LESVAC 114

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La Emperatriz se volvió a casar 114

Una cena entre Sovieshu y Heinley



Delise no pudo recordar esto inmediatamente.

"¿Plumas de pájaro?"

Extendió la mano y examinó una pluma. El azul era sumamente hermoso.

'Pero, ¿por qué están aquí?' Delise miró a Rashta de reojo.

Rashta tenía la mirada perdida, todavía triste y con los brazos cruzados.

‘¿Se trata de una superstición?’

Delise, que estaba pensando a qué se debía esto, recordó repentinamente los eventos de hace unos meses.

'¡Oh! ¡Tal vez!'

El Emperador Sovieshu le regaló una vez a la Emperatriz Navier un pájaro azul, y ella lo rechazó.

Ese pájaro tenía sin duda estas mismas plumas azules. Además, no tenía tantas como debería. Cuando ella le preguntó por qué, Rashta respondió que la emperatriz anterior se las había arrancado...

'¿Fue Rashta quien le arrancó las plumas, no Navier?'

Sorprendida, los ojos de Delise se abrieron ampliamente, pero repentinamente sintió una atmósfera extraña.

Originalmente la atmósfera era tranquila. Sin embargo, ahora se había vuelto aún más tranquila. Delise sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, y lentamente giró la cabeza.

Rashta estaba inclinada hacia atrás en su sillón, mirándola fijamente. Cuando sus ojos se encontraron, Delise se congeló mientras su corazón latía con fuerza.

‘¿Vi algo que no debería haber visto?’

A pesar de eso, Delise intentó hablar con calma, creyendo en el carácter de Rashta que su hermano tanto había defendido.

"Su Majestad. Su Majestad la Emperatriz estas plumas de pájaro..."

Pero incluso antes de que pudiera terminar de hablar, Rashta gritó estruendosamente.

"¡¡Ahhhhh!!"

"¿Su Majestad?"

Delise se sorprendió e intentó acercarse a Rashta, pero cuando Rashta gritó, "¡¿Cómo pudiste hacer esto?!" Ella retrocedió reflexivamente.

"¿Eh? ¿Qué?"

"¿Cómo te atreviste a arrancarle las plumas a Su Majestad?"

Delise estaba tan sorprendida que ni siquiera notó que Rashta cometió un error al hablar.

Delise agitó sus manos apresuradamente.

"Oh, no, no lo hice, estaba cambiando la funda de la almohada, cuando—"

"¡¡Ahhhhhhh!!"

Cuando Rashta gritó de nuevo, la puerta se abrió y varias personas entraron.

"¿Su Majestad la Emperatriz?"

"¡Su Majestad la Emperatriz!"

Eran otras sirvientas, Arian, la Vizcondesa Verdi y sus guardias. Rashta sin siquiera voltearse a mirarlos, se puso una mano sobre la boca y le gritó a Delise,

"No puedo creer que hayas arrancado las plumas de un pájaro vivo. ¡¿Cómo pudiste hacer esto?!"

Delise, aterrorizada, se arrodilló apresuradamente delante de Rashta,

"Realmente no, Su Majestad. Pensaba que eso había sido obra de la emperatriz anterior—"

*¡Slap!* Rashta le dio una bofetada en la mejilla, impidiendo que continuara hablando. Hubo un sonido estrepitoso y la cabeza de Delise se sacudió.

"¡¿Cómo te atreviste a arrancarle las plumas a Su Majestad?! Además, las pusiste en la almohada de Rashta ¡Esto es claramente un intento de perjudicar a Rashta!"

Sin embargo, mientras Rashta gritaba repetidamente, Delise ni siquiera hizo un sonido de dolor, sólo tartamudeó,

"¡Ah, no, no!"

Aún así, Rashta seguía teniendo una actitud fría, así que Delise se aferró en pánico a la Vizcondesa Verdi.

"¡Por favor, diga que eso definitivamente no es cierto, Lady Verdi!"

Pero la Vizcondesa Verdi, que desconocía las razones, rápidamente dio un paso atrás para evitar verse involucrada.

Entonces, Delise suplicó al guardia con quien tenía una buena relación.

"¡No hice absolutamente nada, por favor, detén a Lady Rashta!"

Pero incluso el guardia, que siempre había saludado a Delise con un rubor en sus mejillas cada vez que la veía, apartó sus manos de encima con frialdad y retrocedió.

Era una actitud como si la misma suciedad lo hubiera tocado.

Aunque nadie sabía exactamente qué estaba pasando, suponían que se trataba de algo malo.

Delise estaba profundamente herida, pero le suplicó a Rashta repentinamente.

