La Emperatriz se volvió a casar 115
Ni siquiera lo pienses ....
Rashta estaba dando vueltas ansiosamente alrededor de su habitación.
Al día siguiente de ordenar que encarcelarán a Delise, Sovieshu la llamó a su habitación, pero ella no fue con el pretexto de que tenía dolor de vientre.
No pasó mucho tiempo antes de que realmente comenzara a dolerle el viente, probablemente porque no dejaba de pensar en esto, así que llamó al médico del palacio, y éste le prescribió algunos medicamentos.
Pero desde ese día, se sintió nerviosa por la mirada de insatisfacción que a menudo recibía de Sovieshu.
Después de que el bebé fue concebido, cuando Rashta estaba a punto de dormirse, Sovieshu se sentaba al lado de su cama para cantarle canciones de cuna.
A veces simplemente no iba a su dormitorio cuando estaba ocupado, pero siempre que iba le cantaba durante aproximadamente una hora. Sin embargo, después del incidente de Delise, el tiempo que le cantaba canciones de cuna disminuyó a unos treinta minutos.
'No cree en las palabras de Rashta.'
Rashta se sintió triste de sólo pensarlo y se mordió el labio inferior con fuerza. Para ella, Sovieshu tenía claramente sentimientos hacia Delise.
Delise era hermosa y encantadora, eso la había preocupado desde el principio. Ahora, que Delise fue encarcelada por cometer un crimen, él estaba evidentemente disgustado.
"Es injusto."
Rashta se sentó en el sofá, sollozando.
"Delise intentó perjudicar a Rashta. ¿Ni siquiera a Su Majestad le importa eso? E incluso Rashta estuvo en peligro, ¿eso significa que más importante para él es Delise?"
Cuando Arian escuchó las palabras de Rashta mientras colocaba el té recién hecho en la mesa, sintió un escalofrió.
Rashta había afirmado que fue Delise quien arrancó las plumas del pájaro. Pero ese día Delise había estado fuera de su puesto durante horas haciendo recados.
Aunque sabía que Rashta estaba acusando falsamente a Delise... no podía hacer nada.
Era una criada experimentada, había visto a sus amos incriminar a sus subordinados muchas veces.
Perlas perdidas, zapatos estropeados, bolsas de dinero desaparecidas, espías, y así sucesivamente.
Lo que había aprendido de trabajar como criada durante tanto años era que cuando sus amos trataban de incriminar a sus subordinados, nunca debía refutarlos.
Si uno tratara de refutar a su amo, sólo sería castigado o expulsado junto con la persona incriminada, no ayudaría en nada.
Arian sintió un escalofrió, no porque la dulce y encantadora Rashta acusara y diera órdenes terribles contra Delise.
Hablando consigo misma. A Arian se le puso la piel de gallina al escucharla hablar consigo misma.
Rashta obviamente debería saber que ha incriminado a Delise. Sin embargo, ahora que hablaba consigo misma, ¿parecía que realmente consideraba a Delise como la culpable?
'¿Seguía actuando incluso cuando estaba sola...?'
La mirada de Rashta se posó sobre ella.
Arian dejó de pensar, se dio la vuelta y salió de su habitación.
De cualquier manera, no era asunto suyo. Sólo debía permanecer en silencio y hacer su trabajo.
***
'A este paso, no sólo seré ridiculizada, sino que tampoco podré mostrar lo bien que estoy.'
Después de refunfuñar durante horas, Rashta volvió a sus sentidos cuando sintió un movimiento en su vientre.
'Sí. Ahora no es momento para estar así.'
¿Cuál fue la razón por la que vine hasta aquí a pesar de estar embarazada? Ella vino para mostrarle a Navier lo bien que estaba.
Así como Navier había ido al Imperio Oriental para seducir a los nobles, ella quería seducir a los nobles del Reino Occidental para vengarse.
Para hacerlo, primero necesitaba dejar a un lado el tema de Sovieshu y encontrar una manera de vengarse de inmediato.
'¿Pero qué debería hacer? Si tan sólo el Duque Elgy estuviera conmigo en este momento.'
Rashta lamentó que el Duque Elgy no viniera con ella, pero rápidamente ordenó a la Vizcondesa Verdi y a sus guardias.
"Averigüen cómo le va a la emperatriz depuesta aquí, qué tan bien se ha acomodado, y si tiene algún problema."
Poco después, la Vizcondesa Verdi descubrió que Navier estaba en una sutil confrontación con la anterior reina, Christa.
"¿Está segura? No puedo creer que hayas descubierto eso tan rápido. ¿No llegaste a esa conclusión tú misma?"
