La Villana Vive Dos Veces 16
Tomados De La Mano (6)
"Si su objetivo es heredar el Marquesado Rosan, entonces podría elegir a alguien que esté en una posición más segura que la mía."
Dijo Cedric.
"La dueña del Marquesado Rosan es Lady Artizea. Incluso legalmente, la única descendiente del Marqués Rosan es usted."
"Sí, es cierto."
"Esta herencia está protegida por Dios y el Templo. Ni siquiera Su Majestad puede actuar arbitrariamente."
"Sí. Además, solo porque ama a mi madre, Su Majestad no me pondrá bajo demasiada presión política."
"Después de todo, lo que Lady Artizea necesita es un esposo que tenga el estatus social adecuado para protegerla de los problemas. Por esa razón, es demasiado arriesgado elegirme como pareja."
Dijo Cedric.
"Si no es poder y gloria lo que desea Lady Artizea, no hay razón para que se case conmigo y entre a la batalla por la sucesión al trono imperial. Si quisieras ser la emperatriz, no entiendo por qué quieres divorciarte."
Artizea dio un largo suspiró.
A decir verdad, fue por Licia que había mencionado el divorcio dentro de dos años.
Licia todavía era joven. Sin embargo, dentro de dos años, sería tan hermosa como una rosa en todo su esplendor.
Y en su vigésimo cumpleaños, recibiría un oráculo.
—Cuida de los débiles y desfavorecidos en mi nombre.
Ese fue el oráculo que originalmente descendió al Templo.
Fue la primera vez en casi 100 años que descendió un oráculo.
Licia se convirtió en una santa al mismo tiempo que recibió el oráculo.
Los fieles se regocijaron con lágrimas, e incluso aquellos que no creían en Dios se asombraron.
Ella vivió como una santa con cada fibra de su ser . Extendió su mano a todos los que la necesitaban, salvando incluso a los moribundos.
Cuando los daños causados por el desbordamiento del Río Abba provocaron una epidemia, ella sólo tomó a algunos de sus asistentes y salió corriendo al centro de la misma, purificando los pozos contaminados y tratando a la gente.
También fue ella quien dio esperanza del pueblo cuando la ola de monstruos convirtió la región occidental en un infierno.
Salvó innumerables vidas y dio esperanza a muchas más.
Ella era capaz de curar a los heridos con su poder sagrado. Pero probablemente sanó más corazones que enfermedades o heridas. Los deseos de la gente del país fueron escuchados por la santa. Ella nunca se involucró en la política. Ni siquiera aparecía en los círculos sociales, y rara vez estaba en la capital.
Entre los nobles, Cedric era el único que la protegía y ayudaba.
Para el pueblo la Santa era quien los guiaría, no el Emperador o el Arzobispo del templo.
La fe del pueblo es la voluntad de dios.
Así que Artizea se aprovechó de esto e inventó un nuevo oráculo.
—La santa se convertirá en la emperatriz.
Ante este hecho, el pueblo estaba profundamente complacido.
La autoridad de la Familia Imperial y el Templo sería restaurada a su posición original de una vez por todas. La Familia Imperial ganaría su legitimidad perdida a través de la Santa, y el Templo podría interferir con el poder secular.
Hasta ese momento, la lucha por la sucesión había permanecido en un punto muerto.
Aunque Lawrence era el hijo favorecido del Emperador, no podía hacer nada por sí mismo contra Roygar. Por otra parte, el Gran Duque Roygar tampoco podía abrumar al hijo favorecido del Emperador con su poder.
En esa situación, la mentira difundida por Artizea hizo que la lucha entre los dos tomara una dirección diferente.
Al indicar que una mujer se convertiría en emperatriz, significaba que su esposo se convertiría en emperador.
El Emperador Gregor, Lawrence y el Gran Duque Roygar creían en el poder que tenían en sus manos más que en supersticiones, como un oráculo.
Probablemente, aunque Artizea no lo reveló, el emperador también sabía que el oráculo había sido inventado.
Sin embargo, la gente de todo el país creía que la santa hermosa y de buen corazón se convertiría en la emperatriz, así que nadie podía traicionar esa creencia.
El matrimonio con Licia se convirtió en la última pieza para completar la legitimidad de Lawrence.
Y ahora, ella haría lo mismo para Cedric.
Además, Licia y Cedric estaban originalmente enamorados el uno del otro. Si ella dejaba que las cosas siguieran su curso, se enamorarían de nuevo y se casarían.
Al menos eso pensaba Artizea, así que quería divorciarse antes de eso.
Antes de que el oráculo desciendara. Antes de que Licia se convirtiera en una santa y Cedric la ayudara. Sin duda, ella deseaba divorciarse antes de que desarrollaran sentimientos el uno por el otro.
Cedric era un hombre íntegro. Ella estaba segura que si le pidiera que se divorciara y se casara con Licia después de que el oráculo descendiera, él no lo haría.
Artizea tampoco quería que el hombre al que servía fuera tildado como alguien que se había divorciado porque quería estar con la santa.
Ella no podía decirle a Cedric sobre esta situación ahora mismo.
Artizea dudó. Cedric se dio cuenta y dijo.
"¿No puedes decírmelo?"
"No estoy intentando engañarlo, Su Gracia. Es sólo que no deseo ser Emperatriz, aunque considero que lo mejor para el imperio es que nadie más que Su Gracia sea el Emperador. Además, no creo que sea apta para ocupar esa posición. Puedes pensar que es por una gran causa."
"Lady Artizea, usted parece estar decidida a sacrificarse por el bien del imperio."
Artizea sacudió la cabeza.
"Soy la persona menos indicada para recibir ese tipo de palabras."
Mientras la conversación continuaba, el carruaje llegó a la Calle Reve y se detuvo.
