Miércoles, 05 de Mayo del 2021

Historia en la Biblioteca 52

Incluso si el contrato de castidad se rompe, todavía no voy a casarme.

Sin embargo, eso fue todo. Otra cosa totalmente distinta era decirlo ella misma. Thatcher la recorrió de arriba abajo con una mirada de asco. Era una actitud totalmente diferente a la que él había visto cuando ella vino a entregar su manuscrito.

"Ese hombre, ¿sabe que sacas un cuaderno en los momentos más aleatorios?"

"Por supuesto"

"Uf, realmente tiene un gusto extraño"

¿No era un pervertido? Un hombre que pudiera aceptar a Vivian tal y como es no sería una persona normal. Thatcher consideró sinceramente si aprobar o desaprobar esta relación.

"Bueno, eso es todo. ¿Qué se supone que hay que hacer cuando se empieza a salir?"

"¿Por qué me lo preguntas? Perdie, la más grande de todas"

"Porque no sé mucho sobre las citas reales. Si estás siendo sarcástico, no te voy a dar el siguiente manuscrito"

"Pregúntame cualquier cosa"

Thatcher se frotó la barbilla como si se hubiera quedado pensativo durante un breve instante. Al principio de una relación, las citas eran la respuesta a su pregunta. Como era el proceso de conocerse mutuamente, era mejor visitar tantos lugares y compartir tantas conversaciones como pudieran juntos.

Por supuesto, el propio Thatcher tampoco había tenido nunca una cita normal. Era porque la mayoría de sus esfuerzos implicaban la seducción de una dama y tener sexo con ellas. Sin embargo, para recibir el manuscrito de Vivian de la forma más suave posible, utilizó los pocos conocimientos que tenía para planificar una cita para Vivian.

"He oído que durante la Fiesta de la Primavera, el Jardín del Palacio Central estará abierto. También hay muchos cafés y tiendas de postres cerca. Ya que tienes mucho dinero, también sería bueno ir a ver una obra de teatro, una ópera o un concierto de ballet. Y cuando oscurezca, ¿por qué no tiras una moneda de los deseos en la fuente del jardín y te besas?"

Besar, ya lo había hecho. Vivian recordó aquel día y su rostro se llenó de expectativas. 

"Para ser algo que me enseña Thatcher, es bastante seco"

¿Qué está soltando? ¿Cómo puede considerar que el curso de citas era árido a pesar de no haber tenido nunca una relación? Thatcher la miró con una mirada llena de absurdo mientras la escuchaba actuar como si tuviera el mundo entero en la palma de su mano.

"Tiene que ser seco"

Thatcher la miró con una expresión inusual y le recordó a la fuerza el destino de su castidad eterna.

Ah, sí. Es cierto. Vivian escondió cuidadosamente su mano izquierda detrás de la espalda. No quería anunciar que tenía una relación con el Gran Duque Negro de la familia real.

"En cualquier caso, habla de tu campo de especialidad. Nunca se sabe si lo tendré en cuenta"

"Hmm. Bien, de acuerdo"

Thatcher se inclinó hasta tener su cara junto a la de ella y empezó a susurrar como si estuviera a punto de contarle un gran secreto. Más que consejos sobre citas que nunca había hecho, algo así era mucho más su aptitud.

"Para ser sincero, la compatibilidad sexual es tan importante como la compatibilidad"

"¿Compatibilidad sexual?"

Ella puso los ojos en blanco y pareció dudar antes de preguntar.

"¿Quieres decir que deben estar en el mismo ritmo?"

"Es cierto que es cuando suelen decir que una pareja es sexualmente compatible. Sin embargo, para un hombre perfecto como yo, hay habilidades que puedo utilizar con cualquier mujer que conozca. Mientras la otra persona no sea tan rígida como la madera, la compatibilidad sexual es algo que siempre se puede sincronizar"

A fin de cuentas, no era más que un alarde. Realmente no debe tener nada de lo que presumir. Vivian le respondió secamente. "¿Ah, sí?"

"Los genitales de cada persona son diferentes tanto en forma como en tamaño. Sin embargo, hay algunos casos raros en los que la espada y la vaina encajan perfectamente sin un solo fallo. Esta es la compatibilidad sexual de la que hablo"

Thatcher habló mientras hacía un círculo con el índice y el pulgar y simulaba los movimientos con los dedos de la otra mano. A pesar de lo explícito de sus acciones, Vivian parpadeó embelesada sin un ápice de vergüenza.

"Hay ciertos compañeros que son simplemente los mejores incluso sin tener en cuenta la cara, el cuerpo o la técnica. Un compañero cuyo cuerpo encaja tan perfectamente con el mío que podría correrme sólo de imaginarlo. No importa que nuestras personalidades no coincidan y que nuestra relación se haya torcido, nunca sería capaz de romper con una mujer así. Ella me da un placer que nunca podría volver a sentir"

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