LESVAC 135

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La Emperatriz se volvió a casar 135

Entre su posición de Emperador y su posición de Esposo



Vizconde Roteschu también estaba en la fiesta, así que no fue difícil llamarlo.

Rashta ordenó al Vizconde Roteschu que la visitara antes de salir del palacio imperial.

El Vizconde fue a verla alrededor de las nueve de la noche. Rashta lo dejó pasar al salón y mandó salir a todas sus criadas.

Al quedarse solos, los ojos del Vizconde brillaron con intriga, pensando que hablaría de un secreto.

Rashta abrió la boca, ocultando la oscuridad en su interior.

"¿Puedes conseguir un mercenario hábil y discreto?"

El Vizconde Roteschu sonrió con orgullo,

"No es difícil para mí conseguir un mercenario."

"Un mercenario que mate por dinero."

El Vizconde Roteschu se sorprendió un poco, pero esta vez respondió con una sonrisa siniestra.

"Por supuesto."

Después de que el Vizconde se fuera, Rashta se llenó de alegría. ¡No puedo creer que pueda usar las manos del propio Vizconde Roteschu para matar a la despreciable Rivetti!

Si todo saliera bien, Rivetti moriría, y el Vizconde Roteschu estaría feliz sin saber lo que había hecho. ¿Y si luego le confieso la verdad? ¿No se volvería loco? 

Pero al despertarse después de una buena noche de sueño, la inquietud se apoderó de ella. ¿Y si el Vizconde Roteschu hiciera de esto otra debilidad? Ya tenía una relación con él que no podía soportar, ¿estaría bien añadir otra debilidad a la lista?

Después de mucho pensarlo, Rashta decidió acudir al Duque Elgy. De todos modos, quería contarle sobre la ofensa a su amistad por parte de Sovieshu y el Barón Lant.

Cuando Rashta le contó sobre las preocupaciones de Sovieshu y el Barón Lant, el Duque Elgy sonrió despreocupadamente.

"Es Rashta quien debe decidir si creer o no en los rumores. Lo importante no son los rumores, sino la verdad."

"El Duque Elgy es un hombre maravilloso, no entiendo por qué circulan malos rumores."

"Envidia."

"Sí. El Duque es uno de los hombres más apuestos que he visto. Tiene un fuerte encanto que está por encima de los demás."

Rashta confesó, mirando fijamente al Duque Elgy, que estaba relajado a pesar de los malos rumores.

Sin embargo, cuando le contó que le pidió al Vizconde Roteschu conseguir un mercenario, la expresión del Duque Elgy se volvió sumamente seria.

Al ver esa expresión, Rashta se preocupó aún más y preguntó.

"¿No crees que es una petición adecuada para el Vizconde Roteschu?" 

"Depende de lo que quieres que haga el mercenario. ¿Que le ordenarás hacer?"

Rashta vaciló, incapaz de decir, 'Haré que mate a la hija del Vizconde.' 

Ante la vacilación de Rashta, el Duque continuó como si no le molestara, 

"Independientemente de lo que quieres que haga, debes asegurarte de que ese mercenario traído por el Vizconde Roteschu no sea uno de sus hombres."

Rashta se preocupó. El Vizconde Roteschu tenía una mente malvada, y estaba impaciente por encontrar otro punto débil. 

El mercenario que traería el Vizconde Roteschu probablemente sería uno de sus hombres.

"Sería difícil creer en un mercenario traído por el Vizconde Roteschu. Entonces, ¿qué debo hacer?"

"No lo sé."

"Y si el Duque consigue a alguien..."

"No es un problema conseguirlo."

"¡Genial!"

Rashta estaba encantada, pero el Duque Elgy negó con la cabeza.

"Puedo conseguir a alguien, pero el problema es el mismo. Primero deberás asegurarte de que no sea uno de mis hombres."

"Pero el Duque es diferente a ese malvado Vizconde, ¿verdad?"

"Así es."

El Duque Elgy sonrió sutilmente.

"Pero Rashta, ¿no estás buscando a alguien para hacer algo que ni siquiera puedes decirme?"

Tenía razón.

Rashta volvió a su habitación y reflexionó mientras tomaba una taza de té.

Sin importar a través de quién consiguiera a un mercenario, debía tener extrema precaución.