"¡Lo siento, lo siento, por favor perdóneme!"

"¡No! Rashta no puede tener a una chica espeluznante como tú trabajando de sirvienta."

Cuando Rashta ordenó a los guardias, "¡Sáquenla de aquí!" Los guardias inmediatamente extendieron sus manos y agarraron a Delise por ambos brazos bruscamente.

Aunque estaba siendo tratada con rudeza, el joven guardia se mostró indiferente hacia la hermosa Delise.

Delise luchó, pero al final no pudo superar la diferencia de fuerzas y fue arrastrada por el pasillo.

"¡Esto me puso la piel de gallina!"

Rashta gritó, su rostro se volvió mortalmente pálido. Por su expresión parecía realmente horrorizada.

Cuando todos finalmente examinaron la habitación notaron una funda de almohada removida, con plumas azules esparcidas a su alrededor.

"¿Qué es eso, Su Majestad?"

"Fue Delise quien arrancó las plumas del pájaro de Su Majestad y las puso en la almohada de Rashta. Afortunadamente, la descubrí."

Rashta miró en otra dirección y ordenó, temblando.

"¡Deshazte de eso ahora mismo! ¡No, quémalo!"

Arian, otra sirvienta, recogió las plumas alrededor de la funda de almohada con una cara pesada.

"También de la almohada."

"Entendido."

Cuando Arian salió, la Vizcondesa Verdi antes de seguirla rápidamente, dijo,

"Le traeré té caliente."

Rashta se desplomó en su sillón después de que todos salieron. De hecho, estaba realmente asustada. Se estaba frotando los brazos mientras reprimía su temor.

En ese entonces, no supo qué hacer con las plumas, así que las había escondido primero. Después, pasaron tantas cosas que lo olvidó.



Rashta frunció el ceño, reprochándoselo a sí misma y escupiendo maldiciones en su mente.

"¿Fue demasiado? ¿Debería haber fingido no saberlo?"

Una vez que se tranquilizó un poco, se sintió extraña al recordar cómo Delise acababa de ser arrastrada sin razón.

Sin embargo, ahora no podía cambiar de opinión.

"El poder de la Emperatriz es enorme... no puedo creer que pueda derribar a una persona sólo con mi palabra."

En ese momento, la Vizcondesa Verdi regresó y le dio a Rashta un té de hierbas caliente. Mientras aceptaba el té, Rashta miró detenidamente a la Vizcondesa Verdi.

Después de derribar a Delise, la Vizcondesa Verdi, que había sido antes una molestia, volvió a entrar en su visión.

La Vizcondesa Verdi de repente se sintió incómoda, pero preguntó sin mostrar ningún signo,

"¿Necesita algo más?"

"Nada más, pero..."

'Ella es definitivamente buena usando su cerebro para estas cosas. No me gusta, pero eso no significa que tenga forma de atraparme.'

Sin embargo, Rashta decidió posponer la eliminación de la Vizcondesa Verdi.

Delise podría haberla acusado tan pronto como la situación se presentara, pero la Vizcondesa Verdi no. Además, a pesar de todo seguía siendo de la nobleza, y parecía estar en buenos términos con algunos nobles.

Más importante... ahora que ocurrió lo del pájaro, ella recordó la actitud de las nobles que se le acercaron en su primera fiesta de té como emperatriz.

'¿Qué sucedería si después de presentar a esas nobles como mis damas de compañía, más bien, intentan encontrar mis debilidades para sacar provecho de ello?'

En ese caso, ella prefería quedarse sólo con la Vizcondesa Verdi.

"No. Vete."

Ante las palabras indiferentes de Rashta, la Vizcondesa Verdi se sintió aliviada y salió diciendo, "Está bien."

Rashta cerró los ojos, y sorbió el té caliente.

A medida que el té caliente entraba en su cuerpo, el calor disminuía gradualmente su tensión. En cualquier caso, las plumas azules ya formaban parte del pasado.

'Creo que ahora puedo tranquilizarme. De todos modos, tenía pensando deshacerme de ella en algún momento.'

Pero antes de que pudiera tranquilizarse, un horrible pensamiento vino repentinamente a su mente.

'¿Y si Delise me guarda rencor y esparce malos rumores sobre mí?'

La gente es propensa a creer en falsos rumores. Rashta había sacado provecho de esto para derribar a la Duquesa Tuania, y ahora se asustó al pensar que el objetivo podría ser ella.

Delise daba la impresión de ser sincera y encantadora, ¿no sería fácil para ella difundir falsos rumores?

Actualmente estaba siendo ignorada por los nobles. Era obvio que no sería bueno a largo plazo que los plebeyos, quienes estaban de su lado, se dejarán llevar por extraños rumores.

