La Emperatriz se volvió a casar 123
¿Quién eres?
Los ojos de Alan se agrandaron.
"Pero entonces—"
El Vizconde Roteschu chasqueó la lengua.
"Eres un hombre indiferente, indiferente. ¿Cómo no puedes entender los sentimientos de las personas?"
"¿Sus sentimientos?"
"Actúa con frialdad por fuera, pero en el fondo no es así. No nos dio incluso esta mansión para que cuidáramos de su hijo, cuyo rostro nunca ha visto. Debe tener muchas ganas de verlo."
"Ah."
Alan se alegró ante las palabras del Vizconde Roteschu.
"Ya veo. Rashta sigue siendo amable y amorosa."
Sin embargo, Alan inmediatamente comenzó a preocuparse y preguntó,
"Pero se parece mucho a Rashta, Padre. Al igual que su peculiar color de cabello... ¿la gente no sospechará?"
"Sólo ponle un gorro para cubrir su cabello. ¿Acaso no tienes esos gorros que usan los bebés?"
Cuando el Vizconde Roteschu condenó su actitud preocupada, Alan se convenció lentamente.
"Está bien."
"Apresúrate a solicitar una audiencia antes de que más gente vaya."
"Sí."
Alan tomó al bebé y se fue.
El Vizconde Roteschu sonrió maliciosamente mientras lo observaba irse.
***
Era tarde en la noche.
Después de peinarme y ponerme una bata, fui al dormitorio compartido. Cuando entré, Heinley salió rápidamente detrás de la puerta y me levantó.
En un abrir y cerrar de ojos, mis dos pies estaban flotando en el aire.
"¡Heinley!"
Cuando me sujeté de su cuello debido a la sorpresa, hizo un pequeño giro, sonrió y apoyó su cabeza en mi estómago.
Cuando lo sujeté con más fuerza por miedo a caer, Heinley me preguntó, frotando su cabeza contra mi estómago.
"¿Te sorprendí?"
"¿Por qué siempre te escondes?"
"Es divertido... ¿no te gusta?"
"No es eso, pero..."
¿Se sentiría ofendido si le preguntara si este también es un hábito de los pájaros?
Mientras dudaba, Heinley caminó directamente a la cama y me bajó.
Una vez que me senté en la cama, él se sentó a mi lado. Entonces, acarició mi cabello con su mano. Su suave toque hizo que mis ojos se cerraran por sí solos.
Le pregunté, forzándome a permanecer despierta.
"¿Desde cuándo estabas escondido detrás de la puerta? No escuché ningún sonido."
"Hmm... hace unos cinco minutos..."
"¿Cinco minutos?"
"En realidad, 10 minutos."
"¿Estuviste diez minutos pegado a la pared?"
Mis ojos se agrandaron cuando escuché que había esperado durante diez minutos.
Tan pronto como lo miré sorprendida, Heinley evitó mi mirada, y quitó su mano de mi cabello.
Esta vez presionó la parte blanda de mis dedos y sonrió. Eventualmente, preguntó, mientras nos agarramos naturalmente de la mano.
"Reina. Esposa. ¿Hay algo que quieras decirme?"
"Sí, menos mal preguntas."
"¿Qué?"
"Se trata del Gran Duque Kapmen."
"..."
La expresión de Heinley se volvió rígida.
Parecía haber comprendido al instante la importancia de mis palabras.
Me enderecé y le conté sobre el trato con el Gran Duque Kapmen.
"Reconoció su culpa. A cambio, acordamos incluir tres cláusulas favorables para nosotros en el acuerdo comercial entre el Imperio Occidental y Luipt."
"Ya veo..."
"¿Estás de acuerdo con eso?"
"Por supuesto que sí."
"Si tienes alguna otra idea..."
"No, así está bien."
"¿Pero esa expresión...?"
"Ah. Eso. Sólo pensaba que Reina me diría otra cosa."
Cuando entrecerré los ojos, Heinley añadió rápidamente.
"Pero esto también es muy importante. Sí... lo entiendo, Reina."
¿Heinley esperaba otra cosa?
¿Yo tenía algo que decirle?
"Reina, ¿hay algo más que quieras decirme?"
Viendo que me lo preguntaba de nuevo, debe estar esperando que le diga algo en específico.
Como no respondí, Heinley preguntó directamente, "¿Quieres una pista?"
"Sí."
"La pista es... pareja casada."
Después de pensarlo un momento, me di cuenta de sus intenciones.
"Ya lo sé."
Las comisuras de la boca de Heinley se elevaron ligeramente.