Por supuesto, no podía ser del Vizconde Roteschu. Y si se equivocaba, podría tener a un segundo o tercer Roteschu.

'Rashta debe conseguirlo por sí misma.'

Después de mucho pensarlo, Rashta se decidió.

'De lo contrario, no podré estar tranquila.'

Aunque podía ser un poco peligroso, Rashta decidió ir personalmente al lugar en el que había vivido como esclava.

* * *

Mientras tanto, en ese momento.

Koshar, que había dirigido a la caballería y asaltado el cuartel temporal de los bandidos Mil Eternos, se encontraba en pleno enfrentamiento contra el Señor Celestial de los bandidos Mil Eternos, Keldrick.

El Señor Celestial de los bandidos Mil Eternos ya se había retirado a la retaguardia con sus camaradas heridos a toda prisa, y toda la caballería que Koshar había traído estaba alineada en tres filas.

Keldrick se estaba limpiando el sudor que le corría por la frente, pero al darse cuenta que no era sudor sino sangre, maldijo furioso.

"¡¿Por qué estás aquí?! ¡¿No puedes vivir sin ver nuestras caras?! ¡¿Huh?!"

"¿No estás siendo demasiado grosero con un amigo que no has visto en un tiempo?"

"¡¿Por qué serías mi amigo, bastardo?!"

"Incluso vine hasta aquí, porque te echaba de menos."

"¡Lárgate! Por favor, lárgate de mi vida."

Los caballeros del Imperio Occidental que seguían a Koshar intercambiaron miradas entre sí. Fue asombroso ver al líder de los temibles bandidos de los rumores hacer un rabieta frente a Koshar como un niño de siete años.

También fue refrescante ver a Koshar burlase sarcásticamente de este despreciable bandido. 

"¿Tu afecto ya no es el mismo? Me quedaré aquí a ver tu cara."



"¡Bastardo asqueroso!"

Keldrick resopló mientras se limpiaba la sangre. Pero Koshar seguía sonriendo y no mostraba signos de retroceder.

Parecía un caballero bondadoso debido a su apuesta apariencia, pero Keldrick sabía mejor que nadie lo loco que estaba Koshar.

Durante su estancia en la frontera del Imperio Oriental. Al principio, pensaba que se trataba de un joven noble desafortunado con un ardiente sentido de la justicia.

Pero cuando vio a Koshar aparecer de vez en cuando agitando su espada, y pidiéndole que jugara con él porque estaba aburrido, Keldrick se dio cuenta. ¡Ah, era un verdadero loco!

Keldrick también se dio cuenta de esto en una ocasión en la que se infiltró en la ciudad y vio a Koshar con su atuendo de noble. ¡Ah. No era un noble con un ardiente sentido de la justicia, sino un loco que había aprendido modales y controlaba su locura!

Frente a otros nobles, se hacía pasar muy bien como, 'un joven caballero que no podía adaptarse bien a la nobleza'.

"¡Bastardo abominable!"

Keldrick escupió, maldiciendo de nuevo, e indicó a sus hombres que se retiraran.

"¿Se van?"

Preguntó Koshar, levantando las cejas con decepción.

Entonces tiró de las riendas del caballo y éste relinchó. El bandido, montado en el caballo, gritó furioso.

"¡Me iré a otro lugar. Me iré a otro lugar donde no estés tú!"

Mi hermano no debería tener dificultad al enfrentarse a los bandidos Mil Eternos. Los ha perseguido durante años como pasatiempo...

Sin embargo, a pesar de confiar en las habilidades de mi hermano, a veces me preocupaba. Había muchas situaciones inesperadas en una batalla. ¿Y si mi hermano corriera peligro al caer en una táctica extraña?

Durante los últimos días, este pensamiento no dejaba de inquietarme. Mis damas de compañía estaban preocupadas al verme así.

Al principio, respondía, "No es nada," cada vez que mis damas de compañía me preguntaban qué pasaba.

Pero, como estaban tan preocupadas, eventualmente les confesé mis sentimientos con sinceridad.

Sorprendentemente, al escuchar mis preocupaciones, Mastas dio un paso al frente rápidamente,

"Lo comprobaré de regreso de mis vacaciones. Veré como lo está haciendo."

Mastas me había dicho que se tomaría unas vacaciones pronto... pero mi hermano bajó a un pueblo fronterizo remoto. ¿Va a ir hasta allí para ver a mi hermano?