'Tendré que cerrar su boca para siempre.'

Rashta tocó apresuradamente la campana, y dijo tan pronto como la Vizcondesa Verdi entró.

"Ahora que lo pienso, es una falta demasiado grave. Agredir al pájaro de Su Majestad para perjudicar a la Emperatriz, ¿no es así?"

La Vizcondesa Verdi tragó en seco, tenía un mal presentimiento.

Rashta habló fríamente, desviando su mirada.

"Ella ha hecho una cosa horrible, así que debe ser castigada en consecuencia. Haz que le corten la lengua y la encierren."

"¡!"

* * *

"¿Rashta dio esas órdenes?"

Al día siguiente. Sovieshu preguntó sorprendido al escuchar de su secretario, el Conde Pirnu, las órdenes dadas por Rashta ayer.

"¿Estás seguro?"

"Sí, he confirmado que está encarcelada."

Sovieshu sonrió forzadamente. 

Había aprendido por el caso de la Duquesa Tuania que Rashta no siempre era buena.

Aunque era comprensible que ahora fuera cautelosa debido al incidente de las drogas abortivas, la orden de cortarle la lengua y encarcelarla era espeluznante.

El Conde Pirnu le preguntó con el ceño fruncido, mientras pensaba si Sovieshu opinaba lo mismo.

"¿Qué haremos, Su Majestad?"

Sovieshu suspiró, su rostro se volvió rígido.

De repente, recordó que Rashta le había insinuado en el pasado que fue la Emperatriz quien arrancó las plumas del pájaro azul.

Por supuesto, en ese entonces no culpó directamente a la Emperatriz, pero el matiz en sus palabras lo dejaba claro.

"... Por ahora, lo mejor es no hacer nada. Iré a escuchar sus razones personalmente."

Sovieshu se levantó enseguida de su asiento y fue a visitar a Rashta.

Rashta se veía deprimida por lo de Delise. Cuando vio a Sovieshu, corrió y lo abrazó fuertemente.

"Su Majestad. ¿Lo escuchó?"

"Sí, lo escuché."

Sovieshu dijo reconfortantemente, colocando suavemente sus manos sobre los hombros de Rashta.

"Debe haberte sorprendido mucho."

"Sí. Además, me duele el vientre otra vez por el estrés..."

Sovieshu consoló a Rashta apropiadamente. Cuando Rashta se tranquilizó y comenzó a sonreír, le preguntó,

"Por cierto, Rashta. ¿No me dijiste en el pasado que la Emperatriz había enviado el pájaro de vuelta, Delise lo recibió y luego te lo entregó?"

"Así es."

Rashta se estremeció por un momento, pero enseguida respondió con una mirada consternada.

"En ese entonces, Rashta pensaba que la emperatriz depuesta actuaba sola. Sin embargo, parece que Delise trabajaba para la emperatriz depuesta."

Aunque Rashta respondió de inmediato, la inquietud de Sovieshu no desapareció.

Después de volver a su habitación. Finalmente, decidió simplemente comprobarlo por sí mismo y colocó la jaula en el medio de la habitación.

El inteligente pájaro se había encariñado con Sovieshu, mientras emitía su característico chillido seguía con la cabeza su mano.

Sovieshu acarició el pico del pájaro y ordenó a su asistente que llamara a Rashta.

'Es un pájaro inteligente, así que reaccionará ante quien lo haya maltratado.'

Iba a colocar al pájaro cerca de Rashta para ver cómo reaccionaba.

***

Aunque el día de la boda se acercaba, Sovieshu y Rashta todavía no llegaban. Así que naturalmente asumí que no asistirían a la boda.

"Probablemente vendrá el Gran Duque Lilteang como representante del Imperio Oriental."

Cuando mencioné al Gran Duque Lilteang, sorprendentemente, Heinley respondió con una sonrisa.

"Eso es bueno."

"¿Es bueno que el Gran Duque Lilteang venga como el representante del Imperio Oriental?"

Antes quería que Sovieshu y Rashta vinieran, ¿no?

Cuando nuestros ojos se encontraron, Heinley sonrió levemente y susurró.

"Hay algo que realmente quiero hacer cuando lo vea."

"¿Qué quieres hacer?"

¿Qué quería hacer? No tenía ni la más mínima idea. Pero Heinley no respondió, sólo sonrió y sorbió su té.

No obstante, dos días antes de la boda, tanto Rashta como Sovieshu llegaron de forma completamente inesperada. Este hecho, será realmente una historia sobre la familia imperial que se conocerá por muchos años.