Le dije que esperara aquí un momento, luego fui rápidamente a mi habitación y traje la lista de cosas que había hecho durante el día.
"¿Reina?"
Me senté nuevamente en la cama y dije con orgullo al entregarle la libreta a Heinley,
"Escribí lo que tenía que hacer."
Quería ver esto, ¿no?
Sólo porque estemos casados no significa que no haya ningún secreto. Sin embargo, las parejas casadas se cuentan muchas cosas.
Heinley probablemente quería eso.
Sin embargo, Heinley apenas dijo entre dientes, "Eh..." con una expresión agridulce.
¿No es esto lo que quería?
Luego añadió,
"Es un buen plan."
"¿Es aburrido?"
Me entretuve escribiendo y leyendo esto. ¿No es así para los demás?
"Esposa, no es aburrido. No es aburrido, pero..."
Heinley no terminó sus palabras nuevamente, y me miró a los ojos.
De repente, enfocó su mirada en la libreta que le había dado, deteniéndose en cada palabra. Antes de que se diera cuenta, estaba sosteniendo la libreta con ambas manos.
Heinley dijo, devolviéndome la libreta sólo después de leerla detenidamente unas cinco veces.
"Realmente es un buen plan, esposa."
"Pero sigues teniendo la misma expresión."
"Te conseguiré al ayudante y tendré lista la oficina lo antes posible."
Cambió de tema apresuradamente, pero lo dejé pasar.
"Gracias."
"No, creo que es mejor que Reina escoja a la persona adecuada."
Después de asentir, Heinley de repente dejó de hablar.
¿Por qué ahora está tan callado?
Cuando lo miré con curiosidad, Heinley dijo con vacilación,
"No escribí nada en particular... Por eso no tengo nada que mostrarte."
Ah, pensó que le había dado mi libreta para eso. En lugar de decir que ese no era el caso, señalé que era una verdadera lástima,
"¿En serio? Eso me hubiera gustado."
Porque si no, se habría sentido avergonzado.
Afortunadamente, Heinley no parecía avergonzado y dijo con una sonrisa, "Oh, entonces—"
Pero en un parpadeo, su sonrisa desapareció, y en vez de seguir hablando, se cubrió la cara con una mano y bajó la mirada.
¿Qué le sucede de repente?
"Bueno, en ese caso..."
"¿No estás seguro?"
Mirándolo cuidadosamente, también estaba sonrojado.
¿A qué se debía esto?
Mientras lo miraba desconcertada, Heinley sacudió la cabeza y me preguntó de nuevo.
"Reina. Lo primero que dijiste fue muy importante, lo segundo fue muy bueno, pero lo que quería escuchar era algo más personal."
"¿Más personal?"
No podía entender de qué estaba hablando.
Podría significar que nuestros cuerpos hablaran por sí solos... No creo que tuviera esa intención...
Entonces, ¿quiere que responda a su confesión?
Tuve una pequeña idea, pero sacudí la cabeza fingiendo no saber nada.
"No sé, no sé lo que quieres decir."
Heinley resopló, pero en lugar de seguir insistiendo, simplemente se acostó de lado y extendió su brazo.
El problema era que su brazo invadía mi espacio. Estaba justo sobre mi almohada.
Además, aunque miré repetidamente entre su brazo y su cara, no apartaba su brazo.
Al final se lo dije claramente, aunque era un poco embarazoso.
"Heinley, este es mi espacio."
"¿Qué?"
Quería que apartara su brazo.
"Es mi espacio."
Después de repetirlo rotundamente, los ojos de Heinley se agrandaron y lentamente retiró su brazo.
"Si quieres dormir con el brazo extendido, acuéstate un poco más a la izquierda, Heinley. La cama es lo suficientemente grande, así que puedes hacerlo."
Después de palmear suavemente su brazo recogido, me acosté en la cama y apague la lampara.
Sin embargo, tan pronto como el dormitorio estaba oscuro, sentí un ligero viento soplar a mi lado.
"?"
Mientras me preguntaba por qué, Heinley agitaba sus hombros con los labios apretados.
"¿Heinley?"
Al encender nuevamente la lámpara y sentarme, Heinley se rió como si no pudiera seguirlo soportando.
No pasó mucho tiempo antes de que se las arreglara para calmarse y se disculpara con sinceridad.
"Lo siento. Sólo, sólo quería que Reina durmiera usando mi brazo como almohada."
"¡!"
* * *
Mientras dormía, de repente surgió un delicioso olor.
El deseo de no querer levantarme chocó contra el deseo de querer percibir más de ese olor.
