LESVAC 126

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La Emperatriz se volvió a casar 126

Frialdad



A medida que los murmullos se hacían más fuertes, Rashta se vio obligada a extender sus manos.

Alan se adelantó cuidadosamente y le dio el bebé a Rashta. La cara que se parecía tanto a la suya estaba justo debajo de su nariz.

Rashta se aterrorizó tan pronto como vio los ojos oscuros del bebé. El bebé era evidentemente su hijo.

Aunque tenía el cabello cubierto con un gorro, Alan le había dado una vez un mechón de cabello que le cortó al bebé. Incluso su cabello se parecía al de Rashta.

"Es tan adorable."

Sovieshu, sentado a su lado, admiró el rostro del bebé.

Rashta se aterrorizó aún más al escuchar su voz y abrazó al bebé para ocultar su rostro.

El bebé, que estaba haciendo un berrinche, sorprendentemente se calmó tan pronto como Rashta lo abrazó.

Sin embargo, mientras Rashta abrazaba al bebé, recordó al pequeño cuerpo sin vida que había sostenido en sus brazos.

Sintió náuseas y escalofríos al recordar los eventos de aquel entonces. Una profunda sensación de miedo se apoderó de ella.

Sus manos y piernas temblaban por temor a que en cualquier momento el bebé en sus brazos muriera, escupiendo sangre.

Además, Sovieshu. A su lado, vio la cara del bebé.

'¿No le resultó extraño ver a un bebé que se parecía mucho a mí?'

Finalmente, Rashta no pudo soportarlo más y le devolvió apresuradamente el bebé a Alan.

"Es un hermoso bebé."

Alan se acercó rápidamente y tomó a su hijo amorosamente.

Rashta lo miró por un instante, y rápidamente desvió su mirada.

Sudor frío corría por su frente.

No podía mirar a Sovieshu a la cara. Pero era una preocupación innecesaria. Porque Sovieshu ya sabía que este bebé era el hijo de Rashta.

Para Sovieshu, Rashta extrañaba y amaba a su bebé. Así que comprendió su expresión rígida, incluso idealizándola.

Sovieshu sintió lástima por Rashta, pensando que esa expresión se debía a lo triste que estaba al ver a su hijo que tanto extrañaba.

Aunque reconoció que Rashta no era tan noble como creía, al menos este amor parecía puro y verdadero.

Mientras Alan, Rashta y Sovieshu estaban sumidos en sus propios pensamientos. El secretario del emperador le indicó a Alan que su turno había terminado y que se retirara.

***

"Ahn. Tu madre se puso triste al verte."

Alan le susurró al bebé mientras caminaba por un largo pasillo después de salir de la sala de audiencias.

"Probablemente estaba triste por no poder estar contigo."

El bebé no lloró, sus oscuros ojos brillaron, y luchó por envolver sus pequeños brazos alrededor del cuello de Alan.

Alan de repente se puso triste. 'Yo soy quien debería estar sentado al lado de Rashta. ¿Por qué Rashta estaba sentada al lado de otro hombre?'

Mientras tanto, el secretario del emperador le dio instrucciones a Joanson para que avanzara.

Joanson, un periodista de los plebeyos, avanzó rápidamente al lugar designado y saludó cortésmente a los emperadores.

'¿Lo conozco?'

Cuando Rashta vio a Joanson, estaba segura que había visto su cara en alguna parte.

Pronto recordó a un grupo de periodistas con los que se había reunido antes de la boda. 'Sí. Sin duda, este hombre es un periodista de los plebeyos.'

Cuando Rashta dijo que viviría para los plebeyos, él se sintió tan conmovido y la colmó de elogios, que ese momento se quedó en su memoria.

De hecho, incluso elogió a Rashta en un artículo al día siguiente, diciendo que era el futuro del Imperio Oriental, la luz y la esperanza de los plebeyos.

Rashta se rió aliviada.

'Es alguien que me apoya, no dirá nada molesto.'

A medida que se sentía a gusto nuevamente, una suave y hermosa sonrisa apareció en su rostro.

Aunque todavía se inquietaba al pensar en lo que acababa de suceder, poco a poco pudo juzgarlo racionalmente.

Para ella, Alan había traído al bebé aquí como una amenaza. Probablemente porque fue dura con el Vizconde Roteschu hace unos días. Intentaban recordarle que tenían a su hijo en sus manos. Todo estaría bien mientras los calmara adecuadamente.

