EGDLV 134

Jueves, 20 de Enero del 2022

El Guía de la Villana 134

La Semilla del Señor de los Demonios (3)

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Demian abrió ampliamente la puerta principal del salón de banquetes. Incluso en la sala oscura, encontró inmediatamente a Lara y se acercó a ella sin dudarlo. El pesado sonido de sus zapatos sonó como si golpearan un tambor.

"¿Qué es eso?"

murmuró Paimon. Pelo negro tan oscuro como la noche, labios rojos que subían hacia un lado como si se burlara, y una aguda locura brotaba de sus ojos azules. Definitivamente era un ser humano, en todos los sentidos menos en el de la fuerza.

"¿Has visto eso?"

susurró Valac con un rostro sombrío. Tenía un rostro tímido, un profundo suspiro y un tono como si se quejara revelando su resentimiento al máximo. La voz de Valac se coló en la cabeza de Paimon.

"Es la semilla del señor de los demonios"

"Jajaja..."

"Esa es la primera"

Valac tenía profundas dudas sobre la identidad de Demian incluso antes de ascender al cuerpo del príncipe Sidhar en Hautean. ¿Cómo podía existir un humano que no estuviera afectado por la magia negra?

Así que intentó que los hechiceros negros bajo su mando descubrieran quién era Demian. Sin embargo, su plan fracasó porque Demian era mucho más fuerte de lo esperado. De alguna manera, fue capturado por Lara y cayó en manos de Acerus. Cuando absorbió el poder de Lilith, se convenció.

La semilla del señor de los demonios.

Demian Drake fue un hombre que nació humano y se convertiría en el señor de los demonios. Esa fue también la razón por la que pudo obtener el juramento de obediencia de Lilith. Valac, que se comió a Lilith y le robó la memoria, consideraba desde entonces a Demian como un demonio, no como un ser humano.

Paimon miraba fijamente a Demian. Sus ojos rojos temblaban con locura. Él, que fingía ser un esclavo con la suficiente naturalidad como para acercarse a la perfección entre los humanos, perdió la compostura por primera vez y reveló su verdadero ser.

Incluso en el infierno, Paimon era un demonio lo suficientemente fuerte y viejo como para ser considerado candidato a señor de los demonios. 

Si se enfrenta a Demian Drake, ¿quién ganará?  ¿Y Dios, que se preocupa mucho por la santa, se limitará a esperar y ver la lucha del demonio en el reino humano?

El corazón de Valac temblaba como si se convulsionara. Cuando soltó el puño cerrado, la palma de su mano estaba mojada de sudor frío.

Demian volvió la cabeza hacia ellos.

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"Santidad"

Lara miró la mano de Nicolás que le tendía, le pedía educadamente un baile. Mientras tanto, Eunice ya estaba fascinada con el licor de Lafort que Nicolás había traído en particular y Ximena bailaba con las esclavas.

Sonaba una elegante canción de baile. Tras desaparecer con Valac, Paimon aún no había aparecido. Lara apoyó ligeramente su dedo en la palma de Nicolás y dio un paso. El vestido de cuentas elegido por Konny se agitó con un tintineo.

"Se dice que Hautean es un país de nobles elegantes. Me preguntaba de dónde venía tu extraordinario discernimiento. Aparentemente, eres un noble de Hautean"

"Si tengo que decirlo, ya no soy un noble. He abandonado mi apellido"

Aun revelando su estatus de plebeya frente a un miembro de una familia real, la actitud de Lara era confiada. Era como si ella fuera un miembro de la realeza y Nicolás un plebeyo.

"Jajaja. ¿No vas a visitar Lafort algún día? No es tan bueno como Hautean, pero también hay muchas cosas buenas en Lafort. Su Majestad Imperial, el Emperador de Estragón es una persona demasiado grande para disfrutar de las artes, así que ni siquiera me atrevo a recomendárselo"

A Lara le pareció interesante el ingenioso discurso de Nicolás. Al mismo tiempo que elogiaba a Lara, nativa de Hautean, sacaba a relucir a Lafort e incluso difamaba sutilmente al Emperador. Tenía un tono amistoso y las palabras que decía parecían una broma, pero sus ojos eran serios, haciéndola sospechar de sus intenciones.

Lara podría haber bailado a su son. Mezclar mentiras y verdades e intercambiar palabras como si se tratara de un juego, sería una buena experiencia para ella también.