Con los ojos cerrados, sacudí la cabeza de un lado a otro, pero eventualmente me desperté al escuchar una incómoda risa cercana.
"¿Heinley?"
Tan pronto como abrí los ojos, vi a Heinley de pie junto a un carrito de comida.
"¿Qué es eso?"
Cuando le pregunté con la parte superior del cuerpo levantada, Heinley removió la tapa plateada del plato en el carrito. Había un omellet y café oscuro.
"El desayuno."
No me refería a eso, ¿cómo es que el carrito está aquí...? ¿Lo trajo cuando se levantó?
Mirándolo sorprendida, Heinley tomó un trozo del omellet con el tenedor.
Después de abrir la boca y comerlo, él preguntó con una sonrisa orgullosa.
"¿Qué tal sabe?"
"Delicioso, pero..."
"Soy un buen cocinero, ¿no?"
"Eres realmente bueno."
"Es mi pasatiempo."
Muchos nobles no sabían cocinar, mucho menos la familia imperial. Era un hombre realmente maravilloso. Y un hombre así confesó que me amaba.
Mientras reflexionaba, Heinley tomó otro trozo del omellet.
"¿Hay algo más que quieras comer, Reina?"
"¿Puedes hacerlo todo?"
"Por supuesto."
Cuando abrí la boca torpemente y comí, Heinley siguió dándome la comida, emocionado.
Después de hacerlo varias veces más, no pude soportar preguntar.
"Heinley."
"Sí, Reina."
"¿Eso... Eso es un hábito de tu Clan...?"
"¿?"
"Los pájaros suelen ser alimentados. ¿Fue así contigo...?"
Heinley frunció el ceño como si nunca hubiera pensado en lo que dije.
Luego me miró fijamente por un momento y cruzó los brazos con una expresión seria.
¿Me equivoqué? ¿Lo hice sentir mal porque lo traté como a un pájaro?
Lo miraba con preocupación, pero después de un momento Heinley confesó.
"No estoy seguro, Reina. Pero ahora que lo mencionas, yo también lo creo."
"Aunque mi padre era muy estricto, curiosamente, siempre se aseguraba de alimentarme."
"¡!"
"Nunca fue muy cercano a mi hermano, pero curiosamente también me alimentaba."
"Ah."
"Ahora que lo pienso, tuve este sentimiento desde el momento en que me enamoré de Reina. Yo debía ser quien te alimentara."
Entonces, si tenemos hijos, ¿Heinley les daría la comida a todos? Eso sería adorable...
En ese momento, surgió en mi mente una idea extraña.
"Heinley, te lo pregunto porque me da mucha curiosidad, no, es importante."
"Te escucho, Reina."
"Tal vez los de tu Clan..."
"¿?"
"¿Nacen como huevos?"
***
Sovieshu llamó al Marqués Karl para darle instrucciones secretas.
"El documento de comercio de esclavos de Rashta podría estar dentro del palacio imperial. Encuéntralo y tráemelo."
El Marqués Karl preguntó ansioso.
"¿Es eso cierto, Su Majestad?"
"No estoy seguro. Eso fue lo que Koshar le dijo a Rashta."
Cabía la posibilidad de que Koshar hubiera mentido intencionalmente porque estaba enojado con Rashta.
Sin embargo, indudablemente dos hechos eran ciertos— Que Koshar tomó el documento de comercio de esclavos de la corporación oso, y que ese documento estaba actualmente desaparecido."
"Debes ser cuidadoso en la búsqueda, ya que de lo contrario esta historia podría difundirse."
"Sí, Su Majestad."
El Marqués Karl respondió con una expresión firme.
Si el documento de comercio de esclavos saliera a la luz antes de que naciera el bebé de Rashta. No, sería un gran problema si saliera a la luz incluso después de que naciera.
Tenía que encontrarlo por cualquier medio posible.
***
Mientras tanto, Rashta ya estaba buscando el documento por su cuenta.
Sovieshu tenía muchos ayudantes cercanos que actuaban por él con la boca cerrada, pero Rashta no tenía ninguno.
El Duque Elgy era un amigo, pero no un subordinado.
Así que tenía que encontrar el documento sin ayuda de nadie.
"Saludos a Su Majestad la Emperatriz."
"Buenos días, Su Majestad."
Sin embargo, todos la reconocían como la emperatriz, así que era incómodo moverse en secreto.
Por cualquier lugar que Rashta pasaba, la gente inclinaba la cabeza en señal de saludo.
