La Villana Vive Dos Veces 11
Tomados De La Mano (1)
La Condesa Eunice abofeteó a Artizea en la mejilla con tanta fuerza que su cabeza se balanceó.
Artizea no pudo evitar hacer una mueca de dolor y cubrirse la mejilla con su mano.
Los empleados y sirvientes del Marquesado Rosan, que estaban mirando, se sorprendieron e intentaron acercarse. Uno de los caballeros que custodiaba el vestíbulo se acercó corriendo desconcertado.
Incluso la criada de la Condesa se puso pálida y no tenía ni idea de qué hacer.
"No pasa nada."
Artizea sacudió la cabeza lentamente. Su boca estaba desgarrada y sangrando, así que sacó un pañuelo y se limpió.
Luego miró fijamente a la Condesa Eunice.
La Condesa Charlotte Eunice era una de las dos hijas ilegítimas del Emperador.
Su madre no era una amante querida como Miraila, sino una criada que había sido arrastrada a la cama en una aventura de una noche.
Fue para mantener a la emperatriz bajo control que embarazó a su sirvienta, no porque fuera una amante querida.
Eso ni siquiera era un secreto.
El emperador no estaba interesado en la madre de Charlotte. Sin embargo, amaba a sus hijas como el oro y el jade.
La Condesa Eunice tenía recuerdos de haber sido amada por el emperador hasta que tuvo unos diez años.
Aunque ahora no tenía poder ni amor, su orgullo como hija del emperador era más fuerte que cualquier otra cosa.
Así que no podía soportar ser derrotada por Miraila.
En el mejor de los casos, ¿No es solo su amante? Sabía que era inevitable perder ante su hijo, Lawrence, pero siendo su hija, no podía tolerar estar por detrás de su amante.
Por esa razón odiaba a la hija de su amante, Artizea, como a un insecto.
Desde el punto de vista de Artizea, ambas nacieron siendo negadas.
Sin embargo, la sangre del Emperador que fluía por sus venas parecía hacer que eso no le importara.
La Condesa Eunice miró despectivamente a Artizea. Era una mirada de superioridad.
"Condesa Eunice no tienes idea de lo que has hecho."
"Dile a tu madre que venga aquí."
“¿Qué crees que pasará si me derrumbo aquí y empiezo a llorar?"
Artizea dijo en voz baja.
"Los sirvientes y los caballeros de la Guardia Imperial del Emperador vieron como usted me abofeteó repentinamente en la mejilla."
“Mmm, ¿Y qué?"
"Su Majestad detesta a la gente ruidosa. Además, ¿qué hombre querría que su hija lo visitara durante su reunión secreta con su amante? Ya no eres una niña de cinco o seis años, por el contrario, ya estás casada e incluso tienes hijos."
La cara de la Condesa Eunice se puso pálida. Artizea habló con frialdad.
"Si hago un escándalo en este momento, llorando por la humillación y el dolor, estoy segura que Su Majestad el Emperador vendrá. Y mi madre no dejaría pasar esta oportunidad, así que lloraría conmigo, y le diría al Emperador que su hija nos desprecia e insulta de esta manera. ¿Qué crees que pasará entonces?"
"Él, él..."
"Cuanto más dura seas con mi madre, más simpatía sentirá Su Majestad el Emperador.¿Tú quieres comprobarlo?"
Dijo Artizea mientras daba un paso hacia delante.
La Condesa Eunice se sintió tan presionada por su presencia abrumadora que casi cayó de espaldas. La criada se apresuró a sostenerla.
Artizea tiró del dobladillo de su vestido. Luego dijo en voz baja.
"Mi madre y mi hermano Lawrence son los únicos que se beneficiarían de esto. Así que vete a casa hoy."
"¿Quién te crees que eres? Si realmente tienes tanta confianza, ¿Por qué no lo intentas?"
La Condesa Eunice habló con un aire de dignidad, pero su voz temblaba.
Artizea sonrió amargamente.
No tenía que tratar de averiguarlo. Porque, en el pasado, realmente lo había hecho.
Estaba acostumbrada a ser abofeteada por Miraila, así que realmente no le pareció doloroso.Sin embargo, actuó adolorida. Los atónitos sirvientes y caballeros se acercaron a para ayudarla.
