Mi deseo son dos camas separadas 42
El incidente del secuestro de la reina (4)
Traducción Coreano-Español: Asure
Endymion parpadeó con interés.
La razón escrita en el documento de cooperación para buscar un nuevo mago en secreto era claramente la inestabilidad del maná. Por eso pensó que un alto mago había abandonado su cargo, pero la verdadera razón resultó ser mucho más intrigante de lo esperado.
Mientras Endymion reflexionaba sobre cómo podría aprovechar esta situación a su favor, observó al mago frente a él con una mirada evaluadora.
—Nuestra Torre de Magia solo busca preservar la paz y la estabilidad. Necesitamos reunir más maná en la torre para evitar que el orden existente colapse. Por eso estamos buscando desesperadamente un nuevo mago para unirse a nosotros.
—¿Y por qué tiene que ser mi reina?
—¡P-porque su majestad posee maná! Un mago de nivel medio sería un apoyo inmenso para la torre. ¡Cualquiera de Semele puede ser transferido si usted lo autoriza!
Endymion, que hasta entonces cruzaba los brazos con confianza, movió levemente una ceja.
Ya había enviado el documento con su sello al maestro de la Torre de Magia, así que básicamente se había puesto la soga al cuello. Nunca imaginó que sería él mismo quien atraparía a Julia en esta situación.
'… He cometido un error'
Por primera vez en su vida, Endymion lamentó su propia decisión, aunque su rostro permaneció impasible.
—Su majestad, la reina será tratada con gran honor en la torre. Un mago de nivel medio recibe un estatus y riquezas equivalentes a las de un rey en muchos países, ¿no lo sabe?
—… Entonces, ¿esperan que me divorcie y entregue a mi reina?
Por supuesto, nunca tuvo la intención de entregar a Julia sin resistencia.
Endymion curvó los labios con sarcasmo. Pero Boris, creyendo que finalmente había logrado convencerlo, asintió con entusiasmo.
—¡Así es! Los magos deben cortar todos los lazos con el mundo mundano. Padres, hermanos… cualquier relación con otra persona se convierte en una debilidad fatal para un mago. Aunque, claro, como nunca hemos tenido un caso de manifestación de magia en un adulto, es la primera vez que enfrentamos un divorcio. Pero puedo hablar con el maestro de la torre para darle más tiempo.
Boris comenzó a enumerar generosamente varias concesiones.
—¿Necesita algo más? A cambio de la transferencia de su majestad la reina, aceptaremos cualquier petición de Semele en la medida de lo posible. ¡Ah! ¿Qué le parece un suministro de pergaminos mágicos? Podemos proporcionarle diez veces la cantidad habitual.
—Parece que están bastante desesperados.
—Ja, ja, bueno, es solo que queremos mostrar nuestra sinceridad…...
—Claramente, la parte necesitada es la Torre de Magia.
—¿Eh?
Boris, que hasta ese momento había estado hablando con entusiasmo, parpadeó al notar algo extraño en el tono de Endymion.
El rey, mirándolo fijamente, no dudó en acorralarlo.
—La idea de sacrificar a mi reina en este juego de poder me repugna. Es más, prefiero romper el tratado con la Torre de Magia y aliarme con esa "facción indeseable".
—¡¿Quéeeee?!
Boris saltó y gritó de horror. Pero Endymion, con el rostro gélido, se levantó de su asiento.
—No tiene sentido seguir manteniendo una relación con una torre que se atreve a comparar a mi reina con simples pergaminos mágicos.
—¡S-Su majestad! ¡No, no es eso!
Boris no podía creer lo que estaba escuchando. ¿El rey realmente estaba dispuesto a romper una relación de cientos de años con la torre solo por la reina? Pero al ver su actitud inflexible, sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
—Ahora que lo pienso, esto es bastante ridículo. ¿No es la Torre de Magia la que monopoliza a los magos bajo la excusa de preservar el poder del maná? Y durante siglos, todos los países, incluido Semele, han respetado esa autoridad.
—… ¿Perdón?
—Si el maestro de la torre considera que esta facción es una amenaza, entonces significa que tiene cierto poder. A pesar de haber mantenido su dominio por siglos, la torre ha fallado en controlar a los magos, permitiendo la aparición de fuerzas disidentes. Entonces, ¿realmente tiene la capacidad de monopolizar el maná?
Para colmo, Endymion comenzó a cuestionar la autoridad misma de la Torre de Magia. Boris sintió que su visión se nublaba.