Mientras mis damas de compañía examinaban mi expresión en silencio, me preguntaba si a Heinley le agradaría o no a estas alturas.

La respuesta llegó por la noche, junto con noticias sorprendentes.

"¿Su Majestad Heinley?"

"Sí, Su Majestad Heinley."

Heinley invitó a Sovieshu a cenar a solas.

"¿Estás segura de que Sovieshu no llamó a Heinley, sino que Heinley invitó a Sovieshu a cenar con él?"

Le pregunté varias veces, desconcertada.

Heinley y Sovieshu han estado en malos términos desde que se conocieron. A Heinley no parecía gustarle relacionarse con Sovieshu.

Aunque Heinley fue quien quiso invitar a Sovieshu a la boda, sólo lo hizo para que 'presenciara nuestra unión'.

Iban a cenar juntos, sólo ellos dos...

"Estoy segura, Su Majestad. Escuché que ordenó a todos sus hombres que se retiraran, sólo para cenar a solas."

Pero cada vez que le preguntaba, Rose respondía que estaba segura.

Estaba verdaderamente preocupada, así que me acerqué a la ventana, la abrí y miré hacia el palacio principal.

Heinley... cree que me sentiré abrumada por la presencia de Sovieshu.

***

Sovieshu tenía tanta curiosidad como Navier.

'¿Por qué el Rey Heinley me invitó a cenar con él?'

Finalmente, poco después de empezar a comer, Sovieshu le preguntó a Heinley directamente,

"¿Qué quieres?"

Fue una pregunta corta. Heinley respondió tan pronto como la escuchó.

"No me agradas, pero en cierto modo, te estoy agradecido. Por eso quería que comiéramos juntos al menos una vez."

Sovieshu frunció el ceño.

"¿Agradecido?"

Aunque había respondido a su pregunta, no pudo comprenderla.

Cuando Sovieshu lo miró con una expresión de— '¿Qué tonterías estás diciendo?'— Heinley le explicó como si fuera obvio.

"Porque tú mismo te divorciaste de Navier. Gracias a ti, pronto seremos completamente marido y mujer."

"¡!"

"Hablando de hombre a hombre, he estado enamorado de Navier desde el principio."

La expresión de Sovieshu se volvió rígida.

La cara sonriente de Heinley lucía tan dulce como el azúcar, pero cuando Sovieshu vio esa expresión, no pudo evitar cerrar con fuerza su mano, queriendo darle un puñetazo.

"Oh, viéndolo así, es como si Su Majestad hubiera arreglado nuestro matrimonio."

"Rey Heinley..."

"Se lo agradezco de nuevo, Su Majestad. Si no se hubiera divorciado de Navier, habría sufrido solo, persiguiendo su sombra."

Heinley sonrió.

Sovieshu estaba severamente enojado ante la actitud irritante de Heinley, y dijo sarcásticamente.

"Navier se dará cuenta un día de lo despreciable que eres."

"Eso no sucederá. Porque, a diferencia de Su Majestad, nunca encontrará nada despreciable en mí."

Sovieshu chasqueó su lengua en su interior.

'¿Por qué me llamó de repente? ¿Fue porque quería burlarse de mí?'

"Jaja."

Sovieshu se rió perplejo, mientras Heinley tomaba su cuchillo y su tenedor tranquilamente.

Sin embargo, repentinamente, Sovieshu pareció encontrarlo divertido, incluso sacudiendo sus hombros y riendo más fuerte, en ese momento Heinley dejó de cortar la carne y miró fijamente a Sovieshu.

Esta vez, Heinley frunció el ceño.

"El exceso de confianza genera oportunidades. Viéndote ahora, tendré mi oportunidad muy pronto."

"..."

"Perdí a mi esposa por un error de cálculo, pero estoy preparado para recuperarla en cualquier momento."

"No lo ama a usted, Su Majestad. Tampoco es un objeto, no podrás recuperarla sólo porque ahora la quieras de vuelta."

"Precisamente, porque no es un objeto, en el momento que Navier quiera volver, podré recuperarla, ¿no es así?"

Sonriendo en silencio, Sovieshu añadió, inclinándose hacia Heinley.

"Tienes dos caras, Rey Heinley."

"¿?"

"Es por eso que Navier parece confiar mucho en ti. Y es por eso que Navier querrá volver a mí."

Esta vez, Heinley mostró una sonrisa forzada, pero Sovieshu continuó hablando.

"Las personas con dos caras como tú ocultan muchos secretos."

Sonriendo, Sovieshu añadió en un susurro.

"Como la razón por la que plantaste al Duque Elgy en el Imperio Oriental."

"¡!"

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