LESVAC 125

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La Emperatriz se volvió a casar 125

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Después del saludo de bienvenida oficial. 

Ante la sugerencia de Heinley de ir con Navier, el Duque Troby le pidió cuidadosamente,

"Si Su Majestad está de acuerdo, nos gustaría hablar un momento a solas, sin Navier. No es nada urgente, pero..."

Su expresión se volvió rígida, como si pensara que Heinley se negaría.

"Está bien."

Pero Heinley aceptó sin dudarlo.

Aún así, el Duque y la Duquesa Troby no se sintieron aliviados.

Lo que querían decirle a Heinley era, 'Por favor, cuida bien de nuestra hija,' una petición de unos padres ordinarios.

Sin embargo, no estaban seguros de si sería apropiado hablar como si se tratara de un yerno ordinario, ya que se trataba de un honorable emperador.

No obstante, estaban demasiado preocupados por Navier como para no decir nada.

Estaban igual de preocupados por Koshar, pero el asunto de Koshar no era algo que preguntar a Heinley.

Koshar tenía que disciplinarse a sí mismo. Sin embargo, un matrimonio era diferente. No importaba lo bien que lo hiciera uno de los esposos, si el otro era un desastre, el matrimonio se volvería una pesadilla o se acabaría.

Aunque no siguieron a Koshar y a Navier al Imperio Occidental debido a su fuerte lealtad al Imperio Oriental y a la familia imperial, la pareja amaba mucho a sus dos hijos.

Por lo tanto, a pesar de su vergüenza, el Duque Troby habló. Sin embargo, contrariamente a las expectativas, Heinley se rió de la sincera petición del Duque.

"¿No es eso obvio, suegro?"

"Parece obvio, pero a menudo no es así..."

"¡!"

"No tiene que preocuparse por eso, puede estar tranquilo."

Heinley dijo estas últimas palabras con una expresión muy seria, conteniendo las siguientes palabras que casi salían de su boca, 'Se los he dicho muchas veces, ¿por qué todavía no creen en mí?'

Eso es probablemente porque su primer yerno fue un desastre y fueron empujados inmediatamente hacia su segundo yerno, así que la única manera de disipar esa desconfianza era con acciones.

En lugar de hacer promesas sobre el futuro, Heinley aprovechó la ocasión para preguntar.

"Yo también tengo algo que decirles a ambos."

"¿Qué?"

La Duquesa Troby preguntó con agudeza, un poco nerviosa.

Heinley vio a Navier nuevamente reflejada en la figura de su madre, entonces preguntó felizmente.

"¿Qué es lo que le gusta a mi esposa?"

El Duque y la Duquesa Troby intercambiaron miradas de desconcierto.

Pero esa pregunta fue sólo el comienzo. Un sinfín de preguntas surgieron a continuación.

"Por favor, cuéntenme sobre la infancia de mi esposa."

"¿Qué es lo que mi esposa odia? Oh, no es para molestarla, es para evitarlo."

"¿A mi esposa le gustan los pájaros?"

"¿Tienen algún viejo retrato de mi esposa?"

"¿Mi esposa les ha hablado alguna vez de mí?"

El Duque y la Duquesa Troby respondieron cada una con sinceridad. Esto era mejor a que no mostrara nada de interés.

"... Navier tenía un perro grande. Le gustaba mucho porque cumplían años el mismo día."

Cuando Heinley preguntó, "¿Cómo era el perro?" no dijeron nada por un momento.

Pelo dorado claro, grande y apuesto... lo que estaban a punto de decir, sonaba como si estuvieran describiendo al emperador que tenían delante.

La atmósfera entre los dos era muy similar.

"¿Por qué de repente dejaron de hablar...?"

Mirando a su yerno, el Emperador del Imperio Occidental, preguntar con una sonrisa, el Duque y la Duquesa Troby no pudieron evitar soltar una pequeña risa.

"¿?"

***

La cena con mis padres no salió bien.

Mi padre se puso a llorar otra vez mientras mi madre intentaba calmarlo como de costumbre. Sin embargo, ella también parecía abrumada por las emociones, aunque no decía nada y sólo agarraba su cuchillo, cortando la comida repetidamente.

