BATDIV 27








BATALLA DE DIVORCIO 27



¿Está levantado, o simplemente en ese estado?

O quizás... ¿siempre es así de grande y por eso necesita acomodarlo a un lado?

Cuanto más pensaba en lo que acababa de rozar su mejilla, más sentía que iba a volverse loca.

¿Debería preguntarle directamente? ¿Exigirle una explicación?


—¿Por qué demonios eso de Max está aquí? ¿Cuál es la razón, eh?

—Hablemos con claridad. Soy un hombre, así que obviamente tengo lo que tengo. En todo caso, tú invadiste el espacio donde esto ya estaba.


Peor.


—¿Max es un pervertido irremediable? ¿Por qué me está ofreciendo eso como si fuera una almohada?

—Sí, soy un pervertido irremediable. Pero si realmente quieres usarlo como almohada, sería un honor para Baldeck.


Aún peor.


—¡En fin! ¿Por qué tengo que hacer contacto visual con eso de Max y pasar por este incómodo saludo?

—No lo sé… Tal vez también se alegró demasiado de verte y salió a recibirte.


¡Esto es una locura!

Se imaginó a sí misma regañándolo de mil maneras, pero en cualquier caso, todo terminaba siendo igual de terrible.

No había una respuesta clara. Si decía algo, lo más probable era que solo estimulara aún más a ese maldito pervertido. Y lo último que quería era enfrentarse a la versión aún más entusiasta de eso de Maxim.

Habían dormido juntos varias noches, pero al menos parecía que no era un desgraciado capaz de atacar a una mujer dormida.

Así que lo mejor era fingir que dormía.

'Yo también me dormiré. Así que, por favor, no te enojes ni te levantes de repente… Solo duerme tranquilo, ¿sí?'

Daisy, como si le estuviera dando una advertencia a eso de Maxim, apretó los ojos con fuerza y decidió ignorarlo.
















⋅•⋅⋅•⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅∙∘☽༓☾∘∙•⋅⋅⋅•⋅⋅⊰⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅⋅•⋅
















Al final, no pudo dormir ni un solo instante.

Cada vez que entreabría los ojos, se encontraba con la mirada de Maxim, quien seguía observando su rostro sin el menor reparo. En lugar de descansar, se sentía aún más agotada.

Los empleados de la boutique, temerosos de la situación, tardaron 40 minutos en entrar al probador. Maxim aprovechó todo ese tiempo para contemplar el rostro dormido de su esposa antes de salir.

Gracias a eso, Daisy tuvo que fingir que dormía durante 10 minutos más, como si estuviera cumpliendo un castigo.

Ahora, de pie frente al espejo del probador, su rostro se veía algo demacrado. Los empleados la trataban con extrema cautela, como si estuvieran manejando a un recién nacido.

'Qué incómodo'

Después de todo, si te atrapan criticando a alguien, la situación se vuelve incómoda tanto para el que habló mal como para el que fue objeto de la burla.

'El que hizo el escándalo fue otro, pero la que se siente avergonzada soy yo'

Agradecía que Maxim hubiera salido en su defensa, pero también lo resentía un poco por haber exagerado todo.

Desde la perspectiva de los empleados, tampoco había sido un momento agradable. Sin embargo, Daisy no les guardaba rencor.

'Hablar mal de alguien es normal. Incluso los reyes son criticados a sus espaldas, ¿qué más da?'

Pensaba que desahogarse con chismes ocasionales era saludable. ¿Qué otra distracción podrían tener mientras trabajaban?

Ella misma se desahogaba mentalmente con todo tipo de insultos.

Si sumaba todas las veces que había maldecido en su cabeza a su jefe, Therese, y a Maxim, que siempre parecía ponerla a prueba… seguramente, los dioses la habrían sentenciado como irredimible y la habrían mandado directo al infierno.

'Daisy Therese o Daisy von Baldeck'

No se había involucrado emocionalmente con esos nombres falsos que adoptó por su misión, así que no le afectaban en lo más mínimo.

Para ella, no era cuestión de orgullo, sino de supervivencia. Recibir información sin filtros le resultaba útil. Así que, en el fondo, lamentaba que todo se hubiera arruinado.

'Esto es demasiado incómodo'

Quería terminar rápido y marcharse a descansar, pero la extrema cautela con la que la trataban solo hacía que todo tomara más tiempo.


—Esto…

—¡S-sí, su alteza!

—¿N-nos necesita para algo? Lo que sea, por favor, dígalo con confianza.


Los dos empleados, que la estaban ayudando a vestirse, se inclinaron rápidamente.

Daisy sabía que la única que podía relajar esta tensión era ella misma.


—Sobre la ropa que llevaba antes… ¿realmente era tan barata?