Pero Lara era una santa, una persona que recibía la protección y el apoyo del ser más grande del mundo. En resumen, Lara no tenía que cambiar de tema mientras caminaba sobre cáscaras de huevo de esa manera.

"Sí quiero ir a Lafort algún día"

Cuando Lara murmuró con una cara chic, Nicolás sonrió cálidamente. Sin embargo, cuando escuchó sus siguientes palabras, se quedó asombrado.

"Quiero decir, después de que Lafort unifique Oriente"

"¿Perdón?"

"Príncipe Nicolás, ¿cuánto cree usted en la unión?"

Nicholas se quedó sorprendido. Sólo pensaba en Lara como una santa inmadura de 21 años que aún no había dejado de ser una niña. Pero una pregunta aterradora salió de su boca.

"¿Crees que la Unión del Este es lo suficientemente valiosa como para que renuncies al trono de Lafort?"

"La unión... está ligada por un compromiso. La situación en el Este es diferente a la de Hautean..."

"El Norte fue devastado por un solo demonio. Si ocurre lo mismo en el Este, ¿confías en que podrás detenerlo?"

"El Este es fuerte"

"¿Esa fuerza proviene de Lafort?"

Los ojos de Lara brillaron claramente bajo la luz.

Aunque la Unión del Este tenía a Lafort en el centro de su territorio, su poder militar provenía de Sias. Por lo tanto, el rey de Mortan mantenía una relación más estrecha con Sias que con Lafort. Lara se fijó en ese mismo punto.

"Si hay tres amigos en un grupo, debe haber dos de ellos que estén más cerca el uno del otro. ¿Dónde crees que está Lafort en la jerarquía?"

Nicolás no pudo responder fácilmente. Porque Lafort fue el que se quedó atrás. 

¿Qué es esta santa? Pensaba que sólo era una joven inmadura que sólo quería jugar. Pero tiene tendencia a ser una estafadora.

Nicolás, que apenas calmaba la confusión, sonrió por costumbre y preguntó.

"¿Por qué dices esto? No vas a decir que todo esto es la voluntad de Dios, ¿verdad?".

Lara contempló durante un rato y habló.

"Si es difícil conseguir el trono de Lafort, ¿qué pasa con Sias?"

"¿Qué?"

Esta vez, Nicolás se sorprendió de verdad y tiró al suelo la mano de Lara que sostenía a su pesar.

Mientras el rey de Lafort intentaba entregar el trono a su nieto, en lugar de a su hijo, Nicolás, Lara se preguntaba por qué no prefería ir a Sias, el país de su madre, y ocupar el trono allí.

"Santa, ¿qué estás...?"

Cuando Nicolás trató de desahogar su ira hacia Lara, la puerta principal del salón de banquetes estaba abierta de par en par. Una luz brillante entró en la sala oscura y desapareció lentamente. Las miradas de la gente se dirigieron hacia el pasillo central. Un hombre se puso de pie con la espalda contra la luz roja y miró hacia la santa. Luego, se acercó a ella.

"¿Demian?"

Los ojos de Lara se abrieron significativamente. Se volvió hacia Demian, dejando a Nicolás solo en el desconcierto.    

∘₊✧──────✧₊∘

Los lobos mercenarios que pertenecían a la compañía comercial se trasladaron al Este, llevaban consigo los componentes del círculo mágico para viajes de larga distancia que inventó Valentine. Tras escuchar a Lara decir que era un asunto urgente, corrieron a toda velocidad día y noche hasta Demian.

Demian estaba acampado en una vieja ruina cerca de la frontera y se enfrentaba al Este. Oscar trató de disuadirlo diciendo que el círculo mágico era peligroso, pero lo echó a un lado y puso el pie primero en el círculo mágico. En un abrir y cerrar de ojos, Demian llegó a Dandelion y corrió directamente hacia Lara.

"Me he enterado de que has venido aquí para enfrentarte solo al demonio. He venido porque estoy preocupado..."

Demian sonrió. Alguien le miraba fijamente a la nuca. Era una mirada con tanta determinación que le escocía la piel. Si estuvieran fuera y tuvieran armas en las manos, ya se habrían precipitado hacia el otro.

Como Nicholas estaba cerca, Lara no pudo hablarle a Demian sobre Paimon. Se limitó a señalar la espalda derecha de Demian con los ojos. Él se volvió lentamente y miró hacia atrás.