Por otro lado, la expresión de Heinley era extraña, hasta el punto que ni siquiera pude reconocerla.

Aún así, me alegro verlos a los dos.

Y...

"¿De qué hablaste con mis padres?"

"Incluso para Reina, eso es un secreto."

"A pesar de que estamos casados, ¿hasta una conversación con mis padres es un secreto?"

"También hay lealtad entre mis padres y yo."

"..."

"No hice nada malo, Reina. No me mires así." 

"Lo sé. Es sólo que parece que de repente se volvieron más cercanos."

Tenía curiosidad por saber de qué hablaron sin mí, porque Heinley y mis padres parecían haberse acercado más.

Aunque no hasta el punto de hablar y reír abiertamente entre sí, Heinley parecía sentirse más relajado que la dos veces que estuvo en el Imperio Oriental.

"¿No te gusta que me acerque a tus padres, Reina?"

"Eso es ridículo."

Heinley se rió en silencio. Luego dio un suave golpe en el lado de su cama y se quejó,

"Por cierto, ¿esposa, cuánto tiempo seguirás leyendo ese libro?"

Era una noche muy oscura, se podía escuchar el débil sonido de la lluvia fuera de la ventana.

Originalmente, planeaba mirar los registros de los cortesanos hasta el amanecer, así que le dije a Heinley que se fuera a la cama primero.

Sin embargo, Heinley insistió en que me quedara a su lado, así que no tuve más remedio que leer un libro en la cama de piedra de maná.

"¿Hasta que me duerma?"

Cuando le respondí honestamente, soltó un pequeño suspiro y deslizó su cuerpo sigilosamente sobre la cama hasta acercarse a mí.

Luego, puso suavemente su cabeza en mi regazo y besó mi pantorrilla con naturalidad.




Se echó ligeramente hacia atrás su propio cabello para que no molestara, y sonrió sensualmente mientras se desataba la bata.

"Esposa, olvidaré todo lo que he aprendido. Necesito repasarlo y aplicarlo. ¿Me dejarás solo en esto?"

Mirando hacia abajo, tomó mi muñeca con la bata suelta y besó mi piel repetidamente.

Al mismo tiempo, me miraba directamente a los ojos como si estuviera preguntando, '¿No harás nada?'

Cuando suspiré, sabiendo que no tenía elección, las comisuras de su boca se elevaron un poco en una sonrisa triunfante, luego naturalmente tomó el libro en mi mano y lo puso a un lado.

En un abrir y cerrar de ojos, me estaba mirando desde arriba.

No hubo tiempo para sorprenderse, Heinley extendió su mano y la pasó por mi cabello, besándome en la frente, en los párpados y en la oreja mientras susurraba.

"Por favor, comprueba si he aprendido bien."

***

Cuando volví a mi habitación después de desayunar con Heinley, mis damas de compañía ya habían preparado mi baño, Laura estaba aquí esperando para ayudarme a bañar.

"Hoy no es necesario que me ayudes a bañar."

También le dije a Laura que podía regresar a descansar en su habitación.

"¡Oh, entonces esperaré aquí y te ayudaré a vestir!"

Laura dijo con una amplia sonrisa, pero le dije que la Condesa Jubel me ayudaría a vestirme más tarde.

Laura se fue molesta, pero no tuve otra opción.

Tenía moretones por todo mi cuerpo...

Después de andar por la habitación torpemente, me apresuré a entrar al baño y me quité la bata.

Al ver mi cuerpo reflejado en el espejo me sentí avergonzada.

¿Besar todo el cuerpo de uno de esta manera también es un hábito de los pájaros de ese Clan? Como aquellos que se rascan la piel con el pico...

¿O es que otras personas también hacen esto?

Tenía curiosidad, pero no podía preguntarle a nadie sobre esto.

Mi cara estaba ardiendo sólo de pensar en lo que había sucedido.

Me apresure a entrar en el agua caliente.

Probablemente porque Heinley había relajado los músculos de mis extremidades por la mañana, empecé a sentir sueño de nuevo tan pronto como entré en el agua caliente.

Estaba somnolienta en el agua, moviendo la cabeza de arriba abajo, y sólo cuando escuché a la Condesa Jubel llamar a la puerta, recobré la conciencia sorprendida.