El cochero tocó la ventana del carruaje para saber exactamente adónde se dirigía.
Artizea en respuesta, golpeó la ventana tres veces para indicar al cochero y a su criada que habían llegado a su destino.
Luego miró a Cedric a la cara.
Cedric dijo.
"Creo que es demasiado pronto para discutir sobre el trono imperial."
"Sí."
"Sin embargo, aceptó agradecidamente su oferta para superar la situación del ejército occidental. Mientras estemos tomados de la mano, protegeré a Lady Artizea con todas mis fuerzas. Por otra parte, usted Lady Artizea, hará su mejor esfuerzo por el bienestar del Gran Ducado Evron y por mi persona. ¿Estás de acuerdo con eso?"
"Sí. Y el divorcio..."
"Pensemos en ello dentro de dos años."
"Entiendo lo que quieres decir. Hasta que se establezca una relación de confianza plena, lo mejor es asegurar lo que se puede dar y recibir."
Dijo Artizea. Cedric miraba a Artizea, sintiendo una presión en su corazón.
"Tengo una condición."
Cuando Cedric dijo esto, Artizea se puso nerviosa.
Se preguntaba qué debía hacer si se trataba de una condición que no podía cumplir. ¿Sería mejor mentir, o ignorarlo con moderación?
Ella pensaba que le exigiría honestidad, no conspirar, o algo parecido.
Pero Cedric dijo.
"Odio que la gente que me rodea resulte herida. Si Lady Artizea quiere estar conmigo, entonces debe recordarlo."
"Sí, lo sé."
"No parece que lo supieras. Lo que quiero decir es que usted misma, Lady Artizea, tampoco debe ser lastimada. Por favor, no dejes que eso vuelva a suceder."
Cedric dijo, señalando su mejilla.
"Prefiero que seas tú quien los golpee."
Artizea no pudo evitar reírse. Cedric sonrió también.
"Prefiero ser golpeada, así puedo presentar una demanda y difundir rumores para aplastar la reputación de la otra persona, en lugar de darle una simple bofetada en la mejilla."
"Lo que quiero decir es que no te hagas daño."
"Sí, está bien. Gracias por su preocupación, Su Gracia."
Ella respondió con una sonrisa en su cara.
Cedric profundizó su sonrisa, pensando que su rostro sonriente, se veía mucho mejor que su rostro serio.
"Bueno, yo también tengo una petición como condición."
"Adelante."
"Hay una joya llamada el Corazón de la Santa Olga, la reliquia familiar del Vizcondado Fischer. Dámela como regalo de propuesta de matrimonio."
Cedric se sorprendió porque nunca esperó que Artizea le pidiera una joya o cualquier otra cosa.
"¿La reliquia familiar del Vizcondado Fischer...?"
"Sí. Así te será más fácil entender que clase de persona soy."
Artizea dijo en voz baja.
"Si no cambias de opinión después de conseguir el Corazón de la Santa Olga, hazme una propuesta de matrimonio tan magnífica que todo el mundo hable de ello."
Cedric asintió con la cabeza sin hacer más preguntas.
Artizea trató de abrir la puerta del carruaje.
Cedric bloqueó suavemente su mano, y le sonrió a Artizea, que estaba sorprendida. Luego, él abrió la puerta y salió primero.
Después de bajarse, le extendió la mano a Artizea. Artizea dudó y puso su mano sobre la suya.
Entonces Cedric la levantó y la bajó.
"Ah."
"No es apropiado que una dama se baje primero del carruaje."
"Sí… eso es cierto."
Artizea se ruborizó un poco. Sentía como si un pececito estuviera nadando en su pecho.
Ellos caminaron por un camino estrecho y fangoso. Una multitud de niños como mosquitos, se apiñaron a su alrededor y extendieron sus manos.
"¡Deme un centavo!"
"¡Tenga piedad, preciosa dama!"
"Entre más sustento entregues a los pobres, Dios tendrá preparado un mejor lugar en el cielo para usted."
Alice sacó apresuradamente una capa negra y se la puso a Artizea. Artizea se bajó profundamente la capucha de su capa.
"¿Siempre tienes esa ropa preparada de antemano? No creo hubieras planeado venir a este lugar hoy."
"Porque el color de mi cabello suele llamar la atención."
Artizea respondió.
El cochero gritó y ahuyentó a la multitud. Artizea se apartó rápidamente del camino principal, acompañada solamente por Cedric.
Caminar por los callejones de la Calle Revi con uno o dos hombres ordinarios era una gran aventura.
Pero Cedric no era un hombre ordinario. Era el gobernante del Escudo del Imperio y el mayor guerrero del Imperio.
Aunque Artizea estaba cubierta con una capa negra, no pudo ocultar la silueta de su vestido, que demostraba claramente que era una mujer de la nobleza.
Resultaba evidente que su acompañante también era un noble. En este escenario, no sería extraño que los asaltaran en menos de cinco minutos.
Sin embargo, debido a la presencia abrumadora de Cedric, nadie apareció.
Artizea no se dio cuenta, pero Cedric podía sentir a algunos de ellos a su alrededor, tensos y conteniendo la respiración.
"¿Con quién vas a reunirte?"
"Con el mayordomo que había estado sirviendo al Marquesado Rosan durante generaciones y que fue echado poco después de la muerte del anterior Marqués Rosan."
Artizea continuó.
"No tengo a nadie en quien pueda confiar. Él probablemente nos guarda rencor a mi madre y a mí, pero su familia ha sido leal al Marquesado Rosan por generaciones, así que confiaré en mi línea de sangre para visitarlo."
"Ya veo."
Cedric miró nuevamente a su alrededor.
No podía creer que un mayordomo que había servido a una familia noble y rica como los Rosan durante generaciones, estuviera en un lugar como este.
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