LESVAC 103

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La Emperatriz se volvió a casar 103

Shock de Sovieshu



Cuando el mensajero regresó al palacio imperial, Sovieshu se encontraba leyendo unos informes en su oficina.

Viendo al mensajero regresar, el funcionario, que había sido sobornado por el Vizconde Roteschu, corrió a la residencia del Vizconde.

Tan pronto como el mensajero entró en su oficina, Sovieshu le preguntó,

"¿Cuál es la respuesta?"

Sus ojos estaban cargados de anticipación.

El emperador parecía estar seguro de haber recibido una respuesta, lo que hizo que el mensajero se sintiera incómodo.

Sin embargo, no podía mentir, así que contestó honestamente,

"Navier no respondió a su carta, Su Majestad."

Sovieshu quedó perplejo. Pensó haber escuchado mal.

Eventualmente, dijo con una leve sonrisa.

"¿No te pidió que me comunicaras algo?"

El mensajero respondió con una expresión de vergüenza.

"Lo lamento, Su Majestad."

La expresión de Sovieshu se volvió gradualmente fría.

Sus párpados comenzaron a temblar.

Ahora no podía comprender en absoluto el reporte del mensajero.


'A pesar de que aclaré el malentendido, ¿no respondió a la carta?' Él no podía creerlo.

El mensajero interrumpió al emperador mientras estaba sumido en sus pensamientos para continuar con el reporte.

"Su Majestad..."

"¿Qué?"

"¿Recuerda al Vizconde Langdel?"


"¿Por qué lo mencionas?"

"El Vizconde Langdel y la Duquesa Tuania están en el Reino Occidental."

"¿Qué? ¿Por qué están ahí?"

"Y el Vizconde Langdel..."

"¿?"

"Es el comandante de la 5ª División de los Caballeros Transnacionales."

Tan pronto como el mensajero terminó de hablar, Sovieshu se levantó abruptamente.

Apretó el puño y preguntó con frialdad.


"¿En serio?"

"Sí."

Incluso después de que el mensajero se retirara, Sovieshu no pudo calmarse.

Incluso la Alianza del Continente Wol, no era rival para el Imperio Oriental, mientras tuviera el ejército de magos.

Eso no significaba que no le importara enfrentarlos.

Los Caballeros Transnacionales eran muy molestos y tenaces. Además, la Alianza del Continente Wol a sus espaldas lo era aún más.

Sovieshu se tragó las maldiciones que estaban a punto de salir de su boca.

También estaba afligido y enojado por la actitud Navier.


¿Cómo pudo no responder a la carta? He aclarado el malentendido, así que, ¿por qué no dijo nada?

Podría ser que...

¿Cree que le estoy mintiendo? Tal vez está herida, ¿y por eso le cuesta creerme?

Sovieshu caminaba inquieto de un lado a otro de la habitación.

Luego, al anochecer.

Su enfado se disparó aún más cuando el Duque Tuania vino a visitarlo, quejándose y pidiéndole que le ayudara a traer a su esposa de vuelta, después de oír la noticia de que la Duquesa Tuania se había ido al Reino Occidental con el Vizconde Langdel.

"¡Fue usted quien no creyó en su esposa y la echó!"

Eventualmente, Sovieshu no pudo contenerse y le gritó al Duque Tuania.

Esto era algo que no quería decirse a sí mismo, algo que no quería admitir.

"¡Pero Su Majestad! ¡La Señorita Rashta fue quien me dijo que mi esposa se estaba besuqueando con otro hombre!"

Sovieshu se sorprendió, no esperaba escuchar el nombre de Rashta.

Sovieshu recordó a Rashta hablando con el Duque Tuania en el día del baile de máscaras.

Luego se rió y dijo,

"No mientas."

Sovieshu lo miró fríamente.

"¿Por qué culpas a otros por tu ridículo malentendido? Ese día, parecías estar disfrutando de tu conversación con Rashta."


Ante la respuesta de Sovieshu, el Duque Tuania no tuvo más remedio que entrar en detalles.

"Al principio, me preguntó si en el palacio había un lugar en el que estaba bien que dos personas se besuquearan, ¡luego me dijo que se avergonzó mucho al ver a una mujer y a un hombre noble tocándose! ¡Me estaba riendo porque me pareció muy ingenua!"

"Entonces Rashta no mencionó nada sobre tu esposa."

"No directamente. Pero cuando le pregunté quién estaba haciendo eso, ¡describió su apariencia y sin duda era mi esposa! Además, conocía algunos rasgos no expuestos de su cuerpo..."

