Mi deseo son dos camas separadas 44
El incidente del secuestro de la reina (6)
Traducción Coreano-Español: Asure
En lugar de mirarla con extrañeza, sus ojos brillaban con asombro y admiración.
Julia, que había estado un poco preocupada de que Endymion pudiera rechazarla, se sintió aliviada. Sin embargo, también le salió una risa al darse cuenta de que sus palabras eran exactamente las mismas que ella había pensado cuando se dio cuenta de sus sentimientos hacia Endymion.
Endymion se sentó en el sofá y miró fijamente a Julia mientras ella se acercaba.
—¿Ese anillo ocultaba tu energía mágica?
—Sí.
—¿Desde cuándo?
—...Desde que tenía cinco años. Si se descubría que era una maga, me llevarían a la Torre de Magia, no quería eso, así que lo oculté.
Julia, que había confesado tarde, evitó su mirada y jugueteó nerviosamente con el cuello de la camisa de Endymion. Endymion, que le había ofrecido obedientemente el borde de su ropa, comenzó a hacer preguntas una por una.
—¿Por qué me lo ocultaste a mí también?
—...No quería que te preocuparas. Lo había ocultado bien por mi cuenta, así que no quería causarte más problemas innecesarios.
Aunque parecía arrepentida por haberlo ocultado, Julia no parecía pensar que su decisión hubiera estado equivocada.
Endymion suspiró y agarró las dos manos blancas de Julia que estaban arreglando el cuello de su camisa cerca de su cuello.
—A mí me molesta más no saber cosas sobre ti.
—¿Eh?
—No lo ocultes más. No quiero perderte sin saber nada.
Endymion murmuró mientras llevaba sus labios a la palma de la mano de Julia.
El cálido aliento le hizo cosquillas en la piel, y Julia retrocedió un paso, sobresaltada. Luego, sacó su mano y la escondió detrás de su espalda mientras asentía con la cabeza.
—Lo siento. No ocultaré nada más. Si tienes alguna pregunta, pregúntame.
—Está bien.
Endymion asintió con la cabeza con una expresión de alivio y sentó a Julia a su lado.
Julia, sentada junto a Endymion, le contó con cuidado la historia de cómo se dio cuenta de que era una maga a los cinco años y cómo había ocultado sus habilidades con el anillo. Luego, explicó en detalle lo que había sucedido con Kiara.
—Sir Boris parece creer que soy una maga de rango medio... pero no estoy segura. Podría no serlo.
—¿Eres más impresionante?
—¿Cómo lo sabes?
Julia abrió los ojos de par en par y preguntó, mientras Endymion sonreía y brillaba de orgullo.
—Las bestias mágicas que derrotaste eran de un nivel que incluso los caballeros tienen dificultades para vencer. Recibí informes de que las cicatrices que quedaron en los cadáveres eran tan limpias que era difícil analizar con qué las atacaste. Con esa habilidad, ¿no serás una archimaga?
—¿Qué? No, no es para tanto.
Julia se rascó la mejilla con incomodidad. Lo había hecho casi por instinto, se sintió avergonzada de que Endymion lo destacara como un logro.
—Muéstramelo más tarde.
—No es gran cosa, en serio. ¿De qué sirve ver eso?
—Entonces, ¿Qué es gran cosa? Ah, ¿golpear la mesa?
Ante la respuesta tranquila, Julia se rió en voz alta.
Había estado preocupada por cómo reaccionaría Endymion, si consideraría su condición de maga como un problema. Pero todas esas preocupaciones se disiparon de una manera que hizo que sus pensamientos anteriores parecieran insignificantes.
Julia se recostó en el sofá y continuó hablando.
—Estaba dudando si debía decir esto, pero como aún no es algo definitivo, revelarlo solo causaría molestias, pensé en mantenerlo en secreto. Solo te lo digo a ti.
—Me gusta. Un secreto solo nuestro.
Endymion dijo con satisfacción. Sus ojos azules brillaban con un orgullo indescriptible por el hecho de que ella tuviera habilidades mágicas tan impresionantes.
—Entonces, no importa quién sea la fuerza impura que debemos encontrar.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Cualquier mago que manipule a un simple fugitivo no será tan impresionante como tú.
Endymion respondió sin dudar, apoyando la barbilla en una mano. Julia, sintiéndose incómoda, intentó negar con la cabeza, pero de repente abrió los ojos al recordar algo.