Era el pelirrojo. El demonio de pelo rojo como el vino y ojos rojos estaba sonriendo hacia él.

"Lara"

Demian abrió la boca. Con los ojos fijos en Paimon, le preguntó a Lara.

"¿Debo atrapar eso por ti?"

Lara no pudo responder, porque Demian se había movido incluso antes de que ella pudiera hacerlo. Allá donde iba, dejaba una mella en el suelo. Demian y Paimon se abalanzaron el uno contra el otro sin importar quién atacó primero.

¡Aplastar!

Paimon corrió, rompiendo la silla que tenía delante como si fuera un juguete y lanzando los restos a Demian.

"¡Argh!"

"¡Aaarghhhh!"

La sala de banquetes se convirtió rápidamente en un desastre. El espacio, que estaba lleno de música elegante, era ahora un caos con los gritos de los nobles.

"Su Alteza, debería refugiarse"

"¡Por aquí!"

Los caballeros de Lafort, que se habían colocado para la seguridad de los invitados, escaparon al exterior con sólo Nicolás, sin tener en cuenta a nadie más.

Lara se mantuvo firme en el lugar. Demian nunca dejaría que la hirieran y además tenía al gigante del fuego, por lo que no sentía la necesidad de huir.

Paimon no utilizó la magia. Tampoco utilizó el poder de los atributos del demonio. Esto fue porque no quería que Dios ni la santa intervinieran. Se enfrentó a Demian sólo con su habilidad física.

Demian arrancó un fino pilar metálico de la pared, lo balanceó y se abalanzó sobre Paimon. Paimon bloqueó el pilar con sus propias manos antes de aplastarlo. Sus movimientos eran tan rápidos que los ojos desnudos no podían seguirlos.

Las sillas y las mesas se rompían con facilidad. En todos los lugares en los que luchaban, el suelo se derrumbaba y la pared se hundía. Si los dejaban como estaban, el teatro podía quedar destruido. La gente se sumió en el caos y trató de huir en cualquier dirección.

"¿Qué estáis haciendo? Tienes que huir de esto"

Valac corrió hacia Lara, que estaba de pie observando la pelea. Ya se encargó de Eunice y Ximena.

"¡Oye, si te quedas aquí, vas a morir!"

"¡Idiota! No quiero ser el langostino moribundo en medio de una batalla entre ballenas"

Unos afilados escombros volaron desde el pilar de madera lanzado por Paimon. Eunice gritó y se escondió detrás de Valac. Éste acabó quitándose la chaqueta y cubrió con ella las cabezas de Eunice y Ximena. Luego, arrastró a Lara y se dirigió a la salida de emergencia.

Cuando salieron al exterior, los nobles gritaban y corrían hacia sus respectivos carruajes. Sin embargo, el camino estaba bloqueado por los carruajes que trataban de salir primero, por lo que los nobles no pudieron ni siquiera escapar de la escena y se limitaron a gritar unos a otros.

¡Crack!

Se oyó el sonido del pilar del teatro al derrumbarse y un humo acre salió del interior. Parecía que se había producido un incendio por el derrumbe de una vela o una lámpara.

El fuego se extendió rápidamente y un humo acre salió de cada ventana. Afortunadamente, era de noche, así que no había nadie dentro, salvo los que estaban disfrutando del banquete.

"Huyamos rápidamente. ¿Por favor? ¿Quieres morir pronto? Puede que Dios te proteja a ti, ¡pero a mí no! ¡No puedo desperdiciar mi larga vida de demonio aquí!"

"Valac"

"¡Quiero vivir una larga vida!"

"¿Quién crees que ganará?"

Preguntó Lara. Valac estaba aterrorizado y Eunice y Ximena estaban totalmente asustadas, pero sólo Lara tenía los ojos serenos. Ella estaba pensando en otra cosa.

"¿Qué has dicho?"

"¿Quién crees que ganará?"

"¿Es eso importante ahora?"

"Contéstame. Es una orden"

Valac se mordió los labios. Abrió y cerró la boca varias veces mientras miraba el edificio del teatro, que empezó a rugir como si estuviera a punto de derrumbarse. Luego, habló con poca convicción. 

"Mientras Paimon no utilice la magia o alguno de sus poderes, creo que vale la pena intentarlo..."

"¿De verdad?"

Lara se rió en silencio. Cuando se dio la vuelta y miró el teatro que se derrumbaba, el vestido de cuentas se agitó ligeramente, emitiendo un claro sonido.

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