Hombres del Harén 834
Aunque no me convence ninguno de los dos
—Creo que Sir Girgol es el más adecuado para el cargo de Esposo Oficial.
Latil pensó que había escuchado mal.
—¿Quién?
Sabía que debía ser objetiva e imparcial en una votación como esta, pero aun así, no pudo evitar preguntar de nuevo.
El ministro cerró los ojos con fuerza y volvió a hablar.
—Sir Girgol es el más adecuado.
—Ah…..
Latil se tapó la boca con la mano, incapaz de cerrarla. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿No era esa persona parte de la facción de Atraxil? ¿Peleó con ellos?
Lanzó una mirada furtiva a Duque Atraxil. Este tenía los ojos cerrados y una expresión de indiferencia absoluta.
¿Qué es esto? ¿De verdad pelearon?
Inclinando la cabeza, Latil se dirigió al siguiente ministro en la lista.
—Bien. ¿Y tú?
—Creo que el único que puede ser Esposo Oficial es Sir Girgol.
—¡!
'¿Estoy soñando?'
Latil miró al ministro con desconcierto. Según recordaba… esa persona tenía una buena opinión de Lean.
No hasta el punto de apoyarlo abiertamente, pero al menos le había mostrado una actitud bastante amistosa. Aunque, al final, pareció estar profundamente decepcionado.
'Bueno, supongo que es posible. Tal vez se sintió tan defraudado por alguien tan astuto como Lean que terminó yéndose al extremo opuesto'
Latil giró hacia el siguiente ministro en la lista.
—¿Y tú?
—Si Sir Girgol se convierte en Esposo Oficial, el país encontrará estabilidad, Su Majestad.
Latil se pellizcó ligeramente el dorso de la mano. ¿Será que, aunque este lugar parece mi país, en realidad estoy en otro?
Uno tras otro, cada ministro mencionó el nombre de Girgol.
Incluso un ministro que claramente era amigo cercano de Canciller Rolurd señaló a Girgol como candidato a Esposo Oficial.
Latil se llevó la mano a la cabeza y miró a su alrededor. A este punto, tenía que admitirlo: algo… estaba mal.
Cuando llegó el turno de Duque Atraxil, ahora resultaba más extraño que él eligiera a alguien que no fuera Girgol.
—El candidato a Esposo Oficial debe ser, por supuesto, nuestro Ranamoon. Todos conocen las razones. Debemos recordar que Esposo Oficial no solo se sienta al lado de Su Majestad, sino que también representa a la nación.
Duque Atraxil tenía una expresión más solemne que de costumbre. No parecía estar haciendo una declaración firme y evidente, sino que daba la impresión de ser un hombre dispuesto a enfrentarse solo a un gran poder amenazante.
Los ministros cercanos lo miraban con admiración.
Incluso la facción de Canciller Rolurd lo observaba con respeto.
Latil apretó los labios con fuerza. Poco a poco, empezó a entender lo que estaba ocurriendo.
'Así que Girgol ha movido sus hilos. Con razón. Últimamente ha estado extrañamente callado'
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Gesta y Ranamoon obtuvieron un voto cada uno de sus respectivos padres, mientras que todos los demás votaron por Girgol.
—Necesito pensarlo un momento. Descansen también… Nos reuniremos de nuevo en una hora.
Tras conceder un receso a los ministros reunidos, Latil se dirigió directamente al invernadero de Girgol.
Empujó la puerta con fuerza, haciendo que los árboles cercanos temblaran levemente.
Aunque afuera la primavera estaba trayendo temperaturas más cálidas, el aire dentro del invernadero era mucho más sofocante.
Apenas entró, sintió el calor. Mientras avanzaba con pasos firmes hacia donde percibía presencia, se quitó la capa y la sostuvo en el brazo.
El invernadero era tan vasto que resultaba difícil moverse por él. Finalmente, Latil divisó una silueta más allá de los arbustos.
Corrió de inmediato hacia ella y apartó las largas hojas de un manotazo, exclamando:
—¡Girgol!
—¡Yo-yo no soy Sir Girgol!
Zai'or, que sostenía una regadera, se sobresaltó y retrocedió con expresión de puro pánico, como si hubiera encontrado un cocodrilo en un pantano.
