el honor al amor.'

Sintiéndose triste, Rashta no lo despidió, sino que se quedó llorando en su dormitorio.

¿Su amor se desvaneció, o siempre había sido así? Consideró absurdo que Sovieshu la regañara e insultara siendo la víctima.

'No. Él no siempre había sido así.'

¿Evely? Probablemente sea por esa chica llamada Evely. No, Rashta estaba segura. Después de enamorarse de esa chica, Sovieshu había cambiado.

Rashta sollozó durante un tiempo, pero debido al dolor punzante en su frente rápidamente se recuperó. El dolor, a su vez, le permitió darse cuenta de la realidad de la situación.

A este paso, Sovieshu intentará convertir a Evely en la tercera emperatriz, me arrebatará a mi hijo y se divorciará. ¡Como sucedió con la Emperatriz Navier! Debo actuar con inteligencia y calma. La Emperatriz Navier había tenido una aventura mientras estaba casada con Sovieshu, por lo que inmediatamente después de su divorcio se fue con ese hombre, pero como me he dedicado sólo a Sovieshu, estoy en una posición difícil.

Rashta rebuscó rápidamente en su joyero y sacó un gran y hermoso collar de zafiros, dándoselo como recompensa a la sirvienta que delató a su compañera.

"¿Esto es para mí?"

"Sí."

"Es tan precioso..."

"Haz lo que quieras, puedes venderlo o quedártelo. Por cierto, tu madre está en prisión, ¿verdad?"

"¿Eh? Sí."

"Usaré mi privilegio de inmunidad para sacarla de prisión."

La emperatriz tenía tres privilegios de la inmunidad al año. Además, esto no entraba en lo que dijo Sovieshu de 'el poder de perjudicar a otros'.

"¡Gracias! ¡Muchas Gracias, Su Majestad la Emperatriz!"

La sirvienta se lo agradeció repetidamente entre lágrimas, antes de jurar que le sería leal el resto de su vida.

Después de que la sirvienta se fue, la Vizcondesa Verdi dijo preocupada,

"Su Majestad, la madre de esa sirvienta no debe ser puesta en libertad. ¡Es una criminal despiadada que envenenó a tres personas!"

"Lo sé. Lo supe cuando la investigué."

"Entonces por qué..."

"Quiero que las sirvientas juzguen el bien y el mal en función de su lealtad hacia mí. No en función de lo moralmente correcto."

Después de terminar su aclaración, Rashta se miró al espejo y frunció el ceño.

"No me quedará una gran cicatriz, ¿verdad?"

***

Me acostumbré mucho a mi trabajo, y mis ayudantes también se acostumbraron a mi forma de trabajar. Debido a eso, naturalmente la eficiencia y la velocidad de trabajo aumentaron.

Ahora estaba segura de que podría hacer algunas otras tareas a la vez. Ordené a un ayudante que enviara una carta al Gran Duque Kapmen para tratar los asuntos del acuerdo comercial con Luipt.

El Gran Duque Kapmen envió una respuesta alrededor de cuatro horas más tarde, y después de eso, nos escribíamos tres o cuatro veces al día para discutir asuntos comerciales.

Después de unos días, el ayudante preguntó dudoso,

"¿No sería mejor reunirse para hablar en persona?"

"Cuando sea necesario. Ahora mismo no hay mucho que decir."

Maquillé casualmente la situación mientras postergaba el momento de reunirme con el Gran Duque Kapmen. 

Sin embargo, mis ayudantes parecieron encontrarlo aún más extraño a medida que pasaron los días.

Las cartas que intercambiábamos eran cada vez más largas y el intervalo entre cada una más corto. Mis ayudantes parecían estar pensando preocupados, '¿Se pelearon?'

Afortunadamente, antes de que sus sospechas se hicieran más fuertes, Wihan y Mullaney aparecieron cada uno con su propio resultado de investigación.

Los coloqué sobre el escritorio de mi oficina y leí los informes lentamente. Primero el de Mullaney, luego el de Wihan.

Los dos sucesores se miraron de reojo y esperaron ansiosos mi respuesta. Sus expresiones parecían realmente serias y cautelosas.

Después de un momento, pregunté a los dos mientras dejaba el informe que tenía en la mano.

"¿Hicieron la investigación juntos?"

Ambos sacudieron la cabeza, perplejos.

Me reí en silencio y extendí el informe de Wihan a Mullaney y viceversa.

"¿Les gustaría leerlo?"

En menos de tres minutos, las caras de ambos se volvieron rígidas.

Definitivamente, era compresible. Sus informes eran bastante similares. Incluso en los errores.

"No sé quién copió a quién, pero no fue una buena elección. He realizado mi propia investigación por separado, y hay muchas datos erróneos en sus informes."

Mullaney y Wihan parecían perplejos. Era difícil saber quién estaba actuando y quién estaba realmente perplejo, ambos tenían una expresión bastante convincente.