A menos que Rashta saludara primero, no habría una larga conversación, pero sus acciones estaban limitadas debido a que estaba bajo la mirada de los demás.
'Podría estar por allí o quizás en ese rincón de allá, creo que por ese lado también hay un agujero.'
Rashta pisó fuertemente el suelo, incapaz de agacharse tranquilamente para buscar en cualquier rincón debido a su estatus de emperatriz.
Ella pensaba que sería fácil ser emperatriz. Pero en este caso era una molestia.
'Necesito un ayudante o subordinado tan pronto como sea posible.'
Como emperatriz, se suponía que debía poder manejar a las personas con las puntas de sus dedos.
Rashta refunfuñó mientras buscaba desesperadamente por todas partes. Y cuando caminaba por el sendero que conducía al palacio central, de repente vio un magnífico carruaje.
'¿Quién podría ser?’
Ella pensó que se trataba de un carruaje usado por un invitado distinguido que se dirigía al palacio del sur, pero el carruaje se desvió del sendero al palacio del sur y se dirigió directamente al palacio central.
Rashta miró suspicazmente el carruaje, ya que no era normal que se adentrara hasta aquí.
Probablemente sintiendo su mirada, el cochero detuvo el carruaje tan pronto como se acercó.
Entonces, se bajó de su asiento y saludó a Rashta.
"Es un honor ver a Su Majestad Rashta."
Rashta asintió en señal de saludo, luego preguntó, señalando con la barbilla hacia el carruaje.
"¿Quién va en ese carruaje?"
Pero la reacción del cochero fue extraña.
No respondió a la pregunta. Sólo miró alrededor del lugar como si tuviera dificultad para responder.
"¿Quién está ahí?"
Cuando Rashta preguntó con el ceño fruncido, el cochero miró a Rashta a los ojos y dijo,
"Es... Es la Señorita Evely."
"¿Señorita Evely?"
<< Nota: Evely es la chica que Navier patrocinaba. La maga. >>
Rashta frunció el ceño. No tenía ni idea de quién era.
Después de convertirse en emperatriz, Rashta descubrió que había demasiados nobles en este mundo.
La nobleza desde la perspectiva de un esclavo y la nobleza desde la perspectiva de una emperatriz eran completamente diferentes.
¿Cómo podría saber quién era sólo con el nombre de 'Evely'?
"¿Quién es la Señorita Evely?"
Esta vez, Rashta preguntó directamente, pero el cochero no respondió, aún más indeciso.
Rashta frunció el ceño, y de repente vino a su mente un hecho muy desagradable.
El cochero la había saludado en voz alta diciendo, "Su Majestad Rashta," así que la persona en el carruaje debió haber escuchado. Sin embargo, no tuvo la cortesía de salir y presentar sus respetos a la emperatriz.
Rashta, enojada, ordenó en dirección al carruaje.
"No sé quién eres, pero no tienes modales. Te ordenó que salgas y saludes de inmediato."
Después de un tiempo.
La puerta del carruaje se abrió y unos zapatos amarillos aparecieron. Del carruaje salió una chica que nunca antes había visto.
Una chica que parecía de la misma edad que Rivetti.
Cuando estaba a punto de gritarle, Rashta se sobresaltó.
Aunque estaba segura de que nunca antes la había visto, ella miraba a Rashta como si estuviera mirando a un enemigo.
La fría mirada hizo que Rashta se estremeciera.
Sin embargo, pronto se enojó aún más.
'¿Me está mirando así a pesar de saber que soy la emperatriz?'
Era verdaderamente una falta de respeto.
"¿Quién te crees que eres para mirar a Rashta de esa manera?"
El cochero estaba avergonzado, así que se acercó apresuradamente a la chica llamada "Evely" y le dijo,
"Señorita Evely, es Su Majestad la Emperatriz. Apresúrese a saludarla."
El cochero parecía asustado al dirigirse a ella. Pero tenía más miedo de Rashta que de la chica.
Finalmente, la chica abrió la boca a regañadientes. Sin embargo, las palabras que salieron no fueron ni de saludo ni de disculpa.
Ni Rashta ni el cochero esperaban esto.
"Hasta donde sé, tú no eres la emperatriz."
Sus ojos llenos de insatisfacción, su voz apagada y sus palabras atrevidas. Esas tres cosas avivaron la ira de Rashta.
Rashta no pudo contener más su ira y dio un paso al frente.
Justo en ese momento, el Barón Lant, que venia corriendo desde el palacio central, dijo,
"Su Majestad la Emperatriz, ella es una invitada del Emperador."
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