Sovieshu dijo con firmeza, aunque sintió un peso en su corazón.

"Al final, fuiste tú quien lo malinterpretó todo."

Después de que el Duque Tuania se retirara, Sovieshu se volvió a sentar y apoyó su frente en el escritorio porque le dolía la cabeza.

El asunto con Navier ya era doloroso.

Las palabras que había dicho el Duque Tuania hicieron que su corazón se sintiera más pesado.

Sabía que Rashta tenía un lado ingenuo y otro calculador.

También sabía que para sobrevivir en la alta sociedad uno no podía ser ingenuo. Sin embargo, no deseaba escuchar nada sobre ese otro lado de Rashta.

*

Las malas noticias para él no terminaron ahí.

A la mañana siguiente, mientras se cambiaba de ropa y leía el informe que había llegado en medio de la noche, el Marqués Karl le dio otra mala noticia.

"Su Majestad, el Gran Duque Kapmen se dirige al Reino Occidental."

Sovieshu aplastó el informe que estaba sosteniendo en ese momento.

Se le había acabado la paciencia.

Presionando con fuerza el informe en sus manos, le preguntó al Marqués Karl con una mirada aterradora.

"¿Qué has dicho?"

Completamente enfadado, Sovieshu se encerró en su habitación, cancelando todas las reuniones que tenía programadas.

Caminaba de un lado a otro en la habitación, mientras organizaba sus pensamientos.

Sólo después de un par de horas, Sovieshu salió tranquilo de su habitación. Sin embargo, en el fondo estaba lleno de ira y de una firme determinación.

Sovieshu iba a hacer que Navier se arrepintiera de haberlo dejado.

Iba a hacer que se arrepintiera de no haber creído en él.

Iba a hacer que volviera arrepentida.

Para eso...

"Marqués Karl."

"¿Cuándo es la boda de Navier?"

"Usted ordenó que la boda fuera lo más pronto posible, así que probablemente coincidirá con la de Navier."

"Debes hacer lo que sea necesario, para que mi boda se celebre primero que la de Navier. Así que tendrás que adelantar la fecha."

"Sí."

"Y... envía una invitación formal al Rey del Reino Occidental. Quiero que asista con Navier a la boda."

El Marqués Karl preguntó con ansiedad.

"¿Usted cree que vendrán?"

Él pensaba que era poco probable que vinieran. Pero Sovieshu dijo con una fría sonrisa.

"Sin duda lo harán, aunque sea para ver al Duque y a la Duquesa Troby."

"Entiendo."

Después de darle otras instrucciones al Marqués Karl sobre la boda, preguntarle cómo iban los preparativos de la misma, y por último discutir el tema de las invitaciones, fue a la habitación de Rashta.

Justo en ese momento, Rashta se estaba probando un vestido.

"¡Su Majestad!"

Cuando Rashta vio a Sovieshu, sonrió y exclamó dulcemente.

Su nuevo vestido estaba casi terminado y estaba probándoselo, por lo que parecía estar muy feliz.

"Su Majestad, ¿cómo se ve Rashta?"

Rashta se bajó de una pequeña caja y giró con elegancia frente a Sovieshu.

El vestido largo se balanceó lentamente al ritmo de los movimientos de Rashta.

Se veía tan hermosa como una princesa en un libro de cuento de hadas, lo que hizo que la diseñadora se sintiera satisfecha con su trabajo. 

Ante su insistencia, la diseñadora terminó haciendo el vestido glamuroso que Rashta quería.

Contrario a sus expectativas, se sentía orgullosa de cómo se veía Rashta con este glamuroso vestido.

Sin embargo, tan pronto como Sovieshu vio el vestido de Rashta, dijo con firmeza, 

"Es demasiado glamuroso."

Rashta abrió los ojos de par en par.

"¿No es hermoso, Su Majestad?"

"Es hermoso. Pero esperaba que fuera más sencillo."

Sovieshu habló como si le estuviera respondiendo a Rashta, pero en realidad estaba hablando con la diseñadora.

La diseñadora inclinó la cabeza y respondió, "Lo entiendo."

Rashta miró sorprendida entre Sovieshu y la diseñadora.

Entonces, cuando estalló en lágrimas, Sovieshu y la diseñadora miraron a Rashta, aún más sorprendidos.

Rashta sollozó y se quejó ante Sovieshu.

"Quiero usar este vestido, Su Majestad. ¡Rashta usándolo se verá muy bien al lado de Su Majestad!"