"¿Señorita Mastas tu hogar no está lejos de allí?"

Pensé que eso sería demasiado, así que me dirigí deliberadamente a Mastas. Si respondía que estaba lejos, iba a decirle que no fuera.

Por alguna razón, Mastas murmuró deprimida ante mis palabras. 

"Ah, bueno realmente..."

"Si es así, no tienes que ir allí."

"No se preocupe. También tengo curiosidad por saber cómo lucha contra los bandidos mil eternos."

Estuve a punto de negarme nuevamente, pero me detuve.

Mastas estaba interesada en mi hermano y probablemente por eso se ofreció a ir. Aunque no era una noble común, Mastas era una persona realmente agradable.

En cualquier caso, no quería interponerme de forma unilateral al interés de Mastas por mi hermano.

Finalmente, se lo agradecí sinceramente, y Mastas se sobresaltó,

"No es necesario Su Majestad, iré por ese camino de todos modos. De verdad."

Tras terminar de conversar con Mastas, salí a buscar a mis padres.

No faltaba mucho para que mis padres regresaran al Imperio Oriental. Quería pasar más tiempo con ellos antes de que se fueran.

Ahí están.

Subí a la terraza del segundo piso y encontré a mis padres. Los dos estaban caminando con Heinley por un sendero que era claramente visible desde la terraza.

Al ver a los tres caminando juntos, un viento suave sopló en un rincón de mi pecho.

De repente, surgió en mí un sentimiento abrumador, así que me puse la mano en el pecho mientras miraba a mis padres y a Heinley.

¿Existe una escena más conmovedora que ver a tus seres queridos llevarse bien?

Si los padres de Heinley estuvieran vivos... yo podría haber sido tan buena con ellos como Heinley lo era con mis padres.

Era triste pensar en esto. No podía imaginarme una vida sin mis padres. Me sentiría sola rápidamente.

¿Había una profunda soledad bajo el rostro sonriente de Heinley?

Cuando Heinley dijo algo, mis padres comenzaron a reírse.

Mientras observaba la escena, me decidí. Lo haré feliz tanto como él me hace feliz.

Todavía no creo que su amor sea para siempre. Pero dejando eso a un lado, ya era mi esposo y mi familia.

***

Heinley y los Duques Troby no sabían que Navier los estaba observando desde arriba.

Atravesaron un hermoso sendero cubierto de lavanda y acianos, y entraron en un jardín repleto de tulipanes.

Ni siquiera Navier podía verlos desde aquí. Quizá afortunadamente.

La atmósfera entre los tres se volvió pesada al entrar en el jardín cercano.

Esto debido a que el tema se alejó de los asuntos familiares, privados y personales, y se centró en los asuntos de estado.

"Puede haber dos imperios en un mismo continente. Incluso hay registros de la existencia de cuatro imperios simultáneamente."

"Se refiere a la época de guerra entre los cuatro emperadores— el emperador del este, del oeste, del norte y del sur."

"Sí. ... Puede haber muchos emperadores. Pero cuanto más emperadores, más feroz es la competencia."

El Duque Troby continuó con preocupación.

"Apartando a Sovieshu, Navier siente un profundo afecto por el Imperio Oriental. A pesar de todo, sigue siendo el país donde creció."

"Probablemente así sea."

"Tu posición de emperador y tu posición de esposo no estarán siempre alineadas. Eso es preocupante."

"..."

Heinley no pudo responder fácilmente a las palabras del Duque Troby.

La Duquesa Troby también añadió pesadamente.

''Aunque el Imperio Oriental y el Imperio Occidental convivan en armonía, al haber dos emperadores, la posición de los reinos, principados y potencias aliadas cambiará. Se enfrentarán directa o indirectamente."

Ambos tenían razón y no había una respuesta.

No podía evitarlo. Originalmente, Heinley no tenía intención de casarse con Navier. No estaba en sus planes enamorarse de la Emperatriz del Imperio Oriental en su viaje de reconocimiento a ese lugar.

Heinley consideraba que conocer a Navier fue lo mejor que le había pasado en su vida, pero también era cierto que varios de sus planes de vida cambiaron producto de este amor.