Miraila, que era ingeniosa en esto, se dio cuenta rápidamente de las intenciones de Artizea y actuó.
Con lágrimas en los ojos, se quejó ante el Emperador de que su hija y ella no merecían ser tratadas de esta manera.
Luego, se resignó a salir de su dormitorio, y lloró lamentablemente durante casi diez días.
El Emperador, destrozado por las lágrimas de su amada mujer, reprendió a la Condesa Eunice. Además, le dio a Miraila un gran regalo de consolación y organizó una fiesta glamorosa..
Miraila llegó a la fiesta abrazando orgullosamente el brazo del Emperador y se convirtió en la estrella de la fiesta.
Fue la primera vez que Artizea fue reconocida por Lawrence y Miraila como 'algo útil'.
"Condesa Eunice, no debería competir con la amada mujer de su padre. Tú que eres su amada hija, si quieres apartar a mi madre, tienes que aceptar ser amada de una manera diferente."
La Condesa Eunice la miró desconcertada.
No podía entender por qué Artizea dijo esto como si quisiera derribar a su madre.
"Su Majestad verdaderamente se preocupaba por usted como su hija, y hubo un tiempo que la quiso mucho. Traiga de vuelta esos recuerdos. Mañana ve con tus hijos a visitar a Su Majestad. Y sea amada como una hija. No deberías criticar su relación con las mujeres, solo conseguirás que Su Majestad te odie. Eso no la beneficia de ninguna manera."
"¿Qué demonios estás diciendo...?"
"Haré como si hoy no hubiera pasado nada. Ahora, regresa. Ningún padre en el mundo quiere que sus hijos lo vean con su amante."
Artizea dijo esto y miró hacia atrás al caballero de la Guardia Imperial. El joven caballero se puso nervioso ante la mirada de Artizea.
Artizea le sonrió dulcemente.
"La Conde Eunice se va a retirar, ¿podrías escoltarla hasta la salida, por favor?"
"¿Eso le parece bien?"
El caballero la miró con tristeza. Artizea habló.
"No deberíamos interrumpir el tiempo de descanso de Su Majestad. Condesa Eunice, por favor recuerde mis palabras y vuelva a su casa. No olvide lo que verdaderamente es la piedad filial."
La Condesa Eunice no parecía entender sus palabras. Sin embargo, cuando el caballero le instó a que se fuera, se retiró obedientemente.
Artizea soltó el dobladillo de su vestido.
El amor que una persona podía sentir por otra tenía un límite. Más aún para una persona egocéntrica como el Emperador Gregor.
El amor por una mujer es diferente del amor por un hijo, pero ninguno de los dos puede puede verterse infinitamente.
A medida que la Condesa Eunice recupere el amor del Emperador, Miraila será sacada de su corazón.
Artizea no era como antes, cuando calumniaba y conspiraba contra los demás para sembrar la duda en la mente del Emperador.
En el pasado, solía derribar y destruir a las personas que querían acercarse a Su Majestad, para que todo su amor fuera para Miraila.
Pero ahora, tenía que expulsar a Mirala del corazón del Emperador y llenarlo con otras personas. Al mismo tiempo, tenía que evitar que surgiera alguien que tuviera la suficiente influencia como para reemplazar a Miraila.
Poco después de que la Condesa Eunice dejara el vestíbulo, el Emperador y Miraila aparecieron.
El sirviente miró furtivamente a Artizea con una cara de disculpa.
"Escuché que Charlotte estaba aquí."
El Emperador miró hacia el vestíbulo. Vio a Artizea sosteniendo un pañuelo ensangrentado con una mejilla hinchada. Un costado de sus labios, donde tenía sus uñas, estaba desgarrado y todavía sangraba.
Sólo eso le dio una idea general de lo que había sucedido.
Conocía perfectamente el temperamento de la Condesa Eunice, y también sabía que ella odiaba a Artizea.
"Lo siento."
Dijo el emperador con una voz baja y apagada. La vergüenza por el tonto comportamiento de su hija era evidente en su voz.
Artizea se arrodilló solemnemente sobre una rodilla y respondió.
"No sucedió nada."
"Charlotte parece haber sido dura contigo."
"La Condesa Eunice cometió un pequeño error porque extraña a su padre, yo no podría albergar ningún resentimiento contra Su Majestad ni la Condesa solo por eso."