"Puedes usar un vestido glamuroso en otra ocasión, pero esta vez, usa un vestido sencillo. Tendrás muchas fiestas a las que asistir en el futuro, ¿no?"

"Es importante usarlo en el día más especial."

Rashta añadió con una expresión triste.

"Rashta quiere ser digna de estar al lado de Su Majestad."

Sovieshu quería negarse, pero había oído que no era bueno para el ser en su vientre que una mujer embarazada se alterara.

Viendo toda su cara enrojecida, Sovieshu finalmente accedió con un suspiro.

"Está bien. Puedes usarlo."

***

He terminado de leer los registros del Escriba del Reino Occidental. Ahora era el momento de leer los registros administrativos de las reinas pasadas.

"Su Majestad siempre está leyendo libros."

Mastas refunfuño, era tan activa que parecía no gustarle estas cosas...

"Cuando estaba en el Imperio Oriental también hacía lo mismo."

"¿En serio, Laura?"

"Claro. Libros, libros y más libros todo el tiempo."

"Urgh."

Mastas y Laura estaban hablando entusiasmadas sobre mí, mientras la Condesa Jubel fingía no estar interesada en la conversación, pero se involucraba discretamente.

Los caballeros del Vizconde Langdel se turnaban para hacer guardia en la puerta.

La escena  me trajo recuerdos de cuando estaba en el Imperio Oriental, y eso me hizo sonreír.

Fue entonces.

"Su Majestad."

Rose, que había ido a buscar café, entró y me dijo con una mirada extraña.

"Una de las damas de compañía de Christa está aquí."

"¿De Christa?"

"Sí, trajo una cesta de flores."

Una cesta de flores...

Aunque fue algo inesperado, la dejé entrar de todos modos.

"Mi nombre es Imaru, Su Majestad."

Era la primera vez que veía a esta dama de compañía de Christa.

Me saludó educadamente, y dijo, levantando un poco la cesta de flores que sostenía con ambas manos. 

"Christa se enteró de que Su Majestad ha conseguido caballeros personales, así que me pidió que le entregara esto para felicitarla."

Cuando Rose se adelantó para recibir la cesta de flores, la dama de compañía de Christa añadió.

"Estas flores fueron cuidadas personalmente por Christa."

"Por favor, transmítele mi agradecimiento."

Las flores eran vívidas y hermosas, y la cesta también estaba hermosamente decorada.

Pero tan pronto como la dama de compañía de Christa se fue, Rose resopló,

"Debe estar preocupada por la llegada de los caballeros de Lord Langdel. Ha estado ignorando a Su Majestad todo este tiempo, pero ¿ahora incluso le envía un regalo?"

La Condesa Jubel también preguntó fríamente.

"¿La tiramos?"

Rose pareció sorprendida, sonrió y añadió, "Sólo estaba bromeando," Luego señalo a una mesa sin decorar.

"La pondré allí, Su Majestad."

"Está bien."

Después de pensarlo un momento, le pedí un favor a Rose.

"Señorita Rose, envía un ramo de flores de acacia a Christa a cambio."

Me hubiera gustado enviarle también flores de mi jardín, pero aún no he cultivado nada.

"Es un regalo del otro bando. ¿Tiene que enviar uno a cambio? Tampoco creo que haya estado realmente feliz de enviarle este regalo."

A Mastas parecía disgustarle la idea...

"No importa si lo hizo con sinceridad o no."

"¿Eh?"

"Es mejor tener una falsa amistad que estar en conflicto."

***

Habían pasado unos días, pero después de ese día, Christa no volvió a mostrar ninguna acción amistosa. Como era originalmente.

Pasaron los días, pero Christa no volvió a mostrar ninguna acción amistosa desde entonces. Como era originalmente.

Pero algunas cosas habían cambiado.

Ahora mis damas de compañía se han vuelto muy cercanas entre sí, y estoy acostumbrada a tener caballeros haciendo guardia en la puerta.

Nian venía cada dos o tres días a pasar el rato con el Vizconde Langdel, y era muy divertido verlos juntos.

Quizá fue porque descubrí que el Vizconde Langdel no era un joven inocente atrapado en un amor no correspondido, sino un comandante de los temibles caballeros transnacionales.

Cada vez que veía cómo se concentraba en las palabras y acciones de Nian me daban ganas de reír.

Aunque intentaba no reírme porque podría parecer descortés.

Sin embargo, a pesar de estos días de paz, a veces me sentía incómoda cuando miraba hacia el cajón de mi escritorio.

