Historia en la Biblioteca 29

Historia en la Biblioteca 29

Martes, 16 de Febrero del 2021


Historia en la Biblioteca 29



"¿Cómo podrían manejarme las ingenuas, jóvenes y aristocráticas damas que crecieron preciosamente como la joya de su casa?"

"¡Sucedió!"

"¡Apúrate y trae agua!"


Aidan pasó tranquilamente por encima del caos que había creado, y sacó otro tema: '¿Matrimonio conmigo? ¿No te parecen lamentables esas jovencitas?', añadió. El rostro detestable que había bajo sus pestañas fue el último clavo del ataúd.

Julian dejó escapar un suspiro al ver que Aidan sostenía un cigarrillo entre los labios.

Hacía unos meses, Julian había decidido aplicar una política de mano dura contra Aidan, que no respondía por muchas ofertas de matrimonio que le enviara.

Envió al conde Simmar y a su tercera hija a la finca Valentine sin previo aviso. La excusa era que Lady Simmar era intrínsecamente débil, pero el objetivo era claro.

Era que la pareja se enamorara el uno del otro. Aunque no tuvieran ningún interés el uno en el otro, ya que la intención del Emperador era tan definida, se esperaba que fingieran que no podían ganar en contra de sus deseos y se casaran entre sí.

Sin embargo, Aidan no se dejó vencer por la amenaza silenciosa e incluso desapareció abruptamente sin dejar rastro antes de que Lady Simmar llegara a la Finca Valentine.

De la noche a la mañana, Lady Simmar se quedó disfrutando de su sanatorio. No debía decir ni una sola palabra al Gran Duque mientras pasaba sus días a solas y se decía que había regresado a su finca inmediatamente.

Pero después, Aidan, del que habían perdido todo contacto, había aparecido como para burlarse de ellos. En ese momento, el Emperador comenzó a obstinarse.


"¿No te satisface Lady Simmar?"

"Desgraciadamente, no la he visto nunca"

"Si hay alguien, que le guste a mi querido hermano, impulsaremos el matrimonio de forma proactiva"

"No tengo interés en nadie"

"Si es realmente tan difícil, ¿no te pedí que al menos salieras con una dama gentil previamente? No importa quién sea"

"No deseo hacerlo"


Aidan era una persona cuyas emociones y ambiciones eran bastante aburridas. Hasta el punto de que una vida amorosa ordinaria era inimaginable.

La gran mayoría de la realeza y los aristócratas tenían un rincón sospechoso, pero Aidan era diferente desde el principio. Cuando uno conversaba con él, parecía un monstruo que fingía ser humano.

En lugar de un monstruo, parecía una espada abandonada.

Al igual que la gente temblaba de miedo cuando el filo de la espada relampagueaba frente a sus ojos y los hacía caer de rodillas y suplicar piedad.

¿Cambió tras la muerte del anterior Emperador? No, ¿empezó a cambiar poco a poco antes de eso?

Julian lamentaba que Aidan hubiera cambiado así. Hubo un tiempo en que se habían llamado hermano y se habían burlado, jugado y reído mucho el uno del otro, aunque todo parecía un sueño.

Tenía la esperanza de que su hermano pudiera encontrar su humanidad si tan sólo pudiera encontrar una mujer que viviera a su lado y compartiera su calor.


"¡Por favor, coge a cualquiera y sal con ella!"

"No es mi preferencia jugar con los sentimientos de los demás y actuar con engaño. Prefiero matarlos si se me ordena matar"

“…….”


Julian no fue capaz de ocultar sus sentimientos encontrados. Su expresión se preguntaba qué debía hacer con un hermano pródigo con una convicción tan clara.

Hizo un gesto con una mano y todos los sirvientes y criadas se retiraron, y él se levantó. Aidan sonrió suavemente en respuesta al enfado del Emperador cuando éste se acercó a él. Por supuesto, sólo fue suave desde su perspectiva, y los demás sólo vieron una extraña sonrisa que los avergonzó.


"Aunque el querido hermano tiene todos esos rumores caóticos que lo rodean, ¿no estás limpio en todo lo que se refiere a las mujeres?"

"¿Entonces?"

"Así que podemos usar eso para poner a dormir una parte de la notoriedad de hermano"

"Hmm......."


Junto con el humo que inhaló, Aidan dejó escapar un sonido bajo y se concentró en el Emperador. Era una mirada que haría subir un cinco por la columna vertebral de cualquier otra persona.


"Si sigues siendo terco, entonces no puedo evitar usar un método de política dura"

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