'¡No, no es esto lo que quería lograr!'
La Torre de Magia siempre había mantenido su posición dominante en las relaciones con las naciones, que ansiaban el poder del maná. Sin embargo, si se revelaba la existencia de esta facción rebelde, su monopolio y su estatus privilegiado se verían amenazados.
Si el rey de Semele decidiera aliarse con esa facción en lugar de con la torre, la caída de esta última sería solo cuestión de tiempo.
Imaginando un futuro desastroso, Boris gritó con voz sofocada:
—¡E-eso es una exageración! ¡No tiene sentido! ¡La reina será bien recibida en la torre, así que simplemente divórciese y tome una nueva esposa! ¿Por qué destruir una relación de siglos por esto?
—¿La Torre de Magia cree que tiene la autoridad de ordenarme que me divorcie?
Qué descaro.
Endymion soltó una fría carcajada. Sus ojos azules centellearon como un océano embravecido, y Boris, al ver el profundo oleaje en su mirada, retrocedió instintivamente.
Pero al recordar que el destino de la torre dependía de él, apretó los dientes y declaró con fiereza:
—¡Si sigue rechazando nuestra petición, no tendremos más opción que considerar esto como una declaración de guerra contra la Torre de Magia!
¡Tadadak!
De repente, un olor a quemado llenó el aire. Luego, con un sonido seco, la cuerda que ataba a Boris se carbonizó y se deshizo.
Boris, quien había rasgado el pergamino reservado solo para situaciones de emergencia extrema, se incorporó en posición de combate.
El único pergamino de emergencia que tenía permitido usar ya no existía. Pero ahora que estaba libre, su determinación se fortaleció.
—¡Por muy poderosa que sea Semele, la guerra no le favorecerá! ¿De verdad quiere convertir a la Torre de Magia en su enemiga?
Boris gritó con los ojos muy abiertos, pero Endymion lo miró con una frialdad que le heló la sangre.
—¿Seguro que sería desfavorable? Si en este mismo instante difundimos por todo el continente que la Torre de Magia está en crisis y proclamamos una alianza con una nueva facción para reorganizar el equilibrio del poder mágico, ¿Cuántos países crees que se unirían? Phlesion, Baikal, Shabel, Onoma, Tirve… Solo con los aliados de Semele sería suficiente.
—¡Su Alteza!
—¿Crees que no puedo hacerlo?
Endymion dejó escapar una risa burlona. Boris, pálido ante la provocación, apretó el puño, la energía mágica que lo rodeaba creó un viento amenazante que agitó sus ropas.
En un abrir y cerrar de ojos, una 'Bastard Sword (Espada Bastarda) desenvainada dispersó el aire helado y apuntó directamente a su cuello.
La tensión en la sala se volvió insoportable.
'¿Q-qué demonios? ¿De dónde salió esto?'
Boris, un mago con un cuerpo naturalmente poco entrenado, sintió miedo, pero pronto se obligó a mantener la compostura.
El destino de la Torre de Magia pendía de un hilo. ¡La guerra entre Semele y la Torre de Magia estaba a punto de estallar!
Finalmente, Boris apretó con fuerza el puño y exclamó con determinación:
—¡Aunque me amenace, no podrá detenerme! ¡Declare ahora mismo que se divorciará de la reina, de lo contrario…!
—¿De lo contrario, qué?
—¡Declararé la guerra… eh?
Boris, que gritaba con una expresión feroz, giró la cabeza de golpe.
En algún momento, la puerta, que había estado abierta, se cerró con un 'clac', unos pasos ligeros se acercaron suavemente.
—Julia.
'¿Eh?'
Boris, incrédulo, volvió a girar la cabeza rápidamente.
La espada que había apuntado a su cuello había desaparecido sin dejar rastro, el rey pasó junto a él sin prestarle atención.
La atmósfera, que hasta hace un momento estaba al borde de la guerra, desapareció como si nunca hubiera existido, reemplazada por una calma inesperada.
'¿Pero qué es esto?'
Boris, que se había preparado para el combate, se quedó inmóvil, sin saber qué hacer. El rey ni siquiera lo miró y le dio la espalda sin dudarlo.
Boris, que había sido descartado en un instante, no sabía si enfadarse o sentirse aliviado.
—¿Cuándo despertaste? ¿Te duele algo?
—Hace un momento. Estoy bien, no me duele nada.
La mujer que le dio unas palmaditas suaves en el brazo al rey finalmente se giró. Boris se encontró con los ojos más puros de color violeta que había visto en su vida.