—¿Qué? Ah, no…


Maldición. Quizás no era la pregunta correcta.

Solo había expresado su curiosidad, no tenía intención de hacerlos sentir incómodos.

Pero viendo cómo palidecieron, parecía que había cometido un error.


—No, no. No los estoy regañando, lo pregunto en serio. Fue un regalo de mi padre, pero la tela es tan frágil que se rasga con facilidad. Me preguntaba si es porque era de mala calidad.


Realmente tenía curiosidad.

A este punto, incluso las joyas que le habían dado como parte de su disfraz merecían ser cuestionadas.

Si quería exigirle explicaciones a su padre más tarde, necesitaba pruebas concretas.


—¿El conde se la regaló a su hija? Nosotros no teníamos idea…

—P-por favor, mátenme…


Esto no iba por buen camino.

A pesar de todo, ya que había sacado el tema, quería escuchar una respuesta clara.


—No se preocupen, está bien. Hablen con confianza, ¿sí?


Los dos empleados se miraron entre sí, inseguros. Finalmente, el que parecía de mayor rango habló con cautela.


—Su alteza es… tan hermosa, de piel tan blanca y delicada… que cualquier prenda que use… s-se ve deslumbrante en usted.


… Basura.

Claramente, estaban evitando responder y optando por halagos.


—Así es. He trabajado aquí durante años y he visto a muchas damas de la nobleza, pero ninguna con una belleza tan fresca y radiante como la suya, su alteza.


'Lo que antes era ‘provinciana y vulgar’ ahora se convirtió en ‘belleza fresca y radiante’ en un segundo, ¿eh?'

Definitivamente, Maxim les daba miedo.

'Debí hacer una pregunta aún más estúpida'

Si quería respuestas, necesitaba encontrar una forma de esquivar esos halagos.

'Está bien. Ya que hice una pregunta tonta, iré con todo y actuaré como una noble ingenua y sin sentido común'

De todas formas, para estas personas, Daisy von Baldeck ya era una gran duquesa sin vergüenza, que había tenido sexo en el probador y que hacía preguntas ridículas.

Había actuado sin clase desde el principio, así que no había forma de arruinar aún más su imagen.

Y si lo hacía… incluso mejor.

'Al diablo la dignidad'

Daisy decidió interpretar a la duquesa con la cabeza tan vacía como su expresión angelical.


—Por lo que escuché… el duque es muy popular entre las mujeres, ¿cierto?


Los empleados se quedaron helados.

'Bueno, si reaccionan así, jamás obtendré respuestas'

Ahora tenía dos opciones.

Presionar como lo hacía Maxim o manipularlos con amabilidad. La clásica estrategia de la zanahoria y el palo.

'Izzy, cuando entrenas a un perro callejero, lo primero es llamarlo por su nombre'

No tenía idea de por qué ese recuerdo apareció en su mente en ese momento.

Pero los nombres tenían poder.

Cuando era "Izzy", erradicaba a los monárquicos sin dudar.

Cuando se convirtió en "Daisy", empezó a arrepentirse de algunas cosas.

Y desde que era Daisy von Baldeck, a menudo quería matar a la gente que la llamaba Izzy.

Con una mirada grande y curiosa, fijó la vista en los empleados. Era la misma expresión que Maxim usaba con frecuencia.


—Soy Daisy von Baldeck. ¿Cómo se llaman?

—¿Eh? ¿Yo…?

—Los dos.

—A-anna.

—H-hazel.


Los empleados respondieron nerviosamente.


—Bien, Anna, Hazel. No hace falta que oculten nada. Ya escuché lo que dijeron antes.

—L-lo sentimos mucho, su alteza…

—No quiero disculpas. Solo respondan mi pregunta.


Parecían realmente incómodos.


—Bueno… Duque von Baldeck es muy atractivo y un héroe nacional. Es natural que haya muchas damas de la nobleza que lo admiren por patriotismo…

—Exactamente. Nunca había visto a alguien tan apuesto como él. Y al verlo en persona, es aún más impresionante. Su alteza debe sentirse afortunada de tener un esposo tan deslumbrante…


'Voy a morir de vergüenza'

Apreciaba el esfuerzo, pero ninguna de sus respuestas era lo que buscaba.

Era hora de cambiar de táctica.


—Parece que, por ser una bastarda de origen plebeyo, me ven como alguien con quien pueden jugar, ¿verdad?

—¡¿Qué?! ¡Jamás…!

—¿Creyeron que con adulaciones me tragaría cualquier cosa? Déjense de rodeos y hablen claro. ¿Quiénes son esas mujeres?

Si te gusta mi trabajo, puedes apoyarme comprándome un café o una donación. Realmente me motiva. O puedes dejar una votación o un comentario 😁😄

Publicar un comentario

0 Comentarios