Miércoles, 05 de Mayo del 2021

Historia en la Biblioteca 53

"Pensé que esas cosas sólo existían en las novelas"

"Esto es algo que realmente quería decirte, pero el tamaño de la polla de un hombre no es lo que importa, ¿sabes? Se trata más bien de la compatibilidad que tiene contigo"

Los ojos de Vivian brillaron con una expresión de gran interés. ¿Qué posibilidades hay de que una pareja casada, no, incluso una pareja sexualmente activa, sea sexualmente compatible? Unos genitales que encajan perfectamente.

Al ver cómo había cambiado su actitud respecto a cuando habían hablado de salir, Thatcher se burló de ella. 

"Qué sorpresa. Hablar de estos temas conmigo y todo"

"Es porque siempre tratas de instigar una pelea conmigo aunque me interese, diciendo que no tengo un hombre"

Estaba claro que se burlaba de ella preguntando cuál era el propósito de saber.

"Qué obsceno. De verdad, digo, a nuestro autor le encantan las conversaciones como ésta"

"Sean hembras o machos, todos los humanos son pervertidos latentes. Si se les puliera, ¡todos podrían convertirse en esclavos del placer!"

"Vivian, ¿qué clase de tonterías estás soltando ahora con tanta seguridad?"

"Siempre fue así en las novelas"

"Ya te dije que no sirve de nada leer novelas eróticas de ese tipo"

Thatcher estaba seguro, sin lugar a dudas, de que había leído una novela sobre alguien criado como esclavo sexual o algo por el estilo. A pesar de que él la había regañado para que tuviera más cuidado con los libros que leía porque eso repercutía en su escritura.

"¿Te escapas porque estás cansada de los hombres?"

"Estoy segura de que algún día encontraré a un hombre que sea capaz de aceptarme toda, ¿sabes?"

"Y qué decir del hombre con el que sales ahora"

Ante sus palabras, Vivian pensó en Aidan. Dado que él sabía que ella era la escritora de novelas eróticas, Perdi, era probable que la aceptara tal y como era. Sin embargo, aunque fueran amantes, era sólo hasta el punto de un contrato, y no se sabía si él la miraría como mujer algún día.

"No es una relación seria"

Ella había sido honesta y había revelado que escribía novelas eróticas y que lo había conocido por sus novelas. Por no hablar de que le había preguntado lo grande que era su cosa. Vivian repitió lentamente todas sus palabras en su mente.

"Hm, no. Olvídalo. Estoy segura de que no hay ningún hombre en este mundo que pueda aceptarme por lo que soy"

'Viviré sola'

Mientras pensaba eso, dio un puñetazo en dirección a Thatcher, que dijo con una sonrisa de satisfacción: 

"Como lo dijiste, ¿verdad?"

"¿Alguien que acepte todo de mí? Estoy segura de que sería tan difícil como encontrar un hombre sexualmente compatible conmigo"

Vivian miró al descarado Thatcher y contraatacó al preguntarle si no le apasionaba la compatibilidad sexual porque sus genitales eran diminutos. Él, cuyo orgullo varonil se había visto repentinamente atacado, gritó apenado. 

"Ja, ¿es posible que sea pequeño? ¡Es muy sano y grande! ¡Y lo importante no es el tamaño, sino la forma! El mío está curvado hacia arriba, así que todas las mujeres son ........"

"Ve a tirar información que no quiero saber"

Thatcher preguntó agitadamente si le creería si lo viera con sus propios ojos, y sólo se calló después de que Vivian le golpeara en la cabeza.

Después de eso, su conversación erótica, bajo la máscara de un consejo ordinario para citas, continuó.

***

Aunque no lo experimentara, podía escribirlo con palabras. Eso era lo que Vivian había hecho hasta ahora. Crear algo de la nada. Sin embargo, como escribía a partir de una experiencia tan natural como el flujo del agua, podía escribir con un dominio desinteresado pero detallado del lenguaje.

Ella no quería estar de acuerdo, pero con un solo beso. era capaz de sentir la diferencia entre su escritura y la realidad y ahora era incluso difícil negarlo.

Aprendió qué partes de su cuerpo se tensaban, cómo le hormigueaban los dedos de los pies, cómo no era un intercambio de meras palabras y lo sensible que era su cuero cabelludo cuando tiraba de él con placer.

Vivian comenzó a escribir un diario de ese éxtasis arrebatador y el resultado fue abundantemente diferente. Al igual que imaginarlo era diferente de verlo, verlo era diferente de hacerlo. Como resultado, Vivian podía estar orgullosa de haber tomado la decisión correcta.

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