"¿Qué te trae por aquí?"

Preguntó Sovieshu.

"Mi hermana trabajaba en el palacio, pero no he sabido nada de ella desde hace un mes. Estaba preocupado porque siempre intercambiamos cartas, así que me dirigí al funcionario encargado de la gestión de personal, quien me dio la desconcertante respuesta de que había renunciado."

<< Nota: Fue llamado por el autor en el capítulo anterior 'funcionario de asuntos internos del palacio'. >> 

Sin embargo, lo que dijo Joanson fue muy extraño.

Rashta, que pensaba que la elogiaría, frunció el ceño. '¿Por qué mencionaba a su hermana de la nada?'

Además, parecía un asunto bastante grave.

Sovieshu escuchó a Joanson con una expresión seria.

"Continúa."

"Mi hermana nació y se crió en casa, así que aunque dejara su trabajo, no iría a ningún otro lugar. Nunca hemos peleado, ni tampoco tenemos motivos para hacerlo. El funcionario encargado de la gestión de personal dijo que debe haberse escapado con algún caballero que se enamoró de ella, pero mi hermana es soltera, así que no hay razón para que huyera."

Los nobles eran libres de tener concubinas, así que no había razón para huir sólo porque el caballero estuviera casado.

"Eso tiene sentido."

Sovieshu asintió y preguntó.

"¿Para quién trabajaba tu hermana?"

"Es Delise, una sirvienta cercana a la Emperatriz."

La cara de Rashta se puso blanca por las palabras de Joanson, como si toda su sangre hubiera sido drenada.

Sovieshu miró a Rashta.

Cuando dijo que era una sirvienta cercana a Rashta, inmediatamente reconoció quién era la hermana de Joanson.

Se refería a la sirvienta alta que trabajaba para Rashta.

Sovieshu chasqueó la lengua en su interior. Recordó la orden de Rashta de cortarle la lengua a la sirvienta y encarcelarla.

Rashta se aferró a los reposabrazos del trono sin siquiera pestañear. Pero enseguida, miró a Joanson con una expresión triste.

"Es una lástima."

Rashta murmuró impotente.

"Emperatriz, ¿sabe que sucedió con mi hermana?"

Joanson le preguntó a Rashta apresuradamente. Todavía creía en Rashta, así que confiaba en poder encontrar a su hermana mientras se aferrara a ella.

Rashta sacudió su cabeza y respondió con pesar.

"Sólo tenía dos sirvientas cercanas, así que tenían mucho trabajo que hacer. Delise renunció porque le pareció demasiado fuerte. Desde entonces, no supe más nada de ella."

"Si renunció, ¡debió haber vuelto a casa!"

"Lo sé. Es muy extraño."

Al escuchar las palabras de Rashta, Joanson mostró una expresión de desesperación.

Sovieshu intervino mientras veía a Rashta mentir con facilidad,

"Tenga la seguridad de que investigaré este asunto a fondo, no se preocupe."

"¡Gracias, Emperador! ¡Gracias, Emperatriz!"

Después de que Joanson se despidió apresuradamente y se fue, la audiencia transcurrió como de costumbre.

Rashta puso una expresión normal de nuevo.

Pero tan pronto como la audiencia terminó, Rashta preguntó a Sovieshu con una cara asustada.

"¿Realmente le dirá la verdad al periodista?"

Habiendo hecho uso del poder de la emperatriz, Rashta suponía que Sovieshu tenía conocimiento del castigo de Delise.

Sovieshu le preguntó fríamente.

"¿No pensaste que esto ocurriría?"

"¡Delise cometió una falta grave primero!"

"Entonces debiste habérselo dicho a su familia."

"Rashta... es la emperatriz, así que pensé que podía hacer eso."

"Puedes. Pero no podrás evitar las criticas."

"¡Rashta no hizo nada malo, Su Majestad!"

Sin embargo, Rashta se negó en varias oportunidades a ir a la habitación de Sovieshu.

El pájaro azul cuyas plumas ella había arrancado todavía estaba en la habitación de Sovieshu… Temía que el pájaro reaccionara de forma extraña al verla.

Si el pájaro la evitara, Sovieshu se daría cuenta inmediatamente que no fue Delise quien le arrancó las plumas.