"¿Su Majestad?"

Mirando el reloj, había pasado una hora desde que entré en el baño. Me levanté de la bañera aún más sorprendida y me cubrí todo el cuerpo con una gran toalla.

***

Joanson daba vueltas preocupado alrededor de su habitación.

Luego en la sala de estar, en el pequeño salón, en el dormitorio de su hermana, en la cocina, en el comedor, en el baño, en el jardín y de vuelta en la sala de estar... Su cuerpo se movía de un lado a otro, incapaz de quedarse quieto por un momento.

Era lo único que podía hacer.

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que supo de su hermana, que periódicamente le enviaba cartas.

Aunque su hermana vivía en el palacio imperial, no estaba muy lejos.

Su hermana vivía lo suficientemente cerca como para ponerse en contacto en unas pocas horas como mucho, a través de un mensajero.

'Entonces, ¿por qué no he sabido nada de ella?'

Era la primera vez que no tenía noticias de su hermana desde que entró en el palacio imperial como sirvienta.

'Es preocupante. Maldición, ¿realmente está bien?'

En un principio, pensó que su hermana había ido a la boda de los Emperadores del Imperio Occidental.

Porque su hermana le había dicho que la nueva emperatriz, Rashta, sólo tenía dos sirvientas, incluyéndose a sí misma.

En ese entonces, Joanson la admiró, "¡Es verdaderamente sencilla!" ese recuerdo seguía vivo en su memoria.

No iría sola a un país lejano, así que debe haberse llevado a todas sus sirvientas en su viaje. 

Joanson pensó de esta manera y calmó un poco su ansiedad.

Sin embargo, unos días después de la llegada de la emperatriz y el emperador, aún no tenía noticias de su hermana.

Sólo rumores de una segunda concubina del emperador.

En este punto, Joanson comenzó a preocuparse seriamente por el paradero de su hermana.

Finalmente, Joanson decidió ir al palacio imperial para averiguar el paradero de su hermana.

Como había venido al palacio en varias oportunidades como periodista, el guardia reconoció la cara de Joanson y lo dejó entrar inmediatamente.

Joanson pasó por un proceso complicado para poder hablar con el funcionario de asuntos internos del palacio.

"No he sabido nada de mi hermana, Delise, desde hace un mes. Ah, mi hermana trabaja aquí."

"¿Tu hermana?"

"Sí, es una sirvienta de la Emperatriz."

"¿Estás seguro de que no has sabido nada de ella en un mes?"

"Es... Es aproximado, no exactamente un mes. Tal vez un poco más o un poco menos..."

El funcionario de asuntos internos del palacio chasqueó su lengua como si fuera una molestia y dijo casualmente.

"Si era una sirvienta de cara bonita, probablemente se escapó con algún caballero que se enamoró de ella."

Joanson apretó su puño con fuerza mientras aguantaba las ganas de gritar, '¡¿cómo te atreves a hablar así de mi hermana?!'

Después de todo, no estaba en posición de hacer un escándalo. 

"Aún así, puedes comprobarlo."

Cuando Joanson le entregó unas monedas de plata, el funcionario preguntó confiadamente,

"Sí, ¿a dónde pertenece tu hermana?"

Era una pregunta que ya había aclarado. El funcionario ni siquiera había prestado atención a las palabras de Joanson anteriormente.

Joanson estaba furioso, pero respondió rápidamente antes de que él pudiera cambiar de opinión.

"En el Palacio del Oeste, donde reside Su Majestad la Emperatriz."

Joanson dijo exactamente lo que había escuchado de su hermana.

El funcionario de asuntos internos del palacio asintió gustosamente y miró la lista de empleados en sus manos.

Sin embargo, la respuesta que recibió fue totalmente inesperada.

"Dijiste que el nombre de tu hermana era Delise, ¿cierto? Esa chica parece haber dejado el trabajo."

Joanson objetó aún más confundido,

"¡¿Cómo puede ser eso?! ¡Mira bien!"

El funcionario respondió hoscamente.

"No lo sé, pero tu hermana ya no está aquí."

Joanson, que se retiró sin mucho éxito, decidió dirigirse directamente al palacio de la emperatriz.