'Es cierto. Viendo cómo usaron a Kiara'
Según las palabras de Boris, si convocó bestias mágicas, entonces tiene al menos el nivel de una maga de rango medio. Pero el hecho de que usara a alguien más como intermediario sugiere que no es de un rango superior.
'Si fuera de rango superior, sería más seguro actuar por sí misma. ¿Por qué usaría a Kiara, que ni siquiera es una maga? No tiene sentido'
Era inevitable preocuparse por la identidad de la fuerza que la había puesto en peligro dos veces. Pero, sorprendentemente, la lógica clara de Endymion hizo que la ansiedad desapareciera.
No sabía que sería tan reconfortante tener a alguien en quien confiar y con quien compartir todo. Sintiendo una oleada de calidez, Julia le sonrió brillantemente a Endymion.
Así continuaron charlando animadamente.
—Gracias. Por salvarme en ese momento. ¿Tu brazo está bien?
Después de confirmarlo varias veces, Julia lo examinó cuidadosamente una vez más.
—Sí, está bien.
Parecía que había usado una poción curativa, ya que el brazo que parecía haber sido herido al atravesar la cortina dorada estaba completamente curado. Julia se disculpó, ya que la escena que había visto antes de desmayarse seguía atormentándola.
—Lo siento, por mi culpa casi te metes en un gran problema.
—Es algo natural, ¿por qué te disculpas? Retira esa disculpa.
Endymion, que parecía un gato moviendo la cola y coqueteando, respondió de inmediato con desaprobación. Julia, aliviada, asintió con la cabeza mientras acariciaba su brazo con gratitud y emoción.
—Jeje. Está bien, retirada. Ah... ¿Mion?
De repente, Endymion se inclinó y abrazó a Julia.
Julia, abrazada por completo, no sabía qué hacer y vaciló, colocando y quitando sus manos de los hombros de Endymion.
Estar abrazada era agradable, pero sentir su calor corporal tan cerca la ponía cada vez más nerviosa. Aunque las sirvientas la habían limpiado y cambiado de ropa cuando despertó, no había tomado un baño adecuado, lo que la hacía sentir incómoda.
—Oye. ¿Por qué no nos vemos en el dormitorio más tarde, eh?
—¿Por qué intentas escapar de nuevo?
—No, es solo que......
—¿No dijiste que podía preguntarte cualquier cosa?
Julia intentó evadir la pregunta, pero Endymion la abrazó con más fuerza y preguntó con astucia. Finalmente, Julia empujó a Endymion con el rostro enrojecido.
—No preguntes esas cosas.
—¿Por qué? Dijiste que no ocultarías nada.
—¡Esto es diferente! Significa que no voy a ocultar secretos serios.
—Quiero saber hasta las cosas pequeñas.
—Eres demasiado insistente, ¡ah, no puedo respirar! En serio, ¿no tienes nada que ocultarme, ni siquiera algo pequeño?
Julia le dio una palmada en el brazo y le lanzó una mirada aguda. Endymion, que había estado fingiendo ignorancia y enterrando su rostro en su hombro, se quedó ligeramente tieso. Pero Julia, luchando por liberarse, no se dio cuenta.
Unos segundos después, Endymion soltó a Julia y susurró discretamente.
—Cosas pequeñas. Como que me gusta tu olor, ¿te parece?
Julia, que había estado poniendo cara de alivio, se horrorizó. Sus ojos morados, llenos de desprecio como si hubiera visto al mayor pervertido del mundo, se abrieron de par en par.
—Tú, no, no te acerques más.
—Solo dije la verdad.
Endymion puso ojos de inocente, como si no entendiera qué estaba mal. Julia tragó saliva y retrocedió paso a paso.
—Creo que tus gustos son demasiado, bueno, primitivos. ¡Ni siquiera eres un animal! ¡De ahora en adelante, oculta esas cosas!
—No entiendo qué tiene de primitivo. Si me lo explicas con detalle, intentaré ser menos primitivo en el futuro.
—¡Simplemente no lo digas!
Julia gritó y finalmente salió corriendo de la sala de recepción.
Mientras corría por el pasillo con el rostro completamente rojo, Julia pensó, mitad en broma y mitad en serio, que tal vez debería haber ido a la Torre de Magia.
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Dentro de la prisión especial.
—No, no puede ser.......
murmuró una voz lúgubre.
Creak.
Kiara se mordía las uñas con los ojos perdidos.