Sovieshu suspiró profundamente. Luego se fue deliberadamente sin decirle cómo manejar esta situación.

Rashta pisó fuertemente el suelo repetidamente antes de ir a buscar al Duque Elgy asustada.

"¡Duque!"

Cuando Rashta entró a la habitación, llamó al Duque Elgy entre lágrimas. En lugar de cerrar la puerta, Elgy se quedó perplejo cuando Rashta lo llamó lamentablemente.

"¿Señorita Rashta? ¿Qué sucede?"

Rashta piso fuertemente el suelo enojada y rápidamente se sentó en la mesa.

Aunque el Duque Elgy seguía perplejo, trajo los habituales aperitivos favoritos de Rashta.

Rashta esperó a que el Duque Elgy se sentara a su lado y habló de lo que había pasado en la sala de audiencias.

"Rashta una vez castigó severamente a una de sus sirvientas por tratar de perjudicarla."

El Duque Elgy levantó las cejas, como si fuera la primera vez que lo escuchaba.

"¿En serio?" 

"No tuve elección. Si uno perdona a alguien así, nunca se sabe lo que puede hacer después."

"Por supuesto."

"Pero no sabía que su hermano era un periodista. Además, el periodista de los plebeyos que entrevistó a Rashta."

"Oh..."

El Duque Elgy suspiró ligeramente. Su actitud hizo que Rashta se asustara y entristeciera aún más.

"Entonces, ese periodista vino a la sala de audiencias y me pidió que encontrara a su hermana desaparecida. ¿Qué debo hacer?"

"¿Dónde está su hermana?"

"Encarcelada..."

"¿Por qué no le dijiste que estaba encarcelada por haber cometido un crimen?"

"Aunque estuviera encarcelada por un crimen, no lo creería. Incluso si admitiera ser culpable, odiaría a Rashta..."

"Entonces Su Majestad se encargará de ello."

Rashta sacudió su cabeza rápidamente.

"Su Majestad está enojado con Rashta por haberla castigado. Esa sirvienta era muy hermosa, así que Su Majestad en realidad pensaba en ella en secreto." 

El Duque Elgy levantó sus cejas de nuevo.

"Además, esa sirvienta también admiraba a Su Majestad."

Rashta habló impotente, pero rápidamente añadió.

"No fue por eso que Rashta castigó a la sirvienta."

"Evidentemente."

Rashta miró al Duque Elgy con ojos llorosos.

"Su Majestad no ayudará a Rashta. Simplemente se fue enojado sin decir una palabra. No sé qué hacer, estoy asustada."

El Duque Elgy sonrió gentilmente y habló con una voz reconfortante.

"Rashta es la Emperatriz, si las cosas fueran muy mal, la dignidad de la familia imperial también se vería afectada. Además, llevas a su hijo en tu vientre, sin duda al final intervendrá para lidiar con esta situación. Puedes estar tranquila."

Aunque fue una voz suave, no vaciló en lo más mínimo, dando a la otra persona una sensación de confianza.

Rashta se sintió aliviada y abrazó su vientre, luego miró al Duque Elgy con ojos cubiertos de lágrimas.

"Habría sido muy difícil para Rashta sin el Duque."

"Me complace ser de ayuda para Rashta."

El Duque Elgy respondió como si fuera algo natural.

Su respuesta fue tan confiable, que los ojos de Rashta se enrojecieron nuevamente. La actitud del Duque Elgy fue completamente diferente a la fría reacción de Sovieshu.

El Duque Elgy miró la temblorosa espalda de Rashta y extendió suavemente su brazo alrededor de sus hombros.

Rashta se sorprendió por un momento, pero pronto se refugió en los brazos del Duque Elgy sin decir nada.

Como un pobre ciervo, enterró su cara en el pecho del Duque Elgy.

Las comisuras de los ojos del Duque Elgy se curvaron ligeramente.

* * *

Como aún no tenía mi propia oficina, tomé los diez libros de cuentas del archivo estatal y lo apilé en mi habitación para revisarlos.

Pensé que sería mejor comparar los libros de cuentas, mientras organizaba los salarios y trabajos de los empleados.

Pero antes de que pudiera terminar con todo esto, McKenna me entregó otro documento.