Latil soltó los arbustos y escudriñó el espacio vacío. La tierra estaba cuidadosamente nivelada, como si estuvieran preparando el terreno para plantar nuevas flores.
Había herramientas de jardinería por todos lados, pero Girgol no estaba por ninguna parte.
—¿Dónde está Girgol?
Latil bajó la mano e intentó preguntar con calma.
—Estoy aquí, Jovencita.
La respuesta vino desde arriba, sobre su hombro.
Latil se giró de golpe.
Girgol la observaba con las manos metidas en los bolsillos de su ligero abrigo blanco.
Con su aparición, la temperatura del ambiente pareció enfriarse instantáneamente.
—¿Me estabas buscando? Te escuché gritar desde allá adentro.
Su voz sonaba amable, sonrió entrecerrando los ojos.
Zai'or, que no quería verse envuelto en la pelea de dos monstruos, abrazó la regadera y salió corriendo del lugar.
Latil se dio cuenta, pero esperó hasta que Zai'or se hubiera ido por completo. Una vez que estuvieron solos, forzó una sonrisa y preguntó:
—Girgol, ¿fuiste a hablar con los ministros? ¿Hiciste algo?
—Les di asesoría.
Girgol sonrió aún más.
—¿Asesoría sobre qué?
Latil se recordó a sí misma que él era un vampiro capaz de perder la cabeza en cualquier momento.
Había escapado de su destino, pero eso no significaba que estuviera cuerdo.
—Les dije que si no me apoyaban, los enterraría en el invernadero y los regaría como si fueran plantas.
Girgol susurró mientras apoyaba su pecho contra la espalda de Latil.
—Incluso les prometí que de vez en cuando les pondría fertilizante. Así al menos aprenderían algo sobre el crecimiento. Ya sabes cuánto amo la naturaleza, ¿verdad?
Mordisqueó suavemente la oreja de Latil.
El contacto de sus labios fríos le erizó la piel en la nuca. Sintió un cosquilleo que la hizo encoger los hombros instintivamente.
—Girgol…...
Cuando Latil pronunció su nombre con voz pausada, él deslizó sus labios por su cuello.
Descendió hasta el hombro y allí mordió con más fuerza.
Con habilidad, su mano se movió hacia los botones de su ropa, dudando un instante antes de decidir no desabrocharlos.
En su lugar, acarició la zona cercana a su corazón con una mano.
Latil inclinó la cabeza y se apoyó en su hombro.
Cada sitio donde sus labios la tocaban se sentía ardiente. Sus piernas se debilitaron.
Por un momento, quiso simplemente abrazarlo y dejarse caer en la tierra con él.
Pero en el último instante, giró su cuerpo de lado y lo empujó con el hombro.
Girgol retrocedió medio paso.
—¿Por qué te enojas?
—¿Que por qué me enojo? ¿Por qué me enojo? Girgol, para mí, elegir al Esposo Oficial es un asunto serio. Tarium es mi nación, mi patria, la tierra que amo con todo mi corazón. ¡Es el hogar de nuestra gente! Para mí, elegir al Esposo Oficial es algo extremadamente, extremadamente importante.
Latil gritó con furia.
Cuando vio que los ojos de Girgol adquirían el brillo de un depredador antes de cazar, rápidamente levantó las comisuras de los labios.
—Por supuesto, no es que esté enojada contigo.
Para este punto, Latil incluso comenzó a preguntarse si todo lo que Girgol había hecho últimamente 'destruir la Policía, la Sociedad de Magia Blanca y la mansión de Leysian' había sido una preparación para esto.
Los ministros presenciaron esos eventos con horror.
Para los nobles, frágiles como flores en un invernadero, la amenaza de Girgol era imposible de ignorar.
—Jovencita, ¿cuál es el problema?
Girgol preguntó, recostándose contra un tronco grueso y sólido.
No lo hacía para provocarla. Realmente no entendía por qué ella se molestaba tanto.
Latil se llevó una mano a la nuca, sin poder creerlo.
—Ha…
—Piénsalo, Jovencita. El primer adversario se respalda en su linaje. El zorrito confía en su dinero y su inteligencia. Todos muestran sus fortalezas. Yo solo hice lo mismo.
