Jueves, 24 de Marzo del 2022

Efecto Stigma 84

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El día que Yuriel enfermó, hubo una gran conmoción entre los alquimistas.

Antes de recibir el informe sobre el estado de Yuriel, el alquimista, que estaba a punto de entrar en el laboratorio y prepararse para el experimento, vio el laboratorio vacío y gritó.

La puerta del laboratorio donde estaban encerrados los monstruos estaba rota, y en el suelo quedaban manchas de sangre. Después de salir del laboratorio, el monstruo no dejó ningún rastro.

Tras escuchar la noticia, los alquimistas aparecieron en el laboratorio desde el amanecer con confusión.

"¿Ha desaparecido el monstruo?"

"La pared está rota, creo que salió por aquí"

"No tenía tanto poder. ¿Qué demonios ha pasado...?"

Las manchas de sangre que quedaron en el suelo fueron dejadas por el investigador que sacó la sangre de Yuriel el día anterior al dejar caer la jeringa. En comparación con la importante cantidad que se dejó caer, no quedaban muchas marcas.

Mientras los alquimistas se concentraban en el poder del monstruo, que había aumentado drásticamente, Baraha prestó atención a las manchas de sangre dejadas por el monstruo.

El monstruo, que había estado prisionero durante tanto tiempo, escapó el día en que cayó la sangre de Yuriel. Había rastros de la lengua del monstruo pasando sobre las manchas de sangre.

La cantidad era mucho más reducida de lo que él recordaba. Baraha arrugó el entrecejo al mirar los rastros.

... ¿Se lo comió?

Los monstruos no comen sangre humana. Aunque atacaban a los humanos, no les interesaban los cadáveres humanos.

Sólo atacaban a los humanos para proteger su territorio, y los humanos rara vez eran reconocidos como presas.

Pensó que lo mismo ocurría con el monstruo que protegía a Yuriel. No perdía su fuerza aunque no se alimentara por separado.

La fuente del poder del monstruo es el núcleo. En teoría, podrían vivir para siempre si el poder del núcleo no se agotara.

Pero, ¿por qué bebió la sangre de Yuriel?

También le preocupaba si el monstruo tenía la fuerza necesaria para destruir el muro después de comer la sangre.

Sólo con mirar estos rastros, parecía que el poder del monstruo había aumentado considerablemente después de comer la sangre de Yuriel.

No tenía un buen presentimiento.

Baraha miró a su alrededor con cuidado, asegurándose de que los alquimistas no le estaban mirando.

Los alquimistas estaban frenéticos mientras se reunían alrededor de la pared abierta y hablaban de sus pensamientos. Mientras se concentraban en ello, Baraha limpió el suelo de cualquier rastro que hubiera dejado el monstruo.

Al desaparecer los rastros de la lengua del monstruo, parecía un rastro de sangre goteando.

Cuando el lugar estuvo bien despejado, los alquimistas preguntaron a Baraha.

"Comandante Baraha, ¿qué opina?"

"¿El monstruo se hizo más fuerte en un día?"

"Hasta ayer, ni siquiera podía romper la cadena"

"Tal vez fue lo suficientemente inteligente como para fingir que no podía romper la cadena"

"Si la fuerza aumenta drásticamente en pocas horas, ¿cuál es la variable? Tendré que revisar el registro del experimento de ayer"

Los alquimistas que estaban comprobando la fuerza del muro que el monstruo había roto y atravesado, hacían ruido. Estaban ansiosos por determinar la causa de esta situación.

Baraha, que se había escapado de entre los alquimistas, entusiasmado por aprender algo nuevo y con voces brillantes que no encajaban en la situación, se puso a buscar el lugar al que se dirigía el monstruo.

Estaba convencido de que los monstruos seguirían en Albraka.

＊＊＊

La repentina fiebre alta atormentaba a Yuriel. Aunque débil en apariencia, Yuriel, que había nacido sana, no podía asimilar el calor que la atormentaba.

Era la primera vez que tenía una fiebre así.

Un dolor atroz que parecía cambiar toda la estructura de su cuerpo la golpeaba por completo.

Mientras gemía aferrándose a la almohada por el dolor, como si todos los vasos sanguíneos de su cuerpo martillearan, Raphlet se acercó y le limpió el cuerpo con un paño húmedo.

Cuando su mano la frotó, se calmó un poco, así que Yuriel se aferró a los brazos de Raphlet cuando éste dejó de limpiarla y se disponía a cubrirla con la manta.

Abrazó el cuerpo de Yuriel mientras ella se aferraba a su pecho y la subió a su regazo, frotando su frente llena de sudor frío.

"¿No es incómodo?"

"Cuando haces esto, es mucho más fácil respirar.... Lord Raphlet, ¿se siente incómodo?"

"No"

"Entonces quedémonos así un rato...."

Yuriel respondió con un tono nebuloso y cerró los ojos.

＊＊＊

No hacía mucho que había cerrado los ojos. Yuriel frunció el ceño al oír el rugido del viento rozando sus oídos.

Un frío glacial golpeaba con fuerza su cuerpo.

Sus ojos se abrieron de par en par al sentir que un gran copo de nieve golpeaba su mejilla y pasaba de largo.

Raphlet, que la sostenía, no aparecía por ningún lado.

Yuriel estaba de pie, sin hacer nada, en el interminable bosque invernal.

No parecía tener fiebre, pero su cuerpo estaba más pesado que de costumbre. Mirando hacia abajo, vio un estómago ligeramente abultado.

"¿No es el último mes de embarazo en invierno?"