"Dado que el Reino Occidental se ha convertido en el Imperio Occidental, necesitamos estar acorde con nuestro estatus. Uf, por fortuna Su Majestad la Emperatriz sabe más que nadie al respecto. Realmente es un alivio."

En el documento se exponían una serie de cosas que debían reorganizarse, puestos de trabajos que desaparecerían, los que surgirían, los que se fusionarían o separarían, etc.

Pero todo esto se trató de manera superficial y McKenna me pidió que lo cambiara para que fuera implementable.

No era una tarea difícil, pero sí requería mucho trabajo.

Cuando lo miré aturdida, McKenna tosió y desvió su mirada.

Pero a juzgar por las comisuras de su boca ligeramente levantadas, era evidente que estaba contento de tener menos trabajo que hacer.

Al final, resultó ser un día muy ocupado haciendo tres cosas al mismo tiempo.

Además, como mis padres aún estaban en el Imperio Occidental, intentaba comer con ellos al menos una vez al día, así que tenía aún menos tiempo.

Rose y Mastas se sorprendieron cuando me vieron trabajando por primera vez con tres plumas y seis libretas alineadas, pero Laura dijo con evidente alegría.

"Esa mujer no se puede comparar con Su Majestad la Emperatriz."

La Condesa Jubel también estalló en risas como si se sintiera complacida,

"Eso es cierto. Su Majestad Sovieshu lo pasará mal."

Pero mientras estaba en medio del trabajo, llamaron a la puerta.

La persona que entró fue uno de los secretarios de Heinley.

"¿Qué ocurre?"

Cuando le pregunté con curiosidad, dijo con una expresión que apenas ocultaba su alegría.

"El Emperador me ha pedido que la llevara a un lugar que quiere mostrarle a Su Majestad la Emperatriz."

¿Un lugar que quiere mostrarme?

Tan pronto como escuché sus palabras, me imaginé a qué lugar se refería.

¡Mi oficina!

Cuando le mostré la lista de cosas pendientes, Heinley sonrió y dijo que la tendría lista lo antes posible.

A juzgar por la forma de llamarme, la oficina debía estar terminada.

"Vamos."

El lugar al que me llevó el secretario fue a la oficina del propio Heinley. 

¿Quiere que pase primero por su oficina? 

Pero ese no fue el caso.

Inesperadamente, la puerta de la habitación frente a la oficina de Heinley se abrió y Heinley salió.

Tan pronto como nuestros ojos se cruzaron, sonrió y dijo, "Es por aquí."

Cuando entré en la habitación, vi una maravillosa oficina con estanterías que cubrían todas las paredes y un gran escritorio colocado junto a la ventana.

Además, había una pequeña sala de espera y un cuarto de descanso adjunto a la oficina.

La habitación era una combinación armoniosa de verde y oro.

"Oh..."

"¿Te gusta?"

"Mucho. Me gusta mucho."

Mientras asentía con sincera admiración, Heinley dijo, sonriendo felizmente.

"Como me pareció mejor que eligieras personalmente a tu ayudante, sólo escogí a los candidatos. Creo que te gustarán porque todos son personas talentosas, trabajadoras y leales, Reina. Si no es así, puedo volver a elegirlos."

Mientras abría y cerraba mi mano con alegría, una gran mano se superpuso a la mía. Mirándolo, él naturalmente entrelazó sus dedos con los míos fingiendo estar enfocado en otra cosa.

***

Nos sentamos uno al lado del otro en el alféizar de la ventana por un rato, charlando y riendo.

A medida que pasaba el tiempo, el tema de conversación se trasladó a Christa. 

La expresión de Heinley se volvió rígida cuando comenzamos a hablar de Christa, pero rápidamente me contó, incómodamente, sobre el comportamiento de Christa en la recepción de bodas.

Luego me miró a los ojos y dijo que no sabía cómo lidiar con ello.

Quería enviar a Christa a Compshire, pero estaba en una posición difícil debido a la ultima voluntad de su hermano que muchas personas conocían.

Yo también estaba confundida.

En lugar de decir directamente, 'Creo que le gusto a mi cuñada', Heinley sólo me habló del comportamiento de Christa.

Pero incluso con eso, no fue difícil saber quién ocupaba el corazón de Christa ahora mismo.

Y extrañamente, después de escuchar esas palabras, la emoción de ver la oficina de repente se desvaneció.

'¿A Christa le gustaba Heinley...?'

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