Sólo tenía dos sirvientas en su círculo más cercano, pero muchos cortesanos debían ayudarla con todo tipo de tareas. Alguien debía conocer el paradero de su hermana.

Pero de nuevo, no pudo encontrar a su hermana.

'Algo está pasando.'

Preocupado, Joanson comenzó a dar vueltas nuevamente alrededor de su habitación.

'Estoy seguro de que algo está pasando... ¿qué debo hacer?'

El último lugar en el que su hermana estuvo fue en el palacio, así que necesitaba buscar allí. 

Aunque pudiera acceder, no podía registrar casualmente el palacio del oeste, el palacio de la emperatriz.

'Necesito encontrar una manera. Una manera.'

Después de devanarse los sesos, a Joanson se le ocurrió una idea brillante.

La Emperatriz Rashta.

Podía preguntarle personalmente a la emperatriz que amaba a los plebeyos.

Eso sería mucho más fácil que intentar registrar el palacio del oeste.

Tan pronto como se decidió, Joanson solicitó una audiencia.

"¿Cuánto tiempo tendré que esperar?"

"Hay una larga lista de espera. Tendrás que esperar al menos una semana."

Después de eso, intentó buscar a alguien que aceptara cambiar su turno de la audiencia.

Todos llevaban esperando mucho tiempo para exponer su caso ante los emperadores, así que nadie querría cambiar su turno por uno casi de último.

Pero Joanson fue persistente y perseverante, consiguiendo cambiar sus posición en la lista de espera con otra persona más adelantada.

Ahora sólo necesitaba esperar dos días.

... Y el día en que le tocó ir a la sala de audiencias, que se encontraba en el palacio central, Joanson fue vestido elegantemente..

En la sala de audiencias se encontraban al fondo los tronos del emperador y de la emperatriz uno al lado del otro, con una larga alfombra colocada delante de los mismos.

Las personas estaban ordenadas en fila en la alfombra, esperando su turno para adelantarse y exponer su caso.

Joanson se puso en la fila rápidamente para esperar su turno.

No tenía ni idea de dónde y ni cómo se encontraba su hermana, se sentía cada vez más impaciente.

Sin embargo, la fila no se movió tan rápido como esperaba. Después de un tiempo, incluso comenzaron a dolerle las piernas.

"Ahn, ¿no eres un buen chico? Shh... así es, sé un buen chico, mi bebé."

Aún así, Joanson, que estaba esperando solo, se encontraba en una mejor posición.

De hecho, había muchas personas que habían traído a sus bebés, justo como el hombre que iba delante suyo en la fila.

Además, el bebé no paraba de agitar sus brazos y piernas mientras hacía sonidos difíciles de entender.

Cada vez que comenzaba a hacer un berrinche, el hombre decía, "Ahn, ¿no eres un buen chico? Ahn, ¿qué ocurre contigo?" Se veía ocupado tranquilizándolo.

'Si le quitara ese gorro el bebé lloraría menos.'

Joanson chasqueó la lengua al ver a un bebé con un gorro tan molesto. Sin embargo, optó por no dar ningún consejo al desconocido.

Mientras tanto, la fila se fue reduciendo poco a poco, hasta que finalmente le tocó el turno al padre que cargaba al bebé.

"Adelántese y salude a los emperadores."

Cuando el secretario del emperador lo anunció, el padre con el bebé en sus brazos se adelantó y saludó cortésmente al Emperador Sovieshu y a la Emperatriz Rashta.

En ese momento.

Joanson notó que la expresión de la emperatriz se volvió sumamente rígida.

No sabía por qué. Pero la expresión de la emperatriz era tan aterradora como el filo de una espada.

'¿Qué ocurre?'

Mientras se preguntaba esto, el padre que cargaba al bebé en sus brazos le pidió a la emperatriz con voz desesperada.

"Emperatriz, este bebé nunca ha estado en los brazos de su madre. Su Majestad es como la madre de todos los ciudadanos del Imperio Oriental, así que por favor tome al bebé en sus brazos y bendígalo como lo haría una madre."

Pero la Emperatriz no movió ni un solo músculo.

Murmullos comenzaron a extenderse.

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