Al ver a su yerno perdido en sus pensamientos, el Duque Troby habló con cautela y amabilidad,

"Ojalá no ocurra, pero incluso si su posición de emperador y su posición de esposo cambiara en el futuro, espero que Su Majestad Navier no resulte herida."

* * *

Rashta, que buscaba la forma de bajar a la Finca Rimwell, se enteró de algo inesperado.

'La emperatriz está buscando algo. Es muy importante.' Este rumor se extendió entre las personas.

El rumor se había extendido lentamente, pero Rashta se enteró ahora.

"¿¡De qué estás hablando!?"

Rashta gritó, sus piernas estaban entumecidas.

Después de asistir a la boda del Imperio Occidental, Rashta se movió afanosamente en busca del documento que Koshar había mencionado.

No lo dejó en manos de otros, porque se trataba de un documento que representaba una gran debilidad, así que lo estaba buscando por su cuenta.

¡No puedo creer que haya surgido un rumor sobre esto! Rashta ordenó furiosa a la Vizcondesa Verdi.

"¡Averigua inmediatamente quién inició ese rumor!"

Cuando registraba las habitaciones o los jardines, a Rashta se le complicaba escapar de las miradas de las personas a su alrededor. Sin embargo, el hecho de que se conociera que estaba 'buscando algo,' era definitivamente un rumor que comenzó alguien de su entorno.

El culpable fue atrapado en poco tiempo como se esperaba.

"¡Perdóneme, Su Majestad la Emperatriz! ¡¡Perdóneme!!"

Era una de las sirvientas recién contratadas por Rashta. 

"¡No estaba tratando de iniciar ningún extraño rumor! Alguien que observaba me preguntó, y sólo dije que Su Majestad estaba buscando algo..."

La sirvienta lloró y suplicó con las manos juntas. Realmente no tenía ninguna mala intención. Sólo pensaba que podía hablar de esto.

Los ojos de Rashta se iluminaron, agarró la barbilla de la sirvienta y gruño,

"¿No dejé bastante claro que en el palacio imperial debían ser cuidadosas con sus acciones?"

La sirvienta suplicó repetidamente que la perdonara, pero Rashta no se compadeció.

Además, era la primera sirvienta recién contratada que provocaba un problema.

Para evitar que ocurriera un caso similar, Rashta consideró necesario dar un castigo severo como advertencia a las demás.

Rashta, que estaba decidida, instruyó a la Vizcondesa Verdi,

"Vizcondesa Verdi. ¿Quién es el padre de esta chica?"

"Su padre está condenado a muerte. Sin embargo, aunque han pasado varios años no ha sido ejecutado por su buen comportamiento en prisión."

Rashta ordenó con frialdad.

"Haz que sea ejecutado."

Vizcondesa Verdi miró sorprendida a Rashta. Pero Rashta no se sentía culpable.

No se trataba de un inocente, sólo mataría de una vez a una persona que sería ejecutada tarde o temprano. Para que un prisionero fuera condenado a muerte debía haber cometido un delito grave. No había ningún problema con eso. 

La sirvienta, que había escuchado vagamente la orden de Rashta, se arrastró de rodillas, agarró a Rashta por las piernas y le suplicó una y otra vez que la perdonara, pero eventualmente se derrumbó por el cansancio.

Tras recuperar el conocimiento, la sirvienta acudió inmediatamente a Rashta y le siguió suplicando.

Pero Rashta mintió a la sirvienta.

"Tu padre ya murió colgado."

Aunque aún no había sido colgado, lo inventó deliberadamente para lastimarla.

Como la sirvienta acababa de empezar a trabajar en el palacio, pensaba que una palabra de la emperatriz haría que fuera colgado en cuestión de instantes.

Los labios de la sirvienta temblaron de rabia.

Su padre había sido condenado a muerte por asesinato, pero la víctima a la que asesinó su padre era un criminal sin escrúpulos que había secuestrado y asesinado a su hermano menor por un poco de dinero.

Por eso, teniendo en cuenta las circunstancias, su padre no había sido ejecutado a pesar de haber sido condenado a muerte y sus familiares tampoco fueron arrastrados por el sistema de culpabilidad por asociación.

Ella no podía creer que todo acabara de una manera tan absurda.

La sirvienta, enfadada, levantó la silla que tenía al lado y la abalanzó contra Rashta.

"¡Muere!"

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