La Emperatriz Regresa 50

La Emperatriz Regresa 50

Jueves, 29 de Abril del 2021



La Emperatriz Regresa 50

Juegos (2)



Viola se preguntó cuánto tiempo había pasado desde que llegó aquí. El tiempo pasaba tan rápido que no tenía suficiente. Se sentó en el sofá con un golpe seco.


"Ay"  


Gritó Viola. Le dolía todo el cuerpo.


"¿Se supone que tiene que ser así de doloroso cada día?"  preguntó mirando a Rosha.

"Es porque es tu primera vez"  dijo Rosha, sonrojada. 


Colocó la medicina en un pequeño cuenco en una mesa frente a ella. Estas medicinas formaban parte del protocolo que seguían todos los candidatos. Ella engulló el líquido oscuro. Su sabor era dulce, pero se volvía agrio al llegar a la garganta. Frunció el ceño.


"Prueba esto"  dijo Rosha cortando una tira de algo marrón y seco y entregándosela.

"¿Qué es?"  preguntó Viola, curiosa.

"Es una especie de manjar del otro lado del continente"  dijo Rosha.

"Parece del mismo color que mi pelo"


Dijo Viola, examinando la cosa a la altura de sus ojos. Le dio un mordisco y se deshizo en la boca. Tenía un sabor dulce y sorprendentemente refrescante. Nunca había probado algo así. Viola probó a darle un gran bocado.


"¡Está bueno! Prueba tú también, Rosha"

"¡No puedo!" dijo Rosha, cortando más tiras, "El Señor Lune lo dejó especialmente para ti"

"¿Te lo ha regalado él?" 

"Sí"  dijo Rosha, sonriendo. 

"Dijo que te haría sentir mejor. ¡Qué romántico! Parece que está loco por ti"


Viola puso los ojos en blanco. 


"No puede ser"

"¿Por qué si no te visitaría cada noche y cada día?" continuó Rosha. "Y no puede dejar de mirarte"


Viola se molestó. No tenía tiempo para esta inútil charla sobre el amor. Ella no podía amar a un engendro enemigo y nunca lo permitiría. Pero esta Lune había dejado ciertamente una buena impresión en su doncella. Se presentaba lo suficientemente a menudo como para engañar a la gente y hacer creer que realmente se había enamorado de ella. Su regla de "una visita al día" ya se había roto. Siempre tenía que ser cautelosa cuando planeaba salir de la villa imperial por si él la visitaba de repente y la encontraba fuera. Necesitaba mucho tiempo para consultar con Paul, pero en estos últimos días había recibido demasiadas visitas del hombre.


"Dígale a Paul que pasaré por los establos" le dijo a Rosha, con bastante brusquedad, "quiero verle aunque sea un momento"

"De acuerdo", dijo Rosha.


Ahora Viola podía pasear sin parecer sospechosa. Le había contado a Lune sus quejas y su asfixia por estar atrapada aquí todo el día. Por desgracia, allá donde iba, él la acompañaba. Aparecía de repente, de la nada, cada vez que ella daba un paseo. Tenía que tener más cuidado. Si lo veía hoy, le diría que quería ver los caballos. Tal vez podría hablar con Paul, que dirigía los establos.

Cogió su capa y se frotó la espalda dolorida con dificultad. Encontró una rama mientras caminaba y pensó en cómo había desperdiciado su práctica con la espada. Luego pensó en Lune, lo que la llenó de fastidio y rabia hacia su situación. Giró la rama, practicando golpes y tajos. Sintió que sus músculos se tensaban. Siempre que se sentía enfadada o impotente, la práctica la hacía sentir mejor. Siguió practicando durante un rato y luego se sentó bajo un árbol para refrescarse.

Al cabo de un rato, se levantó y se dio la vuelta para seguir caminando, pero se sobresaltó al ver a Lune, que estaba apoyada en una pared y la miraba con los brazos cruzados. La rabia contenida que había puesto en su práctica con la espada volvió a estallar un poco. Él se había acercado a ella una vez más y ella no había detectado su presencia. Esto la molestó más.

Sinceramente, el tipo no parece tener otro trabajo que acercarse sigilosamente a mí, pensó, se supone que es un caballero y todo eso, bah.


"¿Quieres entrenar un poco?"


Lune le ofreció una espada de madera.


"¿Qué?" preguntó Viola, confundida.

"Parece que quieres luchar"


Dijo él, quizá consciente de la mirada fulminante que le dirigió.

Se acercó a ella, cogió una pequeña rama y la apuntó. Ella sintió que su ira burbujeante se disparaba ante su sonrisa.


"No te pases conmigo"  se burló.


Viola cogió la espada de madera y preparó su postura. Estaba subestimando su habilidad, lo que avivó su rabia. Le atacó con todas sus fuerzas. No se limitó a bloquear sus golpes, sino que pasó a la ofensiva. Apuñaló y cortó en sus puntos débiles. La punta de la espada falló por poco y rozó su cuello. Giró la muñeca sin perder un instante y volvió a apuñalarle. Pero él ya se había anticipado a su ataque. Se hizo a un lado y, cuando Viola se vio obligada a avanzar con el impulso, él la rodeó con un brazo por detrás y con otro le apartó la muñeca. Podía sentir su aliento en las orejas. Él la besó en la nuca, provocando un estremecimiento en su cuerpo.


"Es preciso pero lento .. tienes que relajar las muñecas y observar más a tu oponente"

"¡Eso lo sé!"


Escupió Viola y le dio un codazo haciendo que la soltara.

Se dio la vuelta y volvió a lanzarle un tajo, que apenas falló. Él retrocedió. Ella preparó su espada y pasó al ataque, pero él fue rápido. La agarró de la muñeca y la atrajo hacia él. Ella perdió el equilibrio y voló a sus brazos. Él la sujetó por la cintura, le agarró la barbilla y la hizo girar hacia él mientras bajaba con un beso.

Ella lo apartó de un empujón. 


"¿Qué crees que estás haciendo?"

"Hm..." 


Él la besó de nuevo.


"Lune..."


Dijo ella, mientras él murmuraba algo incoherente. Ella se sorprendió pero no lo apartó, fundiéndose en su dulce beso.

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