¿Ser fuerte?
—Amar la naturaleza.
—…...
Latil bajó la comisura de los labios y lo miró fijamente.
—No tengas prejuicios, mi Aprendiz. Imagina que uno de ellos—el primer adversario, el zorrito o el potrillo de Carissen—se convierte en Esposo Oficial. ¿Y qué pasa si aparece un enemigo como yo y empieza a matar a tus subordinados? ¿Cómo lo solucionarías?
—….....
—Esa es mi ventaja. En cambio, si un Esposo Oficial con linaje o inteligencia se interpone en mi camino…....
Girgol sonrió con una expresión afilada.
—Yo puedo encargarme de ellos sin problemas.
Latil no supo qué responder.
Lo que decía era un sinsentido. Si fuera así, la selección del Esposo Oficial y la emperatriz debería decidirse en un torneo de artes marciales.
—El Esposo Oficial no es quien mejor conserva su posición, Girgol. Es quien puede contribuir al bienestar del país.
Murmuró lo que sonaba como una lección de libro de texto, aunque no pudo evitar pensar que, en cierto modo, Girgol tenía un punto.
'Si hordas de monstruos atacaran, un Esposo Oficial como Girgol sería ideal. Se encargaría de todo él solo'
—¿Ves? Sabes que tengo razón, ¿verdad, Jovencita?
Girgol la abrazó por la espalda y susurró.
Latil le dio unas palmadas en el brazo, mitad molesta y mitad divertida.
—Jovencita, cuando tengamos un bebé, ¿qué nombre le pondremos?
—No cambies de tema.
'¿Y por qué tendría que ponerle nombre contigo? Si llegara a tener un hijo, lo haría con Tasir'
Girgol besó ambas sienes de Latil y se apartó.
—Pronto es el cumpleaños de nuestros niños. ¿Lo sabes, Jovencita?
—¡!
—Pero no sé dónde está mi hijo.
Girgol miró a su alrededor y luego empezó a cavar la tierra con las manos.
Mientras apartaba un poco de tierra, el aroma fresco de la primavera emergió.
Latil quedó sin palabras, sin saber si enfadarse más.
También le preocupaba que Siphisa casi no apareciera últimamente.
Cuando lo hacía, solo se asomaba para saludar y luego desaparecía, igual que lo hacía Girgol en el pasado.
—…....
Latil mordió sus labios y se dio la vuelta.
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Cuando regresó a la sala de reuniones al final del descanso, los ministros ya estaban todos reunidos.
Cuando Latil entró por la puerta lateral, los ministros cerraron la boca y centraron su atención en ella.
El silencio y las miradas inquietas de todos explicaban perfectamente la situación.
Aunque habían mencionado el nombre de Girgol debido a sus amenazas, temían sinceramente que él fuera elegido.
Latil permaneció pensativa frente al estrado durante un rato antes de hablar finalmente.
—Dado que es un asunto extraoficial, no es necesario registrarlo.
En realidad, ni siquiera tenía que hablarlo extraoficialmente. Podría haber elegido y observado a los candidatos en secreto y tomar la decisión final por sí sola.
Sin embargo, si alguien se convertía en Esposo Oficial, algunos de los antiguos Consortes podrían no aceptarlo.
Latil quería ver cómo los candidatos a Esposo Oficial reaccionaban ante esa atmósfera.
—He seleccionado a los candidatos, pero nunca se sabe con los asuntos humanos. Si ocurre un gran cambio, podrían ser reemplazados o eliminados.
Aun mientras hablaba, Latil se sentía confundida. ¿Era realmente la decisión correcta?
—Los tres candidatos que he elegido basándome en sus opiniones son… Ranamoon.
Duque Atraxil y su facción suspiraron aliviados.
—Tasir.
Esta vez, nadie mostró una alegría evidente. Sin embargo, todos asintieron como si lo aceptaran.
Para los ministros, Tasir era como una 'segunda opción común'. No era el Consorte que apoyaban, pero si el suyo no podía ser elegido, preferían que fuera Tasir.
—Y el último es…
En la mente de Latil, los rostros de dos personas aparecían y desaparecían rápidamente.
—El último es…..
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