Se quedó embarazada en primavera, así que en invierno su barriga debería ser grande. Sin embargo, el cuerpo de Yuriel mostraba pocos cambios con respecto a su primer embarazo.

Salvo por el hecho de que no tenía una buena condición física, sólo podía considerarse que tenía un poco de sobrepeso en el estómago. Las otras partes eran lamentables y flacas. Se mirara como se mirara, no parecía una mujer que estuviera a punto de dar a luz.

Yuriel, que se manoseaba el vientre, preguntándose si esto podría ser después del nacimiento del bebé, se sobresaltó por el movimiento que sintió en la punta de sus dedos.

"¡Kyaak...!"

En cuanto tocó su estómago, éste se movió intensamente, como si tratara de informar a Yuriel de su existencia. Yuriel se quedó con la mirada perdida en sus dedos entumecidos y pensó.

Movimiento fetal, fetal, ¿se suponía que debían ser así?

Tras retirar la mano, Yuriel volvió a poner el dedo en su estómago. Se sintió un extraño movimiento junto con una sensación de hormigueo.

Yuriel, que sintió el movimiento fetal al poner la mano en su estómago, se estremeció de frío.

Este parece ser un sueño profético que suele tener. Entonces fue el turno del monstruo de aparecer y amenazarla.

Yuriel lloró al ver que sus pies, que no habían podido usar zapatos, se habían puesto rojos como si estuvieran congelados.

Iba vestida con un fino traje de sirvienta y sin zapatos. Sin zapatos, era imposible tener un arma para enfrentarse al monstruo.

Rebuscó entre sus ropas, por si acaso, pero no salió nada parecido a una pistola o explosivos.

Aun así, ya no estaba tan asustada como antes, gracias a sus experiencias lidiando con monstruos durante el sometimiento.

Yuriel movió sus pies de forma apresurada, tratando de encontrar rastros del monstruo.

No pudo encontrar los rastros que deseaba, pero sí pudo averiguar dónde se encontraba.

Un denso bosque de coníferas, con las ramas cubiertas de nieve, un bosque oscuro y sin luz.

Era un lugar muy familiar.

"Es un bosque en la finca Mogris"

Era un bosque en el Gran Ducado Mogris. Al ver que era desconocido para sus ojos, le pareció que había entrado en un lugar más profundo de lo que había llegado cuando era una niña que venía a recoger ramas.

"¿Cómo he llegado hasta aquí? Incluso descalza.... Uf, tengo los pies fríos"

Estar sola en un lugar así era como pedirle al monstruo que la atacara.

"Ni siquiera tengo un abrigo...."

Ni siquiera llevaba un abrigo. Como si de repente fuera atacada por alguien y saliera corriendo.

Yuriel se quedó un tiempo en el bosque de invierno.

El sueño sólo terminaba cuando ella moría tras ser atacada por un monstruo, pero el monstruo no aparecía por ninguna parte.

Los labios de Yuriel temblaban mientras salía a buscar al monstruo ella misma.

"Prefiero morir y despertarme cuanto antes"

Yuriel, que se movía por la alta nieve, encontró los torneados ojos dorados que la observaban.

"... ¿Lord Raphlet?"

Era la cara de Raphlet. Pero....

Yuriel, que estaba a punto de correr hacia él, vio sus fríos ojos y, sin saberlo, dudó y retrocedió.

La mirada de Raphlet, que se había clavado en el rostro de Yuriel, fue bajando poco a poco. Su mirada descendió lentamente y se detuvo en el estómago de Yuriel.

Al ver que el estómago de Yuriel dibujaba una extraña curva, Raphlet volvió a levantar la mirada.

Sin saberlo, Yuriel se abrazó el estómago y se dio la vuelta.

La mirada que la miraba como si desgarrara su estómago era aterradora. Parecía que quería cortarle el estómago de inmediato.

En el momento en que se dio la vuelta, Yuriel reconoció un cuerpo sólido que se acercaba detrás de ella. Raphlet, que se acercó a ella en un instante, cubrió inmediatamente la boca de Yuriel.

El silencioso bosque se agitó con fuerza.

Ella luchó por bajar la mano de Raphlet, que le cubría la boca, pero él no soltaba su mano agarrando la cara de Yuriel.

"... Señor, Raphlet, Maestro"

Su cuerpo temblaba mientras lo llamaba, pero él sólo le cerraba más y más la boca, como si intentara detener la voz de Yuriel.

No había ninguna explicación.

Yuriel, incapaz de respirar, perdió rápidamente el conocimiento.

Fue en ese momento cuando se empezaron a escuchar las voces de varias personas en el bosque que había quedado sumido en el silencio.

＊＊＊

Le pareció que había pasado un tiempo considerable.

En su sueño, no en la realidad, se sentía extraña, como si se despertara después de haber dormido durante mucho tiempo.

Cuando Yuriel abrió los ojos, recordó su sueño.

Se encontraba con Raphlet en el bosque de la finca Mogris y se desmayaba. No se sintió como si se despertara inmediatamente después de un desmayo, sino como si se despertara después de un largo sueño.

Estaba mareada, como si aún estuviera soñando. Yuriel sacudió la cabeza al recordar la feroz mirada de Raphlet al mirarla.

Si hubiera sido un sueño profético, se habría despertado gritando al mismo tiempo que era asesinada por un monstruo.

Así que no era una premonición.

Yuriel miró la habitación oscura y borró el sueño de su memoria.

Sólo estaba acalorada por la fiebre y tuvo una pesadilla.

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