Luego de que Artizea dijera esto, la cara de Miraila se puso completamente roja y explotó de ira.
"No importa la razón, ella vino a mi casa y abofeteó a mi hija en la mejilla, ¿cómo se atreve a menospreciarme de esta manera? ¡Tú también! ¡Debiste haberme llamado cuando eso sucedió!"
"¿Cómo podría yo, una hija sin padre, no entender los sentimientos de la Condesa Eunice?"
Artizea dijo, dirigiéndose al Emperador, no a Miraila.
"Probablemente hizo esto porque extraña mucho a su padre, y está celosa de mí. Además, como maestra del Marquesado Rosan, lo más importante es que Su Majestad se sienta cómodo en este lugar, ¿debí haber hecho un gran escándalo por un asunto tan pequeño?”
El Emperador sonrió.
“Tienes un corazón admirable.”
Artezia inclinó su cabeza respetuosamente.
“Es mi culpa, por no haber disciplinado a Charlotte. Es muy bonita, pero también muy violenta debido a su crianza. Ahora que tiene tres hijos, debería mejorar un poco su temperamento. Estoy un poco avergonzado porque le hizo daño a la cara de una joven flor. Pídeme lo que quieras. Ahora que lo pienso, ni siquiera te he dado un regalo de cumpleaños."
Aunque el Emperador dijo eso, nunca se había preocupado por el cumpleaños de Artizea.
Artizea se sorprendió por esta ganancia inesperada. Sin embargo, no cometería el error de pedir un regalo en este momento.
En cambio, dijo.
"Entonces, con el debido respeto, me gustaría que aceptara el regalo que he preparado."
"¿Regalo? ¿Para mí?"
“Sí, Su Majestad. De hecho, es un regalo que había preparado para dárselo a mi madre en mi cumpleaños como agradecimiento por haberme dado a luz, pero es un accesorio que viene en par... para padres.”
Artizea inclinó la cabeza con profundo pesar.
"Pero no tenía nadie que aceptara el otro par. Aun así, cuando lo preparé pensé en Su Majestad, pero ni siquiera pude dárselo a mi madre porque no estaba segura. Si usted lo aceptara, me haria muy feliz."
“Hahaha.”
El Emperador se rió alegremente.
"Si es un accesorio para padres, ¿No significa eso que es un accesorio para una pareja después de todo? ¿Cómo podría negarme a usar un accesorios para parejas con Milera? Nunca me negaría a usarlo. Tráelo."
Artizea le guiñó un ojo a Alice, que ahora estaba en una esquina del vestíbulo, observando la situación.
Alice había venido a informar después de haber terminado de repartir el soborno a los sirvientes, pero se quedó observando desde lejos cuando se encontró con este incidente.
Alice se apresuró a la habitación de Artizea para traer una caja de regalo que había sido preparada.
Mientras tanto, el Emperador terminó de bajar las escaleras y se sentó cómodamente en un sofá del vestíbulo.
Artizea tomó la caja de regalo que trajo Alice y la sostuvo cuidadosamente frente al Emperador.
Dentro había un par de grandes broches ámbar.
El emperador tomó el broche de mujer y se lo colocó a Miraila en la parte superior de su vestido. Luego él mismo se puso el broche de hombre.
Sonrió a Artizea.
"No seas tan cuidadosa. Eres la hija de Miraila, así que eres como una hija para mí."
"Me siento honrada."
Artizea dijo educadamente.
En el pasado, realmente quería escuchar esas palabras. Deseaba formar parte de la ‘familia’ de Miraila y Lawrence.
Pero al final, la familia que se había imaginado era solo una dulce ilusión.
Lawrence había matado a Miraila. No existía una familia que confiara, amara y se apoyara mutuamente.
"Entonces, ¿nos vamos al teatro de ópera ahora?"
“Sí.”
Miraila miró fríamente a Artizea mientras se levantaba, sosteniendo la mano del Emperador.
Pero a él parecía gustarle el broche, tenía una cara de satisfacción.
Artizea se arrodilló e inclinó la cabeza, esperando hasta que los dos se fueran.
Ahora con esto, el Emperador se sentirá en deuda por los acontecimientos de hoy, no con Miraila.
Incluso si era un sentimiento momentáneo, era una gran ganancia.
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