"No parecía ser un secreto."
"¿En serio? Phew... traicionó a Su Majestad creyendo que estaría mejor. Pero parece completamente diferente."
La información que los guardias descubrieron posteriormente era similar.
Convencida de que Navier todavía se estaba acomodando aquí, Rashta se mordió el dedo y lo pensó cuidadosamente antes de instruir.
"Llama a esa Christa. Es la anterior reina, y Rashta es la emperatriz, así que vendrá, ¿cierto?"
"No puedes dar órdenes a los nobles de otro país. Sin embargo, no creo que rechacé su invitación considerando su posición."
"Entonces invítala."
Habiendo instruido a la Vizcondesa Verdi, Rashta ahora llamó a Arian y le ordenó.
"Prepara comida sencilla. Comeré con la anterior reina cuando venga."
"Sí, Su Majestad."
"Ah, una cosa más. Trae bebidas con un fuerte aroma y sabor."
"Entendido."
"Un vino dulce también estaría bien."
Poco después, Arian regresó con comida sencilla.
Eran bocadillos crujientes hechos de batatas dulces finamente picadas, azúcar y queso, bebidas realmente dulces, champán de frutas y demás.
Una vez que Arian se fue después de dejar la comida en la mesa, Rashta mezcló el champán con una de las bebidas dulces y la agitó.
Justo entonces, Christa entró y la saludó.
"Es un honor para mí conocer a Su Majestad la Emperatriz del Imperio Oriental."
Al ser saludada con tal cortesía, Rashta olvidó momentáneamente su propósito original y sintió un placer inexplicable.
Viendo cómo la anterior reina de otro país se inclinaba cortésmente ante ella, su estado de ánimo mejoró.
Rashta dijo con una sonrisa sincera y amigable.
"Bienvenida, Lady Christa."
Al contrario, Christa sonrió torpemente.
Ella misma no tenía una buena relación con Navier. Además, la otra parte tampoco. Como había visto en el periódico, Sovieshu y Rashta habían prometido casarse antes de su divorcio.
"Tome asiento."
Sin embargo, la otra parte era la emperatriz de un Gran Imperio, así que Christa se sentó tranquilamente.
Rashta se apresuró a sentarse enfrente y sonrió radiantemente.
"He escuchado mucho sobre Lady Christa en el Imperio Oriental."
"¿En verdad?"
"Sí. He escuchado que es una joven elegante e inteligente. Viéndola ahora, realmente parece cierto."
"Gracias."
Rashta preguntó amablemente mientras le servía a Christa una bebida mezclada con alcohol.
"¿Te sorprendió la invitación repentina de Rashta?"
"Un poco..."
Christa aceptó la copa y bebió, pensando que ahora comenzaría a hablar del tema principal.
Sin embargo, las palabras de Rashta fueron sorprendentemente sobre ella misma.
"Bueno... como sabes, Rashta pasó por un proceso un poco complicado para casarse. Mis padres son nobles, pero no son del Imperio Oriental, y cuando era pequeña, fui separada de ellos y criada como una plebeya."
Christa asintió mientras tomaba otro sorbo de su bebida.
De hecho, Christa ya había escuchado esa historia. Fuera verdad o no, surgieron muchos chismes al respecto en el Reino Occidental.
Mientras tanto, Rashta siguió hablando.
"Debido a eso, Rashta entró en la alta sociedad tardíamente, y no es especialmente cercana a ninguno de los nobles."
"Oh."
"Además, todos los nobles del Imperio Oriental están del lado de Navier, así que Rashta se siente aislada allí."
"Lamento escuchar eso."
"No los culpo. No ha pasado mucho tiempo desde que Rashta aprendió la etiqueta."
Antes de que Christa pudiera hablar, Rashta sonrió tristemente y tomó con fuerza sus manos, los ojos de Christa se abrieron ampliamente, sorprendida por su extraña actitud.
Observando a la sorprendida Christa, Rashta dijo con una mirada sincera.
"Por eso a Rashta le gustaría acercarse a todos en el Reino Occidental."
Christa estaba un poco sorprendida por el comportamiento impredecible de Rashta.
Una mujer seductora que ascendió a la posición de Emperatriz después de haber sido la concubina del Emperador Sovieshu.
Por esta razón, incluso en el Reino Occidental, se hablaba mucho de Rashta. Todos pensaban que era una mujer fatal con un encanto mortal.
Pero a Christa, le pareció una ingenua y simple pueblerina.
Además, ver a la Emperatriz del Imperio Oriental hacer tales comentarios sobre su pobre integración a la alta sociedad y su inexperiencia en cuanto a la etiqueta, fue verdaderamente impactante para ella.