Debido a la carta de Sovieshu dentro de ese cajón.

'... ¿Qué estás pensando realmente?'

Si pudiera traer al Sovieshu de mi infancia, me gustaría sentarme frente a él y preguntarle eso. El Sovieshu de antes era más honesto al expresar sus sentimientos.

Cuando estaba desdoblando la carta de Sovieshu para volver a leerla...

Alguien llamó a la ventana. 

Al darme la vuelta, vi a Heinley nuevamente allí. 

Dejé la carta, me acerqué a la ventana y cerré las cortinas.

"¿Reina?"

Una voz avergonzada sonó desde detrás de las cortinas, parecía desconcertado.

Si le seguía abriendo la ventana no dejaría de venir por aquí.

"¿Reina? Lo siento, ¿Reina?"

Heinley me llamó una y otra vez, como si estuviera realmente desconcertado.

Deliberadamente conté 30 segundos y luego abrí las cortinas.

Heinley estaba tan deprimido que se puso en cuclillas frente a mi ventana, apoyando sus brazos en el alféizar de la misma.

Una vez que abrí la ventana, me miró a los ojos y se disculpó.

"Lo siento. Estoy acostumbrado a verte por aquí..."

"Sólo permitiré que Reina entre por la ventana."

"Entonces, ¿puedo entrar como Reina?"

"Por supuesto, si te vistes adecuadamente."

"... ¿me vestirás tú misma?"

¿Qué esperas? Es un pájaro travieso.

"Por cierto, ¿qué te trae por aquí a esta hora del día?"

A esta hora todavía debería estar trabajando.

"Tengo una buena y una mala noticia. Sólo quería dártelas."

"¿Cuáles son?"

"La buena noticia es que... la fecha de nuestra boda finalmente ha sido fijada, Reina."

"¡!"

"Dentro de poco, seremos innegablemente una pareja casada."

"Ya estamos casados. Somos innegablemente una pareja casada."

"Lo que hicimos antes fue un juramento ante Dios. Ahora proclamaremos ante todo el mundo que yo soy tu hombre y tú eres mi mujer."

Mirando a Heinley hablando con satisfacción, me daban ganas de pellizcarle la mejilla.

Pero actué tranquila, y le pregunté,

"¿Cuál es la mala noticia?"

"Umm..."

¿Es peor de lo que pensaba?

Heinley dudó un poco antes de decir,

"El Emperador del Imperio Oriental envió una invitación formal para asistir a su boda."

"¡!"

"Espera que podamos asistir. En caso de que yo no pueda, al menos quiere que asista Reina."

Cuando Heinley terminó de hablar, me miró a los ojos.

"¿Vas a ir?"

Al decir que esto era una mala noticia, ¿Heinley esperaba que yo no asistiera?

Pero le respondí enseguida sin dudarlo.

"Voy a ir."

"Sí..."

"Quiero ver a mis padres y a mis amigos."

"..."

"No quiero perder la oportunidad de ver a las personas que quiero sólo porque está él."

Tan pronto como terminé de hablar, Heinley se apresuró a decir,

"Iré contigo."

Me negué inmediatamente.

"No tienes que hacerlo."

No es porque me incomodara que fuera conmigo sino porque la ultima vez fuimos detenidos temporalmente en la Mansión Troby por orden de Sovieshu.

Ese seguirá siendo un recuerdo desagradable.

No quería hacerlo ir allí de nuevo.

Pero Heinley respondió con una sonrisa.

"Quiero ir contigo. Mis padres y mis amigos también están allí."

¿Los padres de Heinley estaban en el Imperio Oriental?

"Ah."

Supongo que está hablando de mis padres.

Cuando abrí la boca con asombro, Heinley refunfuñó en tono de broma.

"Parecían incómodos estando conmigo la primera vez que nos reunimos. Esta vez, me asegurare de convertirme en un amado yerno."

"... Estoy segura de que ahora te amarán."

Heinley me había salvado de ser completamente humillado. 

Él sonrió en silencio y asomó la cabeza por la ventana.

Luego me besó ligeramente en la mejilla.

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 205

"¡!"

Me sorprendió tanto que mis ojos se abrieron de par en par.

Él retrajo su cabeza un poco y me miró a los ojos, al ver que yo permanecía inmóvil, volvió a acercarse y presionó sus labios contra mi mejilla.

Esta vez, fue más prolongado.

Luego retrocedió y sonrió tímidamente.

"¿Y cuándo me convertiré en tu amado esposo?"

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