—Qué interesante.
Era la reina.
Boris, desconcertado, respondió con retraso:
—… ¿Perdón?
Finalmente, los adorables ojos violetas se curvaron en una sonrisa amable.
—Hablar de mi divorcio para chantajear a mi esposo en mi ausencia… Qué interesante.
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Clink.
Un elegante juego de té con motivos florales fue colocado en el centro de la mesa, entre los tres presentes.
—Por favor, sírvase.
—Ah, sí, gracias.
Cuando Julia le ofreció una taza con sus propias manos, Boris la aceptó con cautela, con una expresión complicada.
El sonido del sorbo de té flotaba en el aire, llenando la sala de estar con una calidez y un ambiente acogedor, completamente distinto al de antes. Además de haber cambiado del rígido despacho del rey a los confortables aposentos de la reina, la mesa adornada con dulces para los invitados contribuía a la atmósfera relajada.
—¿Está realmente bien? Pensé que Su Majestad la Reina despertaría en una semana.
—Sí, estoy perfectamente bien. No sé cómo ocurrió, pero aquí estoy.
—Es sorprendente. ¿Tal vez la manifestación tardía haya causado alguna diferencia...? Hmm. Si no le molesta, ¿podría revisarla más tarde? Aunque ahora parezca estar bien, podría haber algún problema.
—Por supuesto. Ah, este es té de manzanilla cultivado en el jardín de los aposentos de la reina. Su aroma es agradable y es excelente para dormir bien por la noche.
—La calidad es excelente y su fragancia es muy pura. Sin duda, es de primera categoría. Es mucho mejor que el té que sirven en la Torre de Magia.
—Me alegra que le guste.
Mientras los dos conversaban cordialmente, Endymion, con las piernas cruzadas, levantó su taza de té y añadió con desdén:
—Por supuesto que los aposentos de la reina son superiores. No hay comparación posible.
—¿Qué quiere decir, Su Alteza? Espero que no esté menospreciando nuestra Torre de Magia.
Boris preguntó con suspicacia. Julia dejó escapar un profundo suspiro. La paz que con tanto esfuerzo había logrado establecer comenzaba a desmoronarse.
—Estás exagerando. Parece que tienes un complejo de inferioridad.
—¿¡Qué ha dicho!? ¡Fue Su Alteza quien comenzó…!
Boris, con el fuego en sus ojos, comenzó a alterarse, mientras que Endymion lo miraba con una frialdad implacable. Julia, aún con una sonrisa en el rostro, negó con la cabeza.
—Ambos, cálmense.
Pero las palabras de Julia no lograron llegar a los dos hombres, cuyos resentimientos ya estaban demasiado arraigados. Como un perro de caza que gruñía abiertamente y un lobo que fingía calma mientras mostraba los colmillos, estaban a punto de chocar.
¡Bang!
Con un fuerte golpe, la elegante mesa tembló.
Ambas miradas se dirigieron de inmediato a Julia, quien permanecía con la mano sobre la mesa y una dulce sonrisa en el rostro.
—Decidimos resolver esto con una conversación, ¿verdad?
—…Sí.
—Ajá.
Boris, con un gruñido resignado, volvió a sentarse en su silla, mientras que Endymion, como si nada hubiera pasado, asintió con tranquilidad y estiró el brazo para tomar las manos de Julia.
—Te dije que no te esforzaras demasiado. Aún no te has recuperado del todo.
—Entonces, ¿puedes cooperar? Si sigues peleando con Sir Boris, esto nunca terminará.
Como si sus manos fueran frágiles piezas de cristal, Endymion las colocó cuidadosamente sobre su regazo. Luego, con total descaro, añadió:
—¿Pelear? Solo me desagrada cada vez más este secuestrador de la reina.
—¿Q-qué? ¿¡Secuestrador!?
—¿Acaso no lo es? Intentó forzar el divorcio y llevarte. Y aun así, sigue dirigiéndose a ti con respeto. Me pregunto si eso no debería causarte remordimiento.
Boris, sin palabras, abrió la boca para responder, pero no encontró qué decir.
Endymion sonrió con autosatisfacción, pero en cuanto notó la mirada afilada de Julia clavada en él, rápidamente apartó la vista. Ni siquiera Boris pudo ignorar la tensión en el aire, por fin el clima de confrontación se disipó.
—Bien, ahora que ambos parecen más calmados, ¿empezamos?
Con una elegancia natural, Julia habló con suavidad, dando inicio a lo que estaba por venir.
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