Domé a un Tirano y Huà 202
SIDE STORY - 63
Estelle no parecÃa ser del tipo que trataba las cosas con descuido. A excepción de su muñeco de apego, todo en su habitación estaba impecable.
Pensar en Estelle abrazando su muñeco, tragándose la soledad en silencio, hizo que Charlize sintiera un repentino remordimiento.
—Por eso digo que el favor de los dioses es agotador…
Charlize lanzó una mirada fugaz a Payne, que se habÃa identificado incluso con la muñeca.
—Payne.
—¿Hm?
—Sobre Alpherior… Dijiste que, si lo convocaba de nuevo, romperÃa la restricción de Lafeyak y vendrÃa de inmediato, ¿cierto?
—¿?! ¿Por qué hablas de Alpherior de repente…? ¿Ha pasado algo?
La expresión juguetona de Payne se desvaneció en un instante.
El simple hecho de que aún llamara a Charlize ‘capitán’ con tanta firmeza demostraba que el sentido de pertenencia de los comandantes de Alpherior seguÃa intacto.
Aunque oficialmente se habÃan integrado en Lafeyak, siempre habÃan operado por separado como una división de Ehirith. Solo lo aceptaron porque Charlize lideró la fusión. Si hubiese sido decisión de Dylan, jamás lo habrÃan seguido.
Con Payne ahora completamente serio, Charlize dudó si debÃa hablarle sobre Dylan.
Era consciente de que últimamente se mostraba demasiado sensible, hasta el punto de que podrÃa interpretarse como hostilidad hacia él. Pero una vez que la duda habÃa sido formulada, parecÃa haber estado esperando su oportunidad para tomar forma y crecer con el tiempo.
‘Si Dylan me está ocultando algo, seguramente ha utilizado las caracterÃsticas de Lafeyak como organización secreta para crear una división aparte y dar órdenes en la sombra. Sin embargo, Payne tiene un vÃnculo claro conmigo, por lo que no es apto como informante. PodrÃa caer fácilmente en información errónea intencional o, peor aún, ya podrÃa ser más leal a Dylan. No puedo descartar por completo esa posibilidad. Después de todo, Dylan es el ‘verdadero fragmento de Ehirith’.’
Incluso si asumÃa que Dylan habÃa ejercido cierta influencia sobre Payne, esta parecÃa mÃnima… pero nunca se sabÃa. HabÃa que ser precavido.
‘Confié plenamente en Dylan todo este tiempo, por eso no hice nada. No albergaba ni la más mÃnima sospecha, asà que ni siquiera preparé una estrategia de respaldo. ¿En qué demonios he estado perdiendo el tiempo? Ni siquiera recuerdo bien mi propia vida matrimonial. Mientras tanto, Dylan probablemente ha estado entrenando a sus subordinados con total meticulosidad’
De repente, Charlize se dio cuenta de que el control de Dylan era como el aire: omnipresente, pero tan sutil que apenas se notaba.
‘Mis relaciones son limitadas. Conociendo su naturaleza, no me sorprenderÃa descubrir que Dylan ha estado monitoreando y manipulando a toda la gente que me rodea. La única ventaja que tenÃa sobre él era mi habilidad con la espada… pero incluso en eso, acabaré perdiendo. Antes podÃa prever el futuro gracias a la información de mi vida pasada, pero ahora eso ha perdido valor. Dylan ha desarrollado el Imperio tan rápidamente que ha reducido la utilidad de mi conocimiento.’
El Imperio actual era completamente distinto al que Charlize recordaba.
La mera anécdota de Ronan, quien habÃa perdido una fortuna siguiendo los consejos de inversión de la señorita Rhodia, lo demostraba.
Incluso la invención del jabón habÃa tenido un efecto dominó evidente.
Era un producto que, en su vida pasada, no habrÃa sido creado hasta dentro de 200 años, pero ahora ya se habÃa extendido por toda la población.
La esperanza de vida media de los ciudadanos del Imperio aumentarÃa más de diez años.
Las implicaciones de este solo hecho eran incalculables.
La mortalidad infantil habÃa disminuido drásticamente.
La propagación de enfermedades infecciosas se habÃa desacelerado notablemente.
Y esto era solo el principio.
‘Si Dylan conoce a alguien, es capaz de leer por completo sus patrones de comportamiento. A menos que sea una relación nueva que él mismo desconozca, no hay forma de que escape de su control. Pero, ¿cómo podrÃa conseguir un resquicio asÃ? Lafeyak, bajo el pretexto de protegerme, en realidad me vigila y le informa de cada uno de mis movimientos.’
Cuando pensaba que era solo sobreprotección, no le molestaba en lo más mÃnimo.
Pero si lo veÃa como una obsesión, la situación cambiaba.
No era justo.
Dylan podÃa tener secretos, pero Charlize no podÃa guardar ninguno que él no supiera.
El equilibrio se habÃa roto hacÃa mucho.
Quizás esa era la raÃz de la incomodidad que sentÃa.
HabÃa amado tanto a Dylan que habÃa sido demasiado blando con él.
Por supuesto, la mirada que Payne le dirigÃa parecÃa sincera.
‘Incluso si tu lealtad es real, no puedo confiar en ti, Payne.’
Charlize desvió el tema.
—No es nada. Solo lo decÃa sin más.
—¿Qué? Me asustaste, pensé que pasaba algo grave.
—Por cierto, ayer Dylan me contó que Lucy se casó con Kahu.
—¿Eh? Ah… sÃ. Ya llevan un mes casados. El tiempo pasa rápido. Bueno, tampoco es que pudieras asistir, estabas en campaña… Fue una boda bastante repentina.