Con las manos atadas y los tobillos también esposados, su ropa estaba manchada de sangre y tierra, hecha jirones. Además, acusada de intentar asesinar a la reina, llevaba un grillete miserable alrededor del cuello.
—Ugh... No... ¡No puede terminar así!
Sus pies sangraban por el frío y áspero suelo de piedra. Las heridas que solo habían sido detenidas volvieron a abrirse, llenando el aire con el olor metálico de la sangre. Pero Kiara, medio fuera de sí, comenzó a murmurar y gruñir como una loca.
¡Creak!
En ese momento, se escuchó el sonido de la puerta de la celda abriéndose. Kiara, que se había acurrucado en un rincón como una lunática, giró bruscamente la cabeza.
—¡S-Su Majestad!
—Patético.
La voz fría hizo que la sangre se helara en sus venas.
Kiara se sobresaltó y luego, de rodillas, se arrastró hacia él como una loca.
¡Clank!
—¡M-Mago!
Las cadenas que la ataban eran demasiado cortas para alcanzar los barrotes. Pero Kiara, con los ojos brillando, comenzó a excitarse, llena de rabia.
—¡Podría haberlo hecho! ¡Si hubiera sido un poco más rápida, habría tenido éxito! ¡No puede terminar así, déme otra oportunidad!
Kiara extendió sus manos atadas hacia adelante, la locura brillando en sus ojos. La sombra de un hombre envuelto en una capa negra se alargó, cubriéndola.
—"Mataré al rey"... ¿Cómo te atreves a mentirme?
Una voz escalofriante resonó en un susurro. Kiara, finalmente dándose cuenta de su error, retrocedió tambaleándose.
—¡E-Eso!
—Cuando no cumpliste tu misión en el coto de caza real, el cuartel general decidió matarte.
El hombre de negro cruzó los barrotes firmemente cerrados con una facilidad inquietante.
Kiara tragó saliva y trató de arrastrarse para escapar.
—Nunca fue una oportunidad. ¿Una dama noble sin poder, cómo pretendía tragarse a Semelé?
¡Crack!
—¡Ugh!
El hombre agitó su mano, el cuello de Kiara fue aplastado. Al mismo tiempo, las restricciones se tensaron, impidiéndole escapar, ella comenzó a sudar frío, empapada de terror.
—Pero tú, juraste vengarte incluso a costa de tu vida. Dijiste que no te conformarías con menos que matar al Rey de Semelé, quien destruyó a tu padre y a tu familia.
—¡Ugh! ¡Lo siento...! ¡Realmente intenté matarlo! ¡Estaba tan enojada!
El hombre no mostró ninguna reacción, solo una frialdad escalofriante. Kiara, cubierta por la sombra negra que lo envolvía, comenzó a frotarse las palmas de las manos, llena de pánico.
—¡La reina era tan odiosa! Jeje. ¡Pero logré cambiar mi rostro con la poción que me diste, mago! ¡Y usé el pergamino de invocación de bestias mágicas correctamente! ¡Así que por favor, dame una última oportunidad!
Kiara comenzó a suplicar, con lágrimas y mocos corriendo por su rostro.
—¡Sí! ¡Mataré a esa arrogante reina y me convertiré en la reina para dar a luz a un heredero! ¡Entonces el cuartel general y tú, mago, podrán tomar el control de Semelé! ¡No es demasiado tarde para matar al rey entonces, ugh!
Kiara, llena de ira y odio, de repente abrió los ojos de par en par. Los dedos del hombre, cubiertos por guantes negros, presionaron su frente, un dolor ardiente comenzó a dominar su cerebro.
—¿Quién te dijo que podías decidir eso?
—¡Ahhh!
Se retorció, pero fue inútil. El olor a carne quemada llenó la celda, el hombre presionó la frente de Kiara como si estuviera marcándola con un hierro al rojo vivo.
Sssss.
—Ugh... Por favor...
Kiara gorgoteó, echando espuma por la boca. En su mente atormentada, los recuerdos comenzaron a mezclarse caóticamente.
El momento en que conoció por primera vez al grupo secreto de magos en el Reino de Tirve. El trato que hizo con ellos. Pero cuando falló en su primer intento en el coto de caza y fue encarcelada.
Y luego, el trato que hizo con este hombre, que vino a matarla para silenciarla, suplicando por otra oportunidad.
—El trato era eliminar al rey. No a la reina.
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