"Peor aún, la investigación es realmente vergonzosa. Estoy decepcionada. Ambos retírense. Yo me encargaré de esto."

Hablé deliberadamente de forma tajante y ordené a ambos que salieran.

Esa noche, Heinley estalló en carcajadas al escuchar mi historia.

"No pensé eso de ninguno de los dos. Qué sorpresa."

"¿Te parece gracioso?" 

"Como dije, no me imaginaba que eso sucedería."

Con mi cabeza sobre su pecho, levanté una mano y estiré su mejilla. 

"¿Pero fue realmente tan mala?"

"No fue tan mala. Sólo estaba tratando de engañarlos."

Heinley sonrió, sus ojos se curvaron como si hubiera leído mis pensamientos,

"Lo hiciste para descubrir quien copió el informe."

Asentí y mordí su mejilla. Ahora que esto había sucedido, sólo había una cosa que podía hacer.

Desear que no fuera Mullaney quien me visitara.

"¿Reina? Me da miedo que me muerdas la mejilla con una mirada tan seria. Parece que estuvieras tratando de arrancármela."

* * *

Pasaron tres días, pero contrariamente a lo esperado, ni Mullaney ni Wihan vinieron a verme. Ambos parecían ser inteligentes.

Entonces, qué debo hacer ahora... estaba reflexionado cuidadosamente mientras caminaba, cuando escuché unos murmullos. Pero el contenido era muy extraño.

"Un fantasma. ¿Estás seguro?"

"Oh, qué miedo. No digas eso. ¡No podré salir por la noche!"

"Es real. ¡No sé cuántas personas lo han visto ya!"

"Yo también he oído de eso. Se dice que es un fantasma masculino con una corona en la cabeza."

"¿De verdad? Entonces, ¿es posible que sea Su Majestad? El Difunto Rey Wharton III."

"¿Por qué se convertiría en un fantasma?"

"Hay un rumor de que Su Majestad Heinley envenenó al Difunto Rey."

Lo primero, era una historia divertida. Porque incluso en el Imperio Oriental, ocasionalmente ocurrían alborotos por apariciones de fantasmas. Pero lo último sonaba bastante malicioso.

Aunque también había oído hablar de ese rumor, no podía creer que haya sido mezclado con la historia del fantasma.

Al instante, me vinieron a la mente los nobles de lado de Christa. ¿Fueron quienes difundieron el rumor? Christa se fue a Compshire, pero los nobles y funcionarios que la apoyaban se quedaron.

Como apoyaban a Christa, no podrían hacer nada si ella perdía repentinamente toda su fuerza. ¿Es posible que estén apuntando a Heinley para intentar cambiar la situación?

Pero parecía la única que estaba preocupada por esto. Cuando busqué a Heinley alrededor del mediodía, él ya sabía del rumor. Sin embargo, no parecía pensar que tuviera alguna conexión con las fuerzas de Christa.

Al contrario, me preguntó con un brillo en sus ojos.

"Reina, ¿le tienes miedo a los fantasmas?"

"Si les tienes miedo, puedo quedarme a tu lado desde el atardecer hasta el amanecer."

"Está bien. No tengo miedo."

"¿Es un fantasma, pero no tienes miedo?"

"Realmente no."

"..."

"¿Heinley?"

"En realidad, tengo miedo, Reina. Así que... ¿te quedarás a mi lado desde el atardecer hasta el amanecer?"

"¿No crees que esto tiene relación con los partidarios de Christa?"

"Por supuesto que deberíamos investigar eso también. Pero aparte de eso, tengo miedo, Reina. Yo creo en los fantasmas."

De hecho, en cuanto se puso el sol, vino a mi habitación y se quedó junto a mi incluso mientras trabajaba o leía.

"Tengo miedo, ¿podemos tomar un baño juntos por la noche, Reina?"

"No."

Aunque parecía un poco sospechoso, Heinley actuaba como si realmente le tuviera miedo a los fantasmas. Así que decidí revelar la verdadera identidad del fantasma por su bien.

Después de decidirme, fui con mi guardias al lugar donde aparecía el fantasma en medio de la noche.

No dormí en el dormitorio compartido, para no tener que preocuparme de que Heinley se despertara.

Sin embargo, ya había otros visitantes en el lugar donde supuestamente aparecía el fantasma.

"Busquen cuidadosamente. Debe haber un dispositivo."

Heinley fue al primero que vi.

"¿Y si realmente aparece un fantasma?" 

McKenna fue el segundo.

"No hay ningún fantasma. Además, tampoco me preocupa si aparece."

¿Quién era este hombre que se parecía a mi esposo, y decía sin dudar que no había ningún fantasma?

El Heinley que yo conocía, estaba temblando de miedo por qué había un fantasma.

¿Debería considerar a esta otra personalidad de mi esposo como al tercero?

"Pero Su Majestad. Si el fantasma del Difunto Rey aparece, ¿cómo deberíamos lidiar con él?"

"Esparce sal."

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