—También dijo que Lucy está embarazada.
—SÃ, incluso se rumoreó que fue un matrimonio apresurado por eso.
El conejo de peluche seguÃa colgando de la mano de Payne.
Charlize preguntó:
—Por cierto, ¿y tú? ¿No piensas casarte? Chase ya tiene un hijo que es casi tan grande como Kaleon, Lucy y Kahu ya son esposos, V y Hugo han formado familia hace tiempo. Solo quedas tú.
Mencionó a quienes habÃan sido figuras clave en la Tregua de los Dioses.
Incluso Mary, su criada de confianza, se habÃa casado y habÃa partido hace tiempo.
Payne se quedó en silencio por un momento.
—Jefe… en realidad, soy impotente.
—…….
—No se me levanta.
Vaya.
Sin decir nada, Charlize le dio unas palmaditas en el hombro.
Lucy siempre se burlaba de él por eso, pero la reacción de Charlize, aunque seca, deberÃa haber parecido más reconfortante.
Sin embargo, la mirada indiferente de Charlize solo hizo que Payne se sintiera aún más miserable.
—…Más allá de eso, jefe. ¿SabÃas que hace poco el Papa tuvo un sueño sobre Ehirit y lo proclamó como una profecÃa? Dijo que la ‘Mariposa Roja’ probará la existencia de la santa.
—……Ya veo.
—Bueno, supongo que este tipo de temas religiosos no te interesan mucho.
Charlize parpadeó lentamente al notar lo desanimado que se veÃa Payne.
—Lo siento, no querÃa hacerte hablar de tu impotencia.
—……No es por eso. Lucy también decÃa que cada vez que hablaba de estas cosas, le arruinaba la diversión.
—¿Aún no han desarrollado artefactos mágicos para… eso?
—¿Puedes no matarme dos veces?
—……Perdón.
Charlize se disculpó en voz baja.
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Durante las dos semanas siguientes, Charlize estuvo bastante ocupada terminando el papeleo que debÃa completar como emperatriz. Se habÃa acumulado durante los tres meses de expedición contra las bestias demonÃacas, asà que la cantidad era considerable.
Si Charlize no lo hacÃa, Dylan se encargarÃa en su lugar. Sin embargo, ella sentÃa que debÃa recuperar poco a poco su autoridad, asà que no delegó el trabajo.
‘Qué tranquilo se siente todo.’
Aparentemente, su dÃa a dÃa transcurrÃa con normalidad.
Se reencontró con Kaleon después de mucho tiempo, el niño se lanzó a sus brazos sollozando, diciendo cuánto la habÃa extrañado. Logró calmarlo con paciencia.
También se sintió aliviada al ver que Estelle se llevaba bien con Payne.
Envió un regalo tardÃo a Kahu y Lucy por su matrimonio, pero en lugar de simplemente agradecerle, le devolvieron tantos obsequios que le resultó complicado manejarlos.
—Ah… por fin terminé…
Cuando por fin se liberó de los documentos, Charlize murmuró para sà y recostó la cabeza hacia atrás en la silla.
Su cabello rubio ceniza se deslizó por el aire sin orden alguno.
Desde su visión invertida, vio a Dylan sonriéndole.
—…….
—…….
Charlize lo miró desde su mundo al revés.
Sus ojos azul claro destellaban con frescura y su sonrisa era, como siempre, tan atractiva que resultaba difÃcil acostumbrarse a ella.
Cruzaron miradas en silencio durante un momento.
Finalmente, recuperó la compostura y enderezó su torso. En ese instante, Dylan se acercó.
Luego, con un movimiento suave, colocó las manos sobre sus hombros, masajeándolos con una leve presión.
—¿Has terminado con los asuntos de estado, Charlize?
‘Preguntar cuándo llegó ya no tiene sentido.’
No era sorprendente que, incluso cuando Dylan se acercaba, Charlize ni siquiera percibiera su presencia.
Dejando de lado las expertas manos de Dylan, que le ofrecÃan un masaje de primer nivel, Charlize se sumió en sus pensamientos.
‘Dylan ha seguido comportándose como siempre, incluso después de que lo sospechara abiertamente. ¿Es su confianza en que, al final, volveré a confiar en él...? En las últimas dos semanas, ha buscado estar conmigo con una frecuencia inusualmente alta. Fuera de eso, no ha habido nada extraño.’
Tras una expedición contra los monstruos que los habÃa mantenido separados durante tres meses, era comprensible que Dylan lo deseara. Pero desde el mismo dÃa en que regresaron a la capital, cada vez que sus miradas se cruzaban, todo desembocaba inevitablemente en encuentros Ãntimos.
Charlize apenas habÃa tenido tiempo para reflexionar. En los escasos momentos de respiro, su atención era arrastrada de nuevo por la urgencia del trabajo pendiente.
Al final de la jornada, cuando regresaba a su dormitorio, el placer que Dylan le proporcionaba era tan abrumador que su mente quedaba completamente en blanco. Siempre habÃa disfrutado de ese placer, pero últimamente, la insistencia de Dylan empezaba a resultarle inquietante.
Incluso ahora, el masaje que recibÃa en los hombros tenÃa un matiz sutilmente provocador.
Mientras contemplaba la ventana, Charlize se sumió en sus pensamientos. Afuera, la nieve caÃa sin cesar. El paisaje le recordó aquel viaje en el que la tormenta le impidió ver la aurora boreal.
‘Ahora que lo pienso… aquella vez, Dylan parecÃa alguien que ya sabÃa de antemano que no la verÃamos.’
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