"Durante mi estancia aquí, me gustaría ser amiga de Christa."
Ante la petición de Rashta con una mirada angelical, Christa asintió.
En realidad, cuando le informaron que Rashta la había llamado, supuso que ella planeaba utilizarla para enfrentarse a Navier. Fue extraño que comenzara a hablar de sí misma de la nada. Pensaba que ahora iría al grano.
Sin embargo, Rashta no sólo no mencionó nada más sobre Navier, sino que actuó como una joven noble que hacía su debut por primera vez en la alta sociedad.
Hablo de diversos temas, pero a Christa le resultó agradable escucharla porque parecía que realmente no estaba familiarizada con la alta sociedad.
Luego de un tiempo, Christa bajó la guardia, y Rashta sacó a relucir un nuevo tema con una actitud más cuidadosa.
"Um, espero que no tomes a mal lo que Rashta va a decir. Rashta pregunta porque no sabe mucho sobre la nobleza."
"¿?"
"Aunque Navier era una emperatriz, se volvió a casar con Su Majestad Heinley del Reino Occidental."
"..."
"¿No puede Christa volver a casarse?"
Christa miró a Rashta con una cara rígida.
Si bien las damas de compañía se lo decían porque estaban preocupadas, se sintió avergonzada cuando Rashta, a quien acababa de conocer, mencionó el tema de volver a casarse.
"El único caso de matrimonio político que Rashta conoce es el de Navier... Quizá debido a que se trataba de un matrimonio político, Navier y Su Majestad Sovieshu no tenían ningún sentimiento entre sí. Por eso inmediatamente se volvió a casar con Su Majestad Heinley."
Aunque Rashta sabía que Christa no quería hablar de esto, continuó.
"Si esto es un patrón común en los matrimonios de la nobleza, entonces Lady Christa se casó también por razones políticas..."
Eventualmente, Christa la interrumpió con firmeza.
"No quiero hablar de eso."
"Oh, lo siento."
Rashta se disculpó rápidamente con una mirada de sorpresa en su rostro. Sin embargo, se rió interiormente al escuchar la respuesta firme de Christa.
'Parece que está enamorada.'
De lo contrario, no se habría puesto tan seria.
"Bebamos un poco más."
Fingiendo no saberlo, Rashta le ofreció a Christa más bebida mezclada con alcohol.
La bebida estaba surtiendo efecto, a medida que pasaba el tiempo, Christa se relajaba cada vez más.
Rashta preguntó nuevamente cuando Christa pareció empezar a emborracharse.
"No es como si te estuvieras volviendo a casar por una aventura como lo hizo Navier. Lady Christa perdió a su esposo, pero no puede volver a casarse. Es injusto, ¿no lo cree?"
Si Christa se negaba nuevamente a hablar del tema, la haría beber más.
Pero Christa sonrió amargamente, y Rashta estaba eufórica. '¡Ya casi está!'
Después de unos pocos murmullos, finalmente Christa abrió ligeramente su corazón.
"Aunque puedo casarme con todos los hombres del mundo, no puedo casarme con el único hombre que quiero."
"¿Por qué?"
"... Porque no siente lo mismo por mí."
Sonriendo débilmente, las lágrimas se reunieron en las esquinas de los ojos de Christa.
Rashta sonrió brillantemente y le extendió un pañuelo.
En un principio, tenía intención de hacerla sentir que había sido echada del poder para intentar utilizarla de algún modo. No obstante, descubrió información más interesante de lo que esperaba.
'Así que le gusta Heinley.'
* * *
Un día antes de la boda.
Heinley y yo fuimos al salón ceremonial para ensayar primero nuestra boda.
Heinley tenía planeado autoproclamarse emperador, así que sus ayudantes más cercanos también estaban reunidos aquí. Estaban discutiendo cuál sería el momento ideal para que se autoproclaramara Emperador de Occidente.
Debería hacerlo en el momento en que recibiera la mayor atención. Sin embargo, debido a las diversas opiniones fue difícil llegar a un acuerdo y la discusión se prolongó más de lo esperado.
Eventualmente, Heinley y yo nos dirigimos a un rincón del salón de bodas para tomar un breve descanso.
Aproveché la ocasión para preguntarle algo que me estuvo inquietando desde ayer.
"¿De qué hablaste con Su Majestad Sovieshu anoche?"
Heinley se detuvo en seco mientras intentaba entrelazar su mano con la mía. Debido a que nuestros dedos se estaban tocando, inmediatamente sentí a Heinley estremecerse.
Miré a Heinley suavemente, tomando su mano primero.
¿Sovieshu lo molestó? ¿De qué hablaron?
Entonces Heinley suspiró y refunfuñó.
"Eso es demasiado."
"¿?"
"Eres cruel."
¿Qué?
"Tomando mi mano y preguntándome con esa mirada, no me dejas más opción que responder."
Cuando estallé en risas, Heinley respondió a regañadientes.
"Sólo elegí las palabras adecuadas para hacer enfurecer a Su Majestad Sovieshu."
Ante su comentario dejé de reírme.
¿Heinley? ¿Lo dice en serio?
Me sorprendió. ¿Heinley también actúa así?
Pero pronto, los eventos del banquete especial de Año Nuevo pasaron por mi mente.
Heinley... frente a Sovieshu, había imitado abiertamente la forma de hablar de Rashta para molestarlo.
Ahora que lo pienso, es cierto. Así era.
Lo había olvidado porque desde el momento en que nos acercamos se comportó gentilmente, pero antes de que nos acercáramos, pensaba que Heinley tenía una personalidad similar a la de Rashta.
Era bueno para hacer enojar a la gente mientras se reía...
Fruncí el ceño al pensar en eso.
Heinley preguntó, mirándome a los ojos.
"¿Estás enfadada con Heinley?"
No pude evitar reírme por la forma en que habló.
Una vez más, Heinley copió la forma de hablar de Rashta, mirándome con una gran sonrisa.
"No te enojes con Heinley."
"No copies su forma de hablar."
Aunque siendo Heinley, suena adorable. Era la forma de hablar que más odiaba.
Heinley sonrió y susurró, recostándose su cabeza ligeramente sobre mi hombro.
"Esposa, realmente me gustas."
Era adorable, así que froté mi cabeza contra la suya. No obstante, me di cuenta que sus ayudantes cercanos estaban mirándonos con la boca abierta, y apresuradamente puse una cara seria.
Por supuesto, también levanté la cabeza de nuevo. Sin embargo, McKenna ya se estaba riendo.
Rápidamente miré a Heinley con una expresión severa y le dije lo que creía necesario,
"Heinley. Aunque no tienes que estar en buenos términos con Su Majestad Sovieshu, tampoco tienes que luchar contra el Emperador de un país con un poder similar."
"¡!"
"Es mejor no causar ningún problema innecesario."
La atmósfera era buena, pero cambió de repente. La expresión de Heinley se volvió rígida.
Lamentaba ver esa expresión, pero tenía que decir lo que creía necesario.
"Eres mi esposo, pero al mismo tiempo debes velar por el bienestar del Reino Occidental."
Heinley no respondió.
¿Piensa continuar creando problemas?
"Heinley."
Sólo cuando lo llamé por su nombre en voz baja, Heinley me miró nuevamente a los ojos.
Pero lo que dijo a continuación suavemente no fue una respuesta a mis palabras.
"Tengo algo que confesarte."
Estaba tratando de desviar el tema de la conversación.
Fruncí el ceño e intenté decírselo de nuevo, pero—
"No tengo experiencia."
Lo que dijo Heinley me dejó sin palabras.
¿Qué... es lo que acaba de decir?
Mientras estaba sorprendida, Heinley me susurró al oído.
"Así que debes guiarme en la noche de bodas."
Mi mente se quedó en blanco a pesar de que sabía que estaba cambiando de tema deliberadamente.
No lo había mencionado, pero eso me había estado inquietando desde hace mucho tiempo.
Pero, ¿qué quería decir con esto?
Quiere que lo guíe. ¿Me esta pidiendo que tome la iniciativa?
El calor subió por mi rostro, entonces bajé la mirada.
Si tan sólo fingiera no darse cuenta. Sin embargo, Heinley inclinó su cabeza hasta que nuestras frentes se tocaron, me miró a los ojos y se burló de eso.
"Esposa, estás completamente sonrojada."
"... tú también."
"Mis maestros me lo decían."
"¿?"
"Soy un estudiante que sólo necesita aprender algo una vez para dominarlo por completo."
"¡!"
Aunque intenté mantener una expresión indiferente en mi rostro, no funcionó como esperaba.
Al final, inventé que esto era suficiente para el ensayo, y salí del salón de bodas como si estuviera huyendo... pero fuera del salón ceremonial estaba de pie el Gran Duque Kapmen.
Debería saludarlo... No.
Si lo saludaba, después no podría mantener una conversación tranquila con el Gran Duque Kapmen mientras pensaba en la noche de bodas.
"¡!"
Por suerte, cuando lo observé detenidamente, la expresión de Kapmen era realmente sombría.
Tampoco parecía tener